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miércoles, 5 de febrero de 2020

"Arioso" opus 3 (1911), canción sobre versos de Runeberg

Todos los 5 de febrero se celebra en Finlandia Día Runeberg, evento que conmemora el nacimiento del poeta nacional Johan Ludvig Runeberg y con ello una festividad de la literatura finlandesa, en especial la redactada en lengua sueca (frente al Día del Kalevala, el 28 de este mismo febrero, que representa la tradición y las letras finoparlantes). 

Como en otras ocasiones, la efeméride nos servirá para presentar una de las muchas y magníficas composiciones (un gran número de sången - canciones -, incluyendo ciclos, y también algunos coros y cantatas) en las que Jean Sibelius musicó versos del poeta, engrandeciendo aún más su poesía con magníficas y sentidas partituras. 

Para esta jornada en particular, proponemos una canción escrita en 1911 por compositor finlandés: el "Arioso" opus 3. Antes de hablar de la música, presentamos el breve poema de Runeberg (que Sibelius musica sin cambios del texto, aunque cambia ligeramente la estructura), y una traducción a nuestro idioma:

Rosa escarchada. Tomada de este blog.

    Flickan gick en vintermorgon 
    i den rimbeströdda lunden,
    såg en vissnad ros och talte: 
    ”Sörj ej, sörj ej arma blomma, 
    att din sköna tid förflutit! 
    Du har levat, du har njutit, 
    du har ägt din vår och glädje, 
    innan vinterns köld dig nådde. 

    Värre öde har mitt hjärta, 
    har på en gång vår och vinter: 
    gossens öga är dess vårdag 
    och min moders är dess vinter. ” 

    ”Sörj ej, arma blomma, 
    att din sköna tid förflutit!”

        --------

    La muchacha salió una mañana de invierno
    a la arboleda cubierta de escarcha,
    vio una rosa marchita y dijo:
    “no te lamentes, no te lamentes, pobre flor,
    ¡tu hermoso tiempo ha pasado!
    Has vivido, has disfrutado,
    has poseído ya la primavera y el gozo,
    antes de que el frío del invierno te alcanzara.

    Un destino peor halló mi corazón,
    tener al tiempo primavera e invierno:
    los ojos de mi muchacho son su día de primavera,
    y los de mi madre son su invierno.”

    “No te lamentes, pobre flor,
    ¡tu hermoso tiempo ha pasado!”
_____________

El poema fue publicado en la segunda parte de sus "Lyriska dikter" ("Poemas líricos", 1833), sección XXXIII: como número 3 de los Idyll och epigram (Idilios y epigramas), y con el título de  "Flickans årstider" ("Las estaciones de la muchacha"). La poesía toca en poca límeas muchos de los temas queridos al compositor: el tono popular, el punto de vista femenino, la identificación del sentimiento con el cambio en la naturaleza y, sobre todo, la pérdida de la inocencia. Lo que en Heine - una clarísima influencia en su estilo - sería ironía en el poeta nórdico se transforma en un pesimismo trágico, en un drama inconmensurable para la joven. Poemas semejantes los encontramos con frecuencia en Runeberg, y del mismo modo Sibelius lo ha considerado más de una vez para sus canciones. Sin ir más lejos una de sus sången más populares, "Flickan kom ifrån sin älsklings möte" ("La chica retornó del encuentro con su amante") opus 37 nº5, presenta un retrato muy semejante.

La composición no debió de ser muy dificultosa para nuestro autor. Anota estar trabajando en su diario en la obra el 15 de octubre de ese 1911, unos meses después del estreno de la Cuarta sinfonía, y mientras daba vueltas a proyectos de revisión o reconversión de antiguos trabajos, como Rakastava opus 14. La canción se completó el día 17, y al día siguiente se la envió al editor local (y director de orquesta) Alexei Apostol. Precisamente la elección de este editor explica una de las peculiaridades de la pieza, su primerizo número de opus, nada menos que la "tercera" de sus obras publicadas. Mientras, otros trabajos del momento tenían la numeración correspondiente mucho más alta, como el coro "Män från slätten och havet", con el número de opus 65a. El embrollo de esta numeración se debe a un pequeño engaño por parte del autor, que tenía un contrato bastante comprometido con Breitkopf & Härtel, que le obligaba a destinar sus obras nuevas a la prestigiosa firma. Eludiendo al editor alemán podía sacar un rédito más rápido y directo con obras pequeñas. Y en verdad el hecho no les pasó desapercibido: “¿esta atañe quizá a una antigua composición? De otro modo por supuesto tendría que habérnoslo revelado a nosotros directamente, como ciertamente usted solía hacer, para placer nuestro, durante tanto tiempo”. 

Según comunicó Sibelius a B & H, este Arioso es una composición antigua, escrita antes de 1890. Está listada como Op. 3 en mi catálogo opus. Lo cual como vemos no era cierto... Aunque había algo de verdad: sobrevive un esbozo musical, presente en el manuscrito HUL 1186, datado entre 1890 y 1892, de su época de estudios en Berlín y Viena, un boceto en el que Sibelius había comenzado una canción sobre estos mismos versos (apenas una introducción pianística y dos líneas del texto, con una música no demasiado prometedora). El compositor recurrió en muchas ocasiones al poeta en esos años (todo el opus 13 está dedicado en exclusiva a canciones sobre sus versos). Pero en todo caso la temática musical del esbozo no tiene relación musical ninguna con el "Arioso" de dos décadas después.

Aparte de la cuestión del catálogo, la composición presenta otra singularidad: está redactada tanto para voz y piano como para voz y orquesta de cuerda. Sim embargo, frente a otras sången, escritas con el acompañamiento pianístico habitual y orquestadas después - a veces años después -, en este caso ambas versiones se redactaron simultáneamente. Y de este modo ambas partituras son muy idiomáticas en su instrumentación, cambiando por ejemplo los arpegios y pedales del piano por texturas densas, divisi y notas prolongadas en los arcos. Ni que decir tiene que el logro mayor de Sibelius, hombre de orquesta y mago de las cuerdas, está en la versión con acompañamiento orquestal, que permite un rango expresivo mayor y una atmósfera más profunda.


La cantante Ida Ekman (1875 – 1942), que estrenó muchas de las canciones de Jean Sibelius 

La versión con piano tuvo el privilegio del estreno, el 18 de septiembre de 1913, cantada por la soprano Ida Ekman. La partitura con orquesta se estrenaría en marzo 1914 en Turku, cantada también por Ekman junto con otras premières del autor.

