Una de las etiquetas con las que más frecuentemente se relaciona a Jean Sibelius es la denominación de músico "nacionalista". Como muchas categorizaciones, este es un término amplio que pretende reunir a toda una colección de diferentes aspectos bajo un concepto común. La existencia de matices implica que no necesariamente todos los compositores considerados "nacionalistas" se ajusten nítidamente al término.
En general, se ha definido como nacionalista al compositor de fuera del ámbito central de la música europea (Alemania/Austria, Francia e Italia); que se inspira en la historia, el folclore o la mitología de su país; que crea trabajos con un sentido patriótico, muchas veces reivindicativo; y que utiliza la música popular de su patria o región como punto de partida de sus propias composiciones. Además el nacionalismo musical está localizado temporalmente como una época entre el siglo XIX y principios del XX, o quizá más exactamente entre Glinka y Bartók (aunque haya casos posteriores y anteriores).
Aceptando esos parámetros, en seguida acudirán a nuestra mente figuras como Mussorgsky o Rimsy-Korsakov en Rusia, Dvořák en Chequia, Vaughan-Williams en Inglaterra, Albéniz en España, o de manera más cercana a Sibelius el noruego Edvard Grieg. Todos ellos se sitúan fuera de las "grandes potencias" musicales, se inspiran en temas nacionales, con sentido patriótico, y utilizan la música popular, ya sea tomando tonadas y danzas del folclore, o usando sus escalas, ritmos y giros melódicos en composiciones originales.
Pero desde luego hay otros compositores que pueden aproximarse a ese concepto, aunque habitualmente se les saca de esa categoría. Por ejemplo, Wagner se inspiró en la mitología germánica y con un sentido ciertamente patriótico, como también Verdi, cuyo propio nombre llegó a ser símbolo de la Unificación Italiana. D'Indy o Chopin utilizaron temas populares, y mucha de su música original está impregnada de ese peso del folclore. O incluso Chaikovsky, que cumple a la percepción todos los aspectos, en ocasiones es alejado del concepto "nacionalista" (frente a los autores del "Grupo de los Cinco") porque su música persiguió también un propósito más general y europeísta, y al tiempo más subjetiva.
¿Y qué ocurre con Sibelius? ¿Pertenece Sibelius al club de los músicos nacionalistas? Indudablemente su música es foránea al centro de Europa, se inspiró y frecuentemente en temas mitológicos e históricos finlandeses (la multitud de obras en torno al Kalevala, o los "cuadros históricos" de 1899), tiene multitud de obras patrióticas y directamente reivindicativas (simplemente recordar Finlandia [se levanta] opus 26)... pero al llegar al punto final, la utilización de música folclórica, es donde quizá nuestro autor no se corresponda tan plenamente con el prototípico nacionalista musical.
El hecho es el siguiente: son escasísimos, casi anecdóticos, los casos en los que Sibelius utilizó directamente melodías o danzas provenientes del folclore, y en su casi totalidad circunscritos a un exploración temprana de su propio estilo, antes de alcanzar la madurez musical. Nunca compuso una Rapsodia finlandesa, un reikilaulu ("canción de trineo", uno de los géneros más populares, valga el doble sentido, del folclore finlandés), o una pirun polska ("polonesa del diablo", aunque importada, la polska es una de las danzas tradicionales más características de Finlandia), como sí que hicieron compositores compatriotas suyos, los inmediatamente anteriores, como Kajanus, o los posteriores, como sus discípulos por un tiempo Kuula y Madetoja.
El propio genio nórdico, como veremos en el siguiente post, no quiso usar conscientemente el folclore auténtico en cuando a su plasmación real, pero en cambio sí que intentó impregnarse de su "espíritu". Más que un uso directo del folclore finlandés, en la música de Sibelius se percibe un indudable "color" y "sentimiento" finlandeses. Y eso es porque el propio autor procuró, voluntariamente en gran parte, incorporar a su estilo, cuando este se estaba formando, ese espíritu, abstrayendo los usos del folclore, de modo que su música no sonara nunca tópicamente "finlandesa". Pero los finlandeses sí pueden reconocerse en ella. Sibelius toma algunos giros del folclore, aunque los estiliza, los asume, los hace tan suyos que se funde completamente con ellos, los convierte en su propia voz. Al llamar a Sibelius "la voz de Finlandia" no solo se está apelando al hecho de ser el portavoz musical del país ante todo el mundo, sino también al hecho de que está cantando con un acento indiscutiblemente finlandés.
