jueves, 25 de febrero de 2010

Biografía (14): el estreno de Lemminkäinen opus 22, "La doncella en la torre" y la Universidad (1896)

Capítulo anterior (13): La Ninfa del Bosque, conciertos y proyectos (1895)
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Durante los primeros meses de 1896, Jean Sibelius trabajó intensamente en su Lemminkäinen opus 22 (del que ya hemos hablado extensamente), un conjunto de cuatro poemas sinfónicos inspirados en uno de los grandes ciclos del Kalevala. Gran parte del trabajo musical se basó en el trasvase de pentagramas concebidos originalmente para "Veneen luominen" ("La construcción del barco"), el inconcluso proyecto operístico que ocupó el pensamiento de nuestro autor durante años. De esta forma se cerraba toda una manera de pensar del genio finlandés.

La obra se estrenó el 13 de abril, con el propio compositor dirigiendo la Orquesta de la Sociedad Filarmónica (futura Filarmónica de Helsinki). Como en muchas otras ocasiones el nerviosismo de Sibelius dominó su interpretación, pero el concierto salió adelante con un gran éxito de público. La crítica en cambio estuvo dividida. Oskar Merikanto, en el bando finoparlante (y amigo de nuestro músico) se mostró entusiasmado por los elementos finlandeses de la obra inspirada en el Kalevala. Karl Flodin, del bando suecoparlante, tuvo ciertas reticencias.

Sibelius era sensible a las críticas, al menos si estas coincidían con sus propias dudas, y máxime si eran expresadas por una voz tan autorizada como la de Flodin. Al año siguiente nuestro músico revisó la partitura, llegando a una nueva versión de la Lemminkäinen opus 22, revisión que tampoco sería la última.

Dos días después del exitoso estreno, una noticia entristece el círculo familiar: el general Alexander Järnefelt, padre de Aino y de los mejores amigos de Sibelius, además de una figura muy importante del nacionalismo finlandés, muere a los 63 años. El músico será uno de los que porte el féretro en su entierro.



Fotografía del general Alexander Järnefelt, efectuada en 1889
 
No será la única desgracia que afecte a la familia política de Sibelius: una prima de Aino, llamada Aili Järnefelt, de 26 años y a punto de casarse, es atropellada por un tren, y aunque logra sobrevivir, pierde sus dos piernas. Para consolar su dolor, nuestro músico compone en esta época dos piezas para kántele, la cítara popular finlandesa de la Aili era una aficionada. Las piezas son el Moderato JS.130 y el Dolcissimo JS.63, rescatas del olvido no hace mucho tiempo.

A finales de abril se cierra una etapa de la vida del compositor cuando toca por última vez el violín en público, en una serie de conciertos de la Sociedad Filarmónica dedicados a Beethoven. Aunque hacía años que había abandonado sus sueños de virtuoso, Sibelius aún realizaba apariciones esporádicas en el cuarteto de la Academia de Wegelius o con la Orquesta de Kajanus. No obstante seguirá dirigiendo los estrenos de muchas de sus obras, hasta el fin de su vida compositiva.

Esa primavera, nuestro autor decide aceptar el encargo de componer una ópera, una brevísima obra dramática que es la única que se convertirá en la única ópera nacida de la pluma de Sibelius: "Jungfrun i tornet" ("La doncella en la torre") JS.101. La obra, en un acto con palabras en sueco del poeta y novelista Rafael Hertzenberg, servirá como soporte a un festival benéfico para recaudos fondos que nutran a la Sociedad Filarmónica. La composición le llevará gran parte de este año de 1896.

Otro encargo de este año repleto de encargos dará como resultado un coro masculino a capella con texto latino, "Natus in curas" opus 21. La ocasión fue un homenaje fúnebre por el médico universitario Josef Pippingsköld.

Tras el memorial del 25 de mayo, Jean y Aino viajan por un par de semanas a Berlín, viaje del que se conoce poco aparte de un encuentro con Busoni, gran amigo del compositor. Tras el viaje, la familia acude a Vaania de nuevo para pasar el verano. El trabajo fue afanoso estas vacaciones en su ópera, aunque hubo espacio para otras composiciones: tal vez dos piezas para piano (el Allegretto en fa mayor JS.23 y el Lento en La mayor JS.119, de fecha indeterminada, y un arreglo de un fragmento de la "Cantata para las ceremonias de graduación de 1894" JS.105 (un extracto para coro mixto efectuado durante ese año) puedan haberse escrito en Vaasa, aunque su datación no es segura.

Un dato curioso de estas semanas: nuestro músico empieza a incorporará apuntes personales al cuaderno de esbozos musicales, a la manera de un diario. Las anotaciones son ciertamente sorprendentes: "es extraordinario cómo siento en ocasiones mi vida vacía" (22 de agosto) o "siento de nuevo la vida tan rica" (23 de agosto). Años más tarde comenzará un diario más al uso (aunque conteniendo también algún esbozo musical), fuente inagotable de información para los biógrafos.

A la vuelta de vacaciones, hay una nueva petición encima de su mesa por parte de la Universidad: una nueva cantata, esta vez en honor al recientemente coronado zar Nicolás II. Doble molestia para Sibelius, poco dado a entusiasmarse con encargos, y menos aún en homenaje de la potencia ocupante... En cualquier caso se pone manos la obra y tras semanas de trabajo el 2 de noviembre él mismo estrena, con el coro y la orquesta de la Sociedad Filarmónica, la "Cantata para la Coronación de Nicolás II" JS.104. La obra está escrita para coro mixto y orquesta, con texto de Cajander en idioma finlandés. El evento se celebró en la Gran Sala de la Universidad, de la que el zar era canciller honorario. Por supuesto, Nicolás II no acudió a la ceremonia, pero estuvo representado por una estatua.

Durante la interpretación de la cantata, según recuerda el propio Sibelius, un intérprete de tuba "llegó muy bebido y no se le pudo pasar la borrachera de ninguna forma. Empezó a improvisar en medio de un movimiento fugado y echó a perder completamente la impresión global [de la obra]". Tal vez el recuerdo del autor no sea exacto, ya que en la partitura no hay parte de tuba (¿confundiría ésta con otra partitura? ¿o bien la tuba dobló a algún otro instrumento grave?). En cualquier caso la cantata fue rápidamente olvidada, y no volvió interpretarse hasta un siglo después, excepto en dos extractos que realizó el propio compositor: la Marcha de la coronación, que es comienzo orquestal de la cantata, con la parte coral suprimida, y un fragmento para coro infantil a capella, "Terve ruhtinatar" ("Salve, princesa"), arreglo de 1913. La cantata en sí no es una obra maestra, pero sin duda es un trabajo de valor que merece escucharse.

El trabajo de la cantata se simultaneó con el de "La doncella en la torre", estrenada in extremis el 7 de noviembre. Emmy Achté, que cantó el papel protagonista, recuerda que apenas tres días antes recibían el final de la partitura. El argumento consiste en una habitual historia de rapto y liberación ambientada en la época caballeresca, trama muy común durante el siglo XIX: Bailiff acosa a la Doncella, que finalmente encarcela en el castillo. Ella suplica, pero es ignorada excepto por su Amante. Bailiff se enfrenta al Amante, y están apunto de batirse en duelo, pero el Señor del Castillo llega, ordena la libertad de la doncella y el arresto de Bailiff.
Fotografía de Emmy Achté (o Ackté) (1850-1924), prima donna de la Ópera de Helsinki e intérprete de muchos estrenos de Jean Sibelius.

La ópera es modesta en duración (poco más de media hora) y en escala: cuatro cantantes y una orquesta no muy abultada, además del coro. De desarrollo fundamentalmente orquestal, nos deja unos cuantos momentos formidables como el breve preludio, la plegaria de la doncella, el dúo de los amantes y el final coral. Hay mucho en la música propio del
periodo kalevaliano , pero también anticipaciones del periodo romántico que empezará en 1898. Muchos han visto en la obra una especie de "Cavalleria rusticana" nórdica, no sin cierta razón.