Análisis
La partitura no se nombra a partir del contenido del poema, sino por su redacción vocal-musical: en efecto, la voz se mueve en arioso, diluida a veces en el entramado instrumental, fluyendo libremente con valores largos a medio camino entre la cantabilidad y el recitativo, evitando en todo caso la regularidad métrica que se esperaría del tono popular de los versos (que sí emplea en otras canciones, como la citada "Flickan kom ifrån sin älsklings möte"). Esta vocalidad no abarca toda la pieza: hay pasajes más cantabiles - de hecho citados así en la partitura -. Sin embargo este tipo de texturam tampoco es infrecuente en otras canciones del compositor. Quizá el título de "Arioso" se deba a una consideración del autor por la forma abstracta de la pieza - apelando incluso a la música del siglo XVIII en algunos mínimos detalles -. O más bien tenga su razón simplemente en evitar la confusión con el íncipit de la citada sång opus 37 nº5, muy semejante. En todo caso, aunque la música no siga la disposición estrófica y métrica de los versos con la correspondiente melodía de carácter popular, la música está muy profundamente impregnada de su contenido, dando como resultado una de las canciones más emotivas e intensas del autor, aunque de una intensidad tremendamente nórdica. 



Las texturas de la versión con cuerda acentúan aún más ese aspecto melancólico, gélido incluso - en el sentido atmosférico, no sentimental -, con un cromatismo y unas disonancias intensas, pero atenuadas por la polifonía exquisita de los arcos. Este fino cromatismo emparenta la obra con trabajos de Edvard Grieg, visto en estudiosos como Andrew Barnett. Aunque, como hemos comentado más de una ocasión, las comparaciones con la música de Grieg y Chaikovsky que continúan como un prejuicio un tanto superficial - basado en sus respectivos "clásicos populares" -, en el particular sí podríamos trazar analogías con alguna de las obras del inmortal autor noruego, como sus obras para cuerda, y con alguna partitura en particular, como las bellísimas "Våren" ("Primavera") o "Den Særde" ("Corazón herido"), que Grieg redactara en múltiples versiones, especialmente reconocidas como canciones con orquesta, y a su vez versión para orquesta de cuerda de ambas (su opus 34). Si escuchamos alguna de estas últimas dos versiones, podremos sentir ese influjo de Grieg; si bien la obra de Sibelius tiene un tono mucho más dramático, errabundo si se quiere frente al tono más folclórico, pero igualmente hermoso de la obra del noruego.

La canción se enmarca dentro del periodo oscuro y aunque está lejos de otros ejemplos de la época, como la citada Cuarta sinfonía o las Sonatinas para piano opus 67, muestra algunos rasgos de aquellas obras, como el adelgazamiento de texturas, el uso significativo del silencio o las armonías errabundas. Al tiempo tiene algo del periodo anterior, romántico (quizá por esto pudo hacer pasar la obra como más antigua). Es posible que ese conflicto musical entre dos mundos sea resultado de la inspiración del propio poema: el recuerdo doloroso entre la felicidad de la primavera con el amado y el invierno que ha marchitado la rosa.

La canción se inicia con un preludio instrumental que tiene cierto aire antiguo con sus sucesivas entradas de voces (vemos pues que el título sí apela al viejo género arioso), y hasta gesto dramático. En la versión orquestal las cuerdas están asordinadas, y muy pronto se plantean sus divisi. Esta primera frase estará en do♯ menor, aunque la mayor parte de la pieza estará en fa♯ menor y La Mayor, con notables pasajes en modo dórico, como veremos.

La voz humana comienza con la misma melodía superior del preludio instrumental (los ejemplos son los de la versión con piano del propio Sibelius si no se indica), que repite su marcha polifónica y su tono de lamento:



Cuando los versos mencionan la rosa, la voz entona un bello melisma, respondido por los instrumentos, y la armonía se vuelve hacia el La Mayor, reforzado por una pedal que se mantiene una decena de compases.

Las palabras de la muchacha son dibujadas con una melodía, ahora sí, amplia y plena de lirismo, que no en vano se indica como Cantabile en la partitura:



El acompañamiento refuerza la melodía, pero sigue teniendo mayor presencia que la propia voz. Algo en este melancólico pasaje recuerda a la nostalgia del segundo tiempo de la Primera Sinfonía, aunque podríamos estar tentados de que pudiera ser una evocación de aquel tiempo que "ha pasado", más bien comparte un momento de recuerdo romántico. 

Precisamente esa afirmación del paso del tiempo hace que la melodía finalice con una fórmula cadencial a fa♯ menor, con un motivo de eco (séptimo compás del ejemplo anterior) que se convierte en protagonista de buena parte de la partitura. Una fórmula que, siendo muy sibeliana, con su dibujo en "S" y su intervalo descendente final, tiene también ese aire alla Grieg que comentábamos.

El cantabile deriva finalmente a una proclama exaltada de la vida y el placer en modo dórico, subrayado por un acorde de subdominante (dórica) con novena - esto es, la subdominante dórica con la tónica superpuesta -, que en la versión pianística intenta emular el efecto orquestal de las dobles cuerdas con un arpegio y apoyaturas armónicas. Reproducimos aquí la versión orquestal (en reducción):

La música retorna al La Mayor con su pedal, y los materiales anteriores, evitando la repetición estricta. En esta segunda rotación la frase dórica se ve intensificada por un motivo rápido que comienza por un tresillo, hasta que la mención del invierno en los ojos de la madre ("Vinter"), deja a la voz sola y a un silencio dramático especialmente expresivo.

Tras el dramático clímax, la estrofa se repite (en el original de Runeberg por cierto no existe separación entre estrofas), afectada, con unas texturas más agudas, lo que en la versión orquestal da un aliento más invernal a la música.

El nuevo silencio tras "Vinter" (ahora marcado con el calderón) lleva Sibelius a la coda de la canción, en la que el músico ha elegido reiterar los versos que son desde luego centrales en su visión del poema. Una repetición que no existía en el poeta: ”no te lamentes, no te lamentes, / ¡tu hermoso tiempo ha pasado!”. Sin embargo Sibelius no reitera la música de aquellas líneas, sino que la reformula en recitativo, aunque uno muy particular: con una cadencia - acompañada por pizzicati en la cuerda - que combina armonías tensas pero tradicionales (una sexta napolitana) con otras modales (un quinto grado natural, esto es, acorde menor sin la sensible). La voz no completa la cadencia, sino que es el acompañamiento quien realiza las armonías finales:


El acorde final cuenta con un toque de nuevo barroco: una tercera "de picardía" (que mayoriza solo ese último acorde), algo bastante poco frecuente en Sibelius: casi existen más casos de lo contrario, una tónica minoriza final o una tónica sin armonía para dar cierta ambigüedad.

