Rakastava opus 14 es la segunda obra con dicho título del catálogo sibeliano. Ambos trabajos, la versión para coro a capella JS.160 y la partitura para orquesta de cuerda, están relacionadas directamente, ya que el segundo está basado en la música del primero. Pero lejos de ser un simple arreglo del coro, el músico creó una partitura nueva a partir de los antiguos materiales. Al comparar las dos piezas, podemos tener la percepción de que la orquestal es una especie de paráfrasis o rapsodia sobre los temas y armonías del coro, tratados con gran libertad. Además, Rakastava opus 14 es una obra bastante más cercana a la estética de su Periodo Oscuro, que al Sturm und Drang y el karelianismo de los años primeros años en que se escribió la primera redacción.
En la génesis de esta obra confluyen, como es habitual en grandes títulos de nuestro compositor, diversas ideas en principio heterogéneas entre sí, tres raíces reunidas para hacer brotar la pieza:
En primer lugar, alguno de los temas que dieron origen al coro "Rakastava" JS.160 fue concebido originalmente en un contexto diferente, tal vez una obra para coro y orquesta, mientras daba vuelta a diversos textos del Kanteletar, o más con mayor probabilidad puramente instrumental, según mostraba el trabajo del musicólogo Sakari Ylivuori. El encargo de una obra para el coro YL fue posiblemente lo que hizo converger esas especulaciones en el coro tal y como lo conocemos (en su versión original para voces masculinas), siendo el concepto original desplazado... Así, de alguna manera - decididamente algo sinuosa - al darle en 1911 una forma orquestal Sibelius rescataba una concepción primigenia y rezagada de la obra.
"Viulunsoittaja" ("El violinista"), de Pekka Halonen (1900)
En segundo lugar, de forma también un tanto indirecta, nuestro autor recoge una sugerencia hecha por su amigo Axel Carpelan, quien propuso muchos planes que Sibelius finalmente convertiría en obras, en una mezcla de influencia, conocimiento de la sensibilidad y motivaciones del músico, y hasta cierto sexto sentido profético incluso. En mayo de 1902 le sugiere arreglar una serie de canciones folclóricas para orquesta de cuerda, a la manera de piezas fáciles, bises de concierto, que podrían proporcionarle fama y difusión inmediata. Lo cierto es que Sibelius recogió inicialmente el guante, pero muy a su manera, creando un cuaderno de Seis canciones populares finlandesas JS.81 que no arregló para cuerdas, sino para piano, dotando el material folclórico de un contorno de desnudez casi expresionista, muy alejado del concepto de "pieza fácil".
El referente que tanto Carpelan como Sibelius tendrían presente sin duda eran los dípticos para cuerda de Grieg, en los que instrumentaba sus propias piezas para piano o canciones (algunas basadas a su vez directa o indirectamente en melodías tradicionales noruegas), como sus opus 34, opus 53, o las Dos melodías nórdicas opus 63. En el mismo entorno encontramos otras piezas similares, como las Dos melodías islandesas de otro célebre compositor noruego, Johan Svendsen. Piezas breves todas ellas populares y bien estimadas por los melómanos nórdicos y también alemanes. Se percibe ciertamente el influjo de estas pequeñas joyas de los arcos en esta y en otras obras para cuerda sola (las dos piezas para la segunda producción de Kuolema opus 62, por ejemplo, escritas unos meses antes de Rakastava, y que en concierto habían sido recibidas con cierta frialdad).
Pero en realidad Sibelius no realizó con Rakastava opus 14 un pequeña suite sobre melodías populares. Si su propia visión aristocrática e idealizada del folclore le hizo convertir aquellas versiones a piano en una página vanguardista y personal, al plasmar su pieza en los arcos no acude al folclore, sino a su propio trabajo inspirado de forma también idealizada en el folclore. Su Rakastava opus 14 está unida a la melodía y al texto popular del Kanteletar: no en vano se convertirá en la única obra orquestal de Sibelius con un sustantivo común en finés como título (dejando pues los nombres propios o de lugares: Lemminkäinen, Pohjola, Tapiola...)
En tercer y último lugar, revisitación del coro de 1893/1894 se enmarca dentro de un plan revisión de varias obras antiguas, sobre todo de juventud, que realizó en parte como respuesta a las demandas de sus editores, y en parte como una mezcla entre la nostalgia introspectiva de aquellos años y su afán perfeccionista. Entre 1910 y 1912 revisó las Dos piezas para piano y violín opus 2, las cantatas "Impromptu" opus 19 y "Tulen synty" opus 32, el coro "Har du mod?" opus 31 nº2 (hasta 3 veces), y las Scènes historiques I opus 25 (tres números de la Música para las celebraciones de la prensa JS.137). Curiosamente ese proceso de revisión inspiró también la composición de obras más o menos originales, como el "Arioso" opus 3 (que debe su temprano número de opus a la excusa - con intenciones editoriales también - de ser el segundo intento de poner música a los mismos versos de Runeberg, aunque la música es completamente nueva), o las Scènes historiques II opus 66, que juega a ser continuación del opus 25, pero en realidad es una composición de nuevo cuño (aunque en verdad rescate en ellas algunos esbozos, no usados, para otras obras).
