sábado, 28 de febrero de 2009

Programa de mano: La hija de Pohjola opus 49 (1906)

Hoy día 28 de febrero es un importante día cultural, el Día del Kalevala, en el que se conmemora la publicación de la compilación de Elias Lönnrot, cuya primera edición data de 1835. Es día no sólo para recordar el extenso poema mitológico, sino para evocar esa herencia ancestral de la Finlandia pagana, ese mundo de dioses, héroes y magia que se quiso recoger en forma de epopeya.

Para esta celebración cultural, este blog les invita a escuchar una de las más conocidas piezas de Jean Sibelius sobre el poema, La hija de Pohjola. Sin ser una de las piezas más interpretadas sí constituye una pieza de repertorio fuera y dentro de Finlandia, y la han interpretado grandes directores. En ocasiones se ha comparado con los poemas sinfónicos de Richard Strauss por su fuerza, la capacidad de integrar distintos episodios y por su genial orquestación, lo que desde luego es un gran elogio.

La obra en sí no le debe sin embargo la inspiración al músico alemán, sino a una serie de proyectos sobre el Kalevala
("Marjatta" y "Luonnotar", no confundir con el "Luonnotar" de 1913), algunos de cuyos esbozos constituyeron material usado en este poema sinfónico. En cualquier caso la música está perfectamente integrada, es más, es un ejemplo perfecto de los logros motívicos de Sibelius, en una obra que construída libremente la forma sonata.

El poema sinfónico se basa en el canto 8 del Kalevala, donde se narran las peripecias del viejo cantor Väinämöinen para lograr la mano de la hija de Pohjola, la hija de Louhi (el Ama del Norte). La música comienza con un hermosísimo recitativo modal en los celli, que describen en mundo del Kalevala y al protagonista en su intento de alcanzar el cielo. El tema deriva progresivamente (magnífico discurso motívico) en otros que generarán de manera muy hermosa toda la pieza, ganando en intensidad y en emoción, hasta alcanzar tintes heroicos. Acompañado por arpegios del arpa y el toque mágico de las cuerdas se escucha a las maderas describir la belleza de la hija del Norte, balanceándose y flotando en el cielo mientras teje. Väino está conmocionado por la visión. La doncella pone a prueba a Väinämöinen: construir un barco a partir de la madura de su huso y de su rueca. Pero el bardo no lo consigue y la hija de Louhi se mofa de sus vanos intentos, reflejados en el agitado discurso sonoro. Finalmente Väinämöinen debe desistir herido y derrotado, y la música decrece y se desvanece, en un sentido contrario al que encontrábamos al principio.

Esta hermosa obra se estrenó en Rusia, en Teatro Mariinski de San Petersburgo el 29 de diciembre de 1906, con Alexander Siloti a la batuta. A pesar del conflicto nacional, el público ruso acogió esta y otras obras muy favorablemente.

En cuanto a la discografía, sin entrar en destalle recomendamos las versiones de Osmo Vänskä, impecable, y la histórica de
Kajanus. también son muy interesante las dos grabaciones de Colin Davis, con orquestas distintas.
Una versión muy apreciable (lástima el sonido on line) la pueden ustedes escuchar aquí, con la Orquesta Philarmonia dirigida por Eugene Ormandy.

Esperemos que disfruten de la música.



miércoles, 25 de febrero de 2009

Periodización de la obra de Sibelius

Hemos hablado ya en alguna ocasión de distintos episodios en la evolución de la obra de Sibelius, distintas fases que los aficionados habrán llegado a percibir con cierta facilidad.

Tradicionalmente se había hablado de tres periodos, asimilando a nuestro autor a otros grandes músicos como Beethoven. Según esta concepción, aproximadamente teníamos:

- El "romanticismo del Kalevala", hasta 1908
- El "periodo oscuro", entre 1908 y 1915 (o hasta 1919)
- El periodo final, entre 1915 y 1929/1931

A lo que habría que añadir un periodo juvenil hasta 1892 (poco conocido hasta la década de los 80 del siglo XX), y el llamado "silencio de Aionla" o "silencio de Järvenpää", entre 1929/31 y 1957, años en los que Sibelius apenas compuso nada y se dedicó tan sólo a ciertas revisiones e instrumentaciones.

Con el paso del tiempo se ha ido afinando esta diferenciación (que podríamos deducir se basa en la excepcionalidad del "periodo oscuro" como época de cambio, altamente original), buscando una mayor precisión y reflejando el mayor conocimiento y estudio que se tiene en la actualidad de la obra del compositor finés.

La nuevas apreciaciones más importantes son la incorporación de la fase juvenil como una fase plena, además de dividir el periodo 1892-1908 en dos, un periodo de inspiración más kalevaliana, karelianista y finesa en los años 90 del siglo XIX, y otro más romántico y nórdico en general, que va avanzando a posiciones modernistas en la primera década y media del siglo XX. Hay otras divisiones enter los expertos sibelianos actuales, como la que se recoge en la gran página finesa sobre nuestro autor, que resumimos así:

- Obra temprana (aproximadamente 1881-1889)
- Romanticismo nacional (aprox. 1889- 1899)
- Hacia una posición progresista (aprox. 1900-1914)
- Pequeñas piezas y maestría sinfónica (aprox. 1915-1919)
- Unidad sinfónica (aprox. 1920-1929)
- Últimas obras (aprox. 1930-57)

Pero a quien les escribe esta división me parece tan insatisfactoria como la tradicional, ya que parece un tanto artificial (en el fondo es una división en décadas), y no recoge varios fenómenos como es el desbordante romanticismo de "El rey Christian II" ni la irrupción del sentido clásico de la Tercera sinfonía. Por ello aquí nos atrevemos a hacer una división propia.