En el clima político del momento hacía fácil interpretar en clave nacionalista la opresión del pueblo finlandés: una representación prototípica de Finlandia era precisamente la llamada "Doncella de Finlandia". Y fuese la intención del autor del texto hacer una alusión a la dominación rusa o no, muchos la pudieron interpretar así, lo que sin duda contribuyó al éxito de la ópera. Años más tarde Sibelius musicará un poema de Cajander con argumento parecido y referencia política más directa, "La reina cautiva" opus 48 (1906).

Tras tres representaciones con gran éxito de público, Sibelius decidió guardar la ópera hasta poder revisarla, hecho que, como era demasiado frecuente en nuestro autor, no sucedería nunca. No fue hasta 1981 cuando Jussi Jalas, nuero del compositor, reestrenó la obra. Más recientemente ha conocido más interpretaciones y hasta dos grabaciones distintas. Aunque quizá no para el teatro, sí al menos para la sala de conciertos es una buena obra, no a la altura de los grandes trabajos del autor pero sí una partitura de valía. De todas formas esta ópera apenas nos deja adivinar cómo hubiera sido realmente un Sibelius operista, dado que tampoco fue un trabajo de su propia elección y preocupación, ni el libreto le ofreció demasiada oportunidad para una obra maestra.

Richard Faltin, además de crítico, fue un importante profesor en las materias musicales que se impartían en la Universidad de Helsinki. Aquel otoñó se jubiló, dejando su importante puesto vacante. Para cubrirlo, la institución convocó una lectura a la que se presentaron Sibelius, Kajanus y el folclorista Ilmari Krohn. Nuestro compositor pensaba en un puesto fijo que le permitiera una seguridad en su balanceante economía, aunque como sabemos la docencia nunca le atrajo mucho.

Para evaluar sus facultades, los candidatos tenían que efectuar una exposición sobre un tema a su elección. El 25 de noviembre el genio finlandés se enfrentó al tribunal con un trabajo sobre la influencia de la música popular en la música artística. En dicho exposición - de la que nos han llegado unas cuantas anotaciones de Sibelius, algunas de ellas ilegibles -, expone su propio pensamiento musical antes que una discusión científica sobre el asunto, divagando sobre el uso y el futuro de la tonalidad, y exponiendo la necesidad de una nueva tonalidad basada en los modos antiguos y populares. Es justo su propio compromiso estilístico - desde 1889, con obras como la Sonata para violín y piano JS.178 -, la utilización de la modalidad no sólo como un detalle colorista, sino a un nivel más profundo, alejándola del folclore real hacia un mundo más abstracto. Y todo ello con consecuencias armónicas, con una manera distinta de entender el discurso musical mismo.

Estas ideas no son válidas sólo para este momento de pretensiones universitarias, sino que resumen muy bien buena parte del pensamiento musical sibeliano, por lo que llamamos la atención sobre ello, ya que son de suma importancia. Bajo este marco conceptual la nueva tonalidad-modalidad basada en las escalas folclóricas no sólo influye en la música, sino en la propia personalidad del músico.. En sus propias palabras: "hablamos de la personalidad individual de un artista y también de la personalidad nacional. El estilo individual es - para expresarme brevemente - ese sello que un artista impone a su propia obra; el estilo nacional es por consiguiente el sello que un pueblo imprime sobre el compositor. La historia de la música ilustra el importante papel jugado por la música popular en este aspecto de una manera llamativa. Vemos qué fructífera es una influencia de la música popular en la formación del compositor... Un artista que esté completamente empapado de la música popular de su país debe naturalmente tener una visión diferente de las cosas, poner el acento en ciertos puntos, y encontrar su plenitud artística de una manera completamente diferente a otros. Y en esto descansa mucho de su originalidad. En su trabajo, sin embargo, debe especialmente liberarse a sí mismo, en la medida en que sus términos expresivos tengan que ver con cualquier sugestión localista. Lo logrará en proporción a la altura de su personalidad". 



Fotografía de 1896 de Jean Sibelius
 
Hay otros puntos interesantes en su disertación que de nuevo describen más su estilo que reflejan una situación teórica. Por ejemplo, la postulación de la indivisibilidad entre melodía y la armonía: ambas emergen del mismo punto, ambas son inseparables y no deben ser separadas.

Sibelius había trabajo en más de una ocasión en contacto directo con el folclore (durante la 
composición de "Kullervo" opus 7, en su luna de miel en Karelia, y apenas hacía un año en una edición de melodías). Está hablando pues con fundamento, aunque más desde su propio credo artístico que desde un punto de vista académico. Su espontaneidad es remarcada por el propio Flodin, parte del tribunal, que observa el lenguaje cotidiano que utiliza nuestro compositor en su exposición.
Kajanus escogió la biografía del clarinetista y compositor de origen finlandés Crusell para su lectura. Krohn partía con escasa posibilidades desde el principio, ya que la idea es que el puesto de la Universidad fuese un referente más artístico que puramente académico.

La decisión final de la Universidad tuvo que esperar muchos meses, hasta mediados del año siguiente.

El año de 1896 acabó para Sibelius con un nuevo estreno: el 10 de diciembre el coro YL y la Orquesta de la Sociedad Filarmónica interpretaron, bajo la dirección de Jalmari Hahl "Laulu Lemminkäiselle" ("Un canto para Lemminkäinen") opus 31 nº1, con texto del poeta y traductor Yrjö Weijola, basado por supuesto en el personaje del Kalevala. Este coro masculino con acompañamiento orquestal, heroico y bravucón casi a la manera de un coro de cazadores operístico, tiene una gran particularidad respecto a su material musical: sus música ya había aparecido al final de la versión original del final de Lemminkäinen opus 22. Ya expusimos en su momento las distintas teorías sobre este hecho: que primero fuese la obra orquestal y luego el coro, reaprovechando un material que Sibelius finalmente retiraría de la pieza (aunque está presente en la segunda versión, del año siguiente apenas); que el coro ya estuviera compuesto antes que la partitura orquestal; que fuese una especie de final para Lemminkäinen opus 22; o bien que procediese, como gran parte de Lemminkäinen opus 22 de los materiales de "La construcción del barco". Como ya apuntamos, personalmente seguimos esta última teoría, debida al gran experto sibeliano Andrew Barnett.

De cualquier forma, alejando la discusión sobre su origen lo más posible, el coro es una pequeña joya dentro de la obra de Sibelius, publicada junto a otros dos coros orquestales de fechas muy posteriores.

El año siguiente retomaría una vez más la partitura de Lemminkäinen opus 22 para revisarla, pero eso ya lo veremos en nuestra siguiente entrega de esta biografía.

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martes, 23 de febrero de 2010

Lemminkäinen opus 22: (y 9) discografía




Capítulo anterior (8): las versiones originales
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Como es habitual para cerrar una extensa serie, en este caso dedicada a Lemminkäinen opus 22
, ofrecemos una recomendación discográfica, con especial atención a las mejores interpretaciones y/o las más fieles al estilo del autor.

Fuera de un par de excepciones de grabaciones raras, el recorrido es bastante exhaustivo, esperemos que pueda servirles a la hora de elegir su favorita.

Además añadimos referencias a grabaciones del díptico de leyendas revisadas en 1900, El Cisne de Tuonela
y El retorno a casa de Lemminkäinen, tal como se interpreta en ocasiones (aunque no ha habido una igual respuesta discográfica).

El Cisne de Tuonela
es una de las obras más ejecutadas y grabadas, forma el repertorio de casi cualquier director sinfónico. En el presente post tan sólo destacaremos unos cuantos registros de esta leyenda aislada, con los más importantes de grandes directores sibelianos. prometiendo añadir más con el tiempo.