Este pasaje, un punto medio entre lo tradicional y lo rompedor (muy sibeliano pues), deja una sensación de amargura que representa a la perfección el pesimismo del poema runebergiano, coronando el intenso sentimiento nórdico de poema y música en esta pequeña maravilla de canción.

Discografía


Ofrecemos aquí un recorrido casi completo por las grabaciones de la pieza, como en otras ocasiones no demasiado extensa pero que cuenta con los grandes intérpretes sibelianos.

Por cierto, el breve esbozo de HUL 1186 ha sido grabado en la Sibelius Edition (séptimo volumen) de Bis por la mezzo Monica Groop acompañada por Folke Gräsbeck. El fragmento (48 segundos en el registro) tiene poco interés aparte de curiosos o estudiosos.

• Versión para voz y orquesta de cuerdas                  


Soile Isokoski, soprano

Orquesta Filarmónica de Helsinki
Leif Segerstam
- ONDINE (2006)

En este brillante disco con las canciones orquestales del compositor (más algunas instrumentadas por otras manos), la soprano finlandesa ofrece un canto sencillo a la par que emocionado y vibrante, con un acompañamiento exacto, delicado e invernal, que comparte sin embargo el sentimiento quebrado de la cantante. La versión sin duda más recomendable de la canción.

Interpretación: 8  • Estilo: 7,5  • Sonido: 8



Karita Mattila, soprano
Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Birmingham
Sakari Oramo
- WARNER CLASSICS (2003)

La belleza del canto de Mattila, que acierta plenamente con el carácter de la pieza, contrasta con el tono algo más rutinario de la orquesta, que quizá se toma su parte como si de una romanza para cuerda se tratara. A pesar de esa diferencia, el resultado es hermoso y de valor.  El disco ofrece un valioso repertorio que mezcla canciones de Grieg con las de Sibelius (incluyendo un fragmento de su pequeña ópera "La doncella en la torre"). Recomendable en todo caso.


Interpretación: 7  • Estilo: 6,5  • Sonido: 7


Kirsten Flagstad, soprano
Orquesta Sinfónica de Londres
Øivin Fjeldstad
- DECCA (1958), varias reediciones

Flagstad, la inmortal intérprete wagneriana, realiza esta otoñal grabación con más de sesenta años, y ciertamente su voz, como también la orquesta suenan como sacadas de otro tiempo, con un tono intensamente romántico, dramático, profundo, y un toque operístico incluso, incluyendo un clímax desgarrado. Sin un duda un gran testimonio artístico, aunque a priori no es la que mejor servicio preste a la partitura.

Interpretación: 7  • Estilo: 6  • Sonido: 6



Mari Anne Häggander, soprano
Orquesta Sinfónica de Gotemburgo
Jorma Panula
- BIS (1984) / también Sibelius Edition

En uno de las primeros discos de la integral Bis (que en gran parte pasó a la Sibelius Edition definitiva) encontramos esta versión modesta, artesanal aunque cumplidora, bajo la dirección del maestro Panula. Quizá su mayor logro está en el tono sosegado y sin teatralidad de Häggander, que solo se permite la exaltación en el momento adecuado de la partitura. Si tienen el estuche definitivo puede ser una buena ilustración, pero por el antiguo disco no merece tanto la pena.

Interpretación: 6  • Estilo: 7,5  • Sonido: 6,5

• Versión para voz y piano                         


Karita Mattila, soprano
Ilmo Ranta, piano
- ONDINE (1995)

Mattila es quizá la cantante perfecta para la canción, con su canto expresivo hace de la partitura una pieza de tristeza desgarradora y de una intensidad única, quizá la más dramática de todas, revelando esta capacidad implícita en la partitura, que muestra una inocencia marchitada y desconsolada. Una joya, como todo este disco maravilloso. 

Interpretación: 8,5  • Estilo: 7,5  • Sonido: 7,5 



Anne Sofie von Otter, mezzosoprano
Bengt Forsberg, piano
- BIS (1989) / también Sibelius Edition

Dentro de la integral BIS se nos ofrecen dos discos de la extraordinaria mezzo sueca. Aquí Otter opta por un canto confidente, susurrado, solo dejando escapar el drama en los momentos justos. El piano también se muestra con una discreción remarcable. Con una dicción perfecta, quizá sea la versión más runebergiana de todas, lo que demuestra la especial sensibilidad de la cantante con el género. Más que recomendable (como todos los registros sibelianos de Anne Sofie von Otter).

Interpretación: 8  • Estilo: 8,5   • Sonido: 7



Tom Krause, barítono
Irwin Gage, piano
- DECCA (1978/1980) 

En verdad la partitura no demanda ningún registro de voz específico, si bien la historia narrada encuentra su registro natural en voces femeninas. No obstante, Krause demuestra aquí que acometer la canción como un relato en tercera persona es posible, sin ninguna concesión a la encarnación dramática y subjetiva. A pesar de este interesante perspectiva, parece obvio que su interpretación no es especialmente comprometida ni brillante. Dicho sea de paso, en cambio el piano de Irwin Cage es sobresaliente de por sí, y es quien lleva aquí la carga de la canción. A tener en cuenta simplemente.

Interpretación: 6,5  • Estilo: 6  • Sonido: 6,5

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Para ilustrar la pieza ofrecemos aquí la versión orquestal con la soprano Karita Mattila, acompañada por la Sinfónica de la Ciudad de Birmingham, que dirige Sakari Oramo.


(Si disponen de cuenta en el servicio en línea, aquí tienen la misma grabación en spotify).

Para trazar semejanzas y diferencias entre los medios empleados, para la versión con piano proponemos de nuevo a la maravillosa Mattila, acompañada aquí por Ilmo Ranta, en la destacada interpretación del disco de Ondine:


(El mismo registro en spotify)
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miércoles, 6 de diciembre de 2017

"Oma maa" ("Mi propia tierra") opus 92, cantata para coro mixto y orquesta (1918): 2. Texto. El poema de Kallio

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En el día de hoy se cumplen 100 años de la proclamación de independencia de Finlandia. Desde este blog nos sumamos a las celebraciones del centenario con el hermoso texto en lengua finesa que dedicara el poeta Kallio a su tierra, y que Sibelius musicara unos meses después de esta proclamación. 