Ya avanzamos que quizá no sea sencilla porque incluirá subdivisiones con periodos cortos, lo que resultará una estructura un tanto prolija. Sin embargo creemos que es lo suficientemente descriptiva, y que recoge la evolución y los cambios estilísticos de una manera más precisa.

Pasamos a su enumeración, a su descripción, y a citar las obras más representativas de cada división.

- I. Periodo de estudio (1881-1892)
Ia. Academicismo en Finlandia (1881-1889): periodo de las primeras composiciones en Hämeenlinna y Helsinki. Obras: básicamente obras para violín y piano, tríos con piano, y más música de cámara y para piano solo.

Ib. Búsqueda de una voz propia (1889-1892): final de los estudios en Helsinki, estancias en Berlín y Viena, y vuelta a Finlandia. Obras: Florestan para piano JS.82, Cuarteto cuerda en la menor JS. 183, Sonata para violín y piano en Fa Mayor JS.178, Quinteto para piano y cuerda en sol menor JS.159, Cuarteto en Sib Mayor opus 4.

- II. Periodo kalevaliano (1892-1897)
Melodías y ritmos inspirados en la música y en la prosodia popular finesa, netamente modal. Obstinati y pedales extensos, carácter primitivo y legendario. El punto de partida de este periodo es "Kullervo". Obras: "Kullervo" opus 7, "Karelia" (música escénica y obertura opus 10 y suite opus 11), Una saga opus 9, La ninfa del bosque opus 15, Lemminkäinen opus 22, varios de los coros del opus 18, Canciones opus 13 y 17, Impromptus para piano opus 5, Sonata para piano opus 12.

- III. Periodo romántico (1898-1908)
IIIa. (1898-1906).
Colorido netamente romántico, emparentándose muy especialemente con la música nórdica de la época, más diatónica aunque con giros modales. También se mantienen los obstinati aunque con menor protagonismo que la melodía, centro de este periodo, más "internacional" que nacionalista. Obras: "Rey Christian II", "Música para las Celebraciones de la Prensa", "Kuolema", "Pelléas och Mélisande", las dos primeras Sinfonías, Concierto para violín, La hija de Pohjola, Finlandia, Valse triste, "Atenarnes sång", "Snöfrid", "Tulen synty, "Metsämiehen laulu" opus 18 nº5, Canciones opp.36, 37 y 38, Malinconia para violoncello y piano, Piezas para piano opus 24, Kyllikki para piano.


IIIb. Joven clasicismo (1907-1908). Unas pocas obras que adelantan características del periodo siguiente, en una búsqueda de la sencillez y la claridad. Obras: Tercera sinfonía, "Svanevit"

- IV. Periodo oscuro (1908-1915)
Tras la operación del tumor en la garganta comienza un periodo existencialista y esencialista, con búsquedas en el expresionismo y la vanguardia. Profundo pesimismo. Uso del silencio, texturas delicadas y adelgazamiento extremo del sonido, armonía cromática en ocasiones llegando a los límites de la tonalidad. Nuevo protagonismo de la modalidad. Obras: "Kom nu hit, död" opus 60 nº1, Cuarta sinfonía, Serenatas para violín opus 69, Cabalgata nocturna y amanecer, La dríada opus 45 nº1, "Luonnotar", El bardo, Las oceánidas, In memoriam, Rakastava para cuerda opus 14, Scènes historiques II, Canciones opus 35 y 57, Cuarteto de cuerda " Voces intimae", Tres sonatinas para piano opus 67, Cuatro piezas líricas para piano opus 74

- V. Periodo final (1915-1929)
Va. Serenidad sinfónica (1915-1925).
Sibelius se aproxima cada vez más a la perfección, con texturas más densas y polifónicas, diatonismo y modalidad como dos caras de una misma moneda, absoluta fluidez del discurso melódico. Aspecto trascendental y sublime incluso en pequeñas piezas. Es el periodo de las tres últimas sinfonías, ejemplo de equilibrio e inspiración única. Obras: Sinfonías Quinta, Sexta y Séptima, Seis humoresques para violín y orquesta, diversas pequeñas piezas para orquesta, las grandes cantatas ("Oma maa", "Jordens sång", "Maan virsi"), canciones como "Norden", Cinco danzas campestres para violín y piano, Cinco piezas románticas para piano, Cinco impresiones características para piano.


Vb. Experimentación final (1925-1929). Sibelius coquetea con procedimientos de vanguardia, retomando la exploración tonal del periodo oscuro, y abriéndose a nuevas y más tensas sonoridades. Posiblemente este periodo hubiera llevado a una nueva de componer, pero tras esta exploración nuestro autor abandona la composición activa. Obras: "La tempestad" opus 109, Tapiola, Música masónica opus 113, Cuatro piezas para violín y piano opus 115, Tres piezas para violín y piano opus 116, Cinco esbozos para piano opus 114.

- VI. El silencio de Ainola (1930-1957)
Aparte de una canción en 1930, la Música fúnebre para órgano opus 111 nº1, una pieza para piano a cuatro manos en 1931, y dos coros que añade a la Música masónica opus 113 en 1946, no compone otras obras que nos hayan llegado. Pero durante años da vueltas a una Octava sinfonía que llegaría posiblemente a completar (hecho seguro para al menos los dos primeros movimientos), pero que destruyó. Aparte de esto, Sibelius no compondrá nada más durante este prolongado espacio de tiempo, que emplea sin embargo en diversos arreglos y revisiones.

Usaremos esta división continuamente en el blog, por lo que recomiendo a los lectores habituales que la tengan en cuenta a la hora de enfrentarse a futuros artículos.

domingo, 22 de febrero de 2009

El bardo opus 64 en Oviedo: crítica

Informo a los seguidores del blog que el compañero de la blogosfera Pablo Álvarez realiza su crítica al concierto en Oviedo con la Orquesta del Principado a la que nos referimos ya en este blog.