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Lemminkäinen opus 22 (obra completa)

No se ha efectuado aún la grabación perfecta de Lemminkäinen opus 22. Sin duda esto se debe al hecho de que, en su forma completa, es una partitura difícil, que requiere una enorme capacidad en la dirección para abordar su partitura a la vez que un interés por su sustrato nacional y mitológico. Una pieza tan kalevaliana, como lo es también Kullervo opus 7 que ha alejado a algunos directores que en cambio sí se han atrevido con los términos más abstractos de la sinfonía. Pero al tiempo todos los grandes directores sibelianos la han abordado con maestría y conocimiento del mundo mitológico del Kalevala, aunque con muy distintos resultados.

En cierta manera esta obra tiene dos caras: por un lado la influencia de Wagner y de Liszt, bajo un prisma finisecular, es palpable, más explícita que en otras obras. Por otro lado es una partitura inmensa en el periodo "kalevaliano" del autor, cuando más cercano se siente al uso de melodías y ritmos inspirados en el folclore finés.

Este encuentro entre dos mundos, entremezclados perfectamente en la partitura, debe ser entendido a la hora de enfrentarse con su interpretación, sin luchar con ninguno de ellos en particular. Los registros del presente post suelen ser capaces de ambos parámetros, aunque en alguna ocasión se favorezca más a uno ante el otro. En cualquier caso son muchas las posibilidades estéticas, unas más fieles a las intenciones del autor, sin duda. De ello damos cuenta a continuación.

En cada grabación de la obra completa especificamos el orden que se ha seguido, o bien el de la revisión de 1939, que es la publicada (con El cisne de Tuonela en segundo lugar y Lemminkäinen en Tuonela en tercero), o bien el original de 1896 (el orden, no la versión original), quizá algo más coherente y cíclico que el de 1939. La mayoría de los casos corresponde al de la versión final publicada y a los últimos deseos del compositor, pero en los que no es así se demuestra que es una buena elección, al menos en términos puramente musicales.




Orden: 1896
Orquesta Sinfónica de la Radio de Helsinki
Okko Kamu
DEUTSCHE GRAMMOPHON (1972) - varias reediciones, incl. en serie Eloquence (2010)



Okko Kamu es aquel maestro finlandés del que ya hemos dicho que constituye un verdadero enigma. Con sus poquísimas grabaciones de la música de su compatriota no sería en principio un sibeliano destacado. Pero, junto a algunas interpretaciones del montón, ha sido capaz de dejarnos a cambio algunas de las mejores e imprescindibles de la discografía de nuestro artista. Por esta irregularidad tal vez no tenga el reconocimiento merecido, lo que se traduce en que esta grabación en particular sea un verdadero reto a la hora de ser adquirida, pero deben creernos cuando decimos que merece muchísimo la pena. Su enfoque romántico pero a la vez profundamente finlandés, perfectamente kalevaliano, la hace ideal, porque la sitúa en el momento estético y en los presupuestos artísticos en el que Lemminkäinen fue estrenado. La orquesta está en un auténtico estado de gracia, tratando con auténtica reverencia la inmortal partitura, la que deben a la historia del Kalevala y al artista que escribió la obra musical. A destacar la sección de cuerda y unas trompas elegantísimas y llenas de fuerza. La primera leyenda es absolutamente magnífica, apasionada y mágica. La introducción ya nos introduce en un mundo mágico y sensual, lleno de una belleza increíble, languideciente belleza que crece incluso con la danza, ágil, divertida, sarcástica y popular, pero también báquica y romántica. Los clímax de la pieza son magníficos, así como las sonoridades que extrae Kamu de la orquesta finlandesa, con geniales picados de los vientos y pizzicati de la cuerda. Y los ligados de la cuerda formidables. Lemminkäinen en Tuonela, la mejor interpretación de la discografía tiempos remotos, desbordando de nuevo magia y emoción. En una leyenda que suele abordarse con más frialdad, Kamu acierta plenamente con las sonoridades de la cuerda que constituyen la base de la pieza, y sus ritmos nerviosos, tétricos en la primera sección, y dulcísimos en la central. Hermosísima en verdad, y completamente arrebatadora esta sección central del hechizo, mientras que la final nos sumerge sin grandes dificultades entre lágrimas. La misma tristeza insondable pero sin histrionismos caracteriza El Cisne de Tuonela, que sabe ser elegante y melancólico a la vez que inquietante y fúnebre, l corno inglés de Leo Lötjönen canta con lirismo pero con la necesaria distancia, sin que olvidemos que él pertenece a otro mundo. En el final de nuevo se nos muestra con intensidad el mundo mítico delCursiva Kalevala, rápido, majestuoso en ocasiones, bravo y lleno de poder y fuerza de la naturaleza. Hagan lo posible por encontrar esta grabación. No se arrepentirán.

Interpretación: 9,5 • Sonido: 7 • Estilo: 9



Orden: 1896
Orquesta Filarmónica de Helsinki
Leif Segerstam
ONDINE (1996)


Ya a priori este registro promete mucho: la misma orquesta (aunque con las lógicas transformaciones que traen consigo el paso del tiempo) que estrenara la obra hacía entonces justo un siglo antes de la publicación del disco, con un director que sabe conjugar el sentido nórdico de su origen con un desbordante sentido romántico de la interpretación, uniendo el aspecto kalevaliano y el wagneriano de la obra. Y en efecto, el resultado de tan afortunado encuentro dio como resultado una magistral grabación, sin duda la mejor efectuada en la era digital. Segerstam maneja con exquisitez los timbres de esta obra, y siempre es capaz de darles un apasionamiento singular, con enorme fuerza pictórica a lo largo de la obra. Como única nota negativa estarían en algunos momentos excesos románticos y los tempi algo lentos, sólo eso impide que podamos considerarla una grabación perfecta. La primera leyenda explota con gran acierto los diálogos y superposiciones de los timbres, un verdadero recorrido caleidoscópico por la singular orquestación. El director finlandés resalta tanto la sensualidad del comienzo como el clima romántico del resto, con un Lemminkäinen melancólico, arrebatador e incluso frenético. Lemminkäinen en Tuonela nos causa una gran impresión por su empuje pictórico, recreando y llevándonos con las grande fuerzas telúricas que insinúa la partitura con maestría. El motivo del lamento suena desvastadoramente triste. Aunque Segerstam falla al no hacer audible la caja que suena al comienzo de la segunda parte, el gran tema rúnico suena con gran nobleza, delicadez y melancolía, conduciéndose cada vez más hacia las sonoridades románticas. El final del movimiento, con hermosas meditaciones, es magistral. Para El cisne de Tuonela Segerstam nos propone un recorrido hacia el tiempo de los sueños, de los antepasados, destacando su sensación mágica y legendaria. El corno inglés es de nuevo muy melancólico, pero lo que más destaca de esta pista del disco es la sublime fanfarria en la lejanía y el fatídico tema en unísono. Magistral la sección de la cuerda, con fantásticas sonoridades en pizzicati y los armónicos del final. En el final sobresalen las pedales y obstinati a lo largo de toda la pieza, que de nuevo le dan una gran fuerza telúrica al conjunto, vigoroso y de sobresaliente tímbrica.

