Capítulo anterior (5) IV. Allegro moderato
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Es un hecho que la Segunda Sinfonía de Jean Sibelius es una de la obras más interpretadas de su autor, como ya hemos señalado en más de una ocasión. Y como también decíamos, forma parte indiscutible del repertorio habitual de directores y orquestas sinfónicas. Muy pocos de los grandes directores del siglo XX no han pasado por la partitura, lo que nos deja un número de grabaciones discográficas ciertamente abultado.
De todas ellas, que sobrepasarán en varias decenas el centenar, hemos podido acceder directamente, escuchar calmadamente y analizar casi cuarenta, que pasaremos a comentar en al menos tres de nuestras entradas. No son todas por supuesto, pero creemos que estarán la mayoría de las más importantes y aquellas a las que el lector pueda acceder sin extrema dificultas. Los más inquietos (y lectores de inglés), pueden ver un pequeño comentario en este link, que incluye algunas viejos registros que estaban a nuestra disposición.
Hablando de las grabaciones históricas, esta obra tiene una peculiaridad que no presentan en general las obras de Sibelius. Forma parte de nuestra compresión de la estética del autor finlandés: la correcta observancia del estilo tan personal del compositor, bien reflejada en la interpretación, es esencial para una buena ejecución de sus partituras. A buen estilo, buen concierto o buena grabación. Eso implica normalmente que suelen ser los directores del ámbito cultural de nuestro autor, o bien directores que son honrados y fieles con la partitura, los que mejores frutos pueden cosechar.
Esto se cumple parcialmente en la presente discografía, pero también otro hecho sobresaliente: las grabaciones más antiguas, de los años 60 hacia atrás al menos, son muchísimo más fieles al texto y al espíritu de la sinfonía que las de décadas posteriores - con la excepción señalada -. Reflexionando sobre este peculiar hecho, no podemos obtener más que dos conclusiones- dejando detrás la idea de "cualquier tiempo pasado..." -.
Por un lado la sumisión de la obra en el repertorio hizo que todo lo singular del estilo de Sibelius se olvidara en el lago de la estandarización. Esto es, tras la Segunda Guerra Mundial se toca todo el repertorio con el mismo prisma, ya fuera Bach, Beethoven o Wagner. No se distinguía entre una sinfonía de Sibelius y una de Brahms.
Por el otro lado, y muy relacionado con el punto anterior, es el hecho del cambio de percepción del compositor nórdico, como apuntamos frecuentemente, tildado de "conservador" y "romántico". Eso tuvo el efecto de atraer por una parte a directores cuya estética coincidía con ese tópico, y por el otro el olvido de la originalidad y modernidad del autor (aun en esta sinfonía, ciertamente la más "romántica" de todas las que escribiera).
Los directores anteriores a ese tiempo en la que Sibelius solo emitía en blanco y negro tienen más cercana su estética, el ambiente artístico en el que se ejecutaba la obra, y hasta al propio compositor o alguno de sus paladines (como Kajanus) dirigiéndola.
Esa sería la explicación a este hecho, según nuestro punto de vista. Si otras obras de Sibelius tuvieran tanta discografía antigua, posiblemente sucediera lo mismo. Pero como sabemos, hasta tiempos recientes nuestro genio permaneció oscurecido y hasta ignorado en muchos aspectos.
Después de estas observaciones preliminares, pasemos a la primera parte de la discografía de la obra.
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Es un hecho que la Segunda Sinfonía de Jean Sibelius es una de la obras más interpretadas de su autor, como ya hemos señalado en más de una ocasión. Y como también decíamos, forma parte indiscutible del repertorio habitual de directores y orquestas sinfónicas. Muy pocos de los grandes directores del siglo XX no han pasado por la partitura, lo que nos deja un número de grabaciones discográficas ciertamente abultado.
De todas ellas, que sobrepasarán en varias decenas el centenar, hemos podido acceder directamente, escuchar calmadamente y analizar casi cuarenta, que pasaremos a comentar en al menos tres de nuestras entradas. No son todas por supuesto, pero creemos que estarán la mayoría de las más importantes y aquellas a las que el lector pueda acceder sin extrema dificultas. Los más inquietos (y lectores de inglés), pueden ver un pequeño comentario en este link, que incluye algunas viejos registros que estaban a nuestra disposición.
Hablando de las grabaciones históricas, esta obra tiene una peculiaridad que no presentan en general las obras de Sibelius. Forma parte de nuestra compresión de la estética del autor finlandés: la correcta observancia del estilo tan personal del compositor, bien reflejada en la interpretación, es esencial para una buena ejecución de sus partituras. A buen estilo, buen concierto o buena grabación. Eso implica normalmente que suelen ser los directores del ámbito cultural de nuestro autor, o bien directores que son honrados y fieles con la partitura, los que mejores frutos pueden cosechar.
Esto se cumple parcialmente en la presente discografía, pero también otro hecho sobresaliente: las grabaciones más antiguas, de los años 60 hacia atrás al menos, son muchísimo más fieles al texto y al espíritu de la sinfonía que las de décadas posteriores - con la excepción señalada -. Reflexionando sobre este peculiar hecho, no podemos obtener más que dos conclusiones- dejando detrás la idea de "cualquier tiempo pasado..." -.
Por un lado la sumisión de la obra en el repertorio hizo que todo lo singular del estilo de Sibelius se olvidara en el lago de la estandarización. Esto es, tras la Segunda Guerra Mundial se toca todo el repertorio con el mismo prisma, ya fuera Bach, Beethoven o Wagner. No se distinguía entre una sinfonía de Sibelius y una de Brahms.
Por el otro lado, y muy relacionado con el punto anterior, es el hecho del cambio de percepción del compositor nórdico, como apuntamos frecuentemente, tildado de "conservador" y "romántico". Eso tuvo el efecto de atraer por una parte a directores cuya estética coincidía con ese tópico, y por el otro el olvido de la originalidad y modernidad del autor (aun en esta sinfonía, ciertamente la más "romántica" de todas las que escribiera).
Los directores anteriores a ese tiempo en la que Sibelius solo emitía en blanco y negro tienen más cercana su estética, el ambiente artístico en el que se ejecutaba la obra, y hasta al propio compositor o alguno de sus paladines (como Kajanus) dirigiéndola.
Esa sería la explicación a este hecho, según nuestro punto de vista. Si otras obras de Sibelius tuvieran tanta discografía antigua, posiblemente sucediera lo mismo. Pero como sabemos, hasta tiempos recientes nuestro genio permaneció oscurecido y hasta ignorado en muchos aspectos.
Después de estas observaciones preliminares, pasemos a la primera parte de la discografía de la obra.
