Hoy día 28 de febrero es un importante día cultural, el Día del Kalevala, en el que se conmemora la publicación de la compilación de Elias Lönnrot, cuya primera edición data de 1835. Es día no sólo para recordar el extenso poema mitológico, sino para evocar esa herencia ancestral de la Finlandia pagana, ese mundo de dioses, héroes y magia que se quiso recoger en forma de epopeya.
Para esta celebración cultural, este blog les invita a escuchar una de las más conocidas piezas de Jean Sibelius sobre el poema, La hija de Pohjola. Sin ser una de las piezas más interpretadas sí constituye una pieza de repertorio fuera y dentro de Finlandia, y la han interpretado grandes directores. En ocasiones se ha comparado con los poemas sinfónicos de Richard Strauss por su fuerza, la capacidad de integrar distintos episodios y por su genial orquestación, lo que desde luego es un gran elogio.
La obra en sí no le debe sin embargo la inspiración al músico alemán, sino a una serie de proyectos sobre el Kalevala ("Marjatta" y "Luonnotar", no confundir con el "Luonnotar" de 1913), algunos de cuyos esbozos constituyeron material usado en este poema sinfónico. En cualquier caso la música está perfectamente integrada, es más, es un ejemplo perfecto de los logros motívicos de Sibelius, en una obra que construída libremente la forma sonata.
El poema sinfónico se basa en el canto 8 del Kalevala, donde se narran las peripecias del viejo cantor Väinämöinen para lograr la mano de la hija de Pohjola, la hija de Louhi (el Ama del Norte). La música comienza con un hermosísimo recitativo modal en los celli, que describen en mundo del Kalevala y al protagonista en su intento de alcanzar el cielo. El tema deriva progresivamente (magnífico discurso motívico) en otros que generarán de manera muy hermosa toda la pieza, ganando en intensidad y en emoción, hasta alcanzar tintes heroicos. Acompañado por arpegios del arpa y el toque mágico de las cuerdas se escucha a las maderas describir la belleza de la hija del Norte, balanceándose y flotando en el cielo mientras teje. Väino está conmocionado por la visión. La doncella pone a prueba a Väinämöinen: construir un barco a partir de la madura de su huso y de su rueca. Pero el bardo no lo consigue y la hija de Louhi se mofa de sus vanos intentos, reflejados en el agitado discurso sonoro. Finalmente Väinämöinen debe desistir herido y derrotado, y la música decrece y se desvanece, en un sentido contrario al que encontrábamos al principio.
Esta hermosa obra se estrenó en Rusia, en Teatro Mariinski de San Petersburgo el 29 de diciembre de 1906, con Alexander Siloti a la batuta. A pesar del conflicto nacional, el público ruso acogió esta y otras obras muy favorablemente.
En cuanto a la discografía, sin entrar en destalle recomendamos las versiones de Osmo Vänskä, impecable, y la histórica de Kajanus. también son muy interesante las dos grabaciones de Colin Davis, con orquestas distintas.
Para esta celebración cultural, este blog les invita a escuchar una de las más conocidas piezas de Jean Sibelius sobre el poema, La hija de Pohjola. Sin ser una de las piezas más interpretadas sí constituye una pieza de repertorio fuera y dentro de Finlandia, y la han interpretado grandes directores. En ocasiones se ha comparado con los poemas sinfónicos de Richard Strauss por su fuerza, la capacidad de integrar distintos episodios y por su genial orquestación, lo que desde luego es un gran elogio.
La obra en sí no le debe sin embargo la inspiración al músico alemán, sino a una serie de proyectos sobre el Kalevala ("Marjatta" y "Luonnotar", no confundir con el "Luonnotar" de 1913), algunos de cuyos esbozos constituyeron material usado en este poema sinfónico. En cualquier caso la música está perfectamente integrada, es más, es un ejemplo perfecto de los logros motívicos de Sibelius, en una obra que construída libremente la forma sonata.
El poema sinfónico se basa en el canto 8 del Kalevala, donde se narran las peripecias del viejo cantor Väinämöinen para lograr la mano de la hija de Pohjola, la hija de Louhi (el Ama del Norte). La música comienza con un hermosísimo recitativo modal en los celli, que describen en mundo del Kalevala y al protagonista en su intento de alcanzar el cielo. El tema deriva progresivamente (magnífico discurso motívico) en otros que generarán de manera muy hermosa toda la pieza, ganando en intensidad y en emoción, hasta alcanzar tintes heroicos. Acompañado por arpegios del arpa y el toque mágico de las cuerdas se escucha a las maderas describir la belleza de la hija del Norte, balanceándose y flotando en el cielo mientras teje. Väino está conmocionado por la visión. La doncella pone a prueba a Väinämöinen: construir un barco a partir de la madura de su huso y de su rueca. Pero el bardo no lo consigue y la hija de Louhi se mofa de sus vanos intentos, reflejados en el agitado discurso sonoro. Finalmente Väinämöinen debe desistir herido y derrotado, y la música decrece y se desvanece, en un sentido contrario al que encontrábamos al principio.
Esta hermosa obra se estrenó en Rusia, en Teatro Mariinski de San Petersburgo el 29 de diciembre de 1906, con Alexander Siloti a la batuta. A pesar del conflicto nacional, el público ruso acogió esta y otras obras muy favorablemente.
En cuanto a la discografía, sin entrar en destalle recomendamos las versiones de Osmo Vänskä, impecable, y la histórica de Kajanus. también son muy interesante las dos grabaciones de Colin Davis, con orquestas distintas.
Una versión muy apreciable (lástima el sonido on line) la pueden ustedes escuchar aquí, con la Orquesta Philarmonia dirigida por Eugene Ormandy.
Esperemos que disfruten de la música.
Esperemos que disfruten de la música.
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