"Viulunsoittaja" ("El violinista"), de Pekka Halonen (1900)
En segundo lugar, de forma también un tanto indirecta, nuestro autor recoge una sugerencia hecha por su amigo Axel Carpelan, quien propuso muchos planes que Sibelius finalmente convertiría en obras, en una mezcla de influencia, conocimiento de la sensibilidad y motivaciones del músico, y hasta cierto sexto sentido profético incluso. En mayo de 1902 le sugiere arreglar una serie de canciones folclóricas para orquesta de cuerda, a la manera de piezas fáciles, bises de concierto, que podrían proporcionarle fama y difusión inmediata. Lo cierto es que Sibelius recogió inicialmente el guante, pero muy a su manera, creando un cuaderno de Seis canciones populares finlandesas JS.81 que no arregló para cuerdas, sino para piano, dotando el material folclórico de un contorno de desnudez casi expresionista, muy alejado del concepto de "pieza fácil".
El referente que tanto Carpelan como Sibelius tendrían presente sin duda eran los dípticos para cuerda de Grieg, en los que instrumentaba sus propias piezas para piano o canciones (algunas basadas a su vez directa o indirectamente en melodías tradicionales noruegas), como sus opus 34, opus 53, o las Dos melodías nórdicas opus 63. En el mismo entorno encontramos otras piezas similares, como las Dos melodías islandesas de otro célebre compositor noruego, Johan Svendsen. Piezas breves todas ellas populares y bien estimadas por los melómanos nórdicos y también alemanes. Se percibe ciertamente el influjo de estas pequeñas joyas de los arcos en esta y en otras obras para cuerda sola (las dos piezas para la segunda producción de Kuolema opus 62, por ejemplo, escritas unos meses antes de Rakastava, y que en concierto habían sido recibidas con cierta frialdad).
Pero en realidad Sibelius no realizó con Rakastava opus 14 un pequeña suite sobre melodías populares. Si su propia visión aristocrática e idealizada del folclore le hizo convertir aquellas versiones a piano en una página vanguardista y personal, al plasmar su pieza en los arcos no acude al folclore, sino a su propio trabajo inspirado de forma también idealizada en el folclore. Su Rakastava opus 14 está unida a la melodía y al texto popular del Kanteletar: no en vano se convertirá en la única obra orquestal de Sibelius con un sustantivo común en finés como título (dejando pues los nombres propios o de lugares: Lemminkäinen, Pohjola, Tapiola...)
En tercer y último lugar, revisitación del coro de 1893/1894 se enmarca dentro de un plan revisión de varias obras antiguas, sobre todo de juventud, que realizó en parte como respuesta a las demandas de sus editores, y en parte como una mezcla entre la nostalgia introspectiva de aquellos años y su afán perfeccionista. Entre 1910 y 1912 revisó las Dos piezas para piano y violín opus 2, las cantatas "Impromptu" opus 19 y "Tulen synty" opus 32, el coro "Har du mod?" opus 31 nº2 (hasta 3 veces), y las Scènes historiques I opus 25 (tres números de la Música para las celebraciones de la prensa JS.137). Curiosamente ese proceso de revisión inspiró también la composición de obras más o menos originales, como el "Arioso" opus 3 (que debe su temprano número de opus a la excusa - con intenciones editoriales también - de ser el segundo intento de poner música a los mismos versos de Runeberg, aunque la música es completamente nueva), o las Scènes historiques II opus 66, que juega a ser continuación del opus 25, pero en realidad es una composición de nuevo cuño (aunque en verdad rescate en ellas algunos esbozos, no usados, para otras obras).
