martes, 13 de diciembre de 2016

¿Nórdico o escandinavo? ¿Finlandés o finés? Algunas cuestiones básicas sobre los países del Norte

Recientemente un lector del blog nos escribía a nuestro correo para preguntar algunas cuestiones básicas, de las que se disculpaba por ser "algo que debería saber, pero..." Hemos estimado que quizá sea interesante dedicar un pequeño espacio para dirigir a todos nuestros lectores esa contestación, ampliada, para que puedan explorar bien esas preguntar si es que también las desconocían, y de paso damos un pequeño prólogo a los posts que dedicaremos a los 100 años de la independencia de Finlandia, dándole un contexto más amplio y general.

La primera cuestión (grupo de preguntas más bien) se refería a si existe diferencia entre "nórdico" y "escandinavo"; y si es así qué denominación es más adecuada para Finlandia, y cómo encaja el país entre los demás, si también existen grandes diferencias con otros países que entran en esas diferencias.

Pues ciertamente, en primer lugar no es lo mismo "nórdico" que "escandinavo". Bajo el concepto de "países nórdicos" ("Norden" como término habitual usado justamente en ellos) se incluye una serie de países del norte de Europa que han compartido una historia y una cultura común, y cuyos vínculos e intercambios de todo tipo siguen muy vivos hoy en día. Con precisión se pueden llamar países nórdicos a Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia como países soberanos, a los que hay que añadir las Islas Feroe y Groenlandia como entidades autónomas dentro de Dinamarca (esta última es desde 2008 prácticamente independiente a efectos prácticos), y la isla de Åland, autonomía dentro de la República de Finlandia. Además hay que considerar como una identidad propia dentro del "Norden" a los pueblos saami (o lapones, aunque éste término tiene una connotación negativa), de la región de Laponia, que se extiende al norte de Noruega, Suecia y Finlandia, así como en la península de Kola (perteneciente políticamente a Rusia), considerados como el único pueblo netamente indígena de la Europa continental actual (dejando aparte las etnias de Rusia).

Banderas nórdicas. 
Arriba, de izquierda a derecha: Islandia, Islas Feroe, Dinamarca y Suecia. Abajo: Finlandia, Noruega, Åland y Groenlandia. 
Excepto esta última todas tienen en común la cruz de San Olaf o cruz nórdica. La de Groenlandia representa de manera abstracta un iceberg, con los colores de Dinamarca.

En cambio Escandinavia es un concepto más restringido. Geográficamente (la península escandinava) abarcaría estrictamente Noruega y Suecia, pero por vínculos históricos y lingüísticos muchas veces se considera a Dinamarca también como parte de Escandinavia. En cualquier caso Finlandia es un país nórdico, pero no escandinavo. 

¿Qué los une y que los diferencia? Como hemos dicho tienen una larga historia común, de intercambios, hasta el punto que durante de la llamada "Unión de Kalmar" (de 1397 a 1523), al unirse las coronas de Suecia y Dinamarca, todos los territorios nórdicos descritos formaban una única unidad política (al menos en teoría). 

Los territorios de la Unión de Kalmar (c.1400)

El núcleo de la identidad cultural e histórica de lo nórdico, es justamente lo que llamamos Escandinavia (incluyendo Dinamarca), cuyos habitantes hablaban el nórdico antiguo, una lengua germánica que unía a pueblos del sur de la península escandinava y de la de Jutlandia (Dinamarca), y las islas entre ambas. Mientras, el resto de los territorios permanecían completamente ajenos: el centro y norte de Escandinavia y del norte de Finlandia estaban ocupados por pueblos fino-ugrios que serían arrinconados progresivamente al norte, y de los que son descendientes los modernos saami; el sur de Finlandia y todo el golfo báltico estaba ocupado por otros pueblos fino-ugrios más recientes, de los que son descendientes los modernos finlandeses (además de karelios, estonios, etc.). Las Faroe estaban posiblemente ocupadas por pueblos celtas, de los que apenas hay huellas. Islandia no tenía población humana hasta la llegada de monjes irlandeses hacia el siglo IX, mientras que Groenlandia, geográficamente más cercana a América que a Europa, estaba poblada por pueblos inuit, también de cultura indígena. Poco antes de la época vikinga los pueblos escandinavos llegaron a las Feroe (siglo VII), y durante los viajes de descubrimiento y saqueo de los drakkar, llegaron a las Feroe e Islandia (finales del siglo IX) y finalmente a Groenlandia (finales del X). Tras el año 1000 estos pueblos se fueron convirtieron al cristianismo, y se expandieron también por toda la península escandinava, formando finalmente los reinos unificados de Noruega, Suecia y Dinamarca (aunque sus fronteras no eran las actuales).