Así mismo, animamos a los lectores a que contribuyan dándonos noticias de conciertos o eventos relacionados con Sibelius. Desde aquí daremos cuenta de sus noticias y/o críticas, ya sea enlazando sus páginas o bien cediendo un espacio en este mismo blog para que nos comenten sus opiniones.

viernes, 20 de febrero de 2009

Robert Kajanus (1856-1933)

Iniciamos con este autor los prometidos posts referidos a compositores poco conocidos que tienen alguna coincidencia con Sibelius, ya sea de forma directa o bien por alguna analogía en su estilo y en su posición en la historia de la música. En este caso lo hacemos con un músico muy importante dentro del desarrollo artístico de Sibelius, cuyo nombre ya ha aparecido y sin duda aparecerá muchas más veces en este blog.

Gran parte de este artículo, como la mayor parte de la lista de obras, está sacada del New Grove Dictionary of Music and Musicians.

Biografía

Robert Kajanus nace un 2 de diciembre de 1856 en Helsinki. Estudia con Richard Faltin y Gustav Niemann en su ciudad natal pero, como otros músicos fineses prestigiosos de la época, completa sus estudios en el extranjero, entre 1877 y 1882, con Schradieck, Reinecke, Jadassohn y E.F. Richter en Leipzig y con nada menos que uno de los grandes compositores nórdicos, Johan Svendsen en París, donde residía en esos momentos.
Robert Kajanus en sus últimos años. Fotografía del Museo Sibelius de Turku
 
Al regresar a Finlandia en 1882 funda la Sociedad Orquestal de Helsinki, cuya orquesta fue la primera estable en la capital finesa (y la primera profesional de los países nórdicos), que se convirtió posteriormente en la Orquesta Filarmónica de Helsinki (1924). Kajanus es de hecho el gran director finés del paso de siglo, actividad por la que es hoy en día más recordado que por la de compositor.

Aparte de la orquesta en sí, Kajanus estuvo implicado en primera línea en la creación de otros departamentos , como una escuela de formación (1885), que compitió duramente con la de Wegelius (la que sería el futuro conservatorio) o el coro sinfónico en 1888, con el que estrenó la Novena Sinfonía de Beethoven ese mismo año.

Su compromiso con Finlandia no fue sólo técnico, sino que formó parte de los círculos culturales nacionalistas. En 1892 se une al grupo finoparlante formado en torno al "Päivälehti", antecedente del Helsingin Sannomat (el principal periódico de Finlandia aún hoy en día). Sibelius y otras destacadas figuras formaron parte de ese círculo, y durante esa década reforzaron su amistad.

En 1897 disputa con Sibelius un puesto de director musical de la Universidad de Helsinki (una cátedra de enseñanza), que obtuvo y al que se consagró hasta 1926.

Su mayor importancia reside, como hemos dicho, como director de la Orquesta Filarmónica, con la que emprende giras internacionales en una fecha tan remota como 1900, actuando en diversas ciudades a lo largo de Europa, entre ellas el París de la Exposición Universal.

Su repertorio era variado, aunque tanto público, crítica y él mismo destacaban la interpretación de Beethoven, así como la de Sibelius, propagando las obras del autor finés con gran éxito.

Su compromiso con Sibelius fue único, al igual que su afán por dar a conocer a otros músicos fineses y nórdicos en general fuera de las tierras del norte de Europa. En 1919 crea los Días Nórdicos de Música, cuya primera edición se celebró en Copenhague con la presencia de Jean Sibelius, Johan Halvorsen, Georg Høeberg, Frederik Schnedler-Petersen, Wilhelm Stenhammar, Karin Bronzell, Erkki Melartin y Carl Nielsen.

En 1922 ingresa en la Gran Logia Masónica de Finlandia junto a Sibelius y otras grandes figuras del país.

En 1930 y 1932 viaja hasta Reino Unido para realizar una serie de grabaciones con sinfonías (una proyectada integral que dejaría incompleta) y otras piezas orquestales de Sibelius que permanecerían como testimonio de autenticidad y de absoluto conocimiento de la estética y las intenciones del autor.

Justo el año de sus últimas grabaciones, cede ya enfermo la batuta de la Orquesta Filarmónica de Helsinki a Georg Schnéevoigt. Finalmente muere en Helsinki el 6 de julio de 1933.

Como compositor fue junto con Oscar Merikanto (1868-1924), Ernst Mielck (1877-1899) y el propio Sibelius uno de los creadores de la nueva escuela finesa, siendo además su auténtico pionero durante la década de los 1880s. De esos años datan sus trabajos más influyentes, en los que muestra su compromiso con una estética nacionalista, inspirada en el folclore musical y poético (el Kalevala, por supuesto). Se cuenta que tras el estreno del Cuarteto de cuerda en la menor JS.183 (1889) de Sibelius, Kajanus afirmó que ahí se encontraba el compositor de Finlandia, y él se retiraría de la creación. A veces se cuenta una anécdota parecida sobre el Kullervo opus 7. Lo cierto es que aunque realmente Kajanus desplazó su interés de la composición a la dirección de orquesta, siguió componiendo toda su vida, y con éxito, al menos dentro de la propia Finlandia.

A día de hoy sin embargo la pretendida anécdota se ha cumplido, ya que sus obras apenas son interpretadas, siendo una rareza incluso en su propio país. Curiosamente dos arreglos suyos en cambio son ejecutados casi todos los días en Finlandia, los que realizó de la Porilaisten marssi (Marcha del regimiento de Pori), marcha patriótica que hoy se utiliza en actos de protocolo como marcha presidencial; y la orquestación más utilizada de Maamme (Nuestra patria), el himno nacional finés. Ambos arreglos sonaron en multitud de ocasiones en los conciertos de Kajanus, en especial los que dirigía en el extranjero.

