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domingo, 8 de diciembre de 2019

154 aniversario de Jean Sibelius (Escena con grullas)

Celebramos, un año más, el aniversario del nacimiento del compositor finlandés Jean Sibelius, protagonista de nuestro blog.

Y lo hacemos invitando a nuestros lectores a la escucha de una sus piezas populares más líricas e intensas, que ha servido como "bis" en multitud de conciertos dedicados al maestro, aunque su música invita más al recogimiento, a la comunión con la naturaleza y a la melancolía que al fin de fiesta habitual que suelen traer ese tipo de "propinas".

Grullas finlandesas. Fotografía de Jouni Suikkanen

Se trata de la Kurkikohtaus (Escena con grullas), opus 44 nº2, una pieza para pequeña orquesta originada en la música de escena que escribiera Sibelius para el drama "Kuolema" ("La muerte") de Arvid Järnefelt, jurista y escritor en lengua finlandesa (un marcado activista fennoman, de hecho uno de los fundadores del centenario periódico Helsingin Sanomat), y además cuñado del propio compositor. Para el estreno de la obra en 1903, de carácter simbolista, escribió el músico una partitura (JS.113) con algunos números de toque también simbolista y de una delicada y nostálgica belleza. La obra teatral se benefició mucho de la composición, aunque no sea actualmente uno los trabajos dramáticos más recordados del repertorio finoparlante. En cambio, Sibelius decidió rescatar algo de la música (muy unida a escenificación) en partituras de concierto. Un número pasó a ser el inesperado y celebérrimo éxito del Valse triste opus 44 nº1, revisado y publicado en 1904, mientras que dos años después crearía una pieza a partir de dos números (el tercero y el cuarto de la partitura original), fusionándolos - haciendo el segundo de trío del primero en una estructura tripartita -  y ampliando algo - con clarinetes y timbales - la orquesta original solo de cuerda. Las "grullas" aparecen en el centro de la pieza (una nueva evocación de aves en la obra de Sibelius, cuyo canto se permite situarse como casi el único sonido real que Sibelius introdujo alguna vez en sus partituras), mientras que el resto ofrece un dibujo etéreo de las cuerdas asordinadas, finalizando con un duetto de violín y cello solistas. Una sencilla y evocadora música que ejemplifica muy bien el don extraordinario del compositor.

Existen diversas grabaciones, quizá la más destacada disponible en streaming la podemos encontrar en spotify (para los usuarios del servicio digital), y se debe la Finlandia Sinfonietta (una orquesta de cámara activa en los 80) dirigida Pekka Helasvuo. Como alternativa, una versión con un toque más contemporáneo debida a un director poco habitual del sibelianismo, como es Gidon Kremer, que con su grupo Kremerata Baltica nos ha legado esta lectura casi mística e intemporal de la pieza:
  

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Esperemos disfruten de esta música, que dará comienzo a  un nuevo año sibeliano. 

sábado, 25 de abril de 2015

La Quinta Sinfonía en Valladolid: concierto de Nikolaj Znaider

Quien les escribe estas líneas tuvo la oportunidad de asistir a la interpretación en vivo de la Quinta sinfonía, una de las grandes obras del autor a quien hemos consagrado el blog. Los responsables fueron la formación de la comunidad, la Orquesta Sinfónica de Castilla y León, dirigida en la ocasión por un joven director invitado, Nikolaj Znaider. No son muchas las veces que podemos escuchar en directo la música del genio nórdico en nuestra propia ciudad (calculo que la media de Sibelius programados en el Auditorio es de una obra aproximadamente cada dos temporadas), por lo que no dudé mucho a la hora de acudir.

He de reconocer que no conocía la música de Znaider, aparte de haber visto su nombre en la portada de algún disco de conciertos para violín dirigidos por Valery Gergiev. Es que la figura de Nikolaj Znaider (nacido en 1975 en Copenhague, de una familia de origen judeo-polaca) ha brillado hasta ahora más como virtuoso del violín, habiendo tocado muchos de los grandes conciertos del repertorio - por cierto, al menos en grabación todavía no el de Sibelius -. La dirección ha sido una actividad relativamente reciente en su carrera, según descubrimos en el programa de mano, pero ya ha tenido el honor de dirigir orquestas como la Filarmónica de Munich, la de Birmingham o la Sinfónica de Londres, siendo el principal director invitado de la Orquesta del Teatro Mariinsky.