El poeta Samuel Gustaf Bergh nació un 2 de diciembre de 1803 en la localidad de Oulu, al noreste de Finlandia. Hijo de una familia adinerada (su padre era armador y comerciante), tuvo la desgracia de perder a ambos progenitores cuando era niño, el primero de los muchos infortunios que marcaron su vida. Gracias a su herencia pudo salir adelante. Estudió con excelentes calificaciones en la escuela elemental local, siendo uno de sus compañeros de pupitre nada menos que Johan Vilhelm Snellman (1806-1881), filósofo y estadista, considerado uno de los padres de la patria, y uno de los máximos exponentes del movimiento fennoman. Gracias a su interés y sus notas pudo seguir estudiando, inicialmente en su Oulu natal. Pero en 1822 la ciudad sufre un gran incendio, y decide entonces acudir a la prestigiosa Universidad de Turku (entonces Åbo), donde inicialmente cultivó las lenguas clásicas. Un nuevo golpe a sus estudios llegó en el 1827 con otro incendio de nuevo, el de Turku (uno de los más grandes de la historia del Norte), que acabó con la mítica universidad y parte de la vieja capital. Bergh emprende entonces el mismo viaje que la institución hasta Helsinki, la nueva capital del país bajo dominio ruso. 

En Helsinki sus intereses se vuelcan hacia el derecho, graduándose en leyes finalmente en 1830. Durante su estancia en la ciudad comenzó a componer algunos poemas en lengua finesa (frente al sueco, que era la lengua universitaria y oficial única en aquellas fechas), al tiempo que mostró los primeros síntomas de una enfermedad en los ojos que gradualmente le dejaría ciego. Tras su titulación, obtuvo una plaza en el Tribunal de Apelaciones de Vaasa, pero se vio obligado a renunciar a ella debido a sus problemas de visión. En 1832, Bergh acude a Estocolmo para recibir tratamiento ocular, un cuidado médico que resultó infructuoso. No obstante, durante el viaje pudo conocer Carl Axel Gottlund (1796-1875), un destacadísimo folclorista, historiador y pionero de la lengua finesa, que le pidió algunos de sus poemas para su mítica publicación "Otava" ("Osa Mayor"). En el anuario de aquel 1832 aparecieron por primera vez sus textos más celebrados: "Ystävälleni" ("Mi amigo"), "Sirkka" ("El grillo"), "Runo" ("Poema"), "Soijin" y el texto que nos ocupa, "Oma maa".  Para esta publicación Bergh no firmaría con su nombre, sino que elegiría el seudónimo por el que pasaría a la historia: "Kallio" ("roca" en finés).

Sin embargo, Gottlund editó de manera incorrecta algunas palabras de sus poemas, no tanto por erratas sino porque el editor eligió conscientemente algunas modificaciones por un criterio más bien filológico: en la publicación se primaban unas variantes dialectales frente a otras, variantes que cuando décadas después el finés estándar fue definido, se mostraron como minoritarias. Es por ello por lo que en publicaciones posteriores el texto nunca coincidirá cien por cien con esa primitiva publicación. Una versión rectificada por el autor de "Mi propia tierra" se publicó en el semanario de Oulu ("Oulun Wiikko-Sanomia") del 19 de abril 1834 (que puede consultarse directamente en una copia digitalizada, con su grafía germánica). 

Los poemas de Kallio tienen resonancias clásicas (este mismo texto entona un horaciano "Beatus ille"), del romanticismo germánico (en especial Goethe), pero también un inconfundible sabor folclórico, muy directo y natural: vemos aquí como el poeta cita el Sampo y el canto de Väinö cuando aún no había sido publicada si quiera la primera edición de Kalevala

No pasó mucho tiempo antes de que la enfermedad de Kallio lo dejara completamente ciego, habiendo dilapido además su fortuna en curaciones inútiles. Bergh, caído en desgracia, pudo ganarse la vida como maestro particular en su Oulu natal, y en las poblaciones finoparlantes de suroeste donde pasó sus últimos años: Muhos, Urjala y Halikko, localidad esta última donde murió finalmente, antes de cumplir los cincuenta, el 5 de julio de 1852. 


Placa conmemorativa en Oulu, en el lugar de nacimiento de Kallio, que cita precisamente el verso final de "Oma maa". Fotografía del usuario de Wikipedia Estormiz

Su producción poética fue escasísima (solo nos han llegado siete poema y un ensayo sobre poesía) y apenas tuvo reconocimiento en vida. Pero a medida que la reivindicación de tanto el idioma finés como el de la identidad finlandesa fueron creciendo con el paso del siglo XIX, sus versos fueron más valorados progresivamente por su calidad y por su toque profunda y espontáneamente patriótico. Fueron republicados en multitud de ocasiones, y en numerosas antologías de versos fineses - incluyendo numerosas publicaciones educativas - en el final de siglo y principios del XX, cuando "Oma maa" ya era bastante popular (como otros poemas de Kallio), y uno de los más queridos en finés. Una fama con la que el autor no pudo ni soñar.

Como curiosidad, anotar que además de Sibelius, también Leevi Madetoja pondría en música el poema, aunque de forma más modesta como coro a capella (su opus 50 nº4, de 1921).

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Respecto al texto del poema en sí, creemos que habla por sí solo y no necesita ninguna presentación. De hecho tal naturalidad y la expresión tan directa de sus versos, que narran desde la lejanía y con potentes imágenes el recuerdo de la tierra natal en el norte de Finlandia, explican muy bien la fama que cosechó en un momento en el que la poesía en la lengua mayoritaria del país se relacionaba con los mitológico o folclórico (el "Kalevala" y el "Kanteletar" de Lönnrot), o con autores amateurs, mientras que la "gran" poesía estaba fundamentalmente expresada en el idioma de la élite, el sueco, como los versos de Runeberg. "Oma maa" (título traducible como "La propia tierra", o "La tierra de uno", antes que "Mi patria" o similares como puede verse a veces) como decimos reproducido en multitud de libros y revistas, era uno de sus poemas que demostraba que el finés era también una lengua de élite literaria. 