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Orquesta del Real Concertgebouw de Amsterdam
George Szell
PHILIPS (1964)
La crítica ha sido bastante unánime concediendo a esta grabación el título de "mejor Segunda de Sibelius". Y aquí no podemos estar en desacuerdo con esa acertadísima apreciación. Sólo daremos dos advertencias al respecto: que en cuanto es estilo podría haber profundizado más (bajo la importancia que damos aquí a este tema), y que aunque sea la mejor no es por supuesto la única grabación, por lo que les animamos a que no sea ésta su único disco de la obra.
Dicho esto poco habría que añadir, salvo que hagan lo posible por hacerse con este inmortal registro si no lo tienen ya.
Estamos obligados sin embargo a dar al menos unas cuentas notas sobre la histórica interpretación... El maestro de origen húngaro George Szell no interpretó muy asiduamente a Sibelius, aunque con su Orquesta de Cleveland las sinfonías formaron parte de algunas temporadas (recordemos que el público americano ha sido siempre uno de los más sibelianos). Curiosamente éste fue su único registro en estudio del maestro finlandés (si bien existe alguna grabación, extremadamente rara, de ejecuciones en directo), y no lo efectuó con su formación habitual, sino con una orquesta europea. Estos condicionantes podrían hacer pensar a priori en un registro secundario, pero nada más lejos de la realidad. Szell es un músico absoluto, auténtico prodigio de la batuta, un perfeccionista como pocos y con gran fidelidad en general a lo escrito. Y eso le viene muy bien a Sibelius, como ya hemos dicho. Con ésta, la menos nórdica de las sinfonías del músico nórdico, puede tener mayor libertad a la hora de darle un enfoque más centroeuropeo, incorporando la obra a la gran tradición de Beethoven, Schubert, Bruckner..., que además la orquesta conoce absolutamente. El resultado es un verdadero estado de gracia, todo sonando como debe sonar, sin errores o tachas. Sí cae en ocasiones en cierta frialdad emotiva, pero al tiempo evitando sentimentalismos, que tanto daño hacen a Sibelius. En resumen: no tiene todo lo que se podría pedir y sin embargo, tras escucharla, no podemos pedir más...
El Allegretto es casi perfecto, con su excelente y luminosa tímbrica, su agitación interior, su lucha elegante entre la alegría y la tristeza, la luz y la oscuridad, lo apolíneo y lo dionisiaco... equilibrada y al tiempo llena de drama y vida. El segundo movimiento adopta una seriedad casi bruckeriana, pesimista, con un verdadero lamento existencial en el pasaje de la cuerda al unísono en la reexposición (¡excelente la orquesta!), y una grandiosidad fuera de duda. El scherzo también muestra esa orientación bruckeriana con su demoledor fatalismo rítmico, aunque en el trío sabe ser romántico e íntimo. La transición sabe serlo a la perfección, sin concesión al desánimo. El Finale irrumpe (tras una sensacional respiración) con domino y poder absoluto, lleno de voluntad y de ansia de triunfo. De este movimiento poco más podríamos decir aparte de que es prácticamente perfecto en su ejecución, aunque no podemos dejar de destacar un hermosísimo segundo tema en la reexposición y una coda monumental cuando no gloriosa. El resultado constituye un imprescindible de cualquier fonoteca sibeliana.
Interpretación: 9,5 · Estilo: 8 · Sonido: 7
George Szell
PHILIPS (1964)
La crítica ha sido bastante unánime concediendo a esta grabación el título de "mejor Segunda de Sibelius". Y aquí no podemos estar en desacuerdo con esa acertadísima apreciación. Sólo daremos dos advertencias al respecto: que en cuanto es estilo podría haber profundizado más (bajo la importancia que damos aquí a este tema), y que aunque sea la mejor no es por supuesto la única grabación, por lo que les animamos a que no sea ésta su único disco de la obra.
Dicho esto poco habría que añadir, salvo que hagan lo posible por hacerse con este inmortal registro si no lo tienen ya.
Estamos obligados sin embargo a dar al menos unas cuentas notas sobre la histórica interpretación... El maestro de origen húngaro George Szell no interpretó muy asiduamente a Sibelius, aunque con su Orquesta de Cleveland las sinfonías formaron parte de algunas temporadas (recordemos que el público americano ha sido siempre uno de los más sibelianos). Curiosamente éste fue su único registro en estudio del maestro finlandés (si bien existe alguna grabación, extremadamente rara, de ejecuciones en directo), y no lo efectuó con su formación habitual, sino con una orquesta europea. Estos condicionantes podrían hacer pensar a priori en un registro secundario, pero nada más lejos de la realidad. Szell es un músico absoluto, auténtico prodigio de la batuta, un perfeccionista como pocos y con gran fidelidad en general a lo escrito. Y eso le viene muy bien a Sibelius, como ya hemos dicho. Con ésta, la menos nórdica de las sinfonías del músico nórdico, puede tener mayor libertad a la hora de darle un enfoque más centroeuropeo, incorporando la obra a la gran tradición de Beethoven, Schubert, Bruckner..., que además la orquesta conoce absolutamente. El resultado es un verdadero estado de gracia, todo sonando como debe sonar, sin errores o tachas. Sí cae en ocasiones en cierta frialdad emotiva, pero al tiempo evitando sentimentalismos, que tanto daño hacen a Sibelius. En resumen: no tiene todo lo que se podría pedir y sin embargo, tras escucharla, no podemos pedir más...
El Allegretto es casi perfecto, con su excelente y luminosa tímbrica, su agitación interior, su lucha elegante entre la alegría y la tristeza, la luz y la oscuridad, lo apolíneo y lo dionisiaco... equilibrada y al tiempo llena de drama y vida. El segundo movimiento adopta una seriedad casi bruckeriana, pesimista, con un verdadero lamento existencial en el pasaje de la cuerda al unísono en la reexposición (¡excelente la orquesta!), y una grandiosidad fuera de duda. El scherzo también muestra esa orientación bruckeriana con su demoledor fatalismo rítmico, aunque en el trío sabe ser romántico e íntimo. La transición sabe serlo a la perfección, sin concesión al desánimo. El Finale irrumpe (tras una sensacional respiración) con domino y poder absoluto, lleno de voluntad y de ansia de triunfo. De este movimiento poco más podríamos decir aparte de que es prácticamente perfecto en su ejecución, aunque no podemos dejar de destacar un hermosísimo segundo tema en la reexposición y una coda monumental cuando no gloriosa. El resultado constituye un imprescindible de cualquier fonoteca sibeliana.
Interpretación: 9,5 · Estilo: 8 · Sonido: 7
Orquesta Sinfónica de Londres
Robert Kajanus
COLUMBIA (1930) - NAXOS (2013) - Grabación monoaural
Robert Kajanus
COLUMBIA (1930) - NAXOS (2013) - Grabación monoaural
La primera grabación de la historia de esta sinfonía fue financiada por el gobierno finlandés y encargada al director recomendado por el compositor, el gran Robert Kajanus, intérprete de excepción de sus obras orquestales desde sus primeros tiempos. Aunque desde luego Kajanus no pretendió ni mucho menos ser uno de los mejores directores de su tiempo, su conocimiento milimétrico de la música de Sibelius convierte a esta grabación en una de las mejores posibles. Además de su valor histórico - debería ser referencia absoluta, sobre todo en el tratamiento individualizado de los timbres, el ritmo y los tempi sibelianos -, en sí misma se trata de una interpretación excepcional, aun con sus pequeños fallos y el sonido deficiente de la época. Kajanus nos descubre una partitura tempestuosa, arrebatadora, apasionada, dramática, llena de claroscuros y emociones encontradas, y siempre bajo la fascinación y la melancolía nórdicas.