Nikolaj Znaider

Por tanto, sin unas especiales expectativas, acudimos al Auditorio Miguel Delibes para asistir a un programa consistente en la sinfonía de Sibelius en la primera parte, y el monumental y difícil poema sinfónico Así habló Zaratustra opus 30 de Richard Strauss para concluir el concierto.

A grandes rasgos mi apreciación personal sobre el evento fue más que positiva: el Sibelius de Znaider fue una gratísima sorpresa, con una vibrante interpretación que en ocasiones alentó el entusiasmo de todos los presentes, oyentes y músicos inclusive. La obra del maestro finlandés fue abordada con un gran respeto y pasión, y el director le hizo un enorme favor, demostrando ante el público local por qué esa obra se merece todos los laureles del gran sinfonismo. Aunque hubo también sus compases más débiles, globalmente la ejecución fue muy buena, y no creo equivocarme si digo que el público, incluyendo los que no conocían la obra, salió muy complacido de ella.

El comienzo del primer movimiento fue algo indeciso a decir verdad, con cierto temor que incluso dejó algunos fallos evidentes  en las trompas, pero pronto se creó el clima adecuado cuando Znaider tomó la batuta, nunca mejor dicho, y la música empieza a fluir con toda naturalidad, bajo un clima de beatitud y de brillo áureo ciertamente hermoso. Las cuerdas llevaron el peso del drama: Znaider es un violinista y creo que eso se notó a lo largo del todo concierto por el mimo extraordinario con que trató a la sección. Sibelius también lo fue, por lo que esa especial sintonía hizo mucho bien a esta obra, aun cuando esta sinfonía en particular quizá sea la sinfonía - sobre todo si la comparamos con la Tercera, la Cuarta o la Sexta - donde el viento, incluido el metal, tiene un mayor peso. Pero no se trató simplemente de cuidar y/o hacer sobresalir a la cuerda: Znaider explora sabiamente lo que está en la partitura, las superposiciones de la sección, sus auras y su devenir en principio propio contra el resto de la música.

El gesto del director es impetuoso pero nunca histriónico, poderoso y muy comunicativo, directo y sin ritualismos. Se trasluce además bastante complicidad, de lo que podemos deducir que ha sido una obra bastante ensayada antes de este concierto inaugural (repetido esta tarde-noche en Valladolid, viajando después a otras localidades de la comunidad).

La transición hacia el final del primer movimiento - final que en la versión original de la pieza (de 1915) era en realidad un movimiento separado - es uno de los momentos esenciales de la sinfonía, una verdadera piedra clave de la obra en la que los directores demuestran si han entendido la obra o no. Con Znaider llegó tenuemente, casi desapercibida, pero con gran elegancia y un feliz y desenfadado entusiasmo, a través de un progresivo y fino crescendo. Era como decimos difícil pero, aunque fue una lectura muy peculiar y libre, sin duda fue el mejor fragmento de la interpretación. La sección que sigue se realizó con ritmos firmes, mezclados con rubatos de nuevo muy libres, pero creadores de un gran drama (¡qué sensacionalmente oscuros sonaron algunos acordes!). El arrebato que supone todo este movimiento, en especial su reexposición/scherzo duró hasta una coda palpitante, casi llena de ansiedad, y delirio, llegando incluso a provocar algún aplauso tras la doble barra, como si todo el movimiento hubiera concentrado toda una sinfonía (resulta muy curioso este hecho si pensamos que durante el proceso de revisión de la obra el autor pensó en dejar ese movimiento como único).

El segundo tiempo también traslució animado (aunque con un tempo algo rápido), y muy contrastante, de nuevo con la cuerda como protagonista, y un buen uso del pizzicato, dando cuenta de las singulares, mágicas en ocasiones, sonoridades de la orquesta sibeliana a pesar de su aparente sencillez. La interpretación tuvo sus buenos recursos dramáticos, que el director aprovechó al máximo, comunicando toda una aventura bajo las en apariencia sencillas variaciones. Todo bajo una dirección algo rapsódica, hay que decirlo, pero haciendo así que la composición fluyera plenamente. A destacar también algunos sonidos delicados de los oboes, así como de los timbales, que a lo largo de la sinfonía se mostraron muy destacados por su efectividad sin que sobresalieran dinámicamente más allá de lo indicado en los pentagramas.