El problema de las variantes de algunos de sus palabras puede comprobarse consultando el texto en las diferentes páginas impresas. Aquí renunciamos, ya que se escapa con mucho a nuestro ámbito, a discutir cuál es el texto ideal y el por qué exacto de los cambios. Para ver la forma en principio atribuible a Kallio y una de las publicaciones de finales del XIX, pueden consultar este enlaceReproduciremos el texto según la disposición de la partitura de Sibelius, que altera ligeramente el orden de las palabras en las estrofas segunda y tercera (y hace algún mínimo añadido, como la palabra "valoisat"), y además damos cuenta de las repeticiones significativas. Además, dividimos en texto precisamente en estrofas para seguir la secuencia musical, una estructura que no está en el poema original, de una única y continua estrofa.

   Vallan autuas se, jok’ ei nuorena sortunu maaltaan,
   hyljetty onnensa kans’ urhoin haudoilta pois!
   Ei sopis miehenä näin mun nuhdella taivahan töitä,
   mutta mun syämeni taas tahtoopi huoata ees.
   Kun minä muistan sen yön, jona rakkailta rannoilta luovuin,
   nousevat silmiini nyt vieläkin viljavat veet.
   Ei mun mielestän’ ei mee Pohjolan tunturit, joilla
   lasna ma kuuntelin kuin sampo ja kantelo soi.
   Siel eli toimessa mies ja Väinöstä lausuivat miehet,
   poijat ja karhut puun juurella painia löit.

   Raittihit talviset säät,
   kaunihit katsoa
   revontult’ oli taivahat täynnä,
   kaunihit katsoa
   Talviset taivahat 
   kaunihit katsoa kuin aamun alkava koi.

   Oi te kesäiset Pohjolan yöt, joina aurinko loistaa myötään,
   päilyen veen vienossa taivahan kans!
   Oi, te kesäiset yöt, Pohjolan yöt, joina aurinko loistaa
   päilyen veen vienossa taivahan kans!
   Oi te Pohjolan yöt, joina aurinko loistaa myötään,
   päilyen veen vienossa taivahan kans!
   Oi, te kesäiset valoisat yöt, te valoisat Pohjolan yöt!

   Teille jos Onnetar sois mun vielä,
   niin tuntisin kaikki saaret ja salmet
   ja myös taivaalla tähdet ja kuun.
   Siellä mun mieleni on ja siellä mun muinoiset muistoin,
   sinne mun kultani jäi, sinne mun ystäväin myös.
   Huoleti kiitelkööt muut Alppien seutuja kauniiks,
   kauniimpi, kalliimpi on mulle mun syntymämaa!

   *******
   ¡Completamente dichoso aquel que en su juventud no es arrebatado de su tierra,
   rechazado por la fortuna o expulsado de las tumbas de los héroes de su pueblo!
   No me corresponde como hombre cuestionar las obras del cielo,
   pero mi corazón de nuevo desea suspirar al menos.
   Cuando recuerdo aquella noche que las costas que amaba dejé,
   las lágrimas aun ahora mis ojos siembran.
   No, no puedo olvidar los cerros de las tierras del Norte [Pohjola], donde
   de niño escuchaba cómo el sampo y el kántele sonaban.
   Allá un hombre hacía su tarea, y a Väinö [Väinämöinen] recitaban los hombres,
   niños y osos entre las raíces de los árboles luchaban.

   El fresco tiempo invernal,
   hermoso de contemplar;
   de las auroras boreales están los cielos repletos,
   hermosas de contemplar;
   los cielos invernales, 
   hermosos de contemplar, como del amanecer el alba incipiente.

   ¡Oh vosotras, noches de verano del Norte, cuando el brillo del sol se aletarga,
   y se refleja en las aguas tranquilas la bóveda del cielo!
   ¡Oh vosotras, noches de verano, noches del Norte, cuando el sol brilla
   y se refleja en las aguas tranquilas la bóveda del cielo!
   ¡Oh vosotras, noches del Norte, cuando el brillo del sol se aletarga,
   y se refleja en las aguas tranquilas la bóveda del cielo!
   ¡Oh vosotras, luminosas noches de verano, vosotras luminosas noches del Norte!

   Si la Fortuna me alcanzase de nuevo,
   reconocería así todas las islas y todos los estrechos,
   y también las estrellas en el cielo, y la luna.
   Allí está mi mente y allí están mis recuerdos más antiguos,
   allá mi amada permanece, allá mis amigos también.
   Que se preocupen otros de alabar la belleza de la región de los Alpes,
   más hermosa, más querida me es la tierra donde nací.
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miércoles, 1 de noviembre de 2017

Tolkien & el Kalevala: ensayo premiado por la Sociedad Tolkien Española

Quisiera compartir con todos nuestros lectores la noticia de la concesión del primer premio de ensayo "Ælfwine" de la Sociedad Tolkien Española (STE) a un texto escrito por el autor de este blog, que vincula elementos de los relatos del Kalevala con los primeros textos del celebérrimo escritor inglés J. R. R. Tolkien en torno a su propio mundo de fantasía, la Tierra Media. 
En "La historia de Kullervo" (escrito probablemente a finales de 1914), Tolkien realizó su propia versión del relato del Kalevala

Dado que el Kalevala siempre ha sido uno de los fundamentos del blog, y aunque no esté relacionado directamente con la obra de Sibelius, creemos que puede ser de interés para los seguidores del blog:



miércoles, 20 de septiembre de 2017

Página del blog en facebook

Desde hoy tenemos un nuevo medio para interactuar con los lectores del blog. Una página en la red social de facebook:



También pueden participar de manera más activa en el grupo de la página:


Están todos invitados a participar en la misma, compartiendo enlaces, fotografías, videos, etc. sobre la figura y la música de Jean Sibelius, y los temas relacionados con el blog (historia y cultura de Finlandia, música nórdica y báltica, literatura, mitología, etc.).

Serán especialmente bienvenidos los enlaces y apuntes sobre noticias, conciertos, novedades discográficas que se den en el ámbito de nuestro idioma, y todos ustedes están invitados a participar si creen que tienen algo que aportar, comentar, discutir, etc. Solo quedará fuera de la página la temática ajena, personal, publicidad no relacionada, spam, etc.

La página de facebook por supuesto no sustiturirá la marcha normal de blog, sino que nace como complemento para interrelacionarnos con los lectores y poder desarrollar una actividad más continua. Solo en cuestiones de efemérides o anuncios muy puntuales se recurrirá antes a facebook, pero el bloque principal de cuestiones sibelianas seguirá como siempre en el presente blog.