El primer tiempo es agitado y lleno de vida, pasional y bucólico, con sonoridades muy destacadas. Y con su tempo correcto, más rápido que lo habitual. Igualmente ocurre con el andante, donde el pizzicato es más turbador que nunca, y sus oscuridades intensas, dándonos la extraña e intensa sensación de derrota, lo que da una discursividad muy narrativa a la obra. Excelentes el uso de rubato, muy libre pero siempre adecuado, y la expresividad de las cuerdas inglesas en el último tercio del movimiento. La nitidez del tema del scherzo es de nuevo una lección de cómo deben sonar la música de Sibelius, si bien cabría aun más intensidad en su ejecución. De igual manera el trío, con su distinción instrumental plena, que le quita la pastosidad y sensiblería habitual. La transición es agitadísima, ansiosa hacia el final... Éste suena solemne y con gran sentimiento de plenitud, triunfal, pero romántico y sereno. Nos preguntamos si antes de la independencia de Finlandia las ejecuciones de Kajanus de este finale no resultarían más aguerridas, según su propia interpretación nacionalista del sentido de la obra... En cualquier caso un final sublime. Salvo que sufran ustedes de alergia hacia un registro de más de 80 años no pueden abstenerse de este monumento histórico, que ha sido reeditada en el sello Naxos, lo que la hace fácil de encontrar, además a un precio que no se puede rechazar.
Interpretación: 9 · Estilo: 10 · Sonido: 2,5
El primer tiempo es agitado y lleno de vida, pasional y bucólico, con sonoridades muy destacadas. Y con su tempo correcto, más rápido que lo habitual. Igualmente ocurre con el andante, donde el pizzicato es más turbador que nunca, y sus oscuridades intensas, dándonos la extraña e intensa sensación de derrota, lo que da una discursividad muy narrativa a la obra. Excelentes el uso de rubato, muy libre pero siempre adecuado, y la expresividad de las cuerdas inglesas en el último tercio del movimiento. La nitidez del tema del scherzo es de nuevo una lección de cómo deben sonar la música de Sibelius, si bien cabría aun más intensidad en su ejecución. De igual manera el trío, con su distinción instrumental plena, que le quita la pastosidad y sensiblería habitual. La transición es agitadísima, ansiosa hacia el final... Éste suena solemne y con gran sentimiento de plenitud, triunfal, pero romántico y sereno. Nos preguntamos si antes de la independencia de Finlandia las ejecuciones de Kajanus de este finale no resultarían más aguerridas, según su propia interpretación nacionalista del sentido de la obra... En cualquier caso un final sublime. Salvo que sufran ustedes de alergia hacia un registro de más de 80 años no pueden abstenerse de este monumento histórico, que ha sido reeditada en el sello Naxos, lo que la hace fácil de encontrar, además a un precio que no se puede rechazar.
Interpretación: 9 · Estilo: 10 · Sonido: 2,5
Orquesta Sinfónica de la NBC
Leopold Stokowski
RCA (1954) - CALA (2005)
Stokowski, que conoció personalmente al autor e incluso llegó a dirigir sus obras en su presencia presenta una disyuntiva al sibeliano: por una parte es innegable su enorme calidad interpretativa, pero por otra son numerosas sus libertades respecto a la partitura. No obstante, el juicio debe decantarse por el primer aspecto antes que por el segundo, y el audiófilo no debe perderse nunca estas grabaciones llenas de absoluto hechizo. Ésta en particular ofrece una lectura romántica y llena de pesimismo de la sinfonía, con grandes pasiones y momentos titánicos.
El primer tiempo se plantea con gran serenidad y belleza helénica, casi pastoral, pero a lo largo de la partitura deja transparentar una tensión subyaciente con gran acierto, como sucede en el extraordinario desarrollo. Las mismas sensaciones se mantienen en la reexposición, con algunos accesos febriles que la dan más fuerza si cabe. El pizzicato del segundo movimiento transmite una extraña sensación de intranquilidad, contrastando con unos fagotes decaídos y llenos de melancolía. Brillante. Poco a poco se va dando paso a la tragedia, teñida de un gran pesimismo, con momentos también del hipnótico colorido mágico inicial. El scherzo plantea su variante más diabólica e inquietante, mientras que el trío despliega todo el romanticismo y calidez posible. La transición hacia el Finale es quizá algo brusca, pero el tema del mismo se plantea con gran contundencia y fuerza, imperando con todo su poderío. El contraste con las secciones en menor es brutal, el director americano aprovecha el drama para teñir este triunfo de pesimismo (¡fíjense en los delicados solos de la madera!). La coda arranca de nuevo sones sobrenaturales a la orquesta, dejando una sensación catártica después de esta gran aventura. Fabulosa.
La remasterización se ha enfrentado a problemas con el material original, y se observan algunas deficiencias a lo largo de la grabación. No obstante, no es razón para sustraerse a su fuerza. No se la pierdan.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 6 · Sonido: 5
Orquesta Sinfónica de la BBC
Thomas Beecham
BBC (1954) -
Grabación monoaural y en directo
Beecham fue un entusiasta sibeliano, amigo personal del compositor y afamado paladín de su obra, además de un director ciertamente histórico. No es nada raro pues que nos haya legado una de las mejores interpretaciones de la obra, una versión fiel al estilo del compositor, nerviosa, romántica y dramática al tiempo que nostálgica.
El primer tiempo es rápido y ágil, lleno de fuerza, fantasía y color (lástima por la antigüedad de la grabación). El tempo del movimiento lento es más acelerado de lo acostumbrado, pero justamente más próximo a las intenciones del autor, con un pizzicato inicial perfectamente rubato, y unos crescendi de los metales plenamente sibelianos, todo efectuado con solemnidad y drama. El scherzo conoce aquí una de sus mejores interpretaciones, tanto en el fraseo chispeante y vivo del tema principal como en la delicada y pastoral sonoridad del trío. La planificación sonora del finale también es magnífica, con los bajos de la orquesta sonando en su justa dimensión y un maravilloso timbre en los violines. Un tempo de un impecable calor heroico.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 7 · Sonido: 4
Thomas Beecham
BBC (1954) -
Grabación monoaural y en directo
Beecham fue un entusiasta sibeliano, amigo personal del compositor y afamado paladín de su obra, además de un director ciertamente histórico. No es nada raro pues que nos haya legado una de las mejores interpretaciones de la obra, una versión fiel al estilo del compositor, nerviosa, romántica y dramática al tiempo que nostálgica.
