domingo, 28 de febrero de 2016

"Terve kuu" ("Te saludo, Luna"), coro a capella op.18 nº2 (1901), sobre un texto del Kalevala

Hoy 28 de febrero se celebra en Finlandia el "Día del Kalevala", que conmemora la fecha de publicación de la primera versión (1835) de la obra, recopilación de cantos de la tradición mitológica por parte del médico y folclorista Elias Lönnrot, y constituida tras su versión final 1849 en su epopeya mítica nacional. La jornada es una conmemoración de sus versos, como también de su mundo épico y tradicional, de la cultura ancestral, de la poesía popular y los usos de la vieja Finlandia...

Aprovechamos la efeméride para traer una de numerosas obras que escribiera Jean Sibelius basadas de manera directa o indirecta en los versos del poema épico. En este caso presentamos un breve coro masculino escrito en 1901, y que utiliza versos del penúltimo canto de la obra (Runo 49, 403 a 422), previo al canto final. 

Estas estrofas ponen punto final a la aventura tras el robo del Sampo por parte de los héroes Lemminkäinen, Ilmarinen y el viejo Väinämöinen. La bruja Louhi, en venganza, había robado el fuego del sol y la luna, extinguiéndolos, pero Ukko, el principal de los dioses, había forjado fuego para unos nuevos astros (en un episodio que también musicará Sibelius en su "Tulen synty" opus 32). Ilmarinen forja un nuevo sol y una nueva luna, pero no consigue hacerlos brillar. Sin embargo, la magia de Väinämöinen le permite saber dónde había escondido los astros la poderosa ama del norte: bajo un monte. El herrero forja entonces armas para abrir la tierra, pero Louhi se atemoriza de que puedan hacerla daño, y libera finalmente el sol y la luna. Una paloma (la propia maga disfrazada) le comunica al forjador que las luces vuelven a brillar en el cielo, y éste se lo dice al "justo y viejo" Väinämöinen. Es entonces cuando el bardo entona su saludo al sol y la luna retornados, los versos puestos en música.

   Terve, kuu kumottamasta,
   Kaunis kasvot näyttämästä,
   Päiväkulta koittamasta,
   Aurinko ylenemästä!

   Kuukulta kivestä pääsit,
   Kalliosta päivä kaunis,
   Nousit kullaisna käkenä,
   Hopeisena kyyhkyläisnä
   Elollesi entiselle,
   Matkoillesi muinaisille.

   Nouse aina aamusilla
   Tämän päivänki perästä;
   Teepä meille terveyttä,
   Siirrä saama saatavihin,
   Pyytö päähän peukalomme,
   Onni onkemme nenähän!

   Käy nyt tiesi tervehenä,
   Matkasi imantehena,
   Päätä kaari kaunihisti,
   Pääse illalla ilohon!

         _______

   ¡Te saludo, Luna, que brillas a lo lejos,
   de este modo tus hermosas mejillas bien se muestran,
   dorado amanecer a lo lejos,
   Sol que de nuevo te alzas!

   Dorada Luna, de la piedra liberada,
   hermoso Sol de la roca surgido,
   como cuco de oro te elevas,
   como paloma de plata 
   sigues la vida que seguiste antaño,
   retomas los viajes que solías.

   Desde el día presente en adelante
   álzate todos días en el amanecer,
   tráenos siempre feliz salud,
   que la caza esté a nuestro alcance,
   la presa para siempre entre nuestros dedos,
   la fortuna en las puntas de los anzuelos.

   ¡Ve por tu camino con nuestro saludo,
   ve por tu encantado viaje,
   que tu curva sea bendita,
   descansa con alegría a la tarde!

"Los héroes de Kalevala liberan los habitantes del cielo", ilustración de Nicolai Kochergin

El poema, una glorificación de los astros y una petición por los dones que traen, es una de los numeras canciones claramente presentadas como tal en el "Kalevala", como arias dentro de una obra más extensa, que bien pudieran haber sido tomadas por Lönnrot de un contexto diferente (o sencillamente, sin un contexto preciso) e insertas en el cuerpo principal de la obra, en general adecuadamente al punto del texto, como es el caso en que nos hallamos. 

Los versos como decíamos sirven de base a "Terve kuu", publicado como el segundo número de su opus 18, (colección que reúne coros de distintas épocas, no relacionados directamente entre sí).  Algunas ediciones de dicho opus presentan numeraciones distintas (este coro en particular aparece en ocasiones como opus 18 nº8), pero la "oficial" del compositor es la presente.

La partitura fue elaborada en mayo de 1901, a la vuelta de su viaje a Italia en el que empezara a concebir su Segunda sinfonía, y surge en correspondencia a un encargo de Heikki Klemetti, director del coro YL, que había fundado un segundo coro masculino de élite, cuyos cantantes eran escogidos en principios de entre los mejores del YL. El nuevo, llamado Suomen Laulu (traducible con sencillez como "Canto finlandés"), aún existente, contaba entonces con un bajo llamado Enckell que poseía una extraordinaria voz, incluyendo un registro de bajo profundo realmente sorprendente. Por todo ello la pieza demandada a nuestro compositor (a cuatro voces como es de esperar, dos tenores y dos bajos), será una partitura de grandes exigencias técnicas, aun siendo breve.