Agradeciendo por adelante su participación, les invito a agregar la página a sus favoritos. Nos vemos en las redes.


miércoles, 26 de julio de 2017

"Skogsrået" ("La ninfa del bosque"), poema de Viktor Rydberg

Continuando con la serie dedicada a "Skogsrået" ("La ninfa del bosque"), el poema de Rydberg que inspirara a Sibelius para diversas títulos de su catálogo compositivo, dedicaremos el siguiente espacio a hacer una lectura de los versos desde el punto de vista literario, pero también dando unos apuntes sobre el interesantísimo tema antropológico que toca: el ancestral contacto del ser humano con esa otra "humanidad" que habita la naturaleza desde antes de la creación del hombre, las criaturas del bosque, los montes, los mares... que en ocasiones mezclan sus caminos con los humanos, normalmente de manera fatídica. 

El interés de Viktor Rydberg por la mitología y el folclore germánico no solo se trasladó a sus ensayos y novelas, sino que también deja varias referencias de notable hondura en su obra lírica. Al igual que sus poemas sobre la Antigüedad, los poemas sobre leyendas escandinavas del escritor sueco no se sirven de ellas como simple excusas para unas bellas rimas, sino que llegan muy hondo a su sentido último. Por supuesto Rydberg tiene su propia visión, romántica, subjetiva, de los mitos de los pueblos escandinavos, pero esta llega siempre a sus significados más hondos, y no en vano se acercan más a una lectura finisecular (simbolista, psicoanalítica incluso) que a las tonos edulcorados, pastorales e idealistas de muchos de sus contemporáneos. Pero más que un adelantado a su tiempo hay que ver en esta lectura la de un "radical", en sentido etimológico original de la palabra: Rydberg va a la raíz de la leyenda, llegando a comprender el viejo pensamiento pagano, mágico, supersticioso con el que se contemplan estas leyendas. En cierta forma, el poeta se pone en la piel de quien creía que huldras, elfos, tomten y demás vættir eran seres reales que cohabitaban nuestro mundo, pero a la vez pertenecían a uno completamente diferente. 

El poema de Viktor Rydberg no está fechado en su composición, pero no debió de ser escrito mucho antes de que fuera publicado. La primera versión impresa de estos versos apareció en el anuario "Svea" de 1876 ("Svea es un antiguo nombre para Suecia, el hogar de los antiguos svear - esviones en español -), publicado en el Estocolmo de 1875. Las cuatro estrofas de la poesía se imprimieron junto a "Snöfrid", un poema de temática paralela también musicado por Sibelius, "La pira de Balder" y otros tres poemas, pero se difundió gracias a la colección de 1882 de su poemas, la edición de la que sin duda extrajo el músico estos y otros versos para sus propias composiciones.


El comienzo del poema en su primera edición ("Svea 1876"), que incluía una ilustración con la letra capital inicial

El compositor finlandés trasladó al pentagrama la totalidad del poema, a pesar de ser algo más largo de lo habitual (4 estrofas de 16 versos). En las dos versiones en la que utiliza el texto directamente, la canción JS.171 y el melodrama opus 15. Sibelius realiza unos mínimos cambios a algunas palabra del original, en general poco significativas. Estos cambios son idénticos en ambas musicalizaciones, lo que deja claro que el músico utilizó la partitura de la canción para copiar el poema para la versión del melodrama, en lugar de acudir a la fuente original.

A continuación ofrecemos el texto completo en la versión de Sibelius, dando cuenta con precisión de los cambios y el original de Rydberg en unas notas a continuación de los versos suecos, para finalmente presentar una traducción a nuestro idioma de la obra (de nuevo de la versión sibeliana, que es a final a cabo en la que vamos a profundizar).

Skogsrået


Han Björn var en stor[1] och fager sven
med breda väldiga skuldror
med[2] smärtare midja än andre män
slikt retar de snöda huldror.
Till gille han gick en höstlig kväll,
då månen sken över gran och häll,
och vinden drog
med hi och ho
över myr och skog,
över[3] hult och mo;
då var honom trolskt i hågen,
han ser åt skogen och har ej ro,
han skådar åt himlabågen,
men träden[4] de vinka och nicka,
och stjärnorna blinka och blicka:
gå in, gå in, gå in i vinande furumo!

Han går, han lyder det mörka bud,
han gör det villig och tvungen;
men skogens dvärgar i kolsvart skud[5],
de fara med list i ljungen
och knyta ett nät av månens sken
och skuggan från gungande kvist och gren,
ett dallrande nät
i ris och snår
bak vandrarens fjät,
där fram han går
och skratta så hest åt fången.
I hidena vakna ulv och lo,
men Björn han drömmer vid sången
som runt från furorna ljuder
och viskar, lockar och bjuder:
gå djupare, djupare in i villande furumo[6]!

Nu tystnar brått den susande vind,
och sommardejlig är natten,
och vällukt ångar från blommig lind
vid kärnens[7] sovande vatten.
I skuggan hörs ett prasslande ljud:
Där böljar en skär, och[8] månvit skrud,
där vinkar en arm,
så mjäll och rund,
där häves en barm,
där viskar en mund,
där sjunka två ögon i dina
och leka så blå en evig tro,
att alla minnen försina;
de bjuda dig domna och glömma,
de bjuda dig somna och drömma
i älskogsro i vyssande sövande furumo.

Men den, vars hjärta ett skogsrå stjäl,
får aldrig det mer tillbaka:
till drömmar i månljus trår hans själ,
kan han[9] ej älska en maka.
De ögon blå[10] i nattlig skog
ha dragit hans håg från harv och plog,
han kan ej le
och fröjdas som förr,
och åren de se
in om hans dörr,
men finna ej barn och blomma;
han vesäll åldras i öde bo,
kring härden stå sätena tomma,
och väntar han något av åren,
så väntar han döden och båren,
han lyss med oläkeligt ve till suset i furumo. 

Cambios del original de Rydberg respecto a Sibelius:
[1] stark: "fuerte" (sinónimo)
[2] och: "y" 
[3] genom": "a través de"
[4] träna: "grullas"
[5] skrud (grafía alternativa)
[6] gåtfull mo: "misteriosa llanura de arena"
[7] tjärnens: "de la laguna"
[8] en: "una"
[9] han kan (orden invertido)
[10]  så blå: "tan azules" (falta el adverbio)


   Poema original, en su primera edición: http://runeberg.org/svea/1876/0149.html
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La ninfa del bosque

Björn era un fuerte y guapo muchacho,
con poderosos y anchos hombros,
con un talle más estrecho que otros hombres,
tales cosas molestan a las sórdidas huldras.
A una fiesta iba una tarde de otoño,
cuando la luna brillaba sobre árboles y rocas,
y el viento soplaba, 
con su jey y su jo,
sobre el pantano y el bosque,
sobre la arboleda y la landa;
entonces él sintió algo embrujado {trolskt} en su ánimo,
mira al bosque y no tiene reposo, 
mira hacia la bóveda del cielo
pero los árboles señalan y se inclinan,
y las estrellas parpadean y miran:
"¡entra, entra a la aullante foresta!"