Kajanus y Sibelius

La relación de Robert Kajanus con Jean Sibelius fue una relación siempre amistosa, aunque tuvo sus aristas en ocasiones. Quizá esto se debió a que ellos compartieron el honor de ser las máximas figuras musicales de Finlandia, y no siempre lo eran sin cierta rivalidad. Pero al tiempo eran complementarios: Sibelius eran el compositor, y Kajanus el director: en cierta forma uno se sentía plenamente realizado en el otro. Pero también es cierto que hubo celos mutuos y Sibelius parece que tras el episodio de la cátedra de la Universidad fue muy crítico con todo lo que hacía o decía Kajanus (como sucedió con cierta confusión entorno a la autoría de "Kullervo".

A pesar de todos los problemas, Kajanus se consagró desde el comienzo a difusión de la música orquestal de Sibelius, siendo su principal intérprete dentro y fuera de Finlandia. Estrenó pocas obras sin embargo, ya que el propio Sibelius solía dirigir las primeras interpretaciones, aunque nuestro autor le reservó varias obras, amén de los estrenos finlandeses de trabajos que se habían ejecutado por vez primera fuera del país nórdico. A continuación pueden leer una lista de las obras de Sibelius que Kajanus dirigió en estreno absoluto :

Obertura JS.145 y Scène de ballet JS.163 (1891)
En saga opus 9 (versión original, 1892)
Obertura y tres números de "Karelia" (futura suite) (1893, fijada hacia 1899)
Suite de "Rey Christian II" opus 27 (1898)
Primera sinfonía opus 39 (revisión de 1900)
Finlandia opus 26 (revisión final de 1900)
En saga opus 9 (versión final de 1902)
Canciones opus 17 nº4 y opus 38 nos. 1, 2 y 3 en versión orquestal (1903)
"Jedermann" ("Cada uno") opus 83 (1916)
Marcha académica JS.155 (1919)
Vals lírico opus 96 nº1 (1921)
"Väinön virsi" ("Canción de Väino") opus 110 (1926)

Además Sibelius le dedicó uno de sus mejores poemas sinfónicos, La hija de Pohjola.

Obras de Robert Kajanus
(lista selectiva)

Orquesta:
La muerte de Kullervo opus 3 (1880)
Dos rapsodias finesas (1881, 1886)
"Aino", poema sinfónico con coro masculino final (1885, rev. c.1916)
Air élégiaque, violín y orquesta (1887)
Sommarminnen (Recuerdos de verano) (1896)
Adagietto, cuerda (1913)
Sinfonietta en Si bemol Mayor opus 16 (1915)
Obertura sinfónica (1926)
Intermezzo (1926)
Suite ancienne, cuerda (1931)

Cámara, piano y otros:
Impromptu, piano (1875)
Fantasía (Nocturno), piano (1875)
Sonata para violín y piano (1876)
Albumblätter, piano (1877)
Piezas líricas, piano (1879)
Dos miniaturas, piano (1912)
Estudio de concierto, arpa (1914)

Coro y orquesta:
Cantata (Lidner) (1874)
Nouskaa aatteet (K. Leino) (1898)
Kalevala-Hymm (K. Leino) (1910)

Coros a capella:
Sotamarssi (A. Oksanen), coro masculino (1889)
Ylioppilaskunnan marssi (Koskimies)

Discografía
La escasísima discografía se limita a un único disco monográfico, grabado precisamente por el gran especialista sibeliano Osmo Vänskä y la Sinfonia Lahti en 2004 (BIS-CD-1223), lo que nos permite observar numerosas analogías con el compositor de Hämeenlinna. El disco está compuesto por tres de sus grandes obras de los 1880s, más la Sinfonietta de 1915.

La muerte de Kullervo (1880) es una marcha fúnebre quizá más cercana a la de la Heroica de Beethoven y a la música de Wagner que al carácter del anti-héroe finés, aunque no faltan los ecos fineses. La rapsodia finesa nº1 es un bello trabajo basado en conocidas melodías populares. "Aino" se basa en el carácter de los primeros capítulos del "Kalevala", y es un grandioso poema de corte lisztiano con coro final (curiosamente no extraído del trabajo de Lönnrot), que escuchamos aquí con el extraordinario coro YL. Se trata sin duda de la mejor obra del disco, una obra sensacional, que al parecer inspiró mucho a Sibelius a la hora de componer su Kullervo. La Sinfonietta, estrenada curiosamente unos pocos días antes que la Quinta de Sibelius, es una obra de carácter neoclásico, y quizá no sea tan interesante como el resto de las obras por su menor originalidad. Nos muestra el camino tan distinto, más "gérmánico" y formal, que había tomado Kajanus respecto a Sibelius, excepto por ciertos detalles de la orquestación sin duda debidos al autor de Finlandia.

"Aino" es protagonista de una grabación anterior en el tiempo por parte de la Orquesta Sinfónica de la Radio Finlandesa, dirigida por Jorma Panula, y de nuevo con el YL, una muy buena versión aunque quizá no tanto como la de Vänskä, en un disco titulado curiosamente "Favoritos de Sibelius". Aprovechamos para recomendar este CD no sólo por esta obra de Kajanus, sino también por contener la única grabación del propio Sibelius dirigiendo su Andante festivo (ODE 992-2).

La Obertura Sinfónica de 1926 la podemos encontrar en un programa variado de música finesa dirigida por Leif Segerstam (ODE 112-2) .

Los dos arreglos de música patriótica pueden encontrarse en un disco diversos bises típicos titulado "Cuadros nórdicos", con Shuntaro Sato dirigiendo la Sinfónica de Kuopio (Finlandia Records 8573-85573-2).