El primer tiempo es rápido y ágil, lleno de fuerza, fantasía y color (lástima por la antigüedad de la grabación). El tempo del movimiento lento es más acelerado de lo acostumbrado, pero justamente más próximo a las intenciones del autor, con un pizzicato inicial perfectamente rubato, y unos crescendi de los metales plenamente sibelianos, todo efectuado con solemnidad y drama. El scherzo conoce aquí una de sus mejores interpretaciones, tanto en el fraseo chispeante y vivo del tema principal como en la delicada y pastoral sonoridad del trío. La planificación sonora del finale también es magnífica, con los bajos de la orquesta sonando en su justa dimensión y un maravilloso timbre en los violines. Un tempo de un impecable calor heroico.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 7 · Sonido: 4
Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa
Jukka-Pekka Saraste
FINLANDIA RECORDS - WARNER MUSIC (2002)
La integral de Saraste con la Orquesta de la Radio Finlandesa es una de las grandes "tapadas" de la discografía: una magnífica interpretación con un estilo sin tachas, sólo superado en este último aspecto por Osmo Vänskä. Para el particular, el maestro finlandés nos ofrece una visión de gran poder dramático y aliento existencial, refinado sentido instrumental (con perfecta separación de timbres incluso en esta obra en la que Sibelius los solapó más que de costumbre), ritmos nerviosos y agitados, tempi correctos y todo bajo un color como iluminado de las luces y oscuridades del norte, mágico a más no poder.
El Allegretto despide sinfonismo nórdico por los cuatro costados, con sus espacios amplios y frescos, además de un equilibrio perfecto entre cuerda y viento. El segundo tempo tiene un alto grado de fascinación, y misterio, con buenas dosis de drama y melancolía. Saraste ha entendido a la perfección el scherzo, cosa que no es tan frecuente como debiera: agitación nerviosa en el Vivacissimo y lirismo pastoral en el trío. El final de nuevo está iluminado por las luces del norte, por una frescura diáfana y electrizante, como en el comienzo de la obra, pero más apasionado y lleno de fuerza, que se vuelve auténtica triunfo al final. En suma una versión ideal, que les será tan satisfactoria como dificultosa de adquirir.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 9,5 · Sonido: 8
Orquesta Sinfónica de Lahti
Osmo Vänskä
BIS (1996)
Esta grabación está sin duda entre las mejores, pero defrauda las expectativas. Decepciona porque a priori el gran director finés es un especialista absoluto en su compatriota, dejándonos ejemplos del mejor Sibelius orquestal a lo largo de sus registros, incluyendo su integral de sinfonías. Por ello la trataremos con la severidad de quien sabe que fue una oportunidad desaprovechada. Vänskä acomete esta obra sin la fuerza y la grandeza necesarias, sin el compromiso adecuado. ¿Cuál sería la razón? ¿Quizá cierta timidez ante los maestros que lo precedieron grabando esta sinfonía? ¿Quizá una expectativa - de los demás o propia - excesiva? Quien sabe. Sí podemos afirmar que a cambio de esa cierta laxitud - sólo en términos comparativos, no obstante -, el director y su Sinfónica de Lahti nos ofrece una de las mejores lecciones de estilo, con sus timbres claros y separados, sus ritmos nerviosos, su énfasis en los coloridos y sonoridades mágicas, y sus contrastes dinámicos. Por eso esta grabación eleva su puntuación por encima de términos puramente interpretativos.
En el primer tiempo Vänskä expone un movimiento lírico y refinado, lleno de sonidos de la naturaleza, pero adolece de su falta de entusiasmo, dejando en realidad una sensación melancólica. Hay cierta falta de ritmo, aunque la agitación interna está presente, quizá no tanto como fuera necesario (¿más lento de lo que demandaba el propio autor?). El andante en esta versión muestra lo importante que es cuidar de sus singulares elecciones tímbricas, siendo el comienzo verdaderamente lúgubre y no apagado como en otras versiones. La orquesta se agolpa sin embargo en los momentos más dramáticos, que suenan algo precipitados, sobre todo la cuerda, ya que maderas y metales suenan absolutos a lo largo de esta grabación. A destacar la reexposición del segundo tema, de formidables juegos de color orquestal. El scherzo de nuevo suena un poco relajado y melancólico, y el trío algo distante. La transición y el comienzo del Finale suenan un poco finales, y la cuerda en exceso masiva (hecho bastante sorprendente en Vänskä, normalmente muy cuidadoso en estos extremos). A lo largo del movimiento se adecua más a lo escrito y a las intenciones del autor, aunque sigue habiendo pequeños desajustes y cierta frialdad. Los momentos últimos en cambio son redondos, con sonoridades excelentes del metal y los timbales, que dan a la sinfonía su justa redención.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 9,5 · Sonido: 8,5
Osmo Vänskä
BIS (1996)
Esta grabación está sin duda entre las mejores, pero defrauda las expectativas. Decepciona porque a priori el gran director finés es un especialista absoluto en su compatriota, dejándonos ejemplos del mejor Sibelius orquestal a lo largo de sus registros, incluyendo su integral de sinfonías. Por ello la trataremos con la severidad de quien sabe que fue una oportunidad desaprovechada. Vänskä acomete esta obra sin la fuerza y la grandeza necesarias, sin el compromiso adecuado. ¿Cuál sería la razón? ¿Quizá cierta timidez ante los maestros que lo precedieron grabando esta sinfonía? ¿Quizá una expectativa - de los demás o propia - excesiva? Quien sabe. Sí podemos afirmar que a cambio de esa cierta laxitud - sólo en términos comparativos, no obstante -, el director y su Sinfónica de Lahti nos ofrece una de las mejores lecciones de estilo, con sus timbres claros y separados, sus ritmos nerviosos, su énfasis en los coloridos y sonoridades mágicas, y sus contrastes dinámicos. Por eso esta grabación eleva su puntuación por encima de términos puramente interpretativos.