Interpretación: 9 • Sonido: 8 • Estilo: 8




Orden: 1939
Jukka Hirvikangas, corno inglés
Orquesta Sinfónica de Lahti
Osmo Vänskä
BIS (2007)


Segunda grabación de Osmo Vänskä y la Orquesta de Lahti de la obra, menos de una década después. Y la razón de esta segunda grabación es obvia: a pesar de la excelente interpretación del anterior registro, la calidad de la toma de sonido o de la mezcla  digital convertía al disco en una experiencia frustrante. A cambio, la toma de 2007 (aunque la grabación no se publicara en su totalidad hasta 2014, habiendo aparecido la segunda y la cuarta leyenda en alguna compilación) es magnífica, además en formato  SACD. La visión del director finés se afianza con su absoluto idiomatismo, la pulcritud de los timbres, y el ánimo nórdico y legendario que le da a la obra sinfónica. Además el drama y la tensión son intensos lo que, junto al colorido imaginativo y plenamente  sibeliano, la hacen una de las grandes versiones, si bien sólo algo más del romanticismo del periodo en el que fueron escritas originalmente estas piezas le acercaría más a lo sublime.
La primera leyenda comienza algo plácida y lánguida, pero cuando el tempo se anima Vänskä da rienda suelta al Sibelius más dionisiaco y primordial, con un clímax final verdaderamente extático. El Cisne de Tuonela apuesta por un clima de extrañeza, de  sobrenaturalidad, donde tanto el lamento lleno de matices del solista como la orquesta consiguen transportarnos perfectamente la imagen mitológica del cisne sobre aguas negras. La interpretación es solemne, de nuevo algo lenta quizá, pero con un clima mucho  más místico de lo que suele ser habitual. La misma atmósfera del gélido infierno en el más allá se encuentra con los trémolos de la tercera leyenda, que contiene una angustiosa sensación de lo inexorable, como un adelanto de la Cuarta Sinfonía. El director finés  se muestra como un magistral pintor musical, manejando cada color y cada combinación de timbres y dinámicas con absoluta plasticidad. Frente a la tónica general de la discografía, es el mejor movimiento de la grabación. El movimiento final, con el adecuado  torbellino rítmico, de nuevo es un vistoso fresco de ricos colores y todo tipo de sensaciones, con unos últimos compases frenéticos y ciertamente heroicos. Como decíamos, una de las mejores versiones, sólo "un poco" más de romanticismo le habría situado en  el olimpo, pero en cualquier caso imprescindible.

Interpretación: 9 • Sonido: 9,5 (SACD) • Estilo: 9



  Orden: 1896
Orquesta Filarmónica de Los Ángeles
Esa-Pekka Salonen
SONY (1992)


La excelente versión de Salonen puede sin duda situarse entre las mejores y más redondas grabaciones de la obra completa. El director finlandés nos ofrece un impresionante fresco bajo el prisma de su modernidad, llevando la obra al siglo XX, lejos de los que ven en Sibelius un músico del pasado. Su fino sentido de la orquesta es superlativo, aunque en ello por supuesto contribuye la misma orquesta americana, de gran perfección técnica, entre los que destacan el magnífico cello solista (Roland Leonard), y el corno inglés de Carolyn Hove, maravillosa. Salonen explora sobre todo las ricas y peculiares sonoridades sibelianas, dotándoles de un espíritu nórdico sublime, además de destacar el elemento rítmico, tan descuidado en las interpretaciones más románticas pero tan esencial en nuestro compositor. Buscándole un pero a la grabación podemos encontrarlo precisamente en que su modernidad tiene como consecuencia cierta frialdad y distancia. No obstante, como hemos señalado, aún no se ha grabado el Lemminkäinen perfecto, y aquí son mucho más notables los pros que los contras. El primer tiempo se mueve con un notable apasionamiento, un fino contraste entre las partes más oscuras y las más luminosas y desenfadas. La llegada del héroe a Tuonela es tratada por Salonen con un visionario ritmo (una de las versiones menos larga de la discografía), un excelente sentido de lo inexorable y fatídico, por no hablar del colorido terrorífico que logra el director finlandés. El drama se intensifica hasta llegar a la tragedia más absoluta. La misma fuerza rítmica se deja sentir en la segunda parte de Lemminkäinen en Tuonela, con una orquesta especialmente refinada. El cisne de Tuonela nada en medio de un mundo de una calma inquietante y desoladora, una atmósfera siniestra y onírica, realmente otro mundo... El gran tema de las cuerdas se muestra con una gran monotonía, incrementando la sensación de pesadilla. El final es rápido y de gran detalle rítmico (una verdadera cabalgata), aguerrido y a momentos salvaje.

Interpretación: 8,5 • Sonido: 7 • Estilo: 8



Orden: 1939
Orquesta Sinfónica de Lahti
Osmo Vänskä

BIS (1999) [también en la Sibelius Edition volumen I]

La versión del director que mejor ha entendido la orquesta sibeliana debería estar en primer lugar si no es por el hecho de que el proceso de grabación, incomprensiblemente, no fue el mejor posible y el sonido es algo defectuoso. Si dejamos aparte este aviso para navegantes, hemos decir que en cualquier caso Vänskä hace muestra de su excelente sentido sibeliano ofreciéndonos una lectura muy cuidada y limpia, de timbres diferenciados (con las notas pedal llevadas a la expresión necesaria) llena de profundidad y belleza.
La primera leyenda impone sus ritmos más salvajes e insistentes, junto con la mayor melancolía del héroe, dando más fuerza si cabe al movimiento. Excelentes prestaciones de la cuerda. El Cisne de Tuonela nos ofrece su lado más infernal y de tristeza infinita, de grandes desolaciones y sobre todo de un arcaísmo que bien se corresponde con la mitología finesa que lo inspira. El tétrico tema inicial de Lemminkäinen en Tuonela, es bien animado rítmicamente para el director finlandés, y subrayando su orquestación sin mezcla nos muestra su carácter plenamente folclórico y legendario de nuevo. Al resaltar todos los planos sonoros, Vänskä nos revela como funciona toda esta primera parte como un estudio de auras. De esa descripción del infierno del Kalevala se pasa a una tragedia más humana, con un gran sentido del drama hacia el final de esta primera parte. La segunda comienza con una gran delicadez y sentimiento, y de nuevo con una impronta de los antiguos cantos fineses muy emocionante. El final es también muy conmovedor. Insistiendo en los ritmos más nerviosos y resaltar las "auras" sibelianas, el final nos ofrece al Lemminkäinen más heroico y orgulloso. En fin, una grabación que nos producirá más frustración por lo que tenía que haber sido que satisfacción que por lo que es.

Interpretación: 9 • Sonido: 4 • Estilo: 9,5





Orden: 1896

Orquesta Sinfónica de Islandia
Petri Sakari
NAXOS (1992)


Con algunos desajustes (debido más a miembros de la orquesta que a la dirección) la versión de Sakari, director finés de pro, se muestra como una de las más interesantes, repleta de drama y oscuridad nórdica, sobria a la vez que fantasiosa. Lemminkäinen en Tuonela, aunque algo lento es verdaderamente electrizante, mientras que El Cisne nos hiza vibrar como un drama griego, antiguo y sabio. Los movimientos extremos quizán pequen de estar algo apagados sin necesidad, aunque también nos dejan una buena sensación. Como decimos una buena versión, con sus fallos descompensadores, pero que mirando el precio habitual del sello Naxos se convierte en una de las mejores compras posibles.

Interpretación: 8 • Sonido: 7 • Estilo: 8,5






Orden: 1939
Orquesta de Philadelphia
Eugene Ormandy
EMI (1979)



Ormandy es un clásico director sibeliano (uno de los primeros en participar, en vida del compositor, en la Semana Sibelius, origen del actual Festival de Helsinki), y además de otros indudables títulos nos dejó esta grabación, muy aclamada por la crítica internacional, considerada todo un clásico. Ciertamente Ormandy representa el primer nivel en los años más oscuros de la interpretación de Sibelius (desde el fin de la Guerra Mundial hasta los 80). Sólo en los últimos años, con la reivindicación del sonido patrio y más moderno del músico, ha perdido parte del interés, aunque no por ello deja de ser un registro absolutamente recomendable. Su grabación es muy colorística, viva, intensa, de gran poderío orquestal e intensidad emocional.
El Lemminkäinen que llega a la isla es, según Ormandy, muy sensual y lleno de vitalidad, inclusive un sano humor, aunque con tendencia a la melancolía. Su pasión en ocasiones se desborda, lleno de romanticismo. Todo sucede además en un gran festival de color y orquestación (estupenda orquesta). El segundo clímax antes de la pieza es intenso y con certeza magnífico, uno de los mejores en esos compases. En El cisne de Tuonela el director de origen húngaro crea una atmósfera de sortilegio y encantamiento, con una cuerda especialmente atmosférica y un corno inglés (Louis Rosenblatt) hipnotizador y hasta seductor que nos llama a atravesar la frontera hacia el mundo de los muertos. Lemminkäinen en Tuonela tiene de nuevo mucha magia, pero quizá no el drama necesario, y la segunda parte el toque folclórico es resaltado en exceso, haciendo perder poder al oscuro pasaje, aunque en el final de la pieza el drama se recupera de nuevo en un poderoso clímax. En El retorno al hogar de Lemminkäinen Ormandy maneja a la perfección el ritmo nervioso del autor, con una versión ágil y poderosa, a veces incluso perturbadora.