En el siglo XII el cada vez más poderoso Reino de Suecia se expande hacia la actual Finlandia y el todo el golfo báltico, incorporando esos territorios a su corona. Tras algunas pérdidas en el siglo XVIII (como Estonia), sería en 1809 cuando finalmente Finlandia pasaría a manos del Imperio Ruso.

Como decíamos antes, la Unión de Kalmar unió a todos lo que llamamos hoy en día "países nórdicos", pero tras su disolución aún existirían vínculos parciales y bilaterales. Tras la separación de Suecia (de la que, tal como señalábamos, formaba parte también Finlandia), Dinamarca y Noruega permanecieron unidas, y no fue también hasta las guerras napoleónicas - exactamente en 1814 - cuando Noruega se separaría de Dinamarca para pasar... a Suecia. A principios de siglo XX fue cuando tanto Noruega como Finlandia se convertirían en países independientes: Noruega lo haría en 1905 como Reino, y Finlandia en 1917 como República.

El resto de los territorios tras la disolución de Kalmar permaneció en la corona unida de Dinamarca-Noruega. Tras la separación de 1905 Islandia, las Feroe y Groenlandia permanecieron en la corona danesa. Islandia se independizó parcialmente en 1918 (el rey de Dinamarca seguía siendo el soberano de la isla) y en 1944 totalmente, como República de Islandia. Las islas Feroe gozan de autonomía política desde 1948, y hay activos movimientos por su independencia total de Copenhague. Groenlandia también es un territorio autónomo de Dinamarca, en especial desde la ley de 2008 como decíamos antes, que deja en manos del gobierno local casi toda la política excepto asuntos exteriores. Por otra parte la isla de Åland, que siempre había pertenecido a Suecia, había sido cedida a Rusia en 1809 como parte del Gran Ducado de Finlandia, y tras la independencia de esta última seguiría en la nueva República independiente. En la actualidad es un territorio autónomo donde, por ejemplo, el sueco es el único idioma oficial.

Las lenguas también son un elemento de unidad y de diferenciación entre las distintas identidades de "Norden". En el núcleo original se hablaba una única lengua escandinava, el protonórdico primero, y en época vikinga el nórdico antiguo, que ya se dividió en dos zonas lingüísticas diferenciadas: la occidental, Noruega, y la oriental, que abarcaba territorios de las actuales Suecia y Dinamarca. El nórdico antiguo occidental se extendió hacia los territorios de ultramar: el moderno feroés y el islandés son descendientes de la antigua lengua de Noruega. Mientras que en Groenlandia en la actualidad la lengua principal (y única oficial en la actual), es una lengua inuit, el groenlandés (en realidad un conjunto de dialectos), propia de la cultura, mientras que el danés está vinculado a la lengua la metrópolis (sigue siendo hablado por sus descendientes, y aún buena parte de los nativos son bilingües). 

El feroés muestra rasgos arcaicos, pero sobre todo es el islandés el idioma actual más cercano al nórdico antiguo (conservando por ejemplo la declinación completa), hasta el punto que un islandés actual lee sin demasiado esfuerzo textos medievales (comparativamente, como un castellanoparlante leyendo un texto del siglo XVIII). 