Existen otras pocas grabaciones, sin embargo al interesado le serán muy difíciles de encontrar, aun indagando en la propia Finlandia.

Por supuesto, tenemos que destacar el único y sensacional documento de Kajanus dirigiendo las obras de Sibelius, referencia absolutamente imprescindible para el sibeliano, aunque el sonido no sea el mejor de los posibles. Existen diversas ediciones en diversos sellos (Finlandia Records, Koch International...) por desgracia también difíciles de encontrar. La siguiente portada pertenece a la de Finlandia Records:
[Actualización julio de 2013: entre finales de 2012 y principios de 2013, Naxos (historical) ha remasterizado y publicado las grabaciones completas de Kajanus con música de Sibelius, por lo que tales grabaciones son ahora fáciles de encontrar, y además en serie económica].

En todo caso, y sin duda por lo que se puede escuchar en su escasísima discografía, la de Kajanus como compositor es una figura aún por redescubrir.

martes, 17 de febrero de 2009

Fragmentos de una suite para orquesta - Till trånaden JS 202

Vamos a completar la información de dos obras, una de ellas en estado incompleto, de las que hablamos al introducir el tema del de El bardo opus 64 .

Sobre los dos movimientos que Sibelius tituló años después como "Fragment ur en Suite för Orkester 1914 / Föregångare till Okeaniderna" ("Fragmentos de una Suite para Orquesta 1914 / Predecesor de Las Oceánidas"), ya apuntamos la situación del manuscrito (que no lleva ningún número de catálogo), la falta de un de su primer movimiento, y la posibilidad, muy firme, de que fueran estos dos movimientos los que habrían seguido a El bardo bajo la idea de que esta obra era "un preludio".

El estado de estos dos tiempos es incompleto, no tanto por la composición en sí, sino sobre todo por la orquestación. Aquí tenemos que apuntar algo muy signativo en Sibelius en su método compositivo para la orquesta, y es el hecho de que nuestro autor escribía directamente en partitura orquestal, no componía apoyándose al piano. Esta poco frecuente habilidad fue ganada con los años, y que no fue plena hasta después de la Segunda Sinfonía (sobrevive, por ejemplo, un esbozo escrito para piano del tema del movimiento lento de la Primera Sinfonía).

Así, tal y como podemos comprobar en esta pieza, Sibelius compone a partir de apuntes sinfónicos que va completando en varias fases hasta llegar a la obra final. Esta obra habría quedado en un estado intermedio, por una parte no estamos ante simples apuntes, pero tampoco la música está completa, si desarrollada en gran parte, sobre todo en el movimiento II.

Éste lleva la indicación de "Tempo moderato" y el tono es Mi bemol Mayor, un brevísimo movimiento con delicadas y melancólicas melodías de los clarinetes, y sonoridades camerísticas coloreadas en ocasiones por trompetas en sordina y el arpa (de nuevo la cercanía con El bardo). El discurso es interrumpido por extensos silencios, cabría que preguntarse si el compositor habría completado de haber terminado la obra o si los habría dejado como tales silencios, muy propios por otra parte de esta época compositiva.

No podemos establecer ninguna relación que no sea simple especulación con el eventual programa que habría tenido la obra si realmente es la suite concebida para El bardo, donde el título para el segundo tiempo es "El caballero y la ninfa" o incialmente "El caballero y la náyade". Erik Tawaststjerna ha postulado que la pieza de la suite se habría inspirado en la canción "Hertig Magnus" ("El duque Magnus") opus 57 nº6 de 1909, con texto de Josephson donde se narra un motivo típico del folclore fantástico escandinavo, la llamada de una ninfa acuática a un noble, seducido finalmente hasta arrastrarlo a su muerte entre las aguas (la posibilidad se refuerza por la relación del siguiente tiempo con Las Oceánidas y lo que sería la inspiración "acuática" de este).

La música de esta brevísima obra parece haber sido reutilizada en la pieza para piano Till trånaden JS.202, de la que hablamos más abajo.

En cambio, el movimiento III está muy relacionado con otra pieza, como ya hemos apuntado reitiradamente, el poema sinfónico Las Oceánidas opus 73, que compondría en 1914 como petición del festiva americano de Norfolk. La relación es más que evidente, ya que el poema sinfónico utiliza temas e incluso sonoridades muy precisas de este "allegro", lo cual se hace más que visible en la versión original del poema sinfónico - llamada comúnmente "versión de Yale" - y que el autor había titulado en alemán con el nombre de "Rondo der Wellen". Lo cierto es que este allegro parece un simple esbozo de la versión original, aunque desde luego no fue esa la intención original de Sibelius.

El movimiento, de doble duración que el anterior, está indicado simplemente, como ya hemos indicado, como "Allegro" tras un attaca muy efectivo, ya que este fragmento está escrito en el mismo tono que el precedente. Comienza con un motivo de las flautas que apunta sin ninguna duda al poema sinfónico, en especial en la "versión de Yale", al que le sigue un pasaje de las cuerdas que será el tema inicial de Las Oceánidas en su versión final. Llegamos entonces aun nuevo pasaje de la cuerda en trémolo - que también contiene desarrollos muy carácterísticos que se oirán en el poema sinfónico -. Un último tema será el del Glockenspiel en ambas versiones (y con el que empieza la versión original).

Se correspondería con el "rondó" del plan de la suite, y de nuevo sería más que correcto esta teoría no sólo por el carácter del tema de las flautas, sino por el título de la "versión de Yale", y la certeza de que en ambas versiones de Las Oceánidas nos encontramos en una forma cercana al rondó.

El estado de este movimiento, en cualquier caso es mucho más el de un torso fragmentario, tanto en composición como en orquestación, aunque es posible su interpretación, así como una audición que vaya más allá de la simple curiosidad.

Así sucedió con ambos fragmentos cuando se oyeron por primera vez en la historia en el
Festival Sibelius de Lahti, aunque se estrenaron curiosamente como bises y por separado, el movimiento III el 19 de septiembre de 2002 y el II al día siguiente.

Esta obra fue grabada unos meses después por los mismo protagonistas del estreno, la Sinfonia Lahti con Osmo Vänskä dirigiendo, dentro de un sensacional disco que contenía además la versión original de Las Oceánidas y otras piezas breves y versiones para orquesta en estreno mundial, un conjunto realmente sorprendente y hermoso, que recomiendo vivamente (aunque el contenido de este disco se puede encontrar divido entre los volúmenes I y el VIII - que se publicará salvo sorpresas el mes que viene - de la Sibelius Edition de Bis).

En cuanto a la pieza para piano Till trånaden (A la melancolía) JS.202 como
ya señalamos está relacionada con el tiempo II de la suite. No se trata de una transcripción en sentido estricto (mucho menos es posible la opción contraria), sino una relaboración de los mismos motivos de forma más pianística y por supuesto completada. Una miniatura realmente hermosa, aunque con el piano pierda parte de su belleza. Esta pieza fue finalizada el 28 de noviembre de 1913 y publicada poco después.

Ha sido grabada dentro de integrales (nunca exhaustivas con obras manuscritas y de juevntud) como la Håvard Gimse para Naxos y la de Erik T. Tawastjerna, aunque sin duda la versión de Folke Gräsbeck para la Sibelius Edition - anunciada para diciembre de este año dentro del segundo estuche de música para piano - será con total seguridad la más destaca.

En fin, como hemos podido comprobar estos pocos minutos de música dan mucho de qué hablar, no sólo por su misteriosa historia, sino también por la belleza de los mismos, a pesar de que el estado nos puedieron hacer pensar lo contrario.

jueves, 12 de febrero de 2009

El bardo opus 64: (y 2) Análisis y discografía

El poema sinfónico Barden opus 64 se enmarca en lo que hemos denominado "periodo oscuro" del compositor, una búsqueda esencialista, alejándose radicalmente de lo superfluo y el sentimentalismo, y acercándose a límites expresivos, rozando la vanguardia en ocasiones, como sucede en la increíble Cuarta Sinfonía opus 63 (1911), el Cuarteto "Voces Intimae" opus 56 (1909), o en las Tres sonatinas para piano opus 67 (1912).

Comparte con estas obras la aparente simplicidad melódica, el cromatismo, la modulación, la vaguedad, el uso del silencio (contradiciendo el "aura sibeliana" habitual). Comparte con la sinfonía además un uso camerístico de la orquesta, unas sonoridades nuevas, insospechadas, y enormemente delicadas (que no están tan alejadas como podríamos pensar de las "melodías tímbricas" de Webern). No usa un cromatismo ni la disonancia tan extremos como en la sinfonía (que utiliza en ocasiones la bitonalidad y roza la atonalidad), que es el su obra más avant garde. Pero el discurrir del poema sinfónico, aunque estable a partir del tono básico de mi bemol menor, hace uso de una modulación constante, errática y evocadora. En cambio el compás vacila constantemente entre 4/4, 3/4 y 2/4, sin que los cambios se perciban claramente porque el propósito es crear un carácter rítmico muy rapsódico.

Todo ello da a la pieza un carácter misterioso, mágico, tremendamente doliente pero sin perder su lirismo. No es una música trágica, pero sí infinitamente triste y callada, melancólica, doliente...

Para describir la obra podemos utilizar las palabras de Otto Kotilainen, en su crítica al estreno de la versión original, a las que nos referimos en el post anterior: "usando una aparentemente sencilla forma el compositor da rienda suelta a sus ideas musicales en este breve trabajo. Los instrumentos de cuerda proceden durante la pieza tranquila y calmadamente como voces suaves, acompañadas por coloreadas y delicadas figuras de los solos de arpa. La composición termina con un poderoso y extenso crescendo del metal. Aparte de mostrar magistralmente su habilidad compositiva, la obra tiene un extraño, rico color."

Uno de los secretos de esta auténtica obra maestra es el sutil empleo de la orquestación, una verdadera lección de color orquestal, partiendo del sonido delicado del arpa, apoyada fundamentalmente en violas y celli divididos, y las maderas coloreando muy suavemente el conjunto. Un momento sensacional de la instrumentación sibeliana, y aunque puedan encontrarse antecedentes en El Cisne de Tuonela o en la misma Cuarta Sinfonía, se trata un momento único en la historia de las obras de Sibelius.

En cuanto al contenido formal queda claro desde el principio de que la obra no tiene un tema definido, sino pequeños motivos que se repiten con una monotonía buscada e inexorable, e incluso simples planos sonoros que se superponen, creando esa "música atmosférica" de la que hablaba Breitkopf - en nuestra metáfora del "aura" podríamos decir que o bien ésta no existe, o bien toda la obra es "aura" -. Lo cierto es que en ocasiones la música evoluciona de una manera un tanto minimalista, pero evitando siempre la repetición que inmovilizaría la pieza.

Al no haber temas no se puede hablar tampoco de que exista presupuestos formales, por supuesto, aunque sí podemos distinguir algo semejante a una forma ternaria compuesta: ABA'B'A'', siendo la sección B' el clímax de la obra. Es en ese clímax donde se rompe brevemente el carácter intimista de la música, con repentino éxtasis sonoro roto tan rápidamente como apareció.

Todo se plantea ya desde los primerísimos compases:
Aquí distinguimos por una parte un motivo ascendente en los clarinetes, seguido de una nota pedal. Tanto motivos ascendentes como pedales y/o acordes de madera y cuerda serán uno de los elementos fundamentales de la pieza. Este motivo en octavas es repetido por el arpa en acordes, que crea así uno de los planos sonoros también constante que se extenderán a lo largo del poema sinfónico.

A continuación se presenta un motivo en las violas divisi, y que de nuevo cruzará toda la obra, conservando además casi siempre la misma instrumentación. Esta breve fórmula es una balanceante sucesión de terceras que parece contrarrestar los motivos ascendentes, para atrapar sin alternativamente el movimiento de la música.

Esa es otra de las características de la obra, la sucesión de motivos ascendentes y descendentes, muy simples, incluso simples escalas, del que la fórmula de las violas es expresión condensada. Este tipo de planteamiento, el desarrollo de simples fórmulas que en ocasiones llegan a sintetizar estructuras más prolongadas (desde extensos temas hasta piezas enteras, como es el caso) es una de las características formales más frecuente en Sibelius, que siempre emplea con absoluta maestría.

Como hemos postulado, en seguida nos encontramos con un motivo descendente para contrarrestar el ascendente anterior, un primer solo de arpa, modulante pero inmensamente delicado, que define el plano sonoro donde se moverá el instrumento, básicamente arpegios modulantes, sin una melodía clara:
A partir de estos materiales transcurre la música, con sutiles cambios de orquestación. Un pequeño interludio, lo que hemos llamado B, trae a las cuerdas en trémolo un nuevo motivo (que los expertos han relacionado con el Cuarteto "Voces Intimae"), surgido como desde algún sombrío pensamiento:
Es tan breve que apenas logra turbar la marcha de la pieza, que de nuevo recupera los planos sonoros originales, aunque la orquestación es algo más amplia. Entonces el motivo de las violas se impone, de nuevo atrapando el vuelo de la música.

Llegamos finalmente al clímax de la pieza, que va sumando instrumentos hasta llegar a una orquesta plena por única vez en la pieza. Y lo hace bajo el motivo que encontrábamos antes como pequeño interludio, ahora más desarrollado y claro:
Es un momento extático, a pesar de lo cual está perfectamente integrado en el tenue transcurrir de la pieza. Puede recordarnos a momentos semejantes en el primer movimiento de la Cuarta Sinfonía, pero desde aquí apuntamos también a un pasaje similar en la inmortal obra de otro compositor - comparación que hasta donde podemos llegar no se ha hecho antes -, el también clímax del preludio al acto primero de "Tristán e Isolda" de Richard Wagner.

Hay cierta similitud evidente en los motivos, además sabemos que Sibelius había estudiado la obra durante su estancia en Viena (1890-91), y que nuestro compositor se planteó en un principio seguir la senda del wagnerismo, senda de la que se alejó muy pronto. Ninguna otra cosa fuera de ese clímax lo relaciona con Wagner, ya que la pieza de Sibelius hace más cercana su obra al impresionismo que al romanticismo vanguardista y absoluto del drama musical.

El éxtasis llega a su fin con una característica explosión de los metales en quintas superpuestas (mib - sib, reb- lab), un pasaje muy similar a algunos de las citadas Cuarta Sinfonía y El Cisne de Tuonela, con las que comparte muchas otras cosas. La cuerda parece sentenciar la obra, pero está claro que es un falso final. El arpa vuelve con su música característica para dejarnos el final real, de nuevo misterioso, evocador, y en infinita tristeza.

Como hemos dicho, Sibelius le negó ninguna inspiración concreta a esta, a pesar de que los expertos la relacionan con facilidad con el poema de Runeberg. Nuestro autor en cambio sí la relacionó de manera vaga con el mundo de los Eddas o los poemas del mítico (y creado en el romanticismo inglés) Ossian, "algo como una balada escandinava de tiempo de los vikingos". Qué decir entonces sobre las recreaciones literarias de fantasía que algunos autores de notas al programa suelen hacer sobre el poema sinfónico...

En cualquier caso esta evocación es muy general, tan sólo puede ofrecernos la imagen de un antiguo bardo narrando alguna vieja historia acompañado por su arpa, que no kantele, como podemos leer en muchas ocasiones. El kantele es un instrumento tradicional finés (con variantes semejantes en todo el Báltico), que tiene que ver más con una cítara que con un arpa (y que Sibelius representa en su cantata "Väinön virsi" opus 110 con el pizzicato de la cuerda).

Discografía

El bardo es sin duda una obra maestra, aunque fuera de los conocedores ha pasado algo discretamente por la historia posterior a su estreno. Sin duda puede desconcertar a los que saben de Sibelius sólo a través de Finlandia y el Concierto de Violín, y en cambio puede sorprender gratamente a los buscadores de modernidad en el autor, con esta pieza avanzada y sumamente original.

La discografía de la obra es relativamente extensa, aunque llama la atención que sea una pieza casi exclusivamente acometida por los campeones de la música de Sibelius y no por directores más generalistas. Desde luego, su carácter enigmático y sumamente moderno, como decíamos antes, y su escasa duración, han podido echar atrás a aquellos directores que no estén muy interesados en el autor en sí.




Orquesta Sinfónica de la Radio Finesa
Okko Kamu
DEUTSCHE GRAMMOPHON (1972) - varias reediciones, incl. en serie Eloquence (2010)

Sin duda la mejor versión es la grabada en los años 70 por un director finés para Deutsche Grammophon, apadrinado en su día por Herbert von Karajan, que nos ha dejado muy pocas grabaciones en general, y aún menos Sibelius, - de los que además no todos son igual de geniales como este -. Kamu entiende perfectamente la obra, dotándola de un carácter mágico e inmensamente evocador, triste, sin sentir la tentación de hacerla romántica, aunque sin caer en la frialdad tampoco. Una interpretación con mayúsculas sin duda, que acompaña a otras igualmente absolutas de Lemminkäinen y En saga, unas grabaciones que les resultarán muy difíciles de encontrar pero que merecerá mucho la pena buscar. La única versión digital de la que tenemos noticia fue parte de uno de los primeros dobles discos compactos de la casa alemana Deutsche Grammophon, en una edición francesa que incluía también unas buenas interpretaciones de Karajan del Sibelius convencional, aunque con una muy buena Tapiola, más tres suites de Grieg nada destacables también por Karajan. Les doy la referencia completa, animando a la búsqueda de estos Sibelius por Kamu, absolutamente imprescindibles para el sibeliano.

