lunes, 30 de agosto de 2010

Biografía (17): ¡Finlandia despierta! (1899)




Por fin Jean Sibelius ha decidido trasladarse fuera de la ciudad, al menos durante una época, lo necesario para no caer en las tentaciones de la vida nocturna de Helsinki. En los últimos días del año anterior alquila una habitación cercana a la estación de Kerava, una pequeña localidad a unos kilómetros al norte - curiosamente, muy cerca de Järvenpää y de su definitivo hogar, Ainola -. Puede que este traslado esté relacionado con la falta de información sobre su vida diaria que cita Erik Tawaststjerna durante este año, aunque tenemos los suficientes datos sobre su producción y las circunstancias que la rodearon, muy importantes para el músico y su país.

Casa de Kerava en la que vivió Jean Sibelius hasta 1902. Sacado de sibelius.fi
 
El año de 1899 es un año especialmente comprometido y tenso para Finlandia: el 15 de febrero se publica el llamado "Manifiesto de Febrero", un edicto del zar que transfiere la mayor parte de los poderes de la Dieta (el parlamento finlandés, sede de su autonomía) serían al nuevo Gobernador, Nikolai Bobrikov, y a sus ministros, todos rusos, reduciendo la cámara a un simple foro de discusión. Suponía en la práctica la anulación de la autonomía de la que gozaba Finlandia bajo dominio ruso, que en las últimas décadas había crecido notablemente con la reactivación de la Dieta.

La reacción no se hizo esperar, y una recogida de firmas llegó al zar con la rúbrica de una quinta parte del país, un número muy grande para esa sociedad todavía decimonónica. El monarca lo rechazó y prosiguió con su política de rusificación. Se inicia entonces uno de los periodos más difíciles del país, que sólo finalizaría con el conato de revolución en la Rusia de 1905, aprovechado en Finlandia para recuperar su autonomía y el poder de la Dieta.

El sector cultural finlandés, tanto el de habla sueca (svecoman) como el de habla finesa (fennoman) se movilizó unido como una roca, promoviendo una respuesta pacífica pero contundente a la privación de la libertad que se produjo tras el Manifiesto. Eso no significó sin embargo, tal como señala Andrew Barnett en su "Sibelius" que el nacionalismo cultural se aislara de todo lo ruso, que estaba presente y no con desagrado: la música de Chaikovsky, Arensky, Rimsky-Korsakov y Kalinnikov continuó sonando en Finlandia con el aplauso de público y músicos. Glazunov visitó en varias ocasiones el país, componiendo incluso alguna obra basada en leyendas y melodías finlandesas.

Dos obras corales suponen la reacción directa del compositor Manifiesto de Febrero: "Isänmaalle" ("A mi patria") JS.98 y "Athenarnes sång" opus 31 nº1. El primer coro, de voces masculinas a capella y en finés, supone una contundente proclamación patriótica, con unos versos nada disimulados de Paavo Cajander. El coro fue revisado en 1908, aunque curiosamente esta pieza, muy habitual en el repertorio coral finlandés, suele ser más comúnmente interpretada en un arreglo debido al compositor Selim Palmgren (1878-1951).

El segundo coro se basa en un texto mucho más sutil pero no por ello menos expresivo y patriótico: "Athenarnes sång" es la traducción libre de Viktor Rydberg de un poema griego del siglo III antes de Cristo del historiador Dexippo, que glorifica la entrega del ciudadano incluso si ello supone la propia vida ("espléndida es la muerte, cuando eres derribado como valiente llevando el ataque, cuando eres derribado en guerra por tu patria, y mueres por el derecho del nacimiento y el hogar"). Se ha comentado en muchas ocasiones que este coro busca la misma trascendencia que el celebérrimo "Va pensiero" del "Nabucco" verdiano, y ciertamente fue muy ampliamente difundido en la época. Por esta gran difusión, el autor preparó diversos arreglos tras su estreno: para coro de hombres y niños al unísono con septeto de metal y percusión (la versión más interpretada), el mismo coro acompañado con piano (y armonio ad libitum), para coro de hombres y niños a capella (no al unísono), y para piano solo.

La versión original fue compuesta en marzo de ese año de 1899, y está escrita para coro de hombres y niños, madera, metal, contrabajo y percusión. Fue estrenada el 26 de abril junto con otra obra que causó también un intenso fervor patriótico: la Primera sinfonía en mi menor opus 39, de la que ya hablamos en extenso.