En Noruega el idioma ha sufrido una historia más complicada y hasta cierto punto conflictiva: el moderno noruego se divide en dos variantes principales, el "bokmål" o "lengua del libro" (también llamado "riksmål", "lengua del reino"), que es la forma principal del idioma, la más hablada (del 85 al 90%) de la población, incluyendo los que hablan ambas variantes), la oficial y la corriente a nivel literario. Se distingue de la otra variante, el "nynorsk" (o "neonoruego"), en que ha sufrido una fortísima influencia del danés, sobre todo en su estrato más culto, hasta tal punto que un noruego que habla bokmål entiende con escasa dificultad el danés (y viceversa) sin preparación previa (aunque en la práctica es difícil encontrar daneses y noruegos que nunca hayan oído o leído sus idiomas espejo). El nynorsk es una lengua estandarizada por el filólogo Ivar Aasen en el siglo XIX a partir de dialectos locales y rurales, más cercanos al nórdico occidental antiguo. Sin embargo, esta variante tiene mucho de artificial, y su uso (más frecuente en el oeste y el norte del país) está muy unido inexorablemente a cierta reivindicación identitaria y política. 

Las variantes modernas del danés y del sueco descienden del nórdico antiguo oriental, aunque han evolucionado por separado y están bastante diferenciadas (no obstante aún es posible un alto grado de inteligibilidad mutua). El sueco es lengua co-oficial en Finlandia, donde los descendientes de los antiguos emigrantes, los llamados suecofinlandeses, han conservado tanto la lengua como una identidad propia. La ley (basada en porcentaje y en el número de hablantes según censo) ampara el bilingüismo oficial con el finés, y aún el monolingüismo cuando no se llega al número suficiente de hablantes (hay localidades monolingües oficialmente de suecoparlantes en Finlandia, aunque son raras). 

El finés es una lengua completamente diferente a las que tienen origen en el nórdico antiguo, y hasta tal punto diferente que pertenece a una familia lingüística absolutamente diferente a la indoeuropea a la que pertenece las escandinavas (como las demás lenguas germánicas, las romances, las eslavas, las celtas, las bálticas, etc.): la fino-ugria, a la que pertenecen también el estonio y las lenguas saami. El finés y las lenguas saami llevan asentadas en el lugar de época muy remota, anterior al desarrollo del nórdico antiguo, varios miles de años incluso, al menos en el caso de los saami, que intentan conservar sus antiguas tradiciones y modo de vida, con una continua reivindicación. Esta reivindicación raramente tiene connotaciones políticas nacionalistas, ya que no existe idea de una "nación saami", de una Laponia unida e independiente, pero sí de un reconocimiento legal y cultural a su modo de vida ancestral.

Bandera del Consejo Saami, considerada la bandera en común de los pueblos saami. Al contrario que la mayoría de las banderas nórdicas no contiene la cruz. Los círculos representan el sol y la luna. 

Por cierto, aclaramos en este punto la diferencia de uso entre "finés" y "finlandés". El diccionario de la RAE no establece diferencia entre ambas palabras, y en el lenguaje común efectivamente se utiliza indistintamente. Pero existe una convención entre los que escribimos sobre Finlandia, una especie de norma no escrita, para usar "finés" como relativo en exclusiva al idioma, y "finlandés" como adjetivo de todo lo demás que refiera a Finlandia. Esto es, por ejemplo: un finlandés habla finés. Decir "un finés habla finlandés" es correcto gramaticalmente, pero quienes hacemos uso de la convención creemos que intercambiar los términos acota mejor sus significados y los hace más expresivos.

La minoría suecoparlante en Finlandia es del 5% en la actualidad (históricamente ha ido disminuyendo, y también se han vivido ciertos conflictos a lo largo de los años por su uso). A cambio, una cifra similar de finlandeses o descendientes de finlandeses vive en Suecia. Las raíces ancestrales de los finlandeses - de las que ya hablaremos en otra ocasión -, aparte de la población descendiente de los colonizadores suecos, es bastante distinta a la escandinava, pero la pertenencia durante tanto siglos al reino de Suecia ha determinado la membresía sin lugar a dudas de Finlandia a la comunidad de países nórdicos. 