Muy recientemente (hace algo más de un año), el estudioso Sakari Ylivuori redescubrió las partes que preparó Sibelius para el estreno, efectuado el 30 de mayo en Helsinki, lo que da cuenta de una versión original ligeramente distinta, más larga. Para la fecha del citado estreno decidió acortar la pieza. 

Al contrario que otras obras análogas, como el coro "Venematka", también publicado en el opus 18 (como nº3), Sibelius no va a emplear el tono popular ni la canción kalevaliaca, sino que una referencia al folclore real estilizada en grado sumo. Sibelius ya no es un autor "nacionalista", no se va a utilizar el canto popular, aunque lo va a tener como un ideal incorporado a su propio estilo. Así, tenemos como punto de partida una melodía inicial, al unísono, un diseño típicamente sibeliano, que apela a la métrica del Kalevala (ajustándose a la perfección a sus ritmos, situando en notas largas las vocales largas, etc.). Pero no alude al compás 5/4 folclórico, sino que lo emula delicadamente con un tresillo - típicamente sibeliano - concluido por dos notas iguales más largas. Sin acompañamiento, por su ámbito estrecho y su persistencia en la, podíamos sentir una tónica de la menor (natural o eólico), casi pentatónico, pero la cadencia nos revela que estamos ante un modo lidio antes que en el Fa Mayor que podría derivarse de la armadura. El efecto de esta vaguedad modal (que no tonal) es maravilloso:



(cliquea en las imágenes de los ejemplos para ampliarlas)

No obstante y aunque este motivo va a ser la base de la composición, la referencia a lo popular acaba a grandes rasgos en eso. Jean Sibelius se encuentra en otro periodo artístico, con una aspiración mucho más abstracta y universal. Una vez expuesto ese tema, el músico va a querer trabajar en grado sumo las texturas contrapuntísticas, creando una partitura densa, con una polifonía de voces bastante independientes y una armonía concentrada y hasta ardua (aun cuando no haya grandes modulaciones en toda la pieza). Quizá haya incluso un punto de experimentación en esta partitura, difícil y hay que reconocer que no del todo lograda, aun cuando se trate de un trabajo impactante, y de singular belleza y poder de evocación.

Tras ese comienzo de pureza modal, la armonía se tensa con un acorde de sexta aumentada "italiana" sin preparación, que se resuelve en el la tónica sobre el quinto, no en la dominante. La tensión crece con más dominantes secundarias, en este caso al segundo grado, y en un nuevo planteamiento melódico, con característicos tresillos y una "S" típicamente sibeliana:



El texto se entremezcla polifónicamente, mientras que el motivo es repetido en secuencias por grados, hasta que la armonía vuelve a situarse con tranquilidad en la tónica. A continuación se vuelve a la estrofa inicial y al motivo inicial, ahora armonizado con una sexta en una voz superior, derivando finalmente sin mucho desarrollo al motivo de los tresillos.

Esta vez ese segundo grado se constituye brevemente como nueva tónica, y el saludo a los amaneceres venideros y llenos de dones se realiza con un pasaje bajo un tempo algo más lento, y unas notas pedales que crean un clima de gran estatismo y solemnidad:



A través de un pasaje más vertical, casi recitado, se vuelve al tono inicial y finalmente al motivo principal, casi a la manera de un rondó, aunque de nuevo Sibelius evita, como es de esperar, la repetición literal. Y lo hace con el tema en el segundo bajo, cantando una nueva estrofa del texto, mientras las otras voces lo adornan con acordes.

Los últimos dos versos del fragmento de Kalevala crean un pasaje análogo, pero a la inversa: las voces superiores recrean el motivo principal, mientras el segundo bajo elonga sus notas en el registro más bajo, valga la redundancia, suministrando pedales, hasta un imposible si bemol que se escaparía en teoría a un bajo coral no especializado. 

El final, con un simple acorde de tónica, señalado con un cuádruple piano, es pacífico y estático al máximo, redondeando así la celebración del universo restablecido del Kalevala.



El trabajo es bastante popular entre los coros masculinos finlandeses, por lo que forma parte del repertorio de los grandes coros masculinos locales. No obstante, en la discografía a la que hemos podido acceder coinciden siempre los protagonistas, el Coro de la Universidad de Helsinki el YL (Ylioppilaskunnan Laulajat), dirigidos por Matti Hyökki, conductor del mismo durante dos décadas. No obstante, se trata de tres registros diferentes, para distintos sellos, grabadas en momentos distintos, y dado que el coro no es un conjunto fijo, sino toda una - centenaria - institución, los tres discos presentan ciertamente variedad. El más antiguo (Finlandia Records, grabado entre 1984 y 1987) presenta una lectura lírica y serena, con un tono elegíaco. La segunda (para el mismo sello, pero efectuada entre 2001 y 2002) es más acelerada y dramática, llena de matices y brillo, sin duda la mejor. La tercera (para BIS, de 2006, aparecido individualmente y en el volumen XI de la Sibelius Edition) es la más lírica y delicada, sosegada. La tres son excelentes en cualquier caso.

Para ilustrar sonoramente el comentario a este obre recurriremos a un conjunto diferente, pero también de buena musicalidad, el Coro de la Politécnica, dirigido por Juha Kuivanen, un disco autopublicado en 2008



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