martes, 18 de diciembre de 2012

Tercera sinfonía en Do Mayor opus 52 (1904-07): 6. Discografía (1)

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Antes de comenzar el listado y comentario de las grabaciones de la Tercera Sinfonía de las que tenemos conocimiento directo, hemos de apuntar un cuestión global sobre la discografía. Y es que parece un hecho que la mayor parte de las mejores versiones se deben a directores finlandeses y/o que conocen muy bien la obra y la estética sibeliana, mientras que otros han pasado más rutinariamente por ella, o incluso no la han grabado (posiblemente es la menos grabada de todo el ciclo).

Como ya comentamos, la especial dimensión de esta "pequeña" sinfonía, lejos de la vistosidad de las demás, ha hecho pensar a muchos que estábamos ante una obra menor, lo cual desde luego no es cierto. La más clásica e internacional - hasta el momento de su estreno - de las sinfonías de Sibelius contiene muchas claves íntimas que no se han escapado a quienes conocer mejor el idioma sibeliano. Y cómo no, a sus compatriotas por encima de los demás, aunque no sea la más "finlandesa" de todas. Esta singular cuestión también se observará en la Cuarta y la Sexta.


Orquesta Sinfónica de Lahti

Osmo Vänskä

BIS (1997) - varias reediciones

Una versión perfecta en lo expresivo (con una gran exploración de todos los contrastes), en lo sonoro (una orquesta sinfónica de timbres bien definidos y jamás masiva) y en lo idiomático. Vänskä redescubre la sinfonía para situarla entre los trabajos mejores y más originales el autor, y con ello, sin dudarlo, merece estar en el olimpo de las interpretaciones de la obra.
El primer movimiento empieza con una energía muy concentrada, más interiorizada que exterior, y gran cuidado por el equilibrio tímbrico. El segundo tema está lleno de una gran melancolía nórdica, y el final de la exposición parece virtualmente perfecto con toda su delicadeza y contraste. El desarrollo ofrece de nuevo un gran dramatismo al enfrentarse con ese turbador estatismo, que se convierte en turbadora agitación a la llegada de los motivos de aura, creando una expectación magnífica. Los solos de las maderas suenan lejanos, como ecos de una realidad pasada. La transición al reexposición y su entronque son ciertamente brillantísimos, como el resto del movimiento, que gana por goleada en expresión al resto de las interpretaciones aquí comentadas. La sonoridad de la coda, ancestral y de gran nobleza, engrandece aún más el significado de la pieza. El segundo tiempo es hipnótico y con gran poder de seducción. Mantiene el pulso tranquilo que exige el compositor - como veremos algo no muy habitual en la discografía -, y se  enuncia con una melancolía infinita y una sin par belleza en los timbres, destacando las melifluas intervenciones de los clarinetes (el instrumento del propio Vänskä). El primer intermedio nos lleva a terrenos de gran profundidad y espiritualidad, mientras que la primera vuelta del tema explora los rumores de la partes graves de la orquesta para desvelar el verdadero carácter del pasaje, y su sonoridad atmosférica. El segundo intermedio comienza muy callado y tranquilo, y va ganando en tensión con gran inteligencia. El retorno del tema principal supone una vuelta a lo inexorable, y el director finlandés da gran nobleza al pasaje. El tercer movimiento muestra todo su poder pero de forma muy sutil y diligente, desvelándose como un sin par scherzo en verdad. Los diálogos entre grupos instrumentales están cuidados al máximo, y de nuevo la tensión nerviosa asegura la fuerza del pasaje. El tema hímnico se desliza con toda la dulzura del mundo, y en su primera versión plena se presenta con un porte aristocrático, pero cálidamente humano y esperanzador. A través de sus distintas presentaciones Vänskä nos presenta todas las atmósferas posibles, un universo completo a nuestra disposición, creciendo en majestuosidad hasta el infinito. Lo único malo del movimiento es que se acaba... En fin una versión sublime, si no la mejor posible - hasta ahora no grabada -, sí acertadísima y sin duda muy cerca de la intención última del compositor. Imprescindible. Si tienen que apostar por una única grabación que sea desde luego esta, aunque no deberían tener muy lejos la de Kajanus.