Antes de adentrarnos en ese aspecto, detengámonos en el pequeño grupo de obras en el genio nórdico utilizó de hecho melodías tomadas directamente de repertorio finlandés. Como adelantábamos, la mayor parte pertenece al periodo de "búsqueda de una voz propia", una corta fase intermedia que coincide con el fin de sus estudios formales y en la que el compositor experimenta con sus composiciones con el fin de encontrar su propio y original camino. Dentro de esta experimentación se puso las vestimentas de un compositor nacionalista más - que luego iría abandonando - y acudió al material folclórico, pero en términos generales, ya desde estos mismos comienzos, más al folclore ideal que al real. En todo caso, sí llegó emplear algunos pocos ejemplos tomados de tonadas populares.
• Allegro para septeto de metal y triángulo JS.25 (otoño de 1889). Escrito para una plantilla también muy tradicional en la música de la Finlandia del siglo XIX, el torviseitsikko (dos cornetas soprano en Mib, otras dos en Sib, trompa contralto en Mib, tenor en Sib, bombardino en Sib, tuba en Sib, más percusión), la pieza se prestaba al uso de melodías folclóricas por su propósito: un concurso organizado por la Sociedad Finlandesa de Educación Popular. La pieza es una breve fantasía, casi un popurrí, sobre diferentes temas, dos de los cuales son conocidas melodías folclóricas, "Hevonen kuin koirasteeri" y "Tuomi on virran reunalla". La primera ("El caballo como el gallo-lira") tiene un característico juego de ritmos dactílicos:
La segunda de ellas ("El cerezo se alza en el río"), sigue siendo bastante conocida e interpretada aun hoy en día, apareciendo en multitud de cancioneros:
Pero ambas tonadas tendrán una trascendencia algo mayor ya que, más allá del uso de esta obra, ya que aparecen relacionadas con la génesis nada menos que de "Kullervo" opus 7, la piedra angular de la carrera de Sibelius: "Hevonen kuin koirasteeri" aparece mencionada en febrero de 1892 en una carta de Aino, en la que informa a su futura mujer de sus planes para escribir una sinfonía en la que usaría dicho tema. Ese proyecto devendrá de hecho en "Kullervo", cuyo tema inicial parece estar inspirado en su dibujo en este "Tuomi on virran reunalla". La sinfonía-poema sinfónico es una de las obras de su carrera con un tono más marcadamente - e incluso salvajemente - folclórico. Resulta curioso pues contemplar esta pequeña pieza como un antecedente del gigante sibeliano, con esos temas tradicionales como punto de conexión y base. Una pieza en todo caso que ciertamente no desentonaría entre ejemplos similares de tantos y tantos compositores nacionalistas.
En general, se ha definido como nacionalista al compositor de fuera del ámbito central de la música europea (Alemania/Austria, Francia e Italia); que se inspira en la historia, el folclore o la mitología de su país; que crea trabajos con un sentido patriótico, muchas veces reivindicativo; y que utiliza la música popular de su patria o región como punto de partida de sus propias composiciones. Además el nacionalismo musical está localizado temporalmente como una época entre el siglo XIX y principios del XX, o quizá más exactamente entre Glinka y Bartók (aunque haya casos posteriores y anteriores).
Aceptando esos parámetros, en seguida acudirán a nuestra mente figuras como Mussorgsky o Rimsy-Korsakov en Rusia, Dvořák en Chequia, Vaughan-Williams en Inglaterra, Albéniz en España, o de manera más cercana a Sibelius el noruego Edvard Grieg. Todos ellos se sitúan fuera de las "grandes potencias" musicales, se inspiran en temas nacionales, con sentido patriótico, y utilizan la música popular, ya sea tomando tonadas y danzas del folclore, o usando sus escalas, ritmos y giros melódicos en composiciones originales.