 Vista de la sala sinfónica del Auditorio Miguel Delibes

El tercer tiempo de nuevo tomó el entusiasmo del final del primero, pero quizás aquí hubo mayores lagunas en su devenir. La cuerda tuvo grandes prestaciones desde el podio, pero a algunos de los instrumentistas la rapidez de ciertos pasajes y los divisi se les hicieron algo peliagudos. El tema "de los cisnes" se antojó majestuoso e inmenso, y de seguro que emocionó a la sala. El ímpetu quizá fue excesivo en el "colapso" correspondiente (como en la Cuarta aquí situado antes del final) y sonó con certeza algo confuso, pero al llegar los últimos compases y sus redentoras consonancias el drama se convirtió en una benévola promesa de paz. Los secos acordes finales fueron tomados por Znaider con espíritu masivo, cortantes e hirientes, auténticos martillos, redondeando con gran fuerza una muy buena interpretación.

El aplauso fue grande y agradecido, y el que les escribió quedó muy satisfecho de haber disfrutado de esta oportunidad, máximo como digo por no haberla esperado en demasía. Ojalá los responsables tomen nota tanto de director como de obra. Y es que la Quinta, a pesar de ser una obra netamente sibeliana - aunque su optimismo y grandiosidad no sean tan habituales en el compositor - conquista y entusiasma fácilmente al público que no se haya perdido en desfasados perjuicios y desinformaciones, y sobre todo con una buena dirección.

En cuanto al Richard Strauss - he de decir que obra y autor se encuentran entre mis favoritos también, por que el programa fue un verdadero placer - quizá, dicho objetivamente, el desafío era bastante mayor, pero Znaider supo salir más que airoso. Aunque hubo varios desajustes, la visión del director fue firme y llena de fuerza, con un especial énfasis en los momentos más frenéticos de la partitura, destacando especialmente alguno de los pasajes más repletos de cromatismos. La fuga (la sección "De la ciencia") sonó algo desordenada, pero a cambio los numerosos pasajes protagonizados por los muchos divisi de la cuerda y sus diversos conjuntos se mostraron excelentes, casi mágicos. El concertino, Juraj Cizmarovic, con una particella tan brillante como difícil, lo hizo francamente bien, y el vals de "La canción del baile" sonó lleno de placeres dionisiacos.

El aplauso de nuevo fue grande y prolongado, bien agradecido pero por desgracia no correspondido con algún bis - aunque hay que reconocer que quizá no añadía nada a la sensación dejada -.

Las notas del programa respecto a Sibelius fueron correctas respecto a la visión de la obra, si bien mostrándose completamente asépticas de toda referencia concreta sobre la composición de la obra y su contextualización en la vida o el momento estilístico del autor. Es decir, buenos conocimientos musicales pero ningún conocimiento sobre Sibelius. Si lo comparamos con las notas sobre Strauss, mucho más atinadas como es habitual, no podemos sino lamentar cuán desconocido sigue siendo Jean Sibelius en nuestro país, ¡aun cuando lleguen a tocarse sus grandes obras!

Les dejo también el enlace a una entrevista concedida al diario local El Norte de Castilla con el director, donde apunta algunas reflexiones sobre las partituras interpretadas.

Una gran ocasión pues. Ojalá se repita más veces en nuestra ciudad.

sábado, 1 de febrero de 2014

Algunas semanas más de espera + "Demanten på Marssnön" opus 36 nº6

Desde el blog "Sibelius en español" les pedimos disculpas por la ausencia de nuevas publicaciones, debido a compromisos laborales. Esperemos que en el espacio de mes y medio aproximadamente podamos proseguir con nuevos artículos sobre el músico finlandés, su biografía y sus composiciones. 