Interpretación: 8 • Sonido: 6,5 • Estilo: 7




Orden: 1939
Orquesta de la Suiza Romance

Horst Stein
DECCA (1980)


Una de las mejores versiones, comúnmente oculta en las discografías, aunque sólo echamos de menos algo más de estilo, lo cual es entendible por no ser un director especialmente interesado en Sibelius. Lemminkäinen y las doncellas de la isla es una verdadera bacanal en manos de Stein, un lujurioso y bailable, casi mediterráneo festín a la manera de la bacanal de Tannhäuser de Wagner o el final de Daphnis y Chloe de Ravel. Sorprende la gran fuerza de la pieza. En El Cisne el solista es un tanto plano, pero el director crea de nuevo un mundo mágico, con sonoridades llenas de color y contrastes, sin perder nunca la hipnótica monotonía de la pieza y su nebulosa. La tercera leyenda tiene una fuerza arrolladora, podemos oír la instrumentación siempre en primer plano, aunque algunas dinámicas parecen contradecir a la partitura, que pide más delicadeza. Es la más lisztiana (o incluso wagneriana) de la suite, y aquí Stein lo demuestra plenamente. El último poema sinfónico es tumultuoso y contundente, quizás un poco rudo a veces, pero cerrando con ímpetu una genial versión, no muy idiomática, pero sí muy bien interpretada, con oficio y gran intensidad emocional. Una rareza recomendada para los que buscan otros enfoques de la obra.

Interpretación: 8 • Sonido: 7 • Estilo: 6,5





Orden: 1939
Björn Bohlin, corno inglés
Orquesta Sinfónica de Gotemburgo
Neeme Järvi
BIS (1985)



Primer registro del director estonio, como suele ser habitual más vigoroso y emocional que el de Deutsche Grammophon, y también con una sonoridad menos empalagosa. 
La primera leyenda empieza algo mustia, buscando en los diálogos orquestales la base de  su dramatismo, más que en el ritmo, más relajado de lo necesario. Aunque no le falta romanticismo, no es lo bastante sensual. A destacar la prestación de los celli, y el trabajo con la parte grave de la orquesta, que da una sensación muy telúrica a la pieza. La  tensión acumulada se resuelve bien en la segunda parte, mucho mejor aprovechada, aunque los violines en el clímax final suenen un tanto apelmazados. El Cisne entona su canto con gran languidez y ánimo oscuro, abordando Järvi este movimiento con gran  plenitud y expresión, uno de los mejores momentos de la grabación. El solista es excelente, aunque en algunos diálogos la orquesta gesticula. El descenso al infierno nórdico es muy evocador, con una dimensión como sacada del pasado ancestral, y el oportuno  dramatismo además. El tema modal central es entonado con gran lirismo e incluso espiritualidad, acondicionado por bellas aportaciones de los solistas. El final de la leyenda tiene resonancias heroicas, y hasta cierto punto wagnerianas. Este mismo clima se  extiende a la última leyenda, donde podemos notar la fuerza de un Lemminkäinen cabalgando con toda su nobleza y cierta urgencia. El ritmo es excelente en este caso, lo que contribuye a una interpretación que corona con éxito la grabación. Aunque con ciertas 
carencias, un disco muy a tener en cuenta.

Interpretación: 7,5 • Sonido: 6,5 • Estilo: 7





Orden: 1939
Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa
Hannu Lintu
ONDINE (2014)


Ondine lanza con este su tercer integral de Lemminkäinen, en esta ocasión encomendada al nuevo titular de la orquesta de la radio finlandesa, Hannu Lintu, director anteriormente en Tampere. El director finés ofrece una lectura moderna, con toques  impresionistas, aunque bastante idiomática sin embargo. Quizá el fallo esté en cierta frialdad y distancia, compensadas por el buen trabajo del conjunto. Resulta un curioso contrapunto a la versión de Segerstam, no es superada por la de su compatriota, aunque 
estemos ante una lectura más que oportuna.
La primera leyenda está poseída por ritmos hipnóticos y cierto aspecto onírico, muy fin de siècle, con ritmos contenidos y timbres algo nebulosos, sin carecer sin embargo de refinamiento. Lintu prefiere lo atmosférico al sentimiento que contiene, aunque no se 
resiste a la inquebrantable pasión de los pasajes del tema de los celli. Algunos acordes resultan demasiado secos para darle la sensualidad necesaria, otorgando en cambio una inquietante violencia a las aventuras amorosas del héroe. El clímax al final de la pieza  en cambio se desata con un gran fuerza y sentimiento. El relato onírico vuelve con su toque siniestro en la segunda leyenda, un cisne helador y hierático, verdaderamente ajeno a este mundo. Cierta monotonía premeditada añade fuerza al conjunto, pero al mismo  tiempo, unido a su tempo lánguido, lastra de nuevo su potencial emocionador. La claridad orquestal (beneficiada por una buena ingeniería de sonido) ayuda a dar una especial magia al poema sinfónico. La tercera leyenda prolonga las mismas cualidades  atmosféricas y sobrenaturales de El cisne en Tuonela, hasta llegar a un clímax realmente tenso y duro. El tema de la segunda parte tiene un buen tono folclórico, y Lintu redunda en su carácter mesmerizante, con excelentes equilibrios entre las secciones  orquestales. La energía de la última leyenda casi parece superponerse a la partitura, sin excluir la gesticulación, aunque de nuevo los equilibrios orquestales permiten un firme camino para Lemminkäinen. El director finés cultiva bien los ritmos y la sensación de  perpetuum mobile, pero ciertos toques tiene trazo grueso. Buena versión, aunque no aporte nada nuevo en realidad.

Interpretación: 7,5 • Sonido: 9 (SACD) • Estilo: 8 

 


Orden: 1939
Orquesta Nacional Escocesa
Alexander Gibson
CHANDOS (1978)


Una versión hermosa y amable, mágica y lírica, aunque quizá demasiado educada y falta de drama. Gibson glutina la orquestación más de lo que demandaría Sibelius y la orquesta en algunos momentos no parece muy fina, pero en general el resultado es óptimo y de gran valor. La primera leyenda parece un debate tranquilo entre la inocencia y lo sensual, un verdadero acierto dramático, aunque se echaría de menos algo más de ímpetu. El Cisne de Tuonela tiene un gran y noble espíritu elegiaco, muy elegante, con Susan Tyte a un corno inglés que en ocasiones parecer hablar. Falta sin embargo el terror y la angustia que puede generar la pieza, al igual que sucede con el comienzo de Lemminkäinen en Tuonela, que lo intercambia por una tristeza y una melancolía realmente hermosas, pero que no se corresponde con las intenciones del autor. La segunda parte de la pieza describe a la perfección el amor materno y su poder mágico benéfico (emparentando sus sonoridades con las de En saga opus 9). Cuando Lemminkäinen vuelve a su hogar lo hace como un soldado más que como un héroe, con honores y solemnemente, con ocasiones para cerebrarlo. Al final de Gibson le falta la garra legendaria, pero es más que cumplidor.

Interpretación: 7,5 • Sonido: 7 • Estilo: 6,5



Orden: 1896
Orquesta Sinfónica de Toronto
Jukka-Pekka Saraste
FINLANDIA RECORDS (2000) - WARNER MUSIC (2003)


Esta grabación de Jukka-Pekka Saraste para su sello local con una orquesta canadiense demuestra lo importante que es en Sibelius la aplicación del estilo y la tradición interpretativa finlandesa. Saraste hace hablar al autor, dejando el intérprete para el detalle. No es sin embargo Saraste uno de los grandes, aunque sí un estupendo director sibeliano. Su lectura recuerda en algunos aspectos a la versión de Kamu, aunque con menor romanticismo, pero enlazando con lo legendario, lo mágico, lo ritualístico. Una buena recomendación para los que buscan calidad a bajo precio además.
Lemminkäinen y las doncellas de la isla para Saraste viene de un mundo mágico y oscuro. La excelente batuta del director finlandés incide en la melancolía y apasionamiento del héroe, y ha hace buena gala de su conocimiento del estilo del músico con ritmos nerviosos y timbres sin mezcla, con excelentes resultados. En Lemminkäinen en Tuonela opta de realzar el hipnotismo y el mundo sobrenatural de la pieza, la sección central es fantástica (salvo por el sonido excesivo de la caja al comienzo de la misma). En El Cisne se insiste en el mundo onírico y fantástico de la leyenda anterior, aunque una prestación por parte del solista nada destacada hace perder fuerza a la pieza, que tampoco constituye lo mejor del registro. En El retorno al hogar de Lemminkäinen Saraste hace un gran trabajo estilístico, ofreciendo los obstinati del movimiento en todo su esplendor, proporcionándonos una interpretación que nos atrapa desde el primer toque de timbal.


Interpretación: 7,5 • Sonido: 7 • Estilo: 8,5

 




Orden: 1939
Orquesta Sinfónica de la Radio Danesa
Thomas Jensen
DECCA (1953)


Primera grabación absoluta de la obra completa, cuando ni siquiera se habían publicado las revisiones de 1939 (hemos de suponer que se conseguirían impresiones en pruebas). Jensen fue un gran director danés, alumno de Carl Nielsen y un buen conocedor de la música de Jean Sibelius. En conjunto su visión es melancólica antes que dramática, de gran calidad pero sin el necesario nervio que necesita esta música.
Algo reposada y melancólica la primera leyenda parece más una evocación de tiempos pasados que una acción presente, lo que le da un aspecto de gran nostalgia, aunque no falta en el último tercio del poema sinfónico una pasión desbordada. En El cisne de Tuonela Jensen muestra su sensacional dominio de la cuerda, creando texturas magníficas en un movimiento lánguido y en ocasiones realmente tétrico, lleno de una pena infinita. Igualmente lleno de tristeza están las desventuras de Lemminkäinen en Tuonela, antes triste que dramático. El final no resulta tan contundente, afectado también de la melancolía que inunda la obra.


Interpretación: 7 • Sonido: 4 • Estilo: 7,5



Orden: 1939
Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca
Mikko Franck
ONDINE (2000)


Mikko Franck es un maestro local finlandés de buena solvencia sibeliana. Su versión de la obra es solemne, algo lenta quizá, pictórica casi áurea, llena de colores vivos y una imaginativa atención a crear sólidas masa orquestales. En la primera leyenda hay sin duda alegría, pero le falta inquietud rítmica y el erotismo del que es capaz. En El Cisne se dejan escuchar los rumores oscuros del fondo del entramado orquestal con gran fuerza, mientras la cuerda realmente llega a llorar. El corno inglés de Bo Eriksson es algo frío y demasiado educado, pero bien cantabile. El gran tema al unísono final tiene una sonoridad extraordinaria en manos de Franck, en ocasiones preciosista. En Lemminkäinen en Tuonela Franck trabaja sobre todo la relación entre distintos planos sonoros, dando como resultado un impresionante fresco orquestal que, sin embargo, no emociona ni trasmite su significado tétrico. Una impresión similar suscita la pieza final, que cuenta de todas formas con un gran entusiasmo por su contundente orquestación, bien realzada por Franck.


Interpretación: 7 • Sonido: 8 • Estilo: 8


Orden: 1939
Orquesta Sinfónica de Londres
Colin Davis
BMG - RCA RED SEAL (2000)


El gran director Colin Davis es el campeón del sibelianismo inglés actual, y desde luego hace más que bien su labor. Su Lemminkäinen opus 22 completo recoge una estupenda grabación, aunque no gana nada en comparaciones con otras. Aunque el sonido directo le da un carácter especial, no ayuda en cuanto a la separación nítida de timbres. Existe en general una sonoridad orquestal algo descompensada y algo empastada. De todas formas, el principal defecto de esta versión es un carácter débil y poco dramático, laxo incluso, mal que afecta a otras visiones inglesas de los distintos números de la obra. Lemminkäinen y las doncellas de la isla es pálido, algo lento y poco rítmico, casi contemplativo en ocasiones, pero tiene un especial sentido de positividad y alegría. En El Cisne de Tuonela el corno inglés suena muy por encima de la orquesta, como un auténtico concierto, más lírico y meditativo que fúnebre y mágico. Poderoso el tema de la cuerda al unísono y muy lograda la sonoridad cuando lo toma el solista. La ejecución de Lemminkäinen en Tuonela es realmente buena, aunque también carece de la necesaria fuera, tiene momentos espléndidos, como toda la sección central, muy delicada. En el final, aunque efectivo, se echa de menos la bravura que exige la pieza, Lemminkäinen parece demasiado cansado de sus aventuras... Una versión agradable de oír, pero que apenas le dejara huella...

Interpretación: 7 • Sonido: 7,5 • Estilo: 6,5



Orden: 1896
Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa
Jukka-Pekka Saraste
RCA (1992)


Grabación en vivo, parte de un interesante ciclo de RCA con Saraste por desgracia descatalogado y muy difícil de adquirir. Una versión muy correcta en lo idiomático, muy estilística, adecuada en los tempi, aunque de trazo algo grueso y pálida, gestos que sin embargo va perdiendo según avanza la suite (cosas del directo). A Lemminkäinen y las doncellas de la isla le falta ritmo y drama, al igual que Lemminkäinen en Tuonela, que sin embargo cuenta con una delicadísima versión del tema de ascendente popular de la segunda parte del poema sinfónico, parte que ha ganado considerablemente intensidad frente a lo escuchado hasta el momento. Con esta misma intensidad canta el cisne, triste y como sacado de un extraño sueño. La sensación física de balanceo es poderosa, al igual que el tema fúnebre del final. El final es enérgico y de nuevo muy físico, como queriendo reproducir con exactitud la cabalgata de Lemminkäinen.

Interpretación: 7 • Sonido: 6,5 • Estilo: 8



Orden: 1939
Orquesta Sinfónica de Gotenburgo
Neeme Järvi
DEUTSCHE GRAMMOPHON (1997)


La versión de Neeme Järvi para la Deutsche Grammophon cae en los mismos defectos que la mayoría de sus grabaciones del sello dorado: una excesiva tendencia hacia el "bello son" a costa de la profundidad y la intensidad interpretativa, un producto pensado para los oídos más gustosos de delicias que de leyendas nórdicas. A grandes rasgos Järvi es un muy buen director sibeliano, pero estos enfoques, hemos de pensar que indicados por la discográfica, hacen disminuir la valoración del registro. Además hay una clara falta de visión global, de no tomar la obra como un todo sino como suma de cuatro obras orquestales, siendo la lectura de las dos últimas leyendas superior a la de las primeras. La primera leyenda se muestra como un festival de colores, de gran riqueza. En su contra hay que señalar su precipitación y cierta rudeza e inconsistencia rítmica: todo suena muy precipitado y rudo, mucho más de lo es en el Kalevala el héroe. El volumen de los timbales resulta en ocasiones excesivo. El Cisne de Tuonela se compromete poco excepto quizá con los timbres sin asperezas. Es una de las versiones de menor duración. Lemminkäinen en Tuonela, con una ejecución rápida, tiene un nivel bastante superior al resto de las leyendas, con muy bellos resultados sonoros y una especie de magia mística que inspira la dirección del músico estonio, aunque el final parezca de nuevo muy precipitado. También El retorno al hogar de Lemminkäinen tiene un nivel interpretativo algo superior, pero cae en los mismos defectos que sus compañeros sinfónicos. 
 
Interpretación: 6,5 • Sonido: 8,5 • Estilo: 7

 
Orden: 1939
Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo
Paavo Järvi
VIRGIN (1996)

 
Hijo de gran director sibeliano y estonio Neeme Järvi, Paavo Järvi es tan entusiasta por la obra de nuestro músico como su padre, pero eso no le asegura desde luego una gran altura como intérprete. Su versión de Lemminkäinen es más bien floja, con falta de alma y de pathos. No es una mala versión tampoco, ni le falta estilo, pero simplemente Paavo Järvi, a juicio de quien les escribe, no es un gran director. No constituye una buena opción si se quiere tener un poseer Lemminkäinen, pero se puede encontrar a precio económico en un doble CD que además trae la ópera "La doncella de la torre", la suite de "Pélleas et Mélisande", "Luonnotar", Cabalgata nocturna y amanecer opus 55, etc, en fin, una buena manera de conseguir obras no tan frecuentes como sería ideal por un excelente precio. Pasando a la obra propiamente dicha, diremos que la primera leyenda es algo lenta y pálida, de timbres en ocasiones confusos y muy limados, y ritmos apagados. Jesper Harryson, el corno inglés de la orquesta sueca, hace un buen trabajo en El cisne de Tuonela, bajo un ambiente oscuro y repleto de tristeza que le viene francamente bien, un movimiento destacado dentro de esta interpretación, aunque de nivel es inferior a otros discos. El tercer tiempo adolece de la debilidad del primero, y carece de sentido de la tragedia, aunque en ocasiones llega a retratar bien el sentimiento de tristeza, como sucedía en el segundo movimiento. El retorno al hogar de Lemminkäinen es lo mejor del registro, con fuerza y carácter, aunque con los timbres un poco emborronados.

Interpretación: 6,5 • Sonido: 7 • Estilo: 7,5


Orden: 1939
Real Orquesta Filarmónica de Liverpool
Charles Groves
EMI (1974)


Un gran caballero de la mejor tradición británica, Charles Groves fue un importante director sibeliano en aquel país de grandes sibelianos. No obstante realiza una versión de Lemminkäinen opus 22 pálida y débil, sin mucho que destacar en ella, aunque sea correcta.
El número 1 es lento y pesado, de trazo grueso y uniforme, sin la necesaria agilidad, sin que destaquen nada de sus obsesivos ritmos, aunque el clímax llega a ser realmente poderoso. El cisne suena triste sin llegar a ser realmente desolador. El trazo de Lemminkäinen en Tuonela también es denso, si bien esta vez Groves aprovecha los momentos más intensos de la pieza para darle un correcto carácter trágico no carente de cierta magia. La pieza final también sufre de los defectos de la primera, aunque no está carente de solemnidad y heroísmo.

Interpretación: 6 • Sonido: 6 • Estilo: 5




Orden: 1939
Orquesta Filarmónica de Moscú
Vassily Sinaisky
- (1991) pub. BRILLIANT (2010)


La grabación del director ruso no tiene nada sobresaliente, aunque tampoco tiene grandes faltas, sí resulta un poco insulsa, sin limpieza sonora (además de la calidad de la grabación), poco atractiva en general. Sólo si buscan un buen precio puede valer la pena,  y tampoco se disgustarán por ella. Salvo que quieran molestarse en buscar algo más, ya que existen otras opciones mejores también en serie económica.
La primera leyenda se inicia con un clima lánguido, otoñal y algo opresivo, que sirve de buen preludio a la danza que se suscita después, con un ritmo muy regular y mecánico, donde el director tiene cuidado de sacar buen partido a los diálogos. Mucho más  notable resulta cuando los violoncellos toman el dominio del devenir musical, dándole un mayor apasionamiento, que desvelan influencia chaikovskyana. Toda la pieza se debate entre esos accesos de pasión, en ocasiones impactantes, y cierta distancia del sujeto  que se intenta representar, también con algo de confusión orquestal. La coda resulta muy efectiva y precisa, sorprendentemente, sintiendo plenamente el poder del pedal sibeliano. El clima de El Cisne de Tuonela es de nuevo lánguido, ahora más de ensueño sencillo que de irrealidad mitológica, sin tener acentos tenebrosos. La solista es monótona, y tiene algunos problemas en los momentos más virtuosísticos. El pasaje orquestal central redunda en la misma elegía y melancolía soñadora del resto de la pieza, en la que falta magia pero no música. La tercera leyenda llega prolongando las mismas sensaciones, sólo que el clima somnoliento no beneficia a las tensiones que implica la pieza, de las que no se saca mucho partido. Sinaisky logra con el gran tema modal un juego de texturas excelentes, transmitiendo ahora sí una gran sensación de sobrenaturalidad, aunque pronto vuelva cierta monotonía. El clímax antes del final trae algunos momentos más dramáticos y emocionales, como la coda que de nuevo resulta especialmente lograda. La última leyenda contiene mucha más fuerza y empuje, aunque con mayor pulcritud tímbrica se hubieran logrado mejores resultados. En suma, una versión "no muy allá", fácilmente prescindible, pero ha habido al menos buenas intenciones.

Interpretación: 6 • Sonido: 5,5 • Estilo: 6

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El cisne de Tuonela + El retorno al hogar de Lemminkäinen



Orquesta Sinfónica de Bournemouth
Paavo Berglund
EMI (1970/78)



Es una pena que uno de los más grandes músicos sibelianos no haya querido abordar Lemminkäinen en su forma completa, pero al menos podemos contar con una maravillosa grabación del díptico publicado en 1900. En ella el director finlandés nos ofrece una lectura tremendamente austera y esencialista, con un Cisne de Tuonela que llega a helarnos el aliento si antes no lo hemos perdido ya en el comienzo de la pieza. Quizá el pero está en eso, en ser demasiado austero y esencialista, dando poca oportunidad al color. El trabajo del solista (Jeffrey Brown, es excelente), y el carácter general tiende a la desolación y no da ninguna oportunidad a la esperanza, una versión de logrado pesimismo existencial. El retorno al hogar de Lemminkäinen es enormemente visceral y físico, lleno de fuerza vital y un aspecto muy "terrestre". El héroe para Berglund sin duda es un aristócrata poderoso, tal y como afirmaba el compositor. A pesar de no ser la obra completa es una grabación imprescindible en su cedeteca, aunque parece descatalogada sin duda volverá a ser editada en alguna serie media o económica.

Interpretación: 8 • Sonido: 7 • Estilo: 8



Orquesta Hallé
John Barbirolli
EMI (1967) - reed. WARNER CLASSICS


El gran maestro inglés aborda El Cisne de Tuonela con sentido elegiaco, limando muchas de sus asperezas y peculiaridades, de emociones contenidas aunque de belleza segura. Su Retorno de Lemminkäinen tiene garra y fuerza, mucho heroísmo y algún momento estupendo... pero también cierto exhibicionismo orquestal que crea algunas desigualdades tímbricas. ¿Es Barbirolli es un sibeliano sobrevalorado? En esta grabación por lo menos nos lo parece, sobre todo en la medida en que parece haber entendido poco ambas piezas, aunque siendo justo gran parte de la culpa se la debería llevar una orquesta un tanto ausente...