Interpretación: 9,5  Estilo: 9 Sonido: 7,5
Orquesta Sinfónica de Londres

Robert Kajanus

EMI (1932) - FINLANDIA

El registro de Kajanus es histórico en todos los sentidos: por constituir la primera grabación de esta sinfonía, por su antigüedad y por representar una manera más que correcta el auténtico estilo sibeliano. Muchos directores deberían estudiarla antes de lanzarse a hacer versiones que traicionan el espíritu y la letra de la obra.
El Allegro moderato irrumpe con cierta parsimonia, pero siempre cuidado el nerviosismo subyacente del ritmo, nerviosismo que hace palpitar todo el movimiento, con multitud de rubati y cambios de velocidad (que entra dentro del modo de dirigir del propio compositor). El segundo tema apuesta por la fascinación de la oscuridad. Se logra una atmósfera queda y muy hermosa en la coda de la exposición, mientras que el comienzo del desarrollo opta por una rugosidad que contrasta completamente con lo anterior. El comienzo de la reexposición es particularmente emotivo y brillante, al igual que el final del movimiento, que juega con sensaciones telúricas. Hay cierta irregularidad en la globalidad, pero sin duda muestra también su capacidad dramática.
El Andantino opta por cierta ligereza, por la fascinación de los timbres en conversación de maderas y pizzicati, y las sonoridades de las cuerdas en los episodios (¡lástima de grabación antigua!). En el Finale Kajanus opta de nuevo por las emociones más telúricas y primarias con gran acierto. La entrada del tema del himno con el "aura" de fondo debería ser un ejemplo para todos los directores de cómo afrontar las atmósferas sibelianas. El mismo tema revela una gran nobleza y grandeza en manos del histórico director finés. Y el clímax del movimiento se revela como un acto de solemnidad y profundidad, para acabar en una coda de auténtica elevación trascendente. También imprescindible.

Interpretación: 9  Estilo: 9 Sonido: 3 (mono)

Orquesta de Cámara de Europa

Paavo Berglund

FINLANDIA RECORDS / WARNER MUSIC (1998)

Berglund realizó tres ciclos completos de las sinfonías de Sibelius en estudio, y todas ellas estarán entre lo mejor de la discografía, aunque en en cada una de ellas habrá consideraciones muy distintas, explorando distintas posibilidades. En este caso nos encontramos la acertadísima sonoridad contenida de una orquesta de cámara, perfecta para esta sinfonía, con una separación nítida de timbres que nos permite disfrutar plenamente de la orquestación sibeliana. El director finlandés le da a esta obra aquí además una gran expresividad por encima de otros aspectos, quizá oscureciéndola un tanto pero al tiempo otorgándola la dimensión precisa.
El primer tiempo es decididamente enérgico, con ese ritmo nervioso subyacente que piden las partituras sibelianas muy bien amoldado al transcurrir de la obra, y que prosigue en el hermoso lirismo del segundo tema, melancólico y profundo. El desarrollo muestra plenamente qué sentido tiene su caleidoscópico diálogo instrumental, muy limpio aquí, dando la máxima emoción - pero sin estridencias - al lamento de los distintos solistas de madera. La reexposición llega con toda la expectación posible y una formidable alegría vital. La coda con su aliento rúnico nos remite al mundo ancestral de la Sexta Sinfonía. El segundo movimiento tiene el tempo correcto, y el maestro finlandés le da un toque muy dulce y melancólico. El primer intermedio llega a unas honduras insospechadas (¡por supuesto, sólo posible con la lentitud correcta!), y al segundo los matices precisos dinámicos y expresivos que la mayor parte de los directores eluden. La última aparición del tema, con su acentuación correctísima es de nuevo insospechadamente brillante. El caos del tercer movimiento, peca un poco de prudencia, le falta algo de fuerza, si bien de nuevo el diálogo instrumental es sublime. El tema hímnico roza lo sublime a través de una elegancia sin par. Excelentes celli, aquí como en el resto de la grabación. Gracias a la nitidez tímbrica, las sucesivas atmósferas que Sibelius van creando se dejar sentir con plena intensidad. Aunque este sea quizá el movimiento más débil, el final, algo contenido pero arrebatador, no deja dudas de que estamos ante una de las mejores interpretaciones de la obra. Absolutamente recomendable.
      
Interpretación: 9  Estilo: 8,5 Sonido: 7,5

Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa

Jukka-Pekka Saraste

FINLANDIA / WARNER MUSIC (1995)


Gran ciclo el de Saraste, en directo, por desgracia de poca difusión fuera de su país natal. Para esta sinfonía nos propone una lectura muy estilística, incluso marcadamente étnica, con gran precisión y buen entendimiento de la originalidad de la misma. En el primer tiempo el ímpetu en lo rítmico es total, imprimiendo una agitación interna muy valiosa, aprovechando al máximo las oportunidades instrumentales, en especial en los contrastes de masas, con  nitidez de los timbres, así como el impulso dramático. Sólo apuntar un pero: quizá el tempo sea un poco más rápido de lo necesario. El comienzo de la reexposición es francamente brillante y emocionante, así como el segundo tema, con una fuerte entonación rúnica, al igual que la coda, de una elevación muy especial. Para el segundo tempo Saraste escoge proseguir con la aceleración inicial, pero muy lejos de aplicar la ligereza en la que otros directores caen; el finlandés más bien nos seduce con el poder hipnótico de la pieza, sus juegos tímbricos y sus sutilezas rítmicas. A destacar la magia que imprime al segundo interludio, que parece anunciar incluso el universo de colores nocturnos de Tapiola. La agitación en el caos del tercer movimiento es total, una lucha próxima a lo titánico, mientras que el himno llega con la máxima dulzura y bonhomía, y se prolonga con la majestuosidad de la aurora boreal, en una verdadera explosión de fuerza y colorido. Muy recomendable.

