martes, 16 de diciembre de 2008

Complete Sibelius VI: música para violín y piano y violín solo



Esperando, como les decíamos (http://sibeliusencastellano.blogspot.com/2008/12/la-edicin-sibelius-de-bis.html), la próxima comercialización del séptimo volumen de la Sibelius Edition, ofreceremos una reseña sobre el volumen sexto de la serie, dedicado a la obra para violín y piano.

El violín fue el instrumento de Sibelius desde su infancia, aunque no tuvo un maestro regular de violín hasta los 15 años. Ser un gran virtuoso fue su sueño: antes que, curiosamente, el del compositor que legaría a ser. Aun acabada su formación en Helsinki, Berlín y Viena (1889-1891), y sus primeros pasos públicos tras el Kullervo (1892) cuando la composición había dominado ya sus pensamientos musicales, siguió participando con el instrumento en veladas camerísticas e incluso en la orquesta de Robert Kajanus (futura Filarmónica de Helsinki).

Sin duda Sibelius amó y entendió el instrumento, y prueba de ello es la extraordinaria escritura para cuerda de sus orquestaciones y, cómo no, el magnífico Concierto de Violín opus 47 (1903-05), una de sus obras maestras que tiene un puesto bien merecido en el repertorio de los grandes violinistas desde los años 30.

Su producción para violín y piano (y para violín sin acompañamiento) es realmente extensa, aunque esta circunstancia no se corresponde sólo al amor al instrumento, sino a otras premisas. En primer lugar está su música de estudiante, música de juventud en la que estaba implicada la ejecución además de una extensa y medida profundización en los métodos compositivos. Sibelius en esta época (1884-89 respecto al tema que nos atañe) escribe diversas piezas para explorar su desarrollo como compositor, desde pequeños fragmentos hasta sonatas y suites completas. También Sibelius en esos años empezó a utilizar sus dotes para ofrecer a sus familia y amigos pequeñas piezas de salón, muy propias del ambiente y la época. La música en principio puede parecer de no gran calidad, sin embargo encontramos grandes tesoros, en especial las obras de varios movimientos, más ambiciosas, como las dos suites en re menor JS.187 y en Mi Mayor JS.188, y la sonata en Fa Mayor JS.178, cuya trascendencia ya comentamos aquí.

De esta parte de su obra se encargan el violinista Jaako Kuusisto y el pianista Folke Gräsbeck. Éste último además del intérprete de las obras ha sido el investigador que las ha sacado a la luz y estudiado. Pero no estamos ante una simple visión musicológica, la apuesta de los músicos fineses es exquisita musicalmente, refinada y llena de amor a las partituras, por lo que cualquier amante de la música de Sibelius sabrá apreciar tanto las obras como sus lecturas. Ciertamente son piezas interesantes para entender la evolución del compositor, desde unos comienzos más asépticos y poco característicos, sin un estilo definido, hasta los primeros avances de su singularidad musical.

Estas grabaciones son de 1999, y ya habían sido publicadas por BIS anteriormente (BIS CD 1022 y 1023) con excelentes críticas. Como curiosidad, comunicarles que hay una grabación que no se reproduce en esta edición: una parte de violín en Sol Mayor que en 2000 era considerada como "probablemente auténtica" ha sido identificada en la actualidad como obra del músico ruso Karl Davidov.

Durante la década de 1890 y la siguiente Sibelius abandona la escritura para violín (excepto unos apuntes que también se recogen aquí), sin duda a la vez que sus sueños de virtuoso. En 1911, en un periodo de revisión de obras antiguas, Sibelius reescribe dos piezas a las que había puesto el número de opus 2, e inicia un nuevo interés por el instrumento. De este ímpetu saldrán diversas composiciones breves para violín y orquesta, pero también numerosas piezas también breves para violín y piano. Aparte del interés artístico se produce en el autor finés un interés monetario en un momento en el que sus finanzas no son muy boyantes, especialmente a partir de la entrada de Finlandia en la Gran Guerra: el país pertenece aún al Imperio Ruso, enemigo de Alemania, donde Sibelius tenía la mayoría de sus editores. Por ello escribe una serie de piezas de dificultad media para los intérpretes y fáciles de escuchar que llevarán los números de opus 78, 79, 81 y 102 para el editor danés Wilhelm Hansen.

Lo cierto es que no deben contemplarse como piezas puramente comerciales (aunque ayudaron en su día a algunos de los prejuicios sobre Sibelius por esta razón). Se nos presentan verdaderas joyas de la literatura de salón, con alguna pieza célebre entre los violinistas, como la Romanza en Fa Mayor opus 78 nº2. También, en medio de estas piezas hubo obras mayores, como la bellísima Sonatina en Mi Mayor opus 80, que comparte por una parte una añoranza de las sonatas y suites de juventud, con una claridad y sentimientos propios de la Quinta y de la Sexta Sinfonías, cuya composición ocupaba a Sibelius en ese 1915.