En el primer tiempo Vänskä expone un movimiento lírico y refinado, lleno de sonidos de la naturaleza, pero adolece de su falta de entusiasmo, dejando en realidad una sensación melancólica. Hay cierta falta de ritmo, aunque la agitación interna está presente, quizá no tanto como fuera necesario (¿más lento de lo que demandaba el propio autor?). El andante en esta versión muestra lo importante que es cuidar de sus singulares elecciones tímbricas, siendo el comienzo verdaderamente lúgubre y no apagado como en otras versiones. La orquesta se agolpa sin embargo en los momentos más dramáticos, que suenan algo precipitados, sobre todo la cuerda, ya que maderas y metales suenan absolutos a lo largo de esta grabación. A destacar la reexposición del segundo tema, de formidables juegos de color orquestal. El scherzo de nuevo suena un poco relajado y melancólico, y el trío algo distante. La transición y el comienzo del Finale suenan un poco finales, y la cuerda en exceso masiva (hecho bastante sorprendente en Vänskä, normalmente muy cuidadoso en estos extremos). A lo largo del movimiento se adecua más a lo escrito y a las intenciones del autor, aunque sigue habiendo pequeños desajustes y cierta frialdad. Los momentos últimos en cambio son redondos, con sonoridades excelentes del metal y los timbales, que dan a la sinfonía su justa redención.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 9,5 · Sonido: 8,5
Orquesta Filarmónica de Berlín
Okko Kamu
DEUTSCHE GRAMMOPHON (1970)
Karajan invitó a Okko Kamu a darse a conocer en el continente dirigiendo la orquesta berlinesa, comandada entonces por el maestro de Salzburgo. Fruto de ello es un conjunto de excelentes grabaciones, incluyendo la presente. El idioma del director finlandés es absoluto. Comprende a la perfección la entonación, así como la originalidad y modernidad de su compatriota, y tiene a su servicio una orquesta inmejorable. El resultado es una de las mejores versiones del mercado, un poco escondida por el nombre no muy conocido del director, pero presente en varias ediciones, además a un precio excelente (muy recomendable el que presenta la integral de las sinfonías con las tres primeras por Kamu y las cuatro últimas por Karajan, un buen tándem). Y desde luego una notable versión en unos años que no dieron demasiados buenos frutos respecto a esta obra, como apuntábamos al principio de esta entrada.
El primer movimiento es muy adecuadamente nervioso y lleno de contrastes muy sibelianos, donde cabe el lirismo y la ansiedad, lo pastoral y lo terrible... El segundo movimiento de nuevo acierta dándole la adecuada sonoridad fúnebre y de melancolía infinita, y la enorme tensión y drama en los clímax que pide la partitura y que muchos directores no reflejan adecuadamente. El scherzo de nuevo magnífico, sobre todo en su trío pastoral, aunque un poco más de velocidad habría ayudado a darle un grado mayor de excelencia. La transición al final formidable, y el final mismo también muy destacado, con un toque ceremonial y majestuoso no exento de un intenso lirismo y emocionalidad, y de unas sensacionales zonas de oscuridad, aunque igualmente hubiera convenido un metrónomo más ajustado. No se la pierdan.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 8 · Sonido: 6,5
Okko Kamu
DEUTSCHE GRAMMOPHON (1970)
Karajan invitó a Okko Kamu a darse a conocer en el continente dirigiendo la orquesta berlinesa, comandada entonces por el maestro de Salzburgo. Fruto de ello es un conjunto de excelentes grabaciones, incluyendo la presente. El idioma del director finlandés es absoluto. Comprende a la perfección la entonación, así como la originalidad y modernidad de su compatriota, y tiene a su servicio una orquesta inmejorable. El resultado es una de las mejores versiones del mercado, un poco escondida por el nombre no muy conocido del director, pero presente en varias ediciones, además a un precio excelente (muy recomendable el que presenta la integral de las sinfonías con las tres primeras por Kamu y las cuatro últimas por Karajan, un buen tándem). Y desde luego una notable versión en unos años que no dieron demasiados buenos frutos respecto a esta obra, como apuntábamos al principio de esta entrada.
El primer movimiento es muy adecuadamente nervioso y lleno de contrastes muy sibelianos, donde cabe el lirismo y la ansiedad, lo pastoral y lo terrible... El segundo movimiento de nuevo acierta dándole la adecuada sonoridad fúnebre y de melancolía infinita, y la enorme tensión y drama en los clímax que pide la partitura y que muchos directores no reflejan adecuadamente. El scherzo de nuevo magnífico, sobre todo en su trío pastoral, aunque un poco más de velocidad habría ayudado a darle un grado mayor de excelencia. La transición al final formidable, y el final mismo también muy destacado, con un toque ceremonial y majestuoso no exento de un intenso lirismo y emocionalidad, y de unas sensacionales zonas de oscuridad, aunque igualmente hubiera convenido un metrónomo más ajustado. No se la pierdan.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 8 · Sonido: 6,5
Royal Philharmonic Orchestra
John Barbirolli
CHESKY RECORDS (c.1986)
Un imprescindible de la discografía de esta sinfonía. Una visión ésta la de Barbirolli magnífica, amplia, majestuosa, de intenso lirismo y sentimiento. Y todo acompañado de una gran potencia, con una orquesta auténticamente arrebatada por la obra. Quizá sólo se le puede imputar cierta distancia emocional, en ocasiones, y algún que otro desajuste.
El Allegretto se impone con su gran monumentalidad, casi a la manera en que lo hará Bernstein, con gran cuidado por los matices de la partitura y un sentimiento casi celestial en ciertos momentos. El segundo movimiento también participa de una visión trascendente y sublime, llena del drama y el contraste necesario, realmente fascinante, aunque peca de transcurrir un poco lento. El scherzo se mueve con gran soltura y efectividad, el Finale es de nuevo mayestático y monumental, amplio de sentimientos y ocasiones de intensísimo lirismo. Altamente recomendable. Incomprensible que la versión, del maestro británico dirigiendo la Orquesta de Hallé, muchísimo más pobre y deslucida, sea más difundida que ésta, que en la edición señalada puede encontrarse en serie económica. Misterios de la discografía.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 6 · Sonido: 6,5
John Barbirolli
CHESKY RECORDS (c.1986)
Un imprescindible de la discografía de esta sinfonía. Una visión ésta la de Barbirolli magnífica, amplia, majestuosa, de intenso lirismo y sentimiento. Y todo acompañado de una gran potencia, con una orquesta auténticamente arrebatada por la obra. Quizá sólo se le puede imputar cierta distancia emocional, en ocasiones, y algún que otro desajuste.
El Allegretto se impone con su gran monumentalidad, casi a la manera en que lo hará Bernstein, con gran cuidado por los matices de la partitura y un sentimiento casi celestial en ciertos momentos. El segundo movimiento también participa de una visión trascendente y sublime, llena del drama y el contraste necesario, realmente fascinante, aunque peca de transcurrir un poco lento. El scherzo se mueve con gran soltura y efectividad, el Finale es de nuevo mayestático y monumental, amplio de sentimientos y ocasiones de intensísimo lirismo. Altamente recomendable. Incomprensible que la versión, del maestro británico dirigiendo la Orquesta de Hallé, muchísimo más pobre y deslucida, sea más difundida que ésta, que en la edición señalada puede encontrarse en serie económica. Misterios de la discografía.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 6 · Sonido: 6,5
Orquesta Filarmónica de Nueva York
Leonard Bernstein
SONY (1966)
Sin ser la mejor interpretación del primer ciclo de Leonard Bernstein, ésta con la orquesta de Nueva York puede considerarse realmente fantástica. Tiene algún fallo, como una trompeta que no tenía en ese momento un buen día o algo de frialdad en ocasiones, pero el conjunto nos parece realmente fabuloso. Posee una fuerza atronadora y un énfasis en lo rítmico que nos descubre la tensión acumulada que llega a liberar esta sinfonía si se toca con el ímpetu adecuado.