Interpretación: 6 • Sonido: 6 • Estilo: 6

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El cisne de Tuonela





Orquesta Filarmónica de Berlín

Herbert von Karajan
(I) EMI (1977)

(II) Deutsche Grammophon (1984)
Karajan grabó en varias ocasiones esta pieza, que sin duda amaba y a la que supo dar un nivel artístico formidable. La primera, para EMI, es meditativa y preciosista, seductora y llena de magia, esta grabación de Karajan es realmente una de las más fabulosas dentro del los directores foráneos. Sosiego y desasosiego conviven en ella, con una extraña mixtura de timbres dulcificados y fúnebres al tiempo. Visión romántica pero también acertada de la obra, que nos deja una sensación onírica y de profunda tristeza. La segunda, para el sello dorado, ahonda en la calidad sonora del recién inagurado disco compacto, es un prodigio sin duda del sonido más exquisito del director de Salzburgo, con una tímbrica realmente asombrosa (atentos a los solos de la cuerda) de nítidos timbres a la vez que una atmósfera onírica sin parangón. Aunque algo pierde en cambio en emoción, se mueve en parámetros muy similares a la versión para EMI. Absolutamente imprescindible cualquiera de las dos por estar entre las mejores de la discografía incluyendo los registros completos de Lemminkäinen opus 22.

(I) EMI 

Interpretación: 9 • Sonido: 7,5 • Estilo: 7
(II) Deutsche Grammophon

Interpretación: 9 • Sonido: 9 • Estilo: 7,5



Orquesta Sinfónica de la NBC
Arturo Toscanini
BMG-RCA (1944, 1992)



Toscanini fue uno de los primer intérpretes absolutos de la obra, y en esta interpretación histórica nos da buena cuenta de su conocimiento de la partitura, proponiendo un cisne elegante, melancólico, con gran poder hipnótico y un elevado sentido de la tragedia, sabiendo exprimir el significado de cada "escena" del poema sinfónico. El gran tema rúnico de la cuerda, todo un coro de espectros. Una lectura brillante, quizá poco habitual, pero brillante.

Interpretación: 8,5 • Sonido: 4 (retrasmisión radiofónica, mono) • Estilo: 7 






Hege Sellevåg, corno inglés
Orquesta Filarmónica de Bergen
Andrew Davis  
CHANDOS (2014)




Sonido mágico y épico el que impone el director británico en esta versión, llena de elegancia y de poder hipnótico. El equilibrio inicial entre el solista, el cello y la orquesta crea un muy adecuado colorido instrumental, que ilustra a la perfección el mundo de la  leyenda del Kalevala. El gran tema lírico tiene gran poder y espíritu épico, épica y magia que no se abandonan en el final de la pieza. Buena versión, recomendable.

Interpretación: 8 • Sonido: 9 (SACD) • Estilo: 6



La Real Orquesta Filarmónica
Ole Schmidt

CENTURION MUSIC (1993)

Muy bien enfocada estéticamente, esta versión de un director no muy célebre demuestra cuánto bien hace un buen estudio de la partitura sin atender a la tradición o a grabaciones previas. Muy buen sentido del alma nórdica, con un cisne especialmente gélido y agarrotador. Muy sentida, de colorido impresionante, timbres exquisitos (extraordinaria orquesta) y un solista formidable (Geoffrey Brown - ¿el mismo del disco de Berglund? -). Una rara grabación que merece la pena ser buscada por su belleza nórdica.

Interpretación: 8 • Sonido: 7,5 • Estilo: 8,5




Louis Rosenblatt, corno inglés
Orquesta de Philadelphia
Eugene Ormandy
SONY (1960)


Una interpretación lánguida, de sones mágicos y llena de colorido. El punto más negativo lo pone el solista del corno inglés, con un canto un tanto plano e inexpresivo a veces, al contrario que el resto de la orquesta, que aporta una poderosa visión elegiaca, 
en ocasiones algo monótona, de la leyenda sibeliana.

Interpretación: 7 • Sonido: 6,5 • Estilo: 6,5



 
Orquesta Sinfónica Leopold Stokowski
Leopold Stokowski
EMI (1957)


El mítico director de origen británico aborda con maestría la obra de Sibelius, de la que fue un gran defensor (aunque nos dejó pocas grabaciones). Stokowski pone en primer plano al corno inglés, que toma la pieza como una obra de concierto, pieza oscura y  de colorida orquestación. El maestro impone grandes gestos, un poco exagerados, a los músicos americanos, aunque quizá el estilo no sea el más correcto. El gran tema dórico de la cuerda centra todo el poder de la pieza, que al ser entonando por el solista se  deja rodear de toques verdaderamente apocalípticos. No es una mala lectura, aunque aquejada de los manierismos del director, que nos legó otros mejores Sibelius. Por cierto, la pieza del genio nórdico estuvo entre los candidatos descartados para formar parte de la secuela de la mítica "Fantasía" de Walt Disney, y se llegó a bocetar el pasaje.

Interpretación: 7 • Sonido: 6,5 • Estilo: 6 



Orquesta Filarmónica de Viena
Malcolm Sargent
EMI (1961)


El maestro Sargent da a la obra un sentido elegiaco, de una serenidad sorprendente para las tensiones que contiene la partitura, sin aristas ni momentos heladores. ¿Es una buena opción? Realmente la obra, su significado literario o el puramente musical piden lo contrario. El gran tema final suena más solemne que trágico, aunque no hay que perder de vista las sonoridades col legno de la cuerda en el momento de su ejecución al corno inglés. A pesar de todo es una buena versión, que demuestra las múltiples posibilidades estéticas de una misma obra.

Interpretación: 7 • Sonido: 6,5 • Estilo: 6


Gerhard Stempnik, corno inglés [no reseñado]
Orquesta Filarmónica de Berlín
Hans Rosbaud

DEUTSCHE GRAMMOPHON (1954)

Una visión muy romántica de la pieza, que no se beneficia demasiado del sonido monoaural (enésima demostración de que Sibelius pierde mucho en grabaciones antiguas y/o de baja calidad). Sonidos mágicos y evocadores de la vieja escuela centroeuropea, con un Rosbaud defensor del compositor finlandés en un momento y un lugar en el que tocar Sibelius era casi un pecado. Desde luego un pecado delicioso, como se demuestra en esta buena grabación, de gran valor histórico en cualquier caso.

Interpretación: 7 • Sonido: 4 • Estilo: 5,5 





Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo
Andrew Davis
FINLANDIA RECORDS (1997) - WARNER CLASSICS (2001)


El director británico nos propone una versión lírica, meditabunda e íntima de la pieza, con más presentimiento que realidades fúnebres, una sonoridad lejana y hermosa, pero obviando las posibilidades dramáticas. No obstante, una versión hermosa.


Interpretación: 7 • Sonido: 7 • Estilo: 7


Orquesta Sinfónica de Boston
Colin Davis
PHILIPS (1976)


Una versión algo distante y fría, pálida y sin mucha emoción. Eso sí, muy delicada y de gran refinamiento, cuidada y con momentos de lirismo. Simplemente comunica poco. Apenas preferible a su registro completo.

Interpretación: 6,5 • Sonido: 7 • Estilo: 6




Marni J. Houghom, corno inglés
Orquesta de Minnesota
Eiji Oue
REFERENCE (2002)


El director japonés, que llegó a ser alumno de Bernstein, y que muchos barceloneses recordarán por su estancia en la ciudad, hace lectura aquí de un habitual del repertorio de las orquestas americanas (¡qué envidia!). La propuesta de Oue es lenta, solemne,  infinita, aunque quizá demasiado tranquila, sin la tensión necesaria. Las fanfarrias suenas espaciosas, casi triunfales, con un tono de elegía, que continúa con el gran tema dórico, expuesto con gran parsimonia por el solista. Nada destacable, una lectura de oficio.

Interpretación: 6 • Sonido: 6,5 • Estilo: 6
 
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De esta manera terminamos nuestro recorrido por Lemminkäinen opus 22.



Capítulo 1: la historia en el Kalevala
Capítulo 2: algunas reflexiones sobre el mito de Lemminkäinen
Capítulo 3: historia de la obra
Capítulo 4: I. Lemminkäinen y las doncellas de la isla (análisis)
Capítulo 5: II. El Cisne de Tuonela (análisis)
Capítulo 6: III. Lemminkäinen en Tuonela (análisis)
Capítulo 7: IV. El retorno a casa de Lemminkäinen (análisis)
Capítulo 8: las versiones originales


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[Ampliado: 2 de julio de 2015]