Interpretación: 8,5  Estilo: 8,5 Sonido: 7,5
 
Orquesta Filarmónica de Helsinki

Okko Kamu 

DEUTSCHE GRAMMOPHON (1972)

Kamu fue elegido por la Deutsche Grammophon para completar el ciclo que estaba grabando Herbert von Karajan, su mentor en el continente, quien careció de interés por las primeras sinfonías, sobre todo, como ya hemos comentado, en esta Tercera. A cambio el director finlandés nos dejó un grupo sensacional de registros que dan cuenta de su ya temprana categoría como músico sibeliano - y aún tiene mucho que decir -. Esta grabación en particular respira Finlandia  por los cuatro costados, y además posee una magia muy especial, siendo la más recomendable de entre las más accesibles (y económicas).
El Allegro moderato incide en los aspectos más rítmicos y heroicos de la pieza, sin perder nunca la tensión, con sonoridades precisas y amplias, separación nítida de timbres, y un gran juego de las contrastes y colores orquestales. Contiene algunos detalles fabulosos, como los pizzicati previos a la coda. Para el Andantino Kamu apuesta por un tempo moderado, lejos de los extremos, y una lectura insinuante y optimista, llena de sentimiento. En el Finale el caos está bastante ordenando, aunque la palpitación es constante, ánimo que se mantiene e incrementa con el bellísimo himno final, que suena especialmente magnífico en manos del finlandés. Muy recomendable lectura, una de las mejores en cualquier caso.

Interpretación: 8,5  Estilo: 8,5 Sonido: 7



Orquesta Filarmónica de Helsinki

Paavo Berglund

EMI (1984)

Para esta versión, Berglund avanza hacia un carácter sinfónico más amplio de la obra, con sonoridades masivas, pero al tiempo llega más hondo en su espiritualidad, con una visión sosegada y profética, anunciando las sinfonías que vendrán tras esta Tercera. En el primer tiempo el ritmo apuesta por la sutileza, aunque siempre permaneciendo bajo la superficie, animándolo todo, al igual que los contrastes, muy lejos de caer en la teatralidad. Los colores son algo pálidos, pero la Filarmónica de Helsinki parece estar en un momento estupendo. Una coda magnífica. En el movimiento central Berglund toca el cielo, con un tempo moderado, lleno de elegancia y melancolía, colorido sobrio pero enormemente efectivo. De los más logrados de la discografía. El tercero empieza con un caos muy ordenado, sin grandes conflictos excepto quizá en sus últimos momentos, mientras que el himno hace asumir toda esa calma dándonos con unos instantes prodigiosos de grandeza y sensibilidad. Quizá unos timbres más nítidos hubieran acercado el movimiento al olimpo. En fin, una de las versiones más recomendables.

Interpretación: 8,5  Estilo: 7 Sonido: 7

 

Orquesta Sinfónica de San Francisco

Herbert Blomstedt

DECCA (1994)

El director sueco-americano desvela aquí ser un formidable director sibeliano, en una sinfonía para la que hace falta un verdadero compromiso con el compositor. Blomstedt reconoce a la perfección la orquestación sibeliana y la atención a sus distintos planos sonoros de la paleta orquestal, sus superposiciones y mezclas. Sin embargo, como ya hemos dicho, a esta sinfonía le viene mejor una orquesta pequeña, que deje sonar a los vientos plenamente. La mirada del músico tiende a realzar su sonoridad nórdica, lejana y mística, pero al tiempo acierta a ver en la obra su carácter clásico. Muy recomendada en muchos sentidos.

El Allegro moderato es animado, con un excelente sentido del ritmo pero a la vez sereno, verdaderamente helénico en sus proporciones. Sobresale una excelente sección de cuerda. El ritmo de nuevo es el rey en el Andantino con moto, aunque mucho más lento de lo prescrito Blomstedt ha sabido captar el pulso interior de la pieza. La sensación de nuevo porta serenidad, a pesar de la agitación nerviosa y la melancolía del movimiento. El tiempo final ahonda en las bondades de los otros dos (de nuevo una sección de cuerda excelente), pero es algo más flojo, una intensidad y compromiso mayor hubiera coronado una interpretación en cualquier caso espléndida.