Pero desde luego hay otros compositores que pueden aproximarse a ese concepto, aunque habitualmente se les saca de esa categoría. Por ejemplo, Wagner se inspiró en la mitología germánica y con un sentido ciertamente patriótico, como también Verdi, cuyo propio nombre llegó a ser símbolo de la Unificación Italiana. D'Indy o Chopin utilizaron temas populares, y mucha de su música original está impregnada de ese peso del folclore. O incluso Chaikovsky, que cumple a la percepción todos los aspectos, en ocasiones es alejado del concepto "nacionalista" (frente a los autores del "Grupo de los Cinco") porque su música persiguió también un propósito más general y europeísta, y al tiempo más subjetiva.
¿Y qué ocurre con Sibelius? ¿Pertenece Sibelius al club de los músicos nacionalistas? Indudablemente su música es foránea al centro de Europa, se inspiró y frecuentemente en temas mitológicos e históricos finlandeses (la multitud de obras en torno al Kalevala, o los "cuadros históricos" de 1899), tiene multitud de obras patrióticas y directamente reivindicativas (simplemente recordar Finlandia [se levanta] opus 26)... pero al llegar al punto final, la utilización de música folclórica, es donde quizá nuestro autor no se corresponda tan plenamente con el prototípico nacionalista musical.
El hecho es el siguiente: son escasísimos, casi anecdóticos, los casos en los que Sibelius utilizó directamente melodías o danzas provenientes del folclore, y en su casi totalidad circunscritos a un exploración temprana de su propio estilo, antes de alcanzar la madurez musical. Nunca compuso una Rapsodia finlandesa, un reikilaulu ("canción de trineo", uno de los géneros más populares, valga el doble sentido, del folclore finlandés), o una pirun polska ("polonesa del diablo", aunque importada, la polska es una de las danzas tradicionales más características de Finlandia), como sí que hicieron compositores compatriotas suyos, los inmediatamente anteriores, como Kajanus, o los posteriores, como sus discípulos por un tiempo Kuula y Madetoja.
El propio genio nórdico, como veremos en el siguiente post, no quiso usar conscientemente el folclore auténtico en cuando a su plasmación real, pero en cambio sí que intentó impregnarse de su "espíritu". Más que un uso directo del folclore finlandés, en la música de Sibelius se percibe un indudable "color" y "sentimiento" finlandeses. Y eso es porque el propio autor procuró, voluntariamente en gran parte, incorporar a su estilo, cuando este se estaba formando, ese espíritu, abstrayendo los usos del folclore, de modo que su música no sonara nunca tópicamente "finlandesa". Pero los finlandeses sí pueden reconocerse en ella. Sibelius toma algunos giros del folclore, aunque los estiliza, los asume, los hace tan suyos que se funde completamente con ellos, los convierte en su propia voz. Al llamar a Sibelius "la voz de Finlandia" no solo se está apelando al hecho de ser el portavoz musical del país ante todo el mundo, sino también al hecho de que está cantando con un acento indiscutiblemente finlandés.
"El viejo kanteletista con su nieta", obra de Albert Gebhard (1869-1937)
Antes de adentrarnos en ese aspecto, detengámonos en el pequeño grupo de obras en el genio nórdico utilizó de hecho melodías tomadas directamente de repertorio finlandés. Como adelantábamos, la mayor parte pertenece al periodo de "búsqueda de una voz propia", una corta fase intermedia que coincide con el fin de sus estudios formales y en la que el compositor experimenta con sus composiciones con el fin de encontrar su propio y original camino. Dentro de esta experimentación se puso las vestimentas de un compositor nacionalista más - que luego iría abandonando - y acudió al material folclórico, pero en términos generales, ya desde estos mismos comienzos, más al folclore ideal que al real. En todo caso, sí llegó emplear algunos pocos ejemplos tomados de tonadas populares.
• Allegro para septeto de metal y triángulo JS.25 (otoño de 1889). Escrito para una plantilla también muy tradicional en la música de la Finlandia del siglo XIX, el torviseitsikko (dos cornetas soprano en Mib, otras dos en Sib, trompa contralto en Mib, tenor en Sib, bombardino en Sib, tuba en Sib, más percusión), la pieza se prestaba al uso de melodías folclóricas por su propósito: un concurso organizado por la Sociedad Finlandesa de Educación Popular. La pieza es una breve fantasía, casi un popurrí, sobre diferentes temas, dos de los cuales son conocidas melodías folclóricas, "Hevonen kuin koirasteeri" y "Tuomi on virran reunalla". La primera ("El caballo como el gallo-lira") tiene un característico juego de ritmos dactílicos:
La segunda de ellas ("El cerezo se alza en el río"), sigue siendo bastante conocida e interpretada aun hoy en día, apareciendo en multitud de cancioneros:
(nota: ambos ejemplos están trancritos de cancioneros, no de la partitura de Sibelius)
Pero ambas tonadas tendrán una trascendencia algo mayor ya que, más allá del uso de esta obra, ya que aparecen relacionadas con la génesis nada menos que de "Kullervo" opus 7, la piedra angular de la carrera de Sibelius: "Hevonen kuin koirasteeri" aparece mencionada en febrero de 1892 en una carta de Aino, en la que informa a su futura mujer de sus planes para escribir una sinfonía en la que usaría dicho tema. Ese proyecto devendrá de hecho en "Kullervo", cuyo tema inicial parece estar inspirado en su dibujo en este "Tuomi on virran reunalla". La sinfonía-poema sinfónico es una de las obras de su carrera con un tono más marcadamente - e incluso salvajemente - folclórico. Resulta curioso pues contemplar esta pequeña pieza como un antecedente del gigante sibeliano, con esos temas tradicionales como punto de conexión y base. Una pieza en todo caso que ciertamente no desentonaría entre ejemplos similares de tantos y tantos compositores nacionalistas.
• "Tule, tule kultani" ("Ven, ven, mi amada") JS.211, ya mencionada a la hora de hablar de "Kanteletar", es el fruto de la mínima experiencia que tuvo Sibelius como folclorista de campo. En el verano de 1892, combinando su luna de miel con Aino, y una beca de la Universidad de Helsinki para estudiar la canción rúnica y el tañer del kántele en la legendaria región de Karelia, cuna del "Kalevala" y considerada la guardiana de las esencias ancestrales finlandesas. Anotó personalmente entre 15 y 20 melodías populares en la zona de Lieksa, además de escuchar cantos rúnicos de los artistas que continuaban la tradición con todo el vigor. De entre las melodías de Lieksa, esta en concreto debió suscitar su atención muy en particular, ya que se apresuró a componer un acompañamiento pianístico en el mismo manuscrito.
• Uno de esos cantos rúnicos recogidos, que servían de entonación a los fragmentos de "Kalevala" que aún podían escucharse en la región, Sibelius lo utilizaría para su "Música escénica para un festival y una lotería en ayuda de la Educación en la Provincia de Viipuri" JS.115 obra más conocida como "Karelia" (sobre todo por la Suite opus 11, formada por otros tres movimientos extraídos de esta obra). Estos cuadros históricos retrataban diferentes episodios de la región, y el primero de todos, que reflejaba la época pagana - y la posterior llegada de los conquistadores, suecos y cristianos - introducía una pareja de cantores entonando estrofas del poema de Lönnrot a la manera tradicional (y de hecho fueron cantadas por artistas folclóricos en el estreno). Este canto, que en el original es solo parte de una obra orquestal más amplia, emplea el canto antifonal muy frecuente en la canción kalevaliana, aunque no a capella o acompañado por el kántele, sino por la orquesta:
Dentro de la misma obra hay una cita a una melodía ya bien conocida por el público finlandés de 1893, "Vårt land" ("Nuestra tierra"), un canto patriótico con texto de Runeberg y música de Pacius, que a la sazón se convertiría en el himno nacional de la Finlandia independiente hasta nuestros días. A pesar de su popularidad, no entraría en la categoría de "música folclórica" propiamente dicha, aunque lo mencionamos a modo de curiosidad, y porque también es una de las escasísimas citas a melodías ajenas.
• En 1895 se publicó una nueva y también igualmente pequeña contribución de Sibelius como folclorista, una colección de arreglos de canciones rúnicas por parte del experto de la Universidad de Helsinki Axel August Borenius, como parte de una edición del "Kalevala" de manos de la Sociedad de Literatura Finlandesa. Nuestro músico colaboró con Borenius, aunque quien les escribe no tiene datos más precisos sobre la naturaleza exacta y el alcance de su papel en la edición.
Doble página de los "Suomalaisten laulujen ja runojen nuotteja" ("Cantos y runos fineses anotados [musicalmente]"), que publicó Elias Lönnrot en 1840, con fórmulas típicas de la canción kalevaliana
Sí al menos podemos pensar que la labor de Sibelius habría sido la de realizar o completar acompañamientos para piano de las melodías y textos recogidos por Borenius (como es el caso de otras antologías de Borenius, como esta de 1880 que contó con la colaboración del músico Gabriel Linsén).
• Valssit / Kehtolaulu [Vals / Canción de cuna], para violín y kántele, JS.222. El 11 de septiembre de 1899, nuestro músico visitó a su amigo, el pintor Pekka Halonen, en su casa del Lago Tuusula (unos años antes de ser vecinos en la comunidad). Halonen tocaba como aficionado el kántele, y Sibelius decidió crear una melodía con el objetivo de acompañar una pieza popular para la cítara finlandesa.
Esto es, la parte de kántele corresponde a la melodía tradicional, mientras que la violinística (una contramelodía muy sencilla) se debe al compositor. Una pieza doméstica, pero por haber sido anotada y más tarde publicada, se ha podido añadir a la lista de obras de Sibelius.
• Seis canciones populares finlandesas JS.81, para piano. Esta es sin duda la obra sibeliana que más se ajusta en principio a un trabajo típicamente nacionalista, aunque encontraremos algunos matices muy personales en el concepto de la obra. La colección fue resultado de una sugerencia de su amigo Carpelan, que en mayo de 1902 le invita a la composición de una serie de piezas para orquesta de cuerda basadas en canciones finlandesas, con carácter fácil, "bises" que contribuyesen a la popularidad del propio autor. Posiblemente pensaba el aristócrata finlandés en trabajos del estilo de Grieg (sus Dos melodías elegiacas opus 34 o las Dos melodías nórdicas opus 63).
En todo caso el compositor aceptó el reto, pero con el tiempo la idea tomó un cariz más propio. En lugar de piezas para cuerda, Sibelius decidió trasladar en 1903 las melodías escogidas al ámbito más íntimo del piano. Y en lugar de darle ese carácter de concierto popular, el autor rodeó los temas folclóricos, casi minimalistas, de unas texturas muy atmosféricas y expresivas, complejas incluso, lo que ha hecho a algunos autores a comparar el cuaderno con la música del Mikrokosmos de Bartók. Los títulos de las piezas, que simplemente trasladan la denominación de cada melodía popular, son los siguientes:
• Valssit / Kehtolaulu [Vals / Canción de cuna], para violín y kántele, JS.222. El 11 de septiembre de 1899, nuestro músico visitó a su amigo, el pintor Pekka Halonen, en su casa del Lago Tuusula (unos años antes de ser vecinos en la comunidad). Halonen tocaba como aficionado el kántele, y Sibelius decidió crear una melodía con el objetivo de acompañar una pieza popular para la cítara finlandesa.
La pieza, tal y como fue publicada en el periódico Väisänen, en 1935
Esto es, la parte de kántele corresponde a la melodía tradicional, mientras que la violinística (una contramelodía muy sencilla) se debe al compositor. Una pieza doméstica, pero por haber sido anotada y más tarde publicada, se ha podido añadir a la lista de obras de Sibelius.
• Seis canciones populares finlandesas JS.81, para piano. Esta es sin duda la obra sibeliana que más se ajusta en principio a un trabajo típicamente nacionalista, aunque encontraremos algunos matices muy personales en el concepto de la obra. La colección fue resultado de una sugerencia de su amigo Carpelan, que en mayo de 1902 le invita a la composición de una serie de piezas para orquesta de cuerda basadas en canciones finlandesas, con carácter fácil, "bises" que contribuyesen a la popularidad del propio autor. Posiblemente pensaba el aristócrata finlandés en trabajos del estilo de Grieg (sus Dos melodías elegiacas opus 34 o las Dos melodías nórdicas opus 63).
En todo caso el compositor aceptó el reto, pero con el tiempo la idea tomó un cariz más propio. En lugar de piezas para cuerda, Sibelius decidió trasladar en 1903 las melodías escogidas al ámbito más íntimo del piano. Y en lugar de darle ese carácter de concierto popular, el autor rodeó los temas folclóricos, casi minimalistas, de unas texturas muy atmosféricas y expresivas, complejas incluso, lo que ha hecho a algunos autores a comparar el cuaderno con la música del Mikrokosmos de Bartók. Los títulos de las piezas, que simplemente trasladan la denominación de cada melodía popular, son los siguientes:
1. Minun kultani kaunis on, sen suu kuin auran kukka (Mi amada es hermosa, su boca es como una clavellina)
2. Sydämestäni rakastan (Te amo con todo mi corazón)
3. Ilta tulee, ehtoo joutuu (Llega la tarde, se ve el crepúsculo)
4. Tuopa tyttö, kaunis tyttö kanteletta soitta (Así toca la muchacha, la hermosa muchacha, el kántele)
5. Velisurmaaja (El fratricida)
6. Häämuistelma (Recuerdo de boda)
Existe una séptima pieza, al parecer una partitura desechada del cuaderno por no ajustarse - más ligera - al estilo musical de las demás: Minun kultani kaunis on, vaikk’ on kaitaluinen (Mi amada es hermosa, aunque sea delgada). El manuscrito lleva la signatura HUL 0822/1
Como ejemplo, tenemos el tema de la quinta pieza, "El fratricida" que corresponde a una melodía con uno de los textos más célebres del Kanteletar:
La música de Sibelius rodea el tema folclórico con enorme expresividad, de toques ciertamente tétricos (con esa séptima sensible que traiciona la modalidad de la melodía), puesto que crea el carácter enfermizo del texto, en el que una madre interroga a su hijo sobre el asesinato de su propio hermano. La partitura incluso reproduce el diálogo del poema, resituando cada doble verso en un registro distintivo según la frase de cada personaje: el agudo para la madre, el grave para el hijo fratricida.
Podemos escuchar tres números de la colección (exactamente las canciones segunda, tercera y quinta) en los siguientes videos de youtube, por el pianista Håvard Gimse, una grabación de hace unos años para el sello Naxos:
____
Como ya anunciamos, dedicaremos un segundo post a analizar más en concreto el influjo del idioma y el folclore finés sobre la melodía de Sibelius, en sus obras originales y en su estilo melódico en general.
____
Siguiente capítulo (y II): la influencia del idioma y la canción popular en la melodía sibeliana
2. Sydämestäni rakastan (Te amo con todo mi corazón)
3. Ilta tulee, ehtoo joutuu (Llega la tarde, se ve el crepúsculo)
4. Tuopa tyttö, kaunis tyttö kanteletta soitta (Así toca la muchacha, la hermosa muchacha, el kántele)
5. Velisurmaaja (El fratricida)
6. Häämuistelma (Recuerdo de boda)
Existe una séptima pieza, al parecer una partitura desechada del cuaderno por no ajustarse - más ligera - al estilo musical de las demás: Minun kultani kaunis on, vaikk’ on kaitaluinen (Mi amada es hermosa, aunque sea delgada). El manuscrito lleva la signatura HUL 0822/1
Como ejemplo, tenemos el tema de la quinta pieza, "El fratricida" que corresponde a una melodía con uno de los textos más célebres del Kanteletar:
La música de Sibelius rodea el tema folclórico con enorme expresividad, de toques ciertamente tétricos (con esa séptima sensible que traiciona la modalidad de la melodía), puesto que crea el carácter enfermizo del texto, en el que una madre interroga a su hijo sobre el asesinato de su propio hermano. La partitura incluso reproduce el diálogo del poema, resituando cada doble verso en un registro distintivo según la frase de cada personaje: el agudo para la madre, el grave para el hijo fratricida.
Podemos escuchar tres números de la colección (exactamente las canciones segunda, tercera y quinta) en los siguientes videos de youtube, por el pianista Håvard Gimse, una grabación de hace unos años para el sello Naxos:
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Como ya anunciamos, dedicaremos un segundo post a analizar más en concreto el influjo del idioma y el folclore finés sobre la melodía de Sibelius, en sus obras originales y en su estilo melódico en general.
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Siguiente capítulo (y II): la influencia del idioma y la canción popular en la melodía sibeliana
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