Los últimos años de la vida compositiva antes del llamado "silencio de Ainola" (aproximadamente 1930-1957) están caracterizados por una búsqueda experimental en el estilo de Sibelius, sensible a las vanguardias no radicales de su tiempo. Este periodo nos deja nuevas series de piezas breves (opp. 106, 115 y 116), que nada tienen que ver con las anteriores excepto en su plantilla: profundas, austeras, de mayor recorrido tonal y de una dimensión ciertamente única en la música del autor finés.

Este aspecto de la música de Sibelius es abordada con las grabaciones de los suecos Nils-Erik Sparf al violín y Bengt Forsberg al piano. Aquí la interpretación no tiene la matrícula de honor de Kuusisto y Gräsbeck, aunque se trata de muy buenas lecturas, que para nada ensombrecen la belleza de las obras. Estas grabaciones de las BIS CD-525 y 625, de los años 1991 y 1993 respectivamente, excepto en el caso de las piezas 106, quizá una concesión a Madoka Sato.

La novedad (para los que no seguían la serie anterior de BIS) está en las grabaciones de la japonesa Madoka Sato con el acompañamiento de Gräsbeck. La joven violinista ejecuta su parte con gran técnica y sensibilidad, y da muestras de conocer muy bien el estilo (fue quien estrenó en Japón la versión original del Concierto para Violín, es presidenta de la Sociedad Sibelius en Japón y lleva años dando recitales de sus obras allá). Bajo sus manos un increíble instrumento: un Stradivarius de 1716.

Estos registros completan las obras, versiones y fragmentos que permanecían inéditas hasta ahora. Por una varios apuntes para violín solo o acompañado de juventud encontrados por Gräsbeck después de sus grabaciones anteriores. También esas Cinco danzas campestres opus 106, en una lectura más ligera y refinada que la de Sparf y Forsberg.

Por otra la grabación del Concierto para Violín en reducción para violín y piano, tanto en su versión original, reconstruída por el compositor Kalevi Aho, como la definitiva, amén de pequeños fragmentos alternativos de estas dos reducciones, fruto todo ello del carácter exhaustivo de la edición. Este tipo de reducciones históricamente han sido usados por los violinistas para ensayar las grandes obras, al igual que las "partituras vocales" de óperas y similares. Sin embargo no sólo este era su propósito, sino también el de procurar una mayor difusión de las obras, en un ambiente en el que era difícil disponer de inmediato de una orquesta, y en un tiempo donde el registro discográfico estaba dando sus primeros pasos.

Las reducciones del propio Sibelius simplifican la orquesta, dando más posibilidades a los pianistas de ser acometidas. Este es un buen ejemplo, con Folke Gräsbeck haciendo una gran interpretación de la obra. La versión original ofrece alguna dificultad mayor a Sato, pero curiosamente su lectura es mejor en ésta que en la versión final, sin duda por un gran conocimiento de la obra.

En fin, absolutamente imprescindible para los sibelianos, aunque los que tengan los discos anteriores deberían pensarse si adquirirla el estuche o no, cosa que personalmente, si ustedes y la crisis lo permiten, recomiendo.

Obras: obra completa para violín y piano, y para violín solo (incluye fragmentos y versiones alternativas)
Intérpretes: Jaako Kuusisto (violín, inclusive en obra a solo) y Folke Gräsbeck (piano); Nils-Erik Sparf (violín) y Bengt Forsberg (piano); Madoka Sato (violín, inclusive en obra a solo) y Folke Gräsbeck (piano).
Lugar y fecha grabación: Escuela de Gramática Danderyd, Suecia (Kuusisto y Sparf), en 1991 y 1993 (Sparf) y 1999 (Kuusisto); Sala de Conciertos de Kuusankoski, Finlandia (Sato), en 2008.
Código: BIS-CD-1915/17

Discos: cinco
Notas: Andrew Barnett en inglés, finés, alemán, francés y japonés.
Acompaña una breve biografía de Sibelius por Barnett en los mismos idiomas.

CALIFICACIÓN DEL DISCO

(Kuusisto y Gräsbeck)
Interpretación:9
Sonido: 9,5
Estilo: 10

(Sparf y Forberg)
Interpretación:6,5
Sonido: 6
Estilo: 8

(Sato y Gräsbeck)
Interpretación:8
Sonido: 10
Estilo:9

(General)
Interés: 10
Comentarios: 7 (por su brevedad, en los discos individuales son mucho más extensos y completos)

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