Agradeciendo el interés y la paciencia de nuestros lectores, les invitamos a escuchar una de sus más célebres canciones, "Demanten på Marssnön" opus 36 nº6, esperando compartir pronto la belleza que nos traerán las musicales nieves de marzo...

La canción, con texto del poeta finlandés suecoparlante Josef Julius Wecksell, es una breve pieza estrófica, con una melodía elegante y melancólica que a menudo se ha comparado con el encanto de las canciones de Edvard Grieg, aunque no por ello deja de ser plenamente sibeliana. Fue escrita en el año 1900, y se hizo en seguida célebre en los recitales liederísticos del maestro, por lo que el propio autor realizó una orquestación de la parte pianística en 1917. A día de hoy sigue siendo una de las obras más populares y queridas de Sibelius, aunque su fama ha tenido que ser contenida por las dificultades que el género tiene. 
Retrato del poeta Josef Julius Wecksell (1838-1907)
 
På drivans snö där glimmar
en diamant så klar.
Ej fanns en tår, en pärla,
som högre skimrat har.

Utav en hemlig längtan
hon blänker himmelskt så:
hon blickar emot solen,
där skön den ses uppgå.

Vid foten av dess stråle
tillbedjande hon står
och kysser den i kärlek
och smälter i en tår.

O, sköna lott att älska
det högsta livet ter,
att stråla i dess solblick
och dö, när skönst den ler!
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En el camino de nieve 
un diamante brilla tan claramente, 
como nunca una lágrima 
o una perla brilló. 

Con secreto anhelo 
ella brilla celestialmente, 
y mira hacia el sol 
que hermosamente se eleva. 

Al pie de un rayo de sol 
ella está adorándolo 
y lo besa con amor, 
y lo deshace en una lágrima. 

¡Oh, feliz destino el amar 
lo más excelso de la vida, 
para centellear en la mirada del sol 
y morir en su sonrisa!

Les invitamos a disfrutar de esta canción bajo la voz, lírica y apasionada a más no poder del mítico tenor sueco Jussi Björling, con Nils Grevillius dirigiendo a la Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo (grabación de 1959)
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lunes, 24 de diciembre de 2012

Felices fiestas desde el blog Sibelius en español

Un año más, desde el blog "Sibelius en español" les queremos desear unas muy felices fiestas y un estupendo y musical año nuevo. Como viene siendo tradicional por nuestra parte no faltará la música de nuestro amado maestro para colorear con su mágico sonido estos días.

Aprovechamos también la circunstancia para anunciar a los lectores que hemos puesto en marcha un chat, todavía en pruebas, que encontrarán en la banda derecha de la página (si leen el blog desde un dispositivo móvil deben cambiar a "versión web", en la parte inferior de la página). Pueden participar en él sin necesidad de loguearse de ninguna manera, y a través de este gadget plantear de manera muy inmediata sus opiniones, dudas, sugerencias, etc. Procuraremos siempre contestar de la manera más rápida posible.


Volviendo a la conmemoración de este noche, como es habitual le ofreceremos una grabación de las Cinco canciones navideñas opus 1 de Jean Sibelius, que fueron escritas por separado y en distintas épocas de la vida del maestro (no fue su primera obra publicada, como sugiera su número de opus). En esta ocasión no será la cuarta de ellas, la más popular de la colección, sino la quinta, que plantea la peculiaridad de estar escrita originalmente en  lengua finesa (el resto lo estaba en sueco, aunque son habituales las interpretaciones en traducciones finesas). Recordamos el texto, con la traducción correspondiente:

On hanget korkeat, nietokset,
vaan joulu, joulu on meillä!
On kylmät, paukkavat pakkaset
ja tuimat Pohjolan tuuloset,
vaan joulu, joulu on meillä!

Me taasen laulamme riemuiten,
kun joulu, joulu on meillä!
Se valtaa sielun ja sydämen
ja surun särkevi entisen,
mi kasvoi elämän teillä!

Oi käykää, ystävät, laulamaan,
kun joulu, joulu on meillä!
Se tuttu, ystävä vanhastaan,
on tänne poikennut matkoillaan
ja viipyy hetkisen meillä.

Nyt tähtitarhoihin laulu soi,
kun joulu, joulu on meillä!
Nyt maasta taivaaseen päästä voi,
jos sydän nöyrä on lapsen, oi,
kun joulu, joulu on meillä.