Interpretación: 8  Estilo: 8,5  Sonido: 8


   

Orquesta Sinfónica de Bournemouth

Paavo Berglund

EMI (1978)

Berglund redondea sus grabaciones de la Tercera con ésta, que acierta plenamente con el concepto sonoro de la pieza, desde el primer movimiento, con su explosión de colores inicial hasta el lamentoso tema de los violoncellos.  Verdaderamente emocionante en su lectura, todo bajo un ritmo agitado perfecto. Especialmente brillante es el desarrollo, que en ningún momento pierde fuelle ni se abre a la dispersión. Los sonidos de los metales apuntalan con grandeza el conjunto, que en los compases finales del primer movimiento devienen en verdadera grandeza. El segundo movimiento nos revela la esfera de la melancolía inexorable, muy pesimista pero al tiempo con gran porte aristocrático y elegancia. Los timbres exultantes del primer tiempo se dejan tamizar aquí por una neblina nórdica. Pero quizá se haya perdido un tanto su devenir rítmico, apostando en su lugar por el sentimiento puro. La seriedad parece que también ha afectado al scherzo, con un nerviosismo rítmico de nuevo como rasgo definitorio. El himno arranca con pasión y solemnidad, además de un destacado lirismo. La sobriedad se impone a cualquier efectismo, dejando al final quizá demasiado contenido. En cualquier caso una versión soberbia, aunque no perfecta.

EMI ha anunciado una reedición de este ciclo el próximo mes a precio muy económico (cuatro cedés a menor precio que el de un disco en lanzamiento), por lo que hay pocas excusas para que esta grabación no forme parte de su discoteca sibeliana.

Interpretación: 8   Estilo: 8   Sonido: 7

Orquesta Sinfónica de Londres

Anthony Collins

DECCA (1954)

La versión histórica de Anthony Collins se puede calificar en general de fantástica, , sin duda nos hace recordar la excelente labor de los directores británicos incluso en los momentos más bajo del sibelianismo.  Aunque hemos de ponerla varios peros. También demuestra que no siempre una grabación antigua - como hemos dicho más de una vez la orquesta sibeliana mejora muchísimo con una buena toma de sonido -, y fuera del ámbito nórdico deba ser necesariamente menos estilística. Se trata de conocimiento y de devoción antes que de genes.
El Allegro moderato goza de un sentido del ritmo excelente, además de un equilibrio muy adecuado en los bloques sonoros, con timbres nítidamente separados y articulados (¡lástima del sonido monoaural!). Además posee una emocionalidad sana y llena de dinamismo, con el debido contraste hacia los colapsos depresivos de sendas apariciones del tema secundario. El británico es de los pocos directores además que parece haber entendido la importancia de las transiciones sibelianas, que nunca son banales, como la del pizzicato antes de la coda, majestuosa y enérgica. Para el Andantino Collins comete el error de apostar por una velocidad excesiva, aunque imprime el mismo sentido de ritmo agitado del tiempo inaugural. EL director pone énfasis en la diferencia entre las secciones, dejando un sabor más clásico. La nitidez instrumental y de los planos sonoros continúa en el "caos" del Finale, animado además por una turbación rítmica perfecta para la sensación que el compositor buscó. "La plegaria a Dios" se impone como afirmación absoluta, uno de los mejores momentos de toda la discografía de la pieza.

Interpretación: 8  Estilo: 8 Sonido: 4 (mono)




Orquesta Philharmonia

Vladimir Ashkenazy

DECCA (1985)

Maravillosa esta interpretación del maestro ruso, llena de vitalidad, ritmo y sentimiento. Está pensada con un sentido de sencillez y frescura, aunque el director impone su visión melancólica y misteriosa. Quizá su único fallo es no haber cuidado la sonoridad en sí, en parte, como ya hemos dicho, porque esta obra mejora considerablemente en una orquesta no muy grande o incluso de cámara.
El primer movimiento tiene una gran animación, verdaderamente una explosión de belleza, y a su vez con un toque triste ocasional. En el segundo, de velocidad moderada, Ashkenazy ahonda en esa tristeza, dando a esos hechizadores sonidos de las flautas, los clarinetes y el pizzicato de la cuerda un sentido muy otoñal. El tercer tiempo comienza con una gran fuerza telúrica, y un buen sentido del "aura" sibeliana, que mantiene con fuerza y majestuosidad en el resto del tiempo. Recomendable, esperemos que Decca lance de nuevo el ciclo a precio económico o medio, le merecería mucho la pena.

Interpretación: 8  Estilo: 7 Sonido: 7
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Capítulo siguiente (7): discografía (2) 


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