Hay otros elementos importantes de refuerzan los vínculos de estos países entre sí. Uno de los más destacados es la religión, ya que a pesar de que la Unión de Kalmar había caducado, todos los países nórdicos se fueron sumando a la reforma protestante, y las iglesias principales de todo el "Norden" son de herencia luterana (han existido, de manera muy destacada en el siglo XIX, movimientos pietistas de influencia calvinista). Incluso  el cristianismo luterano ha tenido carácter de religión oficial hasta fechas muy recientes en alguno de estos países, como es el caso de Noruega. Aunque en la actualidad sólo un pequeño porcentaje de la población es practicante habitual, las distintas iglesias siguen teniendo un peso importante en sus sociedades, y goza de respeto incluso entre los no creyentes. Significativamente las antiguas religiones paganas, no tan lejanas en el tiempo, tuvieron en la historia una persistencia más allá de la conversión oficial al cristianismo, quizá más como viejos relatos literario-mitológicos y pequeñas supersticiones y tradiciones folclóricas antes que una fe verdadera en los antiguos dioses. De ahí que nos hayan llegado tesoros como los "Eddas" islandeses y otras sagas de la época vikinga (escritas sin embargo tras la conversión al cristianismo), además del "Kalevala" finlandés, las creencias en el "pueblo escondido" (elfos) en Islandia, los trolls noruegos, los espíritus locales en Finlandia, o las tradiciones chamánicas en Laponia y en la lejana Groenlandia. 

Por vínculos con el luteranismo, así como por la propia lengua, los países nórdicos y más estrictamente los escandinavos, han recibido una gran influencia social y cultural de Alemania. En el caso de Finlandia además ha habido también cierta influencia de Rusia, no tanto por su ocupación en el siglo XIX (que fue más militar y económica que poblacional), sino por el contacto y los intercambios fronterizos a lo largo de toda la historia. Además, tras la Segunda Guerra Mundial, hubo bastante inmigración de poblaciones cercanas a los finlandeses (karelios, ingrios, estonios y otras etnias más pequeñas) que emigraron la URSS a Finlandia, y llegaban con una mayor influencia rusa (la mayor parte de los karelios, por ejemplo, era de tradición ortodoxa: y ése es el principal origen del pequeño porcentaje de finlandeses actual que pertenecen a la iglesia ortodoxa). 

Bandera oficial del Consejo Nórdico

Tras la separación de estos países, se ha recorrido el camino contrario en los tiempos modernos, y los lazos han vuelto a estrecharse. Con su cierta dosis de dificultades, rivalidades y recelos, ha habido entre estos pueblos un ánimo constante por encontrar marcos comunes de colaboración y acercamiento, y a nivel político, económico, educativo y cultural las relaciones son excelentes a grandes rasgos. En 1952 se creó el Consejo Nórdico, integrado por diputados de las cinco naciones soberanas nórdicas, que ha discutido y prometido acuerdos, políticas comunes y reformas legales para acercar a los países, llegando a logros como el permitir la circulación sin pasaporte (o más exactamente, con un "pasaporte nórdico" común) de sus ciudadanos. En la actualidad, sin embargo, el Consejo tiene un menor peso político y económico, debido a que Dinamarca (desde 1973), y Finlandia y Suecia (desde 1995) forman parte de la Unión Europea, y Noruega e Islandia sin estar en la UE sí están asociadas a la misma como parte de la EFTA. Y es en estos niveles donde suelen producirse ahora los acuerdos entre los países del Consejo Nórdico el cual, no obstante, sigue teniendo un importante peso simbólico. Y siempre, por supuesto, cada país tiene iniciativas propias para acercar posturas respecto a aquellos países con los que se ha visto más vinculado.

Vemos que la historia de los países nórdicos es una historia de uniones, desuniones... y vueltas a la unión. Una historia común salpicada de muchas e interesantes diferencias, que sus ciudadanos aprecian que el resto de los europeos conozcan. Y desde aquí nuestra pequeña aportación para que así sea.

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