Él va, obedeciendo el oscuro mandato,
voluntariamente, pero forzado;
pero los enanos {dvärgar} del bosque, bajo el más negro atuendo,
con peligrosa astucia en el brezal,
tejen una red de rayos de luna
y de la sombra de balanceantes ramas y tallos,
una red temblorosa
entre el ramaje y el matorral,
en pos de los pasos del caminante,
hasta que él llega
y se burlan con voz muy ronca del cautivo.
En sus escondrijos despiertan el lobo y el lince,
pero Björn sueña con el canto
que suena entre los ruidosos pinos,
y suspiran, le llaman y le invitan:
"¡ve a las profundidades, a las profundidades de la ilimitada foresta!"

Súbitamente calla ahora el suspirante viento,
y encantadoramente veraniega es la noche,
y el aroma emana del florenciente tilo
junto a la hondura del estanque durmiente.
En la sombra se escucha el ruido de un crujido:
allá ondea una túnica cortada y blanca como la luna,
allá se agita un brazo,
tan suave y rollizo,
allá palpita un seno,
allá susurra una boca,
allá se sumergen dos ojos en los tuyos
y juegan, tan azules, a una fe eterna
que todo recuerdo aletarga;
te invitan al entumecimiento y al olvido,
te invitan a dormir y a soñar 
en el descanso del amor, en la acunadora y adormeciente foresta.

Pero aquel cuyo corazón una ninfa del bosque {skogsrå} roba
nunca más retorna:
en los sueños bajo la luz de la luna que su alma añora
no puede amar a una esposa.
Aquellos ojos azules en el bosque nocturno
han sacado su mente de la grada y el arado,
no puede sonreír
ni divertirse como antes,
y los años se ven
entrar a su puerta,
pero no encuentra ni niños ni flores;
tristemente envejece en una casa vacía,
alrededor del hogar los asientos permanecen desocupados,
y no espera nada de los años,
tan solo espera la muerte y el féretro,
atiende con inconsolable dolor al sordo sonido de la foresta.
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La Skogsrået en el folclore sueco: origen e interpretaciones

"Skogsrået" o "Skogsrå" es un ser sobrenatural presente en el folclore sueco, pero en común también con el resto de culturas escandinavas. Este ser es miembro de la familia más amplia de "Rådare" ("Rå" es la forma femenina), seres que gobernaban y protegían lugares de la naturaleza, a la manera de los genii loci de los romanos (el antiguo verbo germánico "ráð" significaba "gobernar"). Con el paso del tiempo, la "Rå" se transformaría en un ser feérico, con muchas características en común con las hadas celtas o las ninfas grecolatinas, vinculadas normalmente a elementos de la naturaleza.

"Skogsrået" significaría simplemente "Rå del bosque", gobernando la foresta, y es también conocida como Huldra (un término bastante genérico)  o Talle-maja (literalmente "la Maya - o María - del pino"). La Sjörå se vincularía a las fuentes y corrientes de agua dulce (no confundir con las "Näcken", ninfas acuáticas que arrastran al infortunado humano a la corriente para ahogarlo), la Havsrå domina junto al mar, la Bergsrå el monte, la Husrå o Gardsrå la casa, el establo la Stallrå, la Kirkrå la iglesia (un ser si no malvado, sí perverso y juguetón), la Gruvrå las minas...

Además de otras variedades en Noruega, Islandia, etc., estos seres también se encuentran entre las creencias de los pueblos saami (lapones), incluso en la etimología, donde "huldra" es la "ulda", y los "rådare" son "radie" en esas lenguas árticas. Aunque en principio podríamos pensar que la "cultura dominante" son los pueblos escandinavos y los sami recibieron el concepto y el nombre de ellos, no es nada descabellado pensar que la influencia es el sentido inverso. Después de todo el animismo es base de las creencias fénicas y laponas (ya hemos hablado alguna vez de los "haltijat" finlandeses), y dado el respeto (ciertamente temor) que sintieron los antiguos escandinavos a los sami y a su magia, no se hace demasiado especulativo pensar, como hacen unos cuantos expertos, que los espíritus que los lapones veían en los bosques, rocas, lagos, etc. seguían presentes para las tribus germánicas que iban avanzando hacia al norte y arrinconaban a sus primitivos habitantes hacia el círculo polar. 

"Sin embargo, la princesa Tuvstarr se sienta y baja su mirada hacia la laguna". Ilustración del pintor sueco John Bauer (1882-1918) para la edición de la antología "Bland tomtar och troll" ("Entre Duendes y trolls") de 1913.

La Skogsrå del folclore sueco invariablemente se representa en la manera de una joven muy hermosa (no todas la Rå lo son siempre), pero su carácter de criatura del "otro mundo" se revela con algún rasgo muy extraño, que lo conecta ineludiblemente con la naturaleza: puede tener una espalda en forma de tronco de árbol o una cola animal, que no se muestra en el encuentro, y cuyo descubrimiento de hecho suele significar el fin del mismo (el descubrimiento de su naturaleza es también un tópico universal: recuérdese el paradigmático relato del hada Melusina). Así, varios cuentos populares relatan la historia de un hombre que se casa con una Rå, bella y especialmente dotada para alguna actividad o poder mágico beneficioso, pero que en un descuido desvela su aspecto trollesco. El marido debe entonces realizar algún ritual para conseguir alejar a la criatura falsamente humana de su vida. 

Los encuentros puramente sexuales también son frecuentes, y según el tópico puede evitarse sus consecuencias funestas con una invocación al nombre de Dios o un acto puramente cristiano. En el caso de la ninfa del poema no existe esta salvación, dejando al lector la lección de que prevenirse de "las sórdidas huldras" es mejor que caer en la tentación confiando en la posibilidad de evitar sus efectos finales. Una versión ciertamente pesimista de la leyenda.

Como muchos seres feéricos, la Rå no tiene una moral definida, aunque sus juegos son contemplados como una perversión para el buen cristiano, y aunque en ocasiones ayudan suelen ser perjudiciales casi siempre: esconden el ganado, extravían al que se adentra en los bosques... Como tantas historias de hadas también conceden deseos o revelan sabiduría a través de un intercambio. 

