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Como ya decíamos, la pequeña Sonatina para violín no goza de una amplia difusión más allá de los círculos sibelianos. Sin embargo, podemos comentar algunas de esas grabaciones, que han conocido en todo caso el mimo y el apasionamiento de los especialistas y amantes de la música del maestro finlandés:
Kaija Saarikettum, violín
Teppo Koivisto, piano
- ALBA (2003)
Una versión plena de sonoridad, que sin perder nunca los límites camerísticos se acerca a evocaciones orquestales, una contradicción que tendría pleno sentido en la mente del autor. El primer movimiento es animado, vivo y pleno de felicidad incluso. El segundo movimiento es delicado, de emociones contenidas a punto de quebrarse en mil pedazos. Sensacional el hipnótico pasaje final. Una verdadera maravilla de tempo en todo caso. El final tiene un enfoque mágico, recordando aún más de cerca a las Humoresques orquestales, con gran fluidez dramática y anímica. Sin duda una encarnación más lograda de la partitura (aun a falta de la versión con mayúsculas), con un lenguaje absolutamente finés, lleno de elegancia y musicalidad, y de grandiosidad en su hondura intimista.
Interpretación: 8 • Estilo: 9 • Sonido: 7,5
Bengt Forsberg, piano
- BIS (1991), también Sibelius Edition vol VI.
La versión de la integral BIS del dúo sueco nos deja una lectura tenue y clásica en su arranque, mientras se adivinan retazos orquestales en su desarrollo. El segundo movimiento es nostálgico, candoroso, de gran sensibilidad, donde los pasajes cadenciales se vuelven lejanos recuerdos. El final recrea un sentimiento rapsódico, no ajeno a lo popular, aunque también hay momentos de gran abstracción musical, como los previos al primer regreso del tema. Quizá falte, como en otros momentos, un trazo fluido que una todo. Buena versión no obstante, recomendable.
Interpretación: 7 • Estilo: 7,5 • Sonido: 7
Yoshiko Arai, violín
Izumi Tateno, piano
- FINLANDIA RECORDS (1981)
Aunque de origen japonés, ambos artistas están asentados en sibelianismo local de Finlandia - sobre todo el caso de Taneno, profesor durante décadas en la Sibelius Akatemia -. Arai y Tateno tocan aquí una de las grabaciones más difundidas en su día de la Sonatina, impetuosa, vigorosa, a veces de trazo un poco denso, pero lleno de un sentimiento desbordante. A destacar el rapsodismo bien entendido del tiempo central, y la especial energía kalevaliana del movimiento final, muy plástico y cargado de imágenes. Versión recomendable.
Interpretación: 6,5 • Estilo: 7,5 • Sonido: 5,5
Aaron Rosand, violín
John Covelli, piano
- AUDIOFON (1992)
La Sonatina, como otras piezas para violín y piano, también ha llegado al repertorio de algunos virtuosos foráneos, en especial del ámbito anglosajón. El violinista Rosand nos ofrece aquí una mirada en verdad de carácter virtuosístico, lo que de alguna manera se nos antoja más próximo a las intenciones objetivas del autor que algunas de las "reflexiones" anteriores, pero deja también lejos sus posibilidades más expresivas. Así, el solista norteamericano toca el primer tiempo con urgencia, y entonación segura y nada sentimental. Sentimentalidad de salón que se guarda en el segundo tiempo, dejando siempre en primer plano a las cuerda (muy discreto el piano en toda la grabación, sobre todo por la toma de sonido, que hace buena la sensación de "violín acompañado"). Rosand hace vibrar con belleza elocuente su magnífico Guarneri del Gesù. El final arranca con un clima concertístico, con giros dramáticos y grandes contrastes. A decir verdad aquí sí se echa de menos cierta mayor intimidad. Buena versión, no muy sibeliana, pero que puede hacer las delicias de los amantes de la cuerda frotada.
Interpretación: 6,5 • Estilo: 5,5 • Sonido: 6,5
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Con esto, finalizamos este recorrido por la Sonatina opus 80, una de las obras conectadas con la génesis de la Sexta sinfonía, que abordaremos a su vez próximamente.
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