En todas aquellas revisiones Sibelius no se limitó a pulir algunas imperfecciones, sino que alteró, recompuso o incluso añadió algunos fragmentos nuevos de música, como flecos de nieblas provenientes del mundo de la Cuarta sinfonía, el Cuarteto "Voces intimae", o la música escénica para "Odlan" opus 8. En el caso de Rakastava da un paso más allá porque, como ya hemos dicho, la suite no se limita a una transcripción más o menos alterada para el medio de la cuerda. El propio compositor lo explica a su editor cuando este manifiesta sus dudas: “he de reconocer que de cuando en cuando he juzgado mal la calidad de mis primeras obras, las asociaciones agradables y los recuerdos pueden mostrarse fácilmente decepcionantes. Pero aunque la suite en cuestión sea de nueva composición pertenece a un periodo anterior, ya que deriva de material ya usado en una composición anterior. Pero bajo mi punto de vista, justifica plenamente su lugar en mi producción como Op. 14”
No deja de ser llamativo sin embargo que el número de opus 14 que le asignó definitivamente a esta versión situara en el orden de la versión primitiva para voces, en el lugar entre las Canciones (con textos de Runeberg) opus 13, compuestas entre 1890 y 1892, y La ninfa del bosque opus 15, de 1895 (que excepto por un extracto a piano no fue publicada realmente), en lugar del número de opus 66 que le habría correspondido a una nueva obra. Con este el autor reafirma que esta es su versión "oficial" y final de la pieza que había concebido casi dos décadas antes, por más que su estética sea más que la de los años de Karelia o Lemminkäinen, los de la de la Cuarta sinfonía .
La versión original (versión de París)
Si la historia del origen de la obra es compleja, en cambio la redacción de la misma es bastante corta, aun con su doble versión.
Esta obra tan íntensamente vinculada a la Finlandia más profunda, anecdóticamente nació lejos de la patria del compositor, en un viaje a París, realizado en noviembre y diciembre de 1911, fundamentalmente con fines musicales (asistir a conciertos, pero también la posibilidad de interesantes contactos). Pero no es solo "turismo", puesto que lleva también trabajo consigo: las pruebas para la impresión de su Cuarta sinfonía, la revisión de su coro masculino "Har du mod?" opus 31 nº2, y comienza la composición de Rakastava. En París pudo escuchar trabajos modernos, como la "Elektra" de Richard Strauss o la Sinfonía de Paul Dukas, pero pareció más complacido con clásicos como la Missa solemnis de Beethoven. Sorprende por el contraste que las sonoridades modernas, disonantes y nada complacientes, y de Rakastava, de una musicalidad muy libre y nada convencional.
No sabemos si llevó consigo la partitura coral o si escribió esta versión simplemente de memoria, lo cual es bastante intrascendente dado la libertad con la que tomó la fuente. En todo caso la partitura estuvo lista el 2 de diciembre. En seguida la envió a Breitkopf & Härtel para su edición.
Portada del manuscrito de la primera versión. Tras el título "Rakastava" en finés, una anotación (sin duda posterior) de "primera versión", y el título y la denominación de la obra en alemán. En una nota con letra más grade y menos cuidada, también posterior y en alemán, "Die Bearbeitung ist nicht gut!", esto es, "El arreglo no es bueno", posiblemente una muestra del rechazo del propio compositor a la versión.
Hemos de anotar que esta versión ya está instrumentada como la definitiva, para orquesta de cuerda (con un violín y un violoncello solistas), y parte de percusión con timbales y triángulo, y no solo para cuerda, como señalaba en principio el comentario de Andrew Barnett (realizado antes de la recuperación y grabación de esta versión de Paris para la Sibelius Edition de Bis).
La versión final
No es muy frecuente la seguridad que mostró inicialmente en torno a la obra, que no había sido estrenada. Por ello no sorprende que, finalmente, a los pocos días Sibelius se arrepintiera y solicitara la partitura de Rakastava, que le fue devuelta (junto con la de "Har du mod?", esta rechazada por el editor). Estos arrepentimientos son frecuentes en el genio nórdico, dándose la circunstancia de alguna obra maestra, como Tapiola opus 112, donde no fue posible el retorno del envío. Las hojas pautadas le llegaron el 1 de enero de 1912, estando ya de vuelta en Ainola. “Hay una fragancia terrenal en ella. De tierra y de Finlandia”, escribe su autor.
La versión definitiva es redactada con bastante celeridad (hemos de pensar que los cambios ya estaban en su cabeza y/o sus apuntes), y la nueva partitura es enviada el 9 de enero a B & H. Sin embargo la impresora alemana manifiesta sus dudas, con el argumento de que se trataba de una revisión de un viejo trabajo. Sibelius se siente herido, pero lo intenta con dos editores más, que también la desestiman: Zimmermann, de Berlín, y su segunda opción contractual, Lienau... que tampoco está interesado en obras para cuerda (que no estaban "de moda", según la firma). No hay duda que la obra era lo suficientemente extraña para todos ellos como para mostrar cierta desconfianza.
La primera publicación de Rakastava opus 14 fue acogida por un editor musical local, Lindgren. Breikopf & Härtel se quejó al compositor... ¡por haber confiado la obra a otros! El propio Sibelius les recordó que “¡el trabajo en cuestión es uno de los que ustedes rechazaron como inferior!” Con el tiempo otros editores (la propia B & H) la acogerían sin reserva, pero no sería la última ocasión en que los editores se mostrarían escépticos ante una obra de las obras cumbre del compositor.
Estreno y repercusión de la obra
Rakastava opus 14, en su versión final, se estrenará bajo la batuta del propio Jean Sibelius, dirigiendo a la Orquesta de la Sociedad de Conciertos (la que se llamará posteriormente Filarmónica de Helsinki) el 29 de marzo de 1912, en la Sala de la Universidad. En el mismo concierto, protagonizado por de la Cuarta Sinfonía (que trataba de afianzar pesa a las reticencias iniciales de público y crítica), el resto del programa fueron estrenos, además de la protagonista de esta serie, Rakastava, se presentaron también las recién escritas Scènes historiques II, y una revisión aún inédita, la del Impromptu opus 19 para coro femenino y orquesta (original de 1902, revisada dos años antes de este estreno).
No es muy frecuente la seguridad que mostró inicialmente en torno a la obra, que no había sido estrenada. Por ello no sorprende que, finalmente, a los pocos días Sibelius se arrepintiera y solicitara la partitura de Rakastava, que le fue devuelta (junto con la de "Har du mod?", esta rechazada por el editor). Estos arrepentimientos son frecuentes en el genio nórdico, dándose la circunstancia de alguna obra maestra, como Tapiola opus 112, donde no fue posible el retorno del envío. Las hojas pautadas le llegaron el 1 de enero de 1912, estando ya de vuelta en Ainola. “Hay una fragancia terrenal en ella. De tierra y de Finlandia”, escribe su autor.
Comienzo del manuscrito de la versión definitiva de Rakastava opus 14
La primera publicación de Rakastava opus 14 fue acogida por un editor musical local, Lindgren. Breikopf & Härtel se quejó al compositor... ¡por haber confiado la obra a otros! El propio Sibelius les recordó que “¡el trabajo en cuestión es uno de los que ustedes rechazaron como inferior!” Con el tiempo otros editores (la propia B & H) la acogerían sin reserva, pero no sería la última ocasión en que los editores se mostrarían escépticos ante una obra de las obras cumbre del compositor.
Estreno y repercusión de la obra
Rakastava opus 14, en su versión final, se estrenará bajo la batuta del propio Jean Sibelius, dirigiendo a la Orquesta de la Sociedad de Conciertos (la que se llamará posteriormente Filarmónica de Helsinki) el 29 de marzo de 1912, en la Sala de la Universidad. En el mismo concierto, protagonizado por de la Cuarta Sinfonía (que trataba de afianzar pesa a las reticencias iniciales de público y crítica), el resto del programa fueron estrenos, además de la protagonista de esta serie, Rakastava, se presentaron también las recién escritas Scènes historiques II, y una revisión aún inédita, la del Impromptu opus 19 para coro femenino y orquesta (original de 1902, revisada dos años antes de este estreno).
Encontraremos la obra frecuentemente en los conciertos que el propio Sibelius dirigió, de hecho fue una de sus propios trabajos que más repitió en las ocasiones en las que se atrevía a subirse al podio. Su primera ejecución en el extranjero fue en Gotemburgo, en 1915. Ese mismo año en el mismo concierto que vio estrenar la versión original de la Quinta sinfonía, como también, justo un año después, la segunda versión de esta sinfonía. En los años siguientes interpretará con frecuencia la obra en conciertos tanto en Finlandia como en el extranjero (Suecia, Inglaterra e incluso Italia), como uno de sus favoritos, aun cuando no era susceptible de la popularidad de Finlandia opus 26, Karelia o el Valse triste.
La primera grabación de la pieza llegó 1937, en plena explosión de la fama sibeliana, de la mano de Boyd Neel, director de unos de los primeros conjuntos de cuerda estables de Reino Unido. Este pionero registro marcó dos caminos: por una parte Rakastava opus 14 se convirtió en una pieza favorita de las orquestas de cámara, y por otro lado, en una pieza predilecta de los directores británicos. En las primeras décadas, aunque se interpretaba y grababa con frecuencia, no se la consideraba en general una obra importante, solo más recientemente, cuando grandes directores sibelianos desde Barbirolli - también británica para más señas - la han incorporado, como el compositor, al repertorio principal, es cuando se ha puesto de relieve su reservada y melancólica belleza.
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Siguientes capítulos:
Capítulo 2: Análisis
Capítulo 3: Discografía
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