La magna obra sinfónica, aplaudida hasta la saciedad por crítica y público, abre el ciclo sibeliano con absoluta maestría, y fue percibida en ese contexto como una obra patriótica, una traducción en música de la tragedia que se estaba viviendo, aunque a la vez como un orgulloso producto finlandés en la mejor tradición de la Europa musical: la sinfonía.

Sibelius refuerza su papel como el más grande compositor nacional y quizá influenciado por esto retoma su amistad con Robert Kajanus, resentida por un conflicto en torno a un puesto en la universidad. Juntos acuden como jurado a un festival coral, y se reúnen con su amigo Gallén-Kalleva en Ruovesi en el bautizo de su joven hija. El pintor vivía con gran extravagancia, lejos de la contención de nuestro compositor: con su cuadro "Ad astra" presidiendo su salón sobre un altar italiano, otras pinturas suyas sobre el Kalevala y la estatua de un Buda presidiéndolo todo. No es de extrañar que en la localidad se pensara que Gallén-Kallela fabricaba ídolos... Según cuentan algunas fuentes, en esa singular ocasión Sibelius improvisaría el tema del que sería Finale de su Segunda Sinfonía



"Ad astra" (1894), de Akseli Gallén-Kallela
 
En junio se reúne de nuevo con su familia, y lo hace para asentarse en Kerava. Vivirá en una casa de alquiler, aunque recién construida. Ese aislamiento de Helsinki le permitió efectivamente una mayor capacidad de trabajo, como el coro masculino a capella  Metsämiehen laulu" ("Canción del hombre del bosque") opus 18 nº5 sobre un poema de Aleksis Kivi, una pieza impetuosa y brava.

En septiembre tuvo oportunidad de visitar a otro amigo, uno de los más importantes pintores de la historia finlandesa, Pekka Halonen, que residía en los alrededores del lago Tuusula (donde años más tarde Jean y Aino construirían Ainola. Ambos acudían a celebrar el cumpleaños del gran novelista Juhani Aho, otro de los ilustrísimos habitantes de las cercanías. Halonen tocó el kántele para la ocasión, acompañándolo Sibelius al violín en una de las piezas, una canción popular con ese adorno del violín, que nuestro compositor transcribiría en una hermosa Canción de cuna (JS.222).


Un importante grupo de canciones ocuparía a nuestro autor durante el otoño, más reflexivas y poéticas, lejos de la reivindicación nacionalista: "Men min fågel märks dock icke" ("Pero mi pájaro desea su hogar) opus 36 nº2, una triste melodía amorosa sobre un poema de Runeberg; "Svarta rosor" ("Rosas negras") opus 36 nº1, sång muy presente en el repertorio con su tono romántico, sobre un texto del poeta sueco Ernst Josephson; y la ligera "Bollspelet vid Trianon" ("Tenis en Trianon") opus 36 nº3 con texto de otro sueco, Gustaf Fröding, sobre las banalidades de la aristocracia de la Francia prerrevolucionaria.

Publicada junto a éstas se encuentra otra canción con texto en alemán, "Segelfahrt" ("Viaje a vela") JS.166, cuya melodía reutilizará años más tarde para la hermosísima canción navideña "Giv mig ej glans, ej guld, ej prakt" opus 1 nº4
La última canción de estos días es una auténtica aunque pequeña joya: "Souda, souda, sinisorsa" ("Nada, nada, patito") JS.180, uno de los poquísimos ejemplos de canción en finés, con texto de A. V. Forsman, y un delicioso estilo popular. Aunque no fue publicada mucho tiempo más tarde (1925), se ha convertido en una de las más famosas de su autor, nunca faltando en los recitales de cantantes finlandeses.

Lejos de esos momentos líricos, el genio finlandés se dedicó en cuerpo y alma a composiciones con sentido muy patriótico. El 21 de octubre estrenaba "Islossningen i Uleå älv" ("La ruptura del hielo en el río Oulu") opus 30, una obra para narrador, coro masculino y orquesta, sobre un texto de Zacharias Topelius (1818-1898)
. El texto eludió la censura en su día (1856) al estar dedicado al zar Alejandro II y estar escrito con un sutil doble sentido, pero es una clarísima crítica a la ocupación rusa. La obra del compositor también eludiría la censura. La música está dedicada en exclusiva a realzar el texto, principalmente recitado con acompañamiento de violentos acordes, fanfarrias y trémolos de una sonora orquesta, además de unos breves momentos corales. Mucha de su armonía y su colorido recuerda a los acordes iniciales de Finlandia opus 26, cuya versión original podría haber estado escribiendo entonces (Andrew Barnett, aventura que incluso podría haber trazado este opus 30 como esbozo de la posterior).

Otra obra para piano, la Marche triste JS.124, por su carácter, puede estar relacionada también con las circunstancias políticas. Según Folke Gräsbeck (experto y pianista, responsable de investigaciones y grabaciones para la Sibelius Edition
) el título y el tono de la pieza pudo haber desanimado al músico sobre su publicación incluso, aunque su sección central se reaprovecharía para el Andantino opus 24 nº7.

Pero sin duda la obra que más muestra el compromiso de Sibelius con el ansia de libertad de su pueblo es la llamada Música para las celebraciones de la prensa JS. 137
, el último de cuyos números se transformaría en los meses siguientes en la celebérrima Finlandia opus 26, a la que ya dedicamos un extenso serial.

Simplemente recordemos el motivo de esta serie de números orquestales: el diario "Päivälehti", principal órgano de difusión del pensamiento finlandés de la época (y el primer diario en el idioma finés) había sido clausurado. Con la excusa de recaudar fondos para ayudar a los trabajadores, el círculo intelectual surgido entorno al periódico decidió celebrar un festival benéfico que en realidad sería toda una reivindicación de la libertad de expresión y de la libertad de Finlandia misma. Al llamado "Círculo de Päivälehti" pertenecían muchas de las más importantes figuras de la vanguardia social y cultural del país nórdico, como los escritores Juhani Aho
, Arvid Järnefelt, Eino Leino y Minna Canth; los pintores Akseli Gallén-Kallela, Eero Järnefelt y Pekka Halonen; los músicos Robert Kajanus y Oskar Merikanto, junto con otras figuras como el jurista Kaarlo Ståhlberg, quien sería el primer presidente de la Finlandia independiente. El Sibelius no perteneció a Círculo directamente, pero estuvo muy próximo a él y a sus componentes.

El festival se celebró entre el 3 y el 5 de noviembre, pero su acto central fue la representación dirigida por Kaarlo Bergbom en su Teatro Sueco, en la que se pondrían a la manera de "cuadros vivientes" una serie de escenas de la historia de Finlandia. Jalmari Finne escribió los textos y Sibelius la música que preludiaba cada "tableau vivant", desde la Finlandia mitológica del "Kalevala"
.

La representación y la música de nuestro autor fueron un gran éxito. De la partitura se tocaron los meses siguientes cuatro o cinco números en forma de suite en diversos conciertos. Tres de las partituras tuvieron que esperar hasta 1911 y a una revisión para convertirse en las Scènes historiques I opus 25
. Pero el número final, "Suomi herää!" ("¡Finlandia despierta!") que representaba la represión rusa y la anhelada victoria y libertad del pueblo finés, sería revisada poco después, denominándose "Finlandia" opus 26 (con el nombre en latín), perfecta ilustración de los sentimientos y el patriotismo que acompañaron al autor a lo largo de ese amargo año.

Tiera JS.200, una pieza para metal y percusión, podría ser - según el estudioso Kai Kilpeläinen - un descarte de la Música para las celebraciones de la prensa JS. 137
. El título en cualquier caso hace referencia al compañero de Lemminkäinen en sus heroicos viajes del "Kalevala", y estructuralmente consiste en una introducción a base de acordes y una marcha llena de las síncopas y la amabilidad típica de las marchas sibelianas.

En los últimos días del año nuestro músico anduvo ocupado en una serie de Pianokompositioner för barn (Composiciones de piano para niños) JS.148, obra que le fue encargada por un editor, pero que nunca pasó de una serie de esbozos. Estos bosquejos tienen una gran importancia sin embargo: fueron reaprovechados como base de temas de obras de los años siguientes, algunas tan importantes como el tema inicial de la Segunda Sinfonía o el principal del final de la suite para piano Kyllikki opus 41.

Su sobrina Anna (hija del hermano de Aino, Arvid), murió de tifus antes de acabar ese funesto 1899. Sibelius escribe entonces una carta a su mujer, que había acudido a consolar a Arvid. En esa carta encontramos una inequívoca expresión de sus sentimientos en torno a su patria: "veremos lo que el nuevo siglo traerá para Finlandia y los finlandeses. Al menos el juicio de la historia no será en perjuicio de los finlandeses. Y de hecho nuestra causa sólo nos dará dignidad y el sosiego de la mente".

El nuevo siglo traerá en efecto la independencia al país, y al propio Sibelius la gloria por obras como sus sinfonías, el primero de cuyos peldaños había construido firmemente durante este año de 1899.
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