El Allegretto se lleva con gran sentimiento, increíbles ritmos nerviosos y un relieve puesto en los grandes contrastes, desde las frenéticas corcheas de la cuerda hasta los delicados sonidos de las maderas. El Andante es intenso y dramático, apasionado, de arrebatos de locura increíbles. El tiempo comienza con un rubato demasiado libre, pero en general es una interpretación sobresaliente. La cuerdas neoyorkinas suena sensacionales en el Vivacissimo, un torbellino eléctrico de espectacular fuerza, como queriendo escapar de algún fantasma... el trío es lírico pero no tan destacado como el scherzo propiamente dicho. Tras una sensacional transición llegará el momento del mayestático Allegro moderato, lo mejor de la interpretación del director judeo-americano, solemne, aguerrido, romántico, intenso... sin prácticamente nada que reprochar, excepto algo de sonido masivo, aunque a cambio sabe acallar un poco a la exagerada tuba... No se la pierdan.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 7,5 · Sonido: 6,5
Leonard Bernstein
SONY (1966)
Sin ser la mejor interpretación del primer ciclo de Leonard Bernstein, ésta con la orquesta de Nueva York puede considerarse realmente fantástica. Tiene algún fallo, como una trompeta que no tenía en ese momento un buen día o algo de frialdad en ocasiones, pero el conjunto nos parece realmente fabuloso. Posee una fuerza atronadora y un énfasis en lo rítmico que nos descubre la tensión acumulada que llega a liberar esta sinfonía si se toca con el ímpetu adecuado.
El Allegretto se lleva con gran sentimiento, increíbles ritmos nerviosos y un relieve puesto en los grandes contrastes, desde las frenéticas corcheas de la cuerda hasta los delicados sonidos de las maderas. El Andante es intenso y dramático, apasionado, de arrebatos de locura increíbles. El tiempo comienza con un rubato demasiado libre, pero en general es una interpretación sobresaliente. La cuerdas neoyorkinas suena sensacionales en el Vivacissimo, un torbellino eléctrico de espectacular fuerza, como queriendo escapar de algún fantasma... el trío es lírico pero no tan destacado como el scherzo propiamente dicho. Tras una sensacional transición llegará el momento del mayestático Allegro moderato, lo mejor de la interpretación del director judeo-americano, solemne, aguerrido, romántico, intenso... sin prácticamente nada que reprochar, excepto algo de sonido masivo, aunque a cambio sabe acallar un poco a la exagerada tuba... No se la pierdan.
Interpretación: 8,5 · Estilo: 7,5 · Sonido: 6,5
Orquesta Sinfónica de San Francisco
Herbert Blomstedt
DECCA (1992)
Herbert Blomstedt, director sueco nacido en EE.UU. (de donde sus padres emigraron de vuelta cuando tenía dos años) es un excelente conocedor del estilo sibeliano, muchas de sus lecturas son obligadas, y éste es uno de sus casos. Su sonido nace transparente y refinado, con una nítida separación de timbres, moderno y sin sentimentalismos gratuitos, contemplativo pero emocionado, plenamente nórdico. En esta lectura le devuelve a la sinfonía su estética precisa, lejana de herencias y tradiciones.
El primer tiempo es perfecto, muy equilibrado y de gran belleza de sonido al tiempo que emotivo sin excesos. El segundo, aunque algo lento, es formidable. Tiene una extraña e inquietante serenidad, aunque no evita los momentos más trágicos, y posee un sonido nítidamente nórdico, callado, sobrio y elegante. El scherzo es fresco y dinámico, con un trío de gran belleza y refinamiento, y de nuevo con gran elegancia. La transición al final fabulosa. El final es algo lento y laxo a veces, pero sin ninguna pesadez, etéreo y muy limpio, lleno de ilusión y esperanza, con una coda majestuosa y definitiva.
Interpretación: 8 · Estilo: 8,5 · Sonido: 7,5
Herbert Blomstedt
DECCA (1992)
Herbert Blomstedt, director sueco nacido en EE.UU. (de donde sus padres emigraron de vuelta cuando tenía dos años) es un excelente conocedor del estilo sibeliano, muchas de sus lecturas son obligadas, y éste es uno de sus casos. Su sonido nace transparente y refinado, con una nítida separación de timbres, moderno y sin sentimentalismos gratuitos, contemplativo pero emocionado, plenamente nórdico. En esta lectura le devuelve a la sinfonía su estética precisa, lejana de herencias y tradiciones.
El primer tiempo es perfecto, muy equilibrado y de gran belleza de sonido al tiempo que emotivo sin excesos. El segundo, aunque algo lento, es formidable. Tiene una extraña e inquietante serenidad, aunque no evita los momentos más trágicos, y posee un sonido nítidamente nórdico, callado, sobrio y elegante. El scherzo es fresco y dinámico, con un trío de gran belleza y refinamiento, y de nuevo con gran elegancia. La transición al final fabulosa. El final es algo lento y laxo a veces, pero sin ninguna pesadez, etéreo y muy limpio, lleno de ilusión y esperanza, con una coda majestuosa y definitiva.
Interpretación: 8 · Estilo: 8,5 · Sonido: 7,5
Orquesta de Cámara de Europa
Paavo Berglund
FINLANDIA RECORDS - WARNER MUSIC (1998)
Una versión soberbia, sin duda la mejor de Berglund aunque curiosamente sea la menos conocida (sin duda por las dificultades de distribución). De gran sobriedad y refinamiento instrumental, dando por seguro que Sibelius suele perder mucho de la partitura (en cuanto a dinámicas y a orquestación) en conjuntos e interpretaciones masivas, incluso en una obra como ésta pensada en con mayor sentido de la monumentalidad. En este caso Berglund le añade una dimensión muy melancólica y de profunda tristeza.
Paavo Berglund
FINLANDIA RECORDS - WARNER MUSIC (1998)
Una versión soberbia, sin duda la mejor de Berglund aunque curiosamente sea la menos conocida (sin duda por las dificultades de distribución). De gran sobriedad y refinamiento instrumental, dando por seguro que Sibelius suele perder mucho de la partitura (en cuanto a dinámicas y a orquestación) en conjuntos e interpretaciones masivas, incluso en una obra como ésta pensada en con mayor sentido de la monumentalidad. En este caso Berglund le añade una dimensión muy melancólica y de profunda tristeza.
El Allegretto es sobrio también pero ágil, tenso, y con un gran cuidado en lo melódico. En el movimiento lento el director finlandés sabe dar un acertado acervo dramático sin caer en exageraciones, y sacando mucho partido de algunas sonoridades típicamente sibelianas como el pizzicato, los dúos de flauta o el rumor de la tuba. En el scherzo todo sucede sin violencia, y en el Final se prima el sentimiento a la pompa por la que optan algunos directores, aunque a decir verdad se echa de menos un poco más de entusiasmo y fuerza. En suma una versión más que recomendable.