Interpretación: 9,5 • Sonido: 7 • Estilo:8,5



Orquesta Sinfónica de Lahti
Okko Kamu
BIS (2011)


Kamu inaugura su regreso a su país natal y la titularidad junto al estandarte del "sonido Sibelius" con un magnífico disco (y formato SACD). Y la magia se extiende a esta partitura. Las texturas son muy delicadas, hermosísimas y cristalinas, y un canto de profunda nostalgia nórdica, todo bajo una tensión y una emoción que parece siempre a punto de estallar. El clímax central produce una emoción aún más destacada por no llegar a saciar ese anhelo... extraña el sonoro ostinato del timbal en esa sección, colocado en un primer plano, con un sentido muy turbador. Los acordes de cuerda que hacen concluir ese pasaje son magistrales. Toda la grabación lo es, aun cuando sólo su antiguo registro lo puede superar.

Interpretación: 9 • Sonido: 8 • Estilo: 9



Sinfonia Lahti
Osmo Vänskä
BIS (2002) (y en el Volumen 1 de la Sibelius Edition)

Si ustedes no tienen la suerte de encontrar esos discos, mucho más fácil le resultará encontrar esta también extraordinaria grabación del gran director, el mayor experto sibeliano, Osmo Vänskä, que le da al El bardo su merecida modernidad, un cuidadísimo y refinadísimo sonido, y un arrebatador sentimiento pesimista. No tiene pega, y es superada sólo por Kamu, y por muy poco. Imprescindible también.

Interpretación: 9 • Sonido: 8 • Estilo: 9



Orquesta Sinfónica de Bounemouth
Paavo Berglund
EMI (1970-78), varias reediciones

Berglund protagoniza una versión muy lenta y solemne, de infinita tristeza más que melancolía, con un arpa perfectamente integrada, llena de agitación interior, aunque el clímax es más bien discreto. Quizá aborde la música con más pesimismo que refinamiento, con cierto dramatismo que creemos que no le va bien a lo obra, pero sin duda Berglund imprime una valorable singularidad trágica a esta obra, al igual que suele hacer con otras del mismo periodo "oscuro".

Interpretación: 8 • Sonido: 6,5 • Estilo:8


 Orquesta Sinfónica de Islandia
Petri Sakari
NAXOS (2000)


 Una sonoridad límpida y cristalina (donde cada timbre se escucha como debe escucharse), heladora, con una calculada distancia pero nunca frialdad expresiva. Este bardo parece sacado de tiempos remotos, míticos. Sakari da a su interpretación un sentido nada  romántico, pero evita caer en la tentación de modernizar la pieza. Además del excelente solista de arpa, la prestación de las cuerdas contribuyen sumamente a las hechizantes sonoridades, sin duda con un toque muy impresionista. A destacar también el fondo  áurico bajo el cual comienza la sección central, que raramente se oye como aquí, y la belleza del clímax, casi tristanesco. Muy recomendable. ¡Y en serie económica!

Interpretación: 8,5 • Sonido: 8 • Estilo: 8,5



 Orquesta Filarmónica de Londres
Thomas Beecham
EMI (1938) - varias reediciones


 Los años 30 son los años de mayor fama mundial del compositor, por lo que es lógico encontrar en esta época numerosos estrenos discográficos de la música del maestro, por parte de los más grandes intérpretes sibelianos de la época. Es el caso de esta  primera grabación de la obra, de la que se encargó el gran Thomas Beecham. El maestro británico nos propone una lectura llena de matices, romántica, con toques wagnerianos incluso - como en el extraordinario clímax-, pero respetando el misterio y la  sugestiva sonoridad de la pieza, a pesar de que la antigüedad del registro impida disfrutarla plenamente. El tempo es equilibrado, y el arpa de la orquesta británica magnífica. Más que una curiosidad: una de las grandes versiones de toda la discografía.

Interpretación: 8 • Sonido: 3,5 (mono) • Estilo: 7




Orquesta de la Ciudad de Birmingham
Sakari Oramo
ERATO (2001)


Versión lenta, de helador aliento nórdico y gran gravedad (casi berglundiana), que combina sobriedad con líneas refinadas y timbres separados, todo bajo un efecto muy impresionista y evocador, algo modernista. Oramo impone una dirección atmosférica e  hipnótica, sin implicarse emocionalmente pero dando un colorido oscuro a la vez que poderoso a la orquesta, que en el clímax parece arrebatado y repleto de sensibilidad. Esta sección en particular resulta especialmente ejemplar, dejándonos oír todas las  sonoridades posibles, incluyendo la escasa percusión, raramente percibida. Muy buena lectura.

Interpretación: 8 • Sonido: 8 • Estilo: 8



Orquesta Nacional Escocesa
Alexander Gibson
CHANDOS (1977)

 
El director escocés opta por en esta segunda grabación por la concentración y sobriedad al máximo, incluso en los timbres asordinados y aterciopelados, con el arpa muy de fondo en el poblado (pero nunca denso) manto orquestal. La monotonía y cierta desolación amarga domina la mayor parte de la pieza, que en su clima da un giro romántico de gran intensidad. Buena versión, mