El tercer tiempo de Sibelius constituye el eje central de la obra, en torno a la historia que en el Kalevala precipita el final del héroe, y que Sibelius aprecia con acierto como la principal: Kullervo seduce a una muchacha que resulta ser su propia hermana. Sin duda el autor valoró el dramatismo, casi propio de una tragedia griega, que se encontraba en el texto tradicional. Y para ello decidió utilizar la voz como vehículo de expresión, abandonando la expresión puramente musical de los movimientos anteriores.
Esta decisión pareció natural dentro de la progresiva concepción de la obra, si bien, como ya hemos expuesto, el autor tuvo sus dudas acerca de cómo vehicular el texto del Kalevala, decidiendo finalmente que dos solistas encarnasen a Kullervo y a su hermana (cuyo nombre se obvia en el Kalevala) y un coro masculino narrase el resto del texto.
Sibelius tiene los referentes históricos de la Novena Sinfonía de Beethoven, las sinfonías dramáticas de Berlioz y las sinfonías-poemas sinfónicos con parte coral de Liszt. Pero la forma final parece en nuestro autor determinada por la expresión del texto, sin deudas claras con el pasado musical.
Es difícil, más que en otros movimientos de la sinfonía, la forma de este Kullervo, ya que el discurso musical no se adecua a ninguna forma, ni siquiera con ningún género, ya que "Kullervo y su hermana" se mueve entre el poema sinfónico, la cantata, el oratorio e incluso la ópera. Repitámoslo: lo que impera en este caso es el texto, y es el texto el que determina el género y la forma del movimiento.
A grandes rasgos, aquí nos atrevemos a hablar de cuatro secciones diferenciadas: la primera es fundamentalmente narrativa, y está encomendada al coro, con breves diálogos de los solistas. Su discurso evoca a la canción kalevaliana, con su compás de 5/4 y sus repeticiones, un poco a la manera de futuras baladas y/o cantatas.
La segunda sección pertenece a la escena de amor entre Kullervo y su hermana cuya descripción más explícita está encomendada a la orquesta, y después a un diálogo propio de un oratorio o incluso una ópera, inmerso en el discurso sinfónico sin embargo. La tercera sección correspondería con la larga narración de la hermana, llena de acentos conmovedores, también próxima a la ópera.
La última sección, en la que Kullervo lamenta su destino podría ser casi una canción o un aria de ópera, pero su fuerte carácter ritualístico, emulando a la narración del principio, lo apartan de ese tipo de expresiones, quedando como un solo en tono muy kalevaliano, épico y trágico a la vez.
El movimiento comienza con una animada parte orquestal, en 5/4 como hemos dicho, que parece describir (con su perenne sonido del triángulo) el viaje en trineo de Kullervo, con figuras agitadas y constantemente nerviosas Podemos hablar de un "ritornello" compuesto de diferentes motivos, que vacilan entre el Fa Mayor y el re menor, el principal de los cuales es éste (compás 3, primeros violines):
Esta introducción orquestal se prolonga bastante, sin duda para dejar claro el singular compás (aunque más claro estará cuando comienza a cantar el coro), y para hacer nacer la agitación que persigue todo el movimiento.
El coro entra al unísono, tal y como permanecerá en casi toda sus intervenciones. Y entra con un tema modal de corte arcaico, que apela a la canción kalevaliana pero que no toma del folclore, ni siquiera en cuento a forma, sino de su propia y fecunda inspiración (compás 44, tenores I &II):
Esta decisión pareció natural dentro de la progresiva concepción de la obra, si bien, como ya hemos expuesto, el autor tuvo sus dudas acerca de cómo vehicular el texto del Kalevala, decidiendo finalmente que dos solistas encarnasen a Kullervo y a su hermana (cuyo nombre se obvia en el Kalevala) y un coro masculino narrase el resto del texto.
Sibelius tiene los referentes históricos de la Novena Sinfonía de Beethoven, las sinfonías dramáticas de Berlioz y las sinfonías-poemas sinfónicos con parte coral de Liszt. Pero la forma final parece en nuestro autor determinada por la expresión del texto, sin deudas claras con el pasado musical.
Es difícil, más que en otros movimientos de la sinfonía, la forma de este Kullervo, ya que el discurso musical no se adecua a ninguna forma, ni siquiera con ningún género, ya que "Kullervo y su hermana" se mueve entre el poema sinfónico, la cantata, el oratorio e incluso la ópera. Repitámoslo: lo que impera en este caso es el texto, y es el texto el que determina el género y la forma del movimiento.
A grandes rasgos, aquí nos atrevemos a hablar de cuatro secciones diferenciadas: la primera es fundamentalmente narrativa, y está encomendada al coro, con breves diálogos de los solistas. Su discurso evoca a la canción kalevaliana, con su compás de 5/4 y sus repeticiones, un poco a la manera de futuras baladas y/o cantatas.
La segunda sección pertenece a la escena de amor entre Kullervo y su hermana cuya descripción más explícita está encomendada a la orquesta, y después a un diálogo propio de un oratorio o incluso una ópera, inmerso en el discurso sinfónico sin embargo. La tercera sección correspondería con la larga narración de la hermana, llena de acentos conmovedores, también próxima a la ópera.
La última sección, en la que Kullervo lamenta su destino podría ser casi una canción o un aria de ópera, pero su fuerte carácter ritualístico, emulando a la narración del principio, lo apartan de ese tipo de expresiones, quedando como un solo en tono muy kalevaliano, épico y trágico a la vez.
El movimiento comienza con una animada parte orquestal, en 5/4 como hemos dicho, que parece describir (con su perenne sonido del triángulo) el viaje en trineo de Kullervo, con figuras agitadas y constantemente nerviosas Podemos hablar de un "ritornello" compuesto de diferentes motivos, que vacilan entre el Fa Mayor y el re menor, el principal de los cuales es éste (compás 3, primeros violines):
Esta introducción orquestal se prolonga bastante, sin duda para dejar claro el singular compás (aunque más claro estará cuando comienza a cantar el coro), y para hacer nacer la agitación que persigue todo el movimiento.
El coro entra al unísono, tal y como permanecerá en casi toda sus intervenciones. Y entra con un tema modal de corte arcaico, que apela a la canción kalevaliana pero que no toma del folclore, ni siquiera en cuento a forma, sino de su propia y fecunda inspiración (compás 44, tenores I &II):
Esta melodía, que llamaremos "tema de Kullervo" es poderosísima, puramente dórica (con tónica en re), sin ningún cromatismo, como salido de la noche de los tiempos. Parece que aquí el coro asume el papel del cantor rúnico, narrando una historia sucedida en los tiempos antiguos, esos "tiempos del Kalevala" que se concibieron en la mentalida romántica tras la publicación de la obra de Lönnrot.
No sólo la melodía y el metro parecen tener ese carácter arcaico, sino también las sucesivas repeticiones de la secuencia que se genera a partir de aquí, dando a este comienzo de la obra un carácter casi ritual y venerable. Las primeras estrofas del movimiento retoman pues esta melodía (en correspondencia siempre a la repetición del texto, casi a la manera de un Leitmotiv, "Kullervo, Kalervon poika") aunque con cambios significativos en cada aparición. Pero inspirándose en su espíritu (la repetición y las pequeñas variaciones) más que en su forma real.
En su primera forma está acompañada por la siguiente figura rítmica (en el mismo compás, violoncelli):
Con esta figura se define el ritmo principal de la pieza, 3+2, siendo la parte ternaria la de las notas largas (al contrario que en la canción kalevaliana típica). Este ritmo ya había aparecido en otra forma en el ritornello, pero a partir de aquí se transforma en una figura obsesiva mientras la música permanezca en el 5/4. En ocasiones el obstinato llega a independizarse y cobrar el carácter de motivo melódico, un adelanto de procedimientos futuros de los que ya hablamos en su día ("el aura": http://sibeliusencastellano.blogspot.com/2008/12/el-estilo-de-sibelius-el-aura.html ).
Volviendo al comienzo de la primera intervención del coro, habría que decir que en sí la larga estrofa es una pieza en sí misma, que trascurre fluidamente aunque con cierto sentido cíclico: melodía principal, aparición de la doncella con una música más cromática, melodía principal alterada, y entonces un diálogo entre Kullervo y su hermana.
Hay cierto un descriptivismo en algunos pasajes: además del triángulo que hemos oído desde el principio, también podemos hablar de cuando el texto menciona el estruendo del trineo de Kullervo, evoca quizá el sonido del látigo. Sibelius en general evitará descriptivimos fáciles, pero incluso en esta etapa los utiliza, aunque escasamente.
Como hemos dicho, al hablar de cada aparición de la doncella (que en el Kalevala eran tres, aquí Sibelius las fusiona en una sola cantante) la música se vuelve más cromática e intranquila, con el canto en notas repetidas (compás 90). Con la entrada del barítono se produce el primer diálogo entre Kullervo y su hermana. Sibelius utiliza aquí un recitativo muy realista, casi hablado, violento y rápido, aunque también da oportunidad a profundos giros modales que lo colorean.
El retorno a la melodía principal y a una nueva estrofa se hace en mi dórico (compás 130), esta vez con un acompañamiento más denso armónicamente. La secuencia se produce, como ya hemos avanzado, de manera paralela a la anterior. La tercera estrofa sigue el mismo ritual, esta vez en do# dórico (compás 185) y un ritmo cada vez más agitado, acumulando más y más tensión.
El tercer diálogo entre Kullervo y la doncella es el más expresivo, con rotundos gestos melódicos, y firmes giros modales.
A partir de ahí la música va tomando otro rumbo (compás 230), con el coro dividido en cuatro partes, narrando el rapto de la muchacha mientras se superpone a sus propias exclamaciones, en un pasaje especialmente brillante. Los expertos en folclore han visto claramente en este recitativo de la doncella ciertas canciones femeninas de Karelia de palabras rapidísimas.
El coro finaliza esta primera sección con la música un tanto inquietante con que lo hacía en cada aparición de la hermana, si bien ahora dividido en dos voces, tenores y bajos.
La segunda sección del movimiento (compás 262) comienza con un bello pasaje de los oboes en Mi Mayor, acompañado por el pedal de las trompas y un singular obstinato de los clarinetes. A esta especial coloración orquestal se suma pronto el coro, con motivos de notas repetidas, describiendo la obnubilación que sufre la doncella ante las riquezas que esconde Kullervo en su trineo.
No sólo la melodía y el metro parecen tener ese carácter arcaico, sino también las sucesivas repeticiones de la secuencia que se genera a partir de aquí, dando a este comienzo de la obra un carácter casi ritual y venerable. Las primeras estrofas del movimiento retoman pues esta melodía (en correspondencia siempre a la repetición del texto, casi a la manera de un Leitmotiv, "Kullervo, Kalervon poika") aunque con cambios significativos en cada aparición. Pero inspirándose en su espíritu (la repetición y las pequeñas variaciones) más que en su forma real.
En su primera forma está acompañada por la siguiente figura rítmica (en el mismo compás, violoncelli):
Con esta figura se define el ritmo principal de la pieza, 3+2, siendo la parte ternaria la de las notas largas (al contrario que en la canción kalevaliana típica). Este ritmo ya había aparecido en otra forma en el ritornello, pero a partir de aquí se transforma en una figura obsesiva mientras la música permanezca en el 5/4. En ocasiones el obstinato llega a independizarse y cobrar el carácter de motivo melódico, un adelanto de procedimientos futuros de los que ya hablamos en su día ("el aura": http://sibeliusencastellano.blogspot.com/2008/12/el-estilo-de-sibelius-el-aura.html ).
Volviendo al comienzo de la primera intervención del coro, habría que decir que en sí la larga estrofa es una pieza en sí misma, que trascurre fluidamente aunque con cierto sentido cíclico: melodía principal, aparición de la doncella con una música más cromática, melodía principal alterada, y entonces un diálogo entre Kullervo y su hermana.
Hay cierto un descriptivismo en algunos pasajes: además del triángulo que hemos oído desde el principio, también podemos hablar de cuando el texto menciona el estruendo del trineo de Kullervo, evoca quizá el sonido del látigo. Sibelius en general evitará descriptivimos fáciles, pero incluso en esta etapa los utiliza, aunque escasamente.
Como hemos dicho, al hablar de cada aparición de la doncella (que en el Kalevala eran tres, aquí Sibelius las fusiona en una sola cantante) la música se vuelve más cromática e intranquila, con el canto en notas repetidas (compás 90). Con la entrada del barítono se produce el primer diálogo entre Kullervo y su hermana. Sibelius utiliza aquí un recitativo muy realista, casi hablado, violento y rápido, aunque también da oportunidad a profundos giros modales que lo colorean.
El retorno a la melodía principal y a una nueva estrofa se hace en mi dórico (compás 130), esta vez con un acompañamiento más denso armónicamente. La secuencia se produce, como ya hemos avanzado, de manera paralela a la anterior. La tercera estrofa sigue el mismo ritual, esta vez en do# dórico (compás 185) y un ritmo cada vez más agitado, acumulando más y más tensión.
El tercer diálogo entre Kullervo y la doncella es el más expresivo, con rotundos gestos melódicos, y firmes giros modales.
A partir de ahí la música va tomando otro rumbo (compás 230), con el coro dividido en cuatro partes, narrando el rapto de la muchacha mientras se superpone a sus propias exclamaciones, en un pasaje especialmente brillante. Los expertos en folclore han visto claramente en este recitativo de la doncella ciertas canciones femeninas de Karelia de palabras rapidísimas.
El coro finaliza esta primera sección con la música un tanto inquietante con que lo hacía en cada aparición de la hermana, si bien ahora dividido en dos voces, tenores y bajos.
La segunda sección del movimiento (compás 262) comienza con un bello pasaje de los oboes en Mi Mayor, acompañado por el pedal de las trompas y un singular obstinato de los clarinetes. A esta especial coloración orquestal se suma pronto el coro, con motivos de notas repetidas, describiendo la obnubilación que sufre la doncella ante las riquezas que esconde Kullervo en su trineo.
El drama se ha desencadenado, y toda la orquesta explota hacia el clímax del movimiento, sin duda uno de los momentos más extáticos jamás escritos por Sibelius. Este pasaje había sido concebido meses atrás de su plasmación final: melodía en los violines, contramelodía en las trompetas, rápidos obstinati en las maderas y el metal grave acompañando rítmicamente de manera impecable, como queriendo significar el Destino, lo inexorable de la tragedia. Es la que llamaremos "melodía del éxtasis", en do# dórico, que contiene ciertas similitudes con el tema de Kullervo (compás 278, primeros violines):
Tras una breve referencia al ritornello principal (¿una referencia quizá al hecho de que Kullervo posea a la hermana dentro del trineo?), la melodía vuelve en otro tono, perdiendo algo de fuerza para acabar en una tensa explosión. El compás pasa entonces al 9/4 (compás 327) y a un martilleante obstinato en La bemol Mayor de cuerda, fagot y timbal. Este momento crea una tensa espera hacia una resolución, tal vez la espera del Destino antes de asestar su golpe mortal sobre la pareja, mientras ambos muestran su interés el uno por el otro. El diálogo de hecho se realiza de una manera mucho más melódica, sin la sequedad de los diálogos anteriores.
Una disonancia nada sutil acompaña a la exclamación de Kullervo cuando dice su nombre y su ascendencia, con una fórmula sacada de su tema. La hermana le responde con un texto y unas melodías semejantes (compás 357), si bien el carácter de la orquesta resuelve finalmente el advenimiento de la tragedia: la dura disonancia de nuevo llega cuando ella revela que es hija también de Kalervo.
Llegamos entonces a la tercera sección del movimiento, con un nuevo cambio de compás a 6/4 y el tono de mi menor (compás 371). La hermana de Kullervo narra su historia con delicadeza y mágicas y lastimosas evocaciones al tema de Kullervo, empleado aquí como un tema de su familia. El obstinato que seguía su mancillamiento aparece de nuevo junto con nuevos sonidos, acrecentando el sentimiento de tragedia que va saturando gradualmente el carácter de la música.
Un nuevo cambio se produce en el interior de esta sección, y describe el diálogo de la hermana con la naturaleza (como en el movimiento anterior), una escena de ciertas resonancias wagnerianas, aunque caracterizada de nuevo por los obstinati típicamente sibelianos y la modalidad:
Volvemos al 9/4 (compás 442) y de nuevo a la martilleante música que anteriormente teníamos bajo ese compás, pero el final está ya está próximo con la evocación a la misma muerte. La soprano canta cada vez con notas más largas y graves, casi solemnes. Un nuevo cambio de compás (4/4, compás 460) nos lleva al final de esta parte protagonizada por la hija de Kalervo, con un canto absolutamente dramático de blancas, elemental pero tremendamente afectado abandonando la expresión a los feroces obstinati que parecen devorarla.
Como ya dijimos, Sibelius no reproduce el texto del suicidio de la hermana que aparece en el Kalevala, ni tampoco encomienda su descripción a la orquesta como había hecho con su deshonra. Además de evitar quizá la dureza, si vemos en conjunto el discurso del movimiento hay que pensar que tal vez esto hubiera creado un falso final del movimiento y afectado a la estructura de toda la pieza, teniendo la maldición de Kullervo como auténtica culminación.
Tras un largo acorde y un aún más extenso silencio de cuatro compases (que no todos los directores respetan), llegamos a la cuarta y última sección del movimiento (compás 508), el llamado "lamento de Kullervo", tal y como denominó el propio Sibelius a los arreglos que separaban esta momento en una pieza independiente (la parte de la cuerda reducida a dos pentagramas):
Este canto realmente magnífico, la auto-maldición que se atribuye el héroe, sigue, como decíamos, cierto espíritu arcaico, marcado por su melodía claramente modal (fa dórico) y su regularidad. La línea vocal se acompaña de secos acordes del tutti, en el que destaca un plato especialmente contundente. La melodía está llena de rasgos, sacados de la prosodia finesa, que Sibelius utilizará reiteradamente en sus grandes melodías, como es el tresillo y la quinta descendentes, que dan un contundente carácter a esta parte.
Con esta crudeza y contundencia acaba el movimiento, dejando abierto el futuro del héroe.
_________________________
El video de este movimiento está dividido en tres partes, dada su longitud. Recuerdo los intérpretes, ya que están al completo:
Marianne Rørholm, mezzosoprano
Peter Mattei, barítono
YL (Coro masculino de la Universidad de Helsinki)
Orquesta Sinfónica de la Radio Sueca
Esa-Pekka Salonen
Salonen desde luego sabe que este movimiento es el eje de la obra, y pone una energía extra en el, lo que sin duda lo hace espectacular. Quizá sólo la mezzo no alcanza el alto nivel artístico de los demás al abordar con cierta frialdad su papel. En cualquier caso una buena versión, lástima que no esté en CD.
Los videos están subtitulados en italiano, lo que puede facilitarles a ustedes una buena compresión. Les aconsejo que se lean un par de veces la traducción que les hemos ofrecido más abajo, sin duda es una obra pata tener muy en cuenta el texto.
Mañana abordaremos el cuarto movimiento, y probablemente también el quinto, para tener la sinfonía completamente analizada para los que acudamos el jueves al concierto en nuestra ciudad.
Capítulo 1: historia completa en el Kalevala
Capítulo 2: Sibelius compone su sinfonía "Kullervo" (1891-92)
Capítulo 3: I. Introducción
Capítulo 4: II. La juventud de Kullervo
Capítulo 5: III. Kullervo y su hermana (texto)
Capítulo 7: IV. Kullervo va a la guerra
Capítulo 8: V. La muerte de Kullervo (texto)
Capítulo 9: V. La muerte de Kullervo (análisis)
Capítulo 10: la historia posterior a su estreno
Capítulo 11: valoración global de la obra
Capítulo 12: discografía
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