Oi anna Jumala armoas,
kun joulu, joulu on meillä!
Ja kansaa suojaa sun voimallas,
meit' auta näkemään taivaitas
kun joulu, joulu on meillä!

La nieve está cayendo,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!
El frío, helado tiempo invernal
y los heladores vientos del norte,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!

Es hora de nuevo de canciones alegres,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!
Llena nuestras almas y corazones
y desvanece las penas del pasado,
hace brotar en nosotros la vida.

Oh, cantad, amigos,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!
Nuestro viejo amigo
abandona su largo viaje
para quedarse con nosotros un poco.

Nuestras canciones alcanzan las estrellas,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!
De la tierra a los cielos
el humilde corazón de un niño se eleva,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!

Danos tu gracia, Señor,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!
Protégenos con tu poder,
y déjanos ver tu cielo,
¡la Navidad, la Navidad está aquí!

La Navidad está aquí, pues, y nos lo dirá la expresiva voz Jorma Hynninen en el siguiente registro, con el acompañamiento arreglado para orquesta de cuerda y órgano (desconocemos el autor del arreglo, así como orquesta y director):


No nos queda más que desear que disfruten de esta música, y pasen unas apacibles fiestas.

Hyvää joulua!

God jul!

¡Feliz navidad!

 
 

jueves, 6 de diciembre de 2012

4º aniversario del blog + Día de Finlandia

El mes de diciembre siempre es muy especial para este blog. Por una parte hacemos honor a dos grandes conmemoraciones: el Día de Finlandia, fiesta nacional del país nórdico, que celebra su independencia, como el propio aniversario del nacimiento de Jean Sibelius. 

Por otra parte celebramos el cumpleaños del mismo blog. Ya son cuatro años desde que iniciamos esta arriesgada aventura para acercar el interés y las investigaciones propias de la música, la figura y todo lo que la rodea, de Sibelius a todos aquellos que mostraran también interés en el genio del lejano país. Desde luego, echando la vista atrás reconocemos que a pesar de todos los fallos y lagunas que todavía hay, algo hemos logrado ya a estas alturas, y aún existe impulso para proseguir con el ardua labor. Esperamos que ese interés no decrezca tampoco en nuestros lectores, los habituales, los ocasionales y aquellos que conocen "Sibelius en español" por vez primera.

Ya hemos hablado en otras ocasiones del Día de la Independencia en el país del hielo blanco y el cielo azul. Aprovecharemos esta oportunidad para presentar una pieza patriota que sin duda hoy sonará en varios lugares de Finlandia. Se trata de la Marcha del Batallón Jäger Finlandés opus 91a, una pieza muy relacionada con los hechos en torno a la independencia en 1917 del estado nórdico

Primera Guerra Mundial. El citado batallón nórdico consistió en un grupo de voluntarios del neutral Gran Ducado de Finlandia (aunque nominalmente, como parte del Imperio Ruso, no lo era) que cruzaron ilegalmente la frontera con Suecia para unirse al ejército alemán en su lucha contra los rusos. En agosto de 1917 un concurso entre los soldados fue organizado con el objetivo de encontrar un himno al batallón: el premio recayó en Heikki Nurmio. En secreto para evitar problemas políticos, el texto fue musicalizado por Sibelius, y el coro estrenado el 23 de octubre.


Escudo de armas de Finlandia, creado c.1580
La primera versión, editada anónimamente (aunque al final de la pieza, como indicativo, se recogía la fecha de nacimiento del autor), consistía en una partitura para piano con el texto escrito encima, de esta forma se podría interpretar por cualquier agrupación coral al unísono (o incluso a una sola voz) y piano, y con la posibilidad de tocarse al piano solo, aunque en principio la de coro masculino con piano es la formación preceptiva. 

La pieza tuvo una gran difusión fuera del batallón, y pronto se convirtió en un verdadero himno popular de claro signo nacionalista. Cuando la Guerra Civil estalló unos meses después, la marcha se convirtió en el himno de los "blancos", que se posicionaban en una línea política conservadora y fiel a la alianza con Alemania. La guerra horrorizó a Sibelius, como a tantos de sus compatriotas, pero claramente se alienaba en contra de los "rojos". Cuando la victoria llegó en manos del general Mannerheim para los "blancos", Kajanus preparó un concierto en la Universidad de Helsinki (14 de abril) para celebrar la ocasión histórica. El propio Sibelius dirigió en él la versión orquestal de esta música, versión que había completado recientemente (en paralelo con la de piano, esta redacción permite su interpretación para cualquier coro o voz sola con orquesta, o la versión instrumental, aunque la versión indicada es la de coro masculino y orquesta).

Musicalmente no estamos ante una gran obra, ni podemos afirmar que es uno de los grandes coros del autor, aunque parece innegable su fuerza y la contundencia de su melodía belicosa y pegadiza (lejos de las amables marchas "cívicas" que encontramos en otras obras sibelianas). En cualquier caso por su fama y popularidad desde luego debe tenerse muy en cuenta.

A continuación presentamos en el texto castrense de Nurmio (sin una especial trascendencia poética, como es de esperar), junto con una traducción a nuestro idioma:

Syvä iskumme on, viha voittamaton,
meil' armoa ei kotimaata.
Koko onnemme kalpamme kärjessä on,
ei rintamme heltyä saata.
Sotahuutomme hurmaten maalle soi,
mi katkovi kahleitansa.
Ei ennen uhmamme uupua voi,
kuin vapaa on Suomen kansa.
Ei ennen uhmamme uupua voi,
kuin vapaa on Suomen kansa.

Kun painuvi päät muun kansan, maan,
me jääkärit uskoimme yhä.
Oli rinnassa yö, tuhat tuskaa,
vaan yks' aatos ylpeä, pyhä:
Me nousemme kostona Kullervon,
soma on sodan kohtalot koittaa.
Satu uusi nyt Suomesta syntyvä on,
se kasvaa, se ryntää, se voittaa.
Satu uusi nyt Suomesta syntyvä on,
se kasvaa, se ryntää, se voittaa.

Häme, Karjala, Vienan rannat ja maa,
yks' suuri on Suomen valta.
Sen aatetta ei väkivoimat saa
pois Pohjolan taivaan alta.
Sen leijonalippua jääkärien
käsivarret jäntevät kantaa,
yli pauhun kenttien hurmeisten
päin nousevan Suomen rantaa. 
______________

Nuestro golpe es profundo, inconquistable el odio,
oh, patria, no tenemos piedad. 
Toda nuestra suerte está a punto en nuestras espadas,
nuestro seno no puede descansar.
Nuestro conmovedor grito de guerra resuena por la tierra
que no romperá sus lazos.
No nos cansaremos de batallar
hasta que el pueblo finlandés esté libre.     

Cuando todos los otros pueblos inclinen sus cabezas
nosotros, los Jäger, seguiremos creyendo.
Era noche en nuestro seno, un millar de males,
pero había un pensamiento orgulloso y sagrado.
Nos alzaremos en venganza de Kullervo [*],
es bueno exprimir el destino de la guerra.
En Finlandia una nueva leyenda está naciendo,
creciendo, apresurándose, ganando. 

Las playas y la tierra de Häme, Karelia y Viena [**]
son todas un gran poder finlandés.
Su fuerte pueblo no puede desechado
entre los cielos del norte.
Nuestros musculosos brazos llevan
su bandera del león [***]  
sobre el rugido del campo de batalla
hacia la orilla de la naciente Finlandia. 
  ______________

[*] El trágico antihéroe del "Kalevala" . Ver su historia en el siguiente enlace
[**] Regiones de la Finlandia histórica, que designan simbólicamente el sur, el sureste y el este del país.
[***] El escudo de armas de Finlandia.
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La obra tiene innumerables grabaciones y ha conocido infinidad de interpretaciones, pero hemos elegido el siguiente video de una interpretación reciente, nada menos que desde el mítico Festival de Lahti, con el coro YL dirigido por Pasi Hyökki y la Orquesta Sinfónica de Lahti dirigida por su nuevo titular, Okko Kamu, llenos como es natural del orgullo nacional y el amor hacia la música de su más brillante compositor: