No hay duda de que la versión original, que por suerte nos ha llegado, está menos lograda que la versión final, que es la que finalmente se ha asentado en un lugar, muy destacado, del repertorio. Suele suceder en el músico finlandés, donde las comparaciones entre versiones originales y revisadas (En saga, Lemminkäinen, la Quinta Sinfonía) casi siempre inclinan la balanza hacia las revisiones. Por cierto, su esposa Aino no era de esta opinión, estimaba que las primeras redacciones tanto de Una saga como de el Concierto eran más poderosas por su portentosa imaginación. Sin duda Aino era consciente de la energía que Jean había volcado en esas obras, muy sentidas por el compositor.
La versión original del concierto cuenta con mayor presencia y dificultad para el solista. Al simplificar pasajes enteros no lo hace por facilitar las cosas al solista (pese a que efectivamente el violinista que lo estrenó tuvo grandes dificultades) sino por evitar fuegos artificiales innecesarios y conducir a la música hacia la máxima expresividad antes que al simple lucimiento.
También revisa en extenso la orquestación. La orquesta de la primera redacción tiene una sonoridad más oscura y compacta (como sucede también en la primera versión de la Quinta Sinfonía), mientras que en la versión final hay más espacio para los característicos colores sin mezcla de la instrumentación sibeliana, con más solos, más momentos camerísticos y un mayor refinamiento.
Bajo esos principios nuestro compositor decide además revisar la composición misma, eliminando, recomponiendo y dotando de nuevos elementos a diversos pasajes. Las supresiones, totales o parciales, tienen diversas razones. Fundamentalmente se trata de momentos que interrumpen el discurso y quitan unidad al conjunto, también se tiene en cuenta reiteraciones innecesarias, y en general cualquier momento que quite fluidez y lógica al devenir de la música.
Estas revisiones son de distinta entidad dependiendo del movimiento. El primer movimiento está virtualmente recompuesto, con grandes cortes y reescrituras de parte del tiempo (542 compases reducidos a 499), que pierde su pronunciado rapsodismo. El segundo en cambio está apenas cambiado, con sólo una revisión parcial de parte de la particella del violín. En el tercero ocurre algo intermedio: aparte de un gran corte en comienzo, casi una sección completa, el resto del movimiento está menos tocado (326 compases frente a 268).
A continuación pasaremos a un enumerar en detalle las diferencias entre las versiones. Para ello emplearemos la guía y los comentarios presentes en el folleto que acompaña a la única grabación por el momento de esta versión (que comentamos más abajo), redactadas por Erkki Salmenhaara. La guía incluye una serie de apartados junto a un minutaje (que aquí os presentamos desarrollado: ojo, en ocasiones en la copia del disco y dependiendo del reproductor puede haber variaciones de dos o tres segundos). Añadimos entre corchetes los términos de nuestro análisis, aunque hemos de avisar que no es equivalente a los puntos indicados por Salmenhaara.
I. Allegro moderato[Exposición]
[Tema A]
1. 1. Comienzo. Allegro moderato • 0'00 - 2'09''
1. 2. Corta "cadenza" sobre el tema principal (4 compases después de la letra de ensayo C) • 2'09'' - 2'56''
[Transición] - [Tema B]
1. 3. Fragmento motívico y figuración en escala al final del tema secundario (8 compases antes de D). 2'56''- 5'31''
[Tema C]
1. 4. 16 compases después de F (tutti). Allegro • 5'31''- 6'12''
1. 5. Motivo final de la exposición (H) • 6'12''- 6'38''
[Desarrollo]
1. 6. Primera cadenza. Moderato assai • 6'38''- 11'19''
[Reexposición]
1. 7. Pasaje muscular (8 compases después de L: tutti) • 11'19''- 14'01''
1. 8. Interludio mendelssohniano (P) • 14'01'' - 15'12''
1. 9. Segunda cadenza (un compás después de R). Largamente et un poco forte (ma a tempo) • 15'12'' - 17'50''
1. 10. 4 compases después de S. Allegro • 17'50'' - 19'07''
1. 11. Recuerdo del pasaje muscular (X) • 19'07'' - 19'28''
Este movimiento está reorganizado. Lo más destacable es la revisión de las transiciones entre el tema A y el B, las codas de exposición y reexposición y la supresión de pasajes que ahora se nos hacen extraños. El más significativo es la eliminación de una cadencia situada precisamente en el lugar en el que ordenan los cánones, por lo que la particularidad del desarrollo-cadenza sólo es total en la versión revisada.
La transición que anuncia el segundo tema es en esta redacción está secundada por el violín, parte que eliminaría y reelaboraría completamente. Incluso hay espacio para un pequeño interludio en modo mayor, un elemento claramente discordante, turbador del discurso musical.
El tema B llega con menos naturalidad, y acompañado no de ese motivo anunciador del tema C, sino de floridos motivos en S del violín, relacionados con el tema secundario más que con el del final, como ocurría con la partitura de 1905. La orquestación está acompañada de pizzicati que no reaparecerán tampoco.
El tema C es en principio casi idéntico (aunque la repetición de las flautas lo hacen los oboes, y no los clarinetes). Sin embargo este tema deriva al "motivo muscular", que demuestra estar dispuesto a atravesar todo el movimiento. De hecho hace terminar a la exposición de una manera más brusca: en la versión final nuestro compositor optará por una serie de motivos cortos que empujan a la música a su disolución en el silencio.
La cadencia-desarrollo no plantea diferencias visibles. La diferencia, bastante notable, llegará al introducir un grupo orquestal la reexposición, por lo que el momento en el que lo toma el violín no es tan fluido. La reexposición en sí es más literal que en la versión definitiva, incluido el conocido "motivo muscular" (1.7.). La transición aquí se va a basar en este corto motivo, pasaje en el que Salmenhaara ve una "incisiva sonoridad beethoveniana".
El tema B se plantea también más similar a la exposición, aunque pronto tiene su propia expansión con un colorido mayor no presente en la versión final, que poco a poco retoma, curiosamente, la motívica de la transición. Continuando con esta extensa expansión, llega el momento del "interludio mendelssohniano" (1.8.), un momento de sonoridades delicadas pero que claramente interrumpe el discurso. El motivo de la transición vive un nuevo desarrollo, con el se inicia la segunda cadenza (que en el planteamiento tradicional sería la cadenza propiamente dicha), romántica pero a la vez con cierto recuerdo a la música de Bach. Música muy bella en sí, aunque no dice nada a favor del discurso.
Tras una rápidas figuras de la cuerda (que nos recuerdan al tema del finale en su variación rítmica), llega el tema C, planteado también de manera idéntica a la versión final, aunque su coda está aquí dominada por el "motivo muscular" (1.11.). El movimiento termina con la misma fuerza.
II. Adagio di molto
[Introducción, B']
[Tema A]
2. 1. Comienzo. Adagio di molto • 0'00'' - 4'36''
[Tema B]
2. 2. Ornamentación de la parte a solo (D) • 4'36''- 9'15''
[Tema A']
2. 3. Cadenza final • 9'15''- 9'58''
Como ya hemos apuntado el movimiento central es el que menos modificó nuestro autor. Las buenas críticas pudieron influir en su decisión, aunque ciertamente es el tiempo que en abstracto parece más acabado e inspirado. Los cambios son mínimos detalles en la orquestación, una pequeña e insistente prolongación antes de la vuelta al tema inicial, y los pasajes que se apuntan en la guía de Salmenhaara: una mayor ornamentación en el solo de violín de la parte central (2.2.), claramente más difícil, y una pequeña cadenza (2.3.) en la coda que desde luego desentona con el carácter íntimo de la misma.
III. Allegro (ma non tanto)
[Exposición]
3. 1. Comienzo. Allegro (ma non tanto) • 0'00'' - 1'16''
3. 2. Nueva idea sobre el tema principal (4 tiempos antes de B) • 1'16''- 2'25''
3. 3. Corta recapitulación (8 compases antes de D) • 2'25''- 3'10''
3. 4. Tema secundario (E) 3'10''- 9'34''
[Reexposición]
Sin ser exhaustiva la revisión del final del concierto sí que ha efectuado varios cortes significativos. Los pasajes eliminados son temas secundarios y expansiones que hacen asemejar más la forma de este movimiento a un rondó, tal como se sugiere sin confirmarse en la versión final.
Resumiendo, esta sería la estructura, con mayor similitud a un rondó:
A-B-A'-C-coda-A''-C-A'''-coda' (donde C = tema B de la versión final)
En cualquier caso, todo esto no quiere decir que la versión original carezca de interés más allá de la curiosidad y el análisis musicológico. Es una obra en sí apreciable, con ciertos momentos extraordinarios que no pasaron el corte (aquí nos gustaría destacar la segunda cadencia del primer tiempo y el pasaje suprimido del segundo), aunque sea cierto que la globalidad ganó mucho.
Discografía
La partitura de esta versión se creyó perdida hasta la donación de la familia Sibelius a la Universidad de Helsinki. Pocos años después, en 1990, el sello Bis decide, en su propósito de grabar la obra completa de nuestro autor, sacar a la luz estas partituras. Y lo hace con una de las partituras que más había despertado la curiosidad por la fama de la versión final: el Concierto para Violín.
CALIFICACIÓN DEL DISCO
Interpretación:9 • Sonido: 7• Estilo: 10 • Interés: 10 • Comentarios: 9,5
Capítulo 2: I. Allegro moderato
Capítulo 3: II. Adagio di molto
Capítulo 4: III. Allegro, ma non tanto
Capítulo 6: historia posterior a su estreno de 1905
Capítulo 7: discografía (versiones recomendadas)