Interpretación: 8 · Estilo: 8 · Sonido: 7
Interpretación: 8 · Estilo: 8 · Sonido: 7
Orquesta Sinfónica de Boston
Serge Koussevitzzy
Grabación monoaural (1935)
Art One (2006)
Sergey Koussevitzky, el entusiasta sibeliano de origen ruso con sede en EE.UU., fue pionero en ofrecer ciclos completos de sinfonías (con intención incluso de estrenar la Octava) en el país, decididamente sibeliano. Y también lo fue con estas antiguas grabaciones, las primeras después de las de Kajanus y las primeras de un director no finlandés. A pesar de algunos amaneramientos y exageraciones, Koussevitzky representa muy bien la interpretación sibeliana en su estilo más puro y próximo al compositor (aunque el genio finlandés tuviera a veces dudas sobre él). En esta grabación, de buen sonido para su antigüedad, el maestro ruso nos ofrece una lectura romántica y de una intensa agitación, monumental sin llegar al exceso y de gran pasión. Histórica a todas luces.
El primer tiempo trascurre con una gran agitación interior, como un verdadero torrente primaveral, lírico y apasionado, muy romántico. El segundo tiene un excelente sentido dramático, con una fascinante oscuridad y pesimismo, explorando la individualidad tímbrica con gran acierto. Formidable. El tercer tiempo es cambio se deja agolpar por un scherzo de notas demasiado poco separadas, en forma de suaves olas, y un trío demasiado discreto. La transición es un prodigio, si bien el Finale irrumpe lento y cansado, como envejecido... pero después se anima, con mayor contundencia, mucha solemnidad y una gran fuerza y magnificencia.
Interpretación: 8 · Estilo: 8 · Sonido: 3,5
Serge Koussevitzzy
Grabación monoaural (1935)
Art One (2006)
Sergey Koussevitzky, el entusiasta sibeliano de origen ruso con sede en EE.UU., fue pionero en ofrecer ciclos completos de sinfonías (con intención incluso de estrenar la Octava) en el país, decididamente sibeliano. Y también lo fue con estas antiguas grabaciones, las primeras después de las de Kajanus y las primeras de un director no finlandés. A pesar de algunos amaneramientos y exageraciones, Koussevitzky representa muy bien la interpretación sibeliana en su estilo más puro y próximo al compositor (aunque el genio finlandés tuviera a veces dudas sobre él). En esta grabación, de buen sonido para su antigüedad, el maestro ruso nos ofrece una lectura romántica y de una intensa agitación, monumental sin llegar al exceso y de gran pasión. Histórica a todas luces.
El primer tiempo trascurre con una gran agitación interior, como un verdadero torrente primaveral, lírico y apasionado, muy romántico. El segundo tiene un excelente sentido dramático, con una fascinante oscuridad y pesimismo, explorando la individualidad tímbrica con gran acierto. Formidable. El tercer tiempo es cambio se deja agolpar por un scherzo de notas demasiado poco separadas, en forma de suaves olas, y un trío demasiado discreto. La transición es un prodigio, si bien el Finale irrumpe lento y cansado, como envejecido... pero después se anima, con mayor contundencia, mucha solemnidad y una gran fuerza y magnificencia.
Interpretación: 8 · Estilo: 8 · Sonido: 3,5
Orquesta Philharmonia
Vladimir Ashkenazy
DECCA (1980)
El Sibelius de Ashkenazy es tan extraordinario como insuficientemente conocido. El director y pianista ruso sin embargo ejerce algo más que su buen oficio en ésta y otras muchas de sus partituras, con un verdadero cuidado por la expresión de sus notas, un sentido muy dramático y comunicativo, junto a un romanticismo fuera de toda duda. Algo perfecto para esta sinfonía en particular, en el que mezcla poder y oscuridad, una lucha que parece reflejar a la perfección en clima bajo el cual Sibelius escribió esta pieza. Una excelente grabación, que nos deja sensaciones semejantes a las que reflejó Kajanus en su "programa" para la sinfonía: un drama que camina al triunfo, una revolución desde el dolor y el inconformismo. El director nacido ruso impone un gran respeto por la partitura, en especial por los timbres, perfectamente bruñidos para llevar a cabo sus ideas acerca de la obra de Sibelius. Como es habitual es Ashkenazy se impone una visión romántica por su sentimentalismo pero al mismo tiempo moderna por su técnica y aspectos rítmicos, con un color oscuro y melancólico, y de un intenso apasionamiento lírico. Una interpretación, como todo el ciclo para Decca, altamente recomendable.
En el Allegretto apuesta por una visión netamente sinfónica, con mucho cuidado por los contrastes dinámicos y tímbricos, dejando oír a la perfección las singularidades sibelianas, en especial los elementos de fondo y aura que pone de relieve, mientras otros directores olvidan en un segundo plano, pese a ser esenciales. En el movimiento lento se apuesta por una honda tristeza, una sumida tragedia con furioso arrebatos; algo lento pero bien equilibrado. El Vivacissimo es ligero, con insinuaciones diabólicas, y con un trío intenso y recogido. El Finale es majestuoso y arrebatador, lleno de furor revolucionario, volcánico y dramático. Excelente la sonoridad de las cuerdas, una lección del estilo sibeliano. La coda es mayestática, llena de ardor guerrero. Una versión espléndida en suma.
Interpretación: 8 · Estilo: 7,5 · Sonido: 7
Vladimir Ashkenazy
DECCA (1980)
El Sibelius de Ashkenazy es tan extraordinario como insuficientemente conocido. El director y pianista ruso sin embargo ejerce algo más que su buen oficio en ésta y otras muchas de sus partituras, con un verdadero cuidado por la expresión de sus notas, un sentido muy dramático y comunicativo, junto a un romanticismo fuera de toda duda. Algo perfecto para esta sinfonía en particular, en el que mezcla poder y oscuridad, una lucha que parece reflejar a la perfección en clima bajo el cual Sibelius escribió esta pieza. Una excelente grabación, que nos deja sensaciones semejantes a las que reflejó Kajanus en su "programa" para la sinfonía: un drama que camina al triunfo, una revolución desde el dolor y el inconformismo. El director nacido ruso impone un gran respeto por la partitura, en especial por los timbres, perfectamente bruñidos para llevar a cabo sus ideas acerca de la obra de Sibelius. Como es habitual es Ashkenazy se impone una visión romántica por su sentimentalismo pero al mismo tiempo moderna por su técnica y aspectos rítmicos, con un color oscuro y melancólico, y de un intenso apasionamiento lírico. Una interpretación, como todo el ciclo para Decca, altamente recomendable.
En el Allegretto apuesta por una visión netamente sinfónica, con mucho cuidado por los contrastes dinámicos y tímbricos, dejando oír a la perfección las singularidades sibelianas, en especial los elementos de fondo y aura que pone de relieve, mientras otros directores olvidan en un segundo plano, pese a ser esenciales. En el movimiento lento se apuesta por una honda tristeza, una sumida tragedia con furioso arrebatos; algo lento pero bien equilibrado. El Vivacissimo es ligero, con insinuaciones diabólicas, y con un trío intenso y recogido. El Finale es majestuoso y arrebatador, lleno de furor revolucionario, volcánico y dramático. Excelente la sonoridad de las cuerdas, una lección del estilo sibeliano. La coda es mayestática, llena de ardor guerrero. Una versión espléndida en suma.
Interpretación: 8 · Estilo: 7,5 · Sonido: 7
Real Orquesta Filarmónica de Estocolmo
Vladimir Ashkenazy
EXTON (2007)
Esta segunda grabación de Ashkenazy es algo mejor técnicamente, sin duda su hacer musical y su conocimiento del autor ha avanzado, pero quizá perdió algo de pasión con los años.
El primer tiempo ahonda en el apasionamiento, y destaca mucho las sonoridades de fondo, dando una dimensión muy estilística y telúrica del movimiento. El Andante es oscuro, dramático, poderoso (excelentes timbales), romántico pero de humores negros... El scherzo es poderoso, a veces incluso eléctrico, mientras que el final desborda por su fuerte carácter, su gran poder de expectativa y de majestuosa resolución, heroica en muchos brillantes momentos.
Interpretación: 8 · Estilo: 7,5 · Sonido: 7,5
______________________
En nuestro próximo post continuaremos con esta numerosa lista de grabaciones de la Segunda Sinfonía de Sibelius.
Capítulo siguiente (7): discografía (2)
Vladimir Ashkenazy
EXTON (2007)
Esta segunda grabación de Ashkenazy es algo mejor técnicamente, sin duda su hacer musical y su conocimiento del autor ha avanzado, pero quizá perdió algo de pasión con los años.
El primer tiempo ahonda en el apasionamiento, y destaca mucho las sonoridades de fondo, dando una dimensión muy estilística y telúrica del movimiento. El Andante es oscuro, dramático, poderoso (excelentes timbales), romántico pero de humores negros... El scherzo es poderoso, a veces incluso eléctrico, mientras que el final desborda por su fuerte carácter, su gran poder de expectativa y de majestuosa resolución, heroica en muchos brillantes momentos.
Interpretación: 8 · Estilo: 7,5 · Sonido: 7,5
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En nuestro próximo post continuaremos con esta numerosa lista de grabaciones de la Segunda Sinfonía de Sibelius.
Capítulo siguiente (7): discografía (2)
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ResponderEliminarPs. On hieno löytää Suomalaisen säveltäjästä kertova blogi
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ResponderEliminarDavid, pude encontrar la versión de Jukka-Pekka Saraste al frente de la Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa; realmente una estupenda versión de la Segunda. Y el emparejamiento con la Quinta es ideal; por cierto que también la Quinta recibe una magnífica interpretación.
ResponderEliminarGracias por el dato!
Un gran saludo
J.
hola
ResponderEliminarpara celebidache, bernstein era un 10, pero aqui es un 8.
bueno, son cositas que tiene la vida, verdad?.
osmo vanska y una vida dedicada a sibelius, pero se queda en notable, cuando yo creo que es sobresaliente.
de inkinen no he leido nada. es dudosa su interpretacion al frente de la o.f.nueva zelanda del op 59?. yo digo que es sobrealiente.
llevo 35 años de melomania. mas de 12000 cd´s y miles de horas de audicion, pero aseguro que no se nada.
en cambio, si me gustaria que la clasica se acercase al lego igual que al aparente ostentoso erudito y me temo que, aunque este blog esta muy bien y muy formativo, adolece de afectividad en el tratamiento y proyeccion de los asuntos; cosa esta que espanta a quien desee inciarse en una relacion musical con el maestro.
en todo caso, te felicito por el trabajo aun no estando totalmente de acuerdo contigo y te animo a continuar.
gracias, david
un abrazo
ma.angel
Gracias Ángel por tu comentario.
ResponderEliminarLas dicografías siempre tienen un punto de opinión, aunque intento ser objetivo y además contar con opiniones de otros críticos. Pero el factor personal nunca se puede eliminar, y sería un error decir lo contrario.
De Osmo Vänskä soy un enorme admirador, creo que además tiene "el sonido Sibelius" por excelencia, y en general obtiene la mayor puntuación o casi pero justo en esta grabación, tal y como han comentado muchas críticas, no alcanza el nivel de otras, quizá por el peso de la tradición sobre él. Es así. En las dicografías futuras de por ejemplo la Cuarta, la Sexta por ejemplo, estará el primero o de los primeros. Pero éste no es el caso.
En cuanto a lo comenta finalmente sí es un asunto espinoso, siempre intento que el blog esté a mitad de camino entre la divulgación general y la información específica, lo cual no es fácil, ya que para divulgar hace falta una información de la que el lector hispanoparlante suele carecer en el caso de nuestro compositor. Es muy difícil obtener una imagen de Sibelius en su contexto sin dar los datos precisos. Sin embargo aprecio su opinión e intentaré no sobrecargar aquellos aspectos más técnicos cuando sea necesario.
Un saludo.
Deberian Actualizar el post. y sumar el nuevo registro de osmo vanska al frente de la orquesta de minnesota.
ResponderEliminarEfectivamente,en estos momentos poseo alguna grabación más y debería ampliar lo escrito en su día. Por desgracia la nueva grabación de Vänskä no está entre ellas, pero por supuesto está mi lista de próximas adquisiciones. Lo único que podría comentar al respecto es que la crítica la ha valorado positivamente, aunque afirmando que no llega a la altura de su ciclo con la Sinfonia Lahti.
ResponderEliminarHola de nuevo, David. Las versiones de las sinfonías por Pekka-Saraste las he visto con la misma orquesta, la Sinfónica de la Radio Finesa, en dos marcas: RCA y Finlandia/Warner. Sabes si son las mismas grabaciones con diferente sello discográfico? Mil gracias!!
ResponderEliminarNo, se trata de dos series diferentes, la de la RCA fue con Saraste recién incorporado a la orquesta y en estudio, de entorno al 1987-88 si no recuerdo mal, la segunda es de mediados de los 90 y está grabada en directo. Esta última quizá sea más difícil de obtener, está en varias ediciones, yo la tengo completa en una rara colección que la mezcla con otras grabaciones del sello (que al final acabé comprando por separado), bastantes buenas. La primera serie a cambio salió en una reedición completa, con un montón de grabaciones más, en uno de esos estuches económicos. Como digo la segunda es más interesante para mí, la primera sin embargo es mucho más accesible.
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