Jacob Grimm en su "Mitología germana" recoge la creencia de que la Skogsrå aparece acompañada de un violento torbellino, que puede llegar a romper los árboles. En el poema de Rydberg, vemos como el viento, tanto una fuerza de la naturaleza como un aspecto natural, enmarca la experiencia del encuentro, pero en el momento preciso del hechizo amoroso de la ninfa este se congela completamente, bajo una interrupción del devenir del tiempo y del mismo mundo.

En estos versos también se señala la presencia de "Dvärgar", es decir, Enanos (o "tuergos", en una lectura filológica más fiel). Poco hay que señalar respecto a una de las figuras más conocidas de la mitología escandinava, presentes desde las Eddas hasta cuentos folclóricos o incluso informes no muy lejanos en el tiempo. Simplemente hay que devolverles a la imagen original, lejanas al poderoso y tozudo pueblo constructor y excavador del legendarium de Tolkien o el tono simpático e infantil heredero de las versiones de Disney. Los Dvärgar del folclore escandinavo quizá estén más asociados a montañas y cavernas que al bosque, pero en todo caso son siempre maléficos, muy negativos hacia los humanos,  nunca interesados en mezclarse en sus asuntos si no es por un interés avaricioso o incluso violento. Normalmente son de color negro o muy oscuros (de hecho para la mayoría de los mitólogos "Svartálfar" - Elfos oscuros - y Enanos son sinónimos), y de magia muy poderosa. En el poema de Rydberg vemos que su único propósito es emplear sus hechizos con un propósito puramente dañino.

En los versos del poeta sueco también encontramos una referencia al término "trolsk", que hemos traducido como "embrujado" o "mágico". Y es que, en efecto, la palabra "troll", que la mayoría del público asocia a esas criaturas grotescas, una especie de ogros de escasa inteligencia, brutales, y que se convierten en piedra con el sol, en realidad son la concreción de un concepto muchísimo más amplio. En origen el término "troll" en el pasado de las lenguas escandinavas significaba un poder mágico y oculto, normalmente maligno, de ahí por ejemplo que "trolldom" equivalga a "brujería" (de hecho es el término que se emplea en las leyes de finales del siglo XVII en Suecia). Los Trolls no aparecen en las Eddas ni en las primigenias sagas, y solo llegan al folclore posteriormente, cuando el concepto de "brujería" se une a recuerdos de diversos duendes, los antiguos Ettin (gigantes) de las sagas y se amalgaman en la mente popular con otros seres (eran en verdad los "dvärgar" los que se decían se transformaban en piedra al llegar el día).  

"Skogsrå 11", fotografía de la artista y modelo Mika Mae Jones  (Sheclimbeddownthetree) (2008)

Centrándonos ya en la interpretación de la figura de la Skogsrået y su encuentro con el joven Björn, no hay que ir muy lejos para ver que se trata de una historia muy prototípica de seducción de un hada. La misma idea se puede ver en las lamias clásicas, la Lilith del mito judeocristiano y en general el súcubo medieval. Existe en la clasificación Aarne-Thompson-Uther de los cuentos tradicionales como esquema prototípico (el número 424, "El joven que se casó con una diablesa", y otros cercanos). El "Peer Gynt" de Ibsen es otro buen ejemplo de las pretensiones de una Troll, hija del Rey de la Montaña, por unirse con un mortal, y los juegos de estos seres con los humanos.

Es la figura de la "tentadora" ajena a la comunidad, de la extraña que seduce al hombre incauto y lo extravía hacia su mundo, hacia sus costumbres oscuras, alejándolo de sus raíces, a las que ya jamás puede regresar aunque quiera. 

La creencia en Rådare y otras criaturas del mundo intermedio proviene sin lugar a dudas de creencias paganas, pero como mucha de la mitología escandinava sobrevivió en la era cristiana diluyéndose en el folclore, aunque no sin ser afectado por la nueva fe. Los seres feéricos se convirtieron en diabólicos en su mayoría para el punto de vista cristiano (algunos pocos en manifestaciones angélicas), de ahí que "trolsk", lo "mágico", se convirtiera finalmente en algo monstruoso, malvado, grotesco y demoniaco. La Rå era ahora algo perverso, engañador, y en su papel de "tentadora", la Skogsrå asume en papel de verdadera súcubo dispuesta a caer en la perdición a los inocentes e inconscientes muchachos, que no solo pierden su vínculo con la comunidad, sino con su propia alma.

La figura de la "tentadora" tampoco es ajena al romanticismo, o al realismo que nacía en la época, solo recordar a la "Carmen" de Mérimée, inmortalizada gracias a la música de Bizet. Pero cuando Rydberg se hunde el antiguo mito y el carácter definido finalmente por la tradición cristiana, lo hace para entresacar su esencia más profunda: "Skogsrået" se convierte en un verdadero hallazgo, simbolista en su sencillez conceptual y valor arquetípico, con un poder primario mucho mayor que los relatos folclóricos en los que se basa. 

Pero nos queda apuntalar uno de los personajes más importantes del poema: además de las criaturas sobrenaturales que habitan el bosque, uno de los máximos protagonistas es el bosque mismo, como ese ente colectivo poblado de realidades misteriosas, ancestrales, miles de voces y sensaciones, donde el hombre no es sino un extraño que no puede tomar nada salvo si paga un precio... La Skogsrå no es sino su expresión de ese poder ancestral del bosque. 
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Para el presente post hemos consultado las siguientes obras: 
- Bernárdez, Enrique: "Los mitos germánicos" (Alianza Editorial, 2002)
- Briggs, Katherina: "Diccionario de las hadas" (1976) (José J. de Olañeta, 1998)
- Callejo, Jesús: "Hadas" (Edaf, 1995)
Grimm, Jacob: "Mitología germana" (1835), vol. 2 (versión en inglés de James Steven Stallybrass, George Bell & Sons, 1883)
- Lecouteux, Claude: "Pequeño diccionario de mitología germánica" (José J. de Olañeta, 1995)
- Lindow, John: "Swedish Legends and Folktales" (1998, University of California Press)

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Próximos capítulos
"Skogsrået" ("La ninfa del bosque"), canción JS.171 (1888/89)
"Skogsrået" ("La ninfa del bosque"), opus 15 (1894-95): 1. Historia de la obra
"Skogsrået" ("La ninfa del bosque"), opus 15 (1894-95): 2. Historia de la obra
"Skogsrået" ("La ninfa del bosque"), opus 15 (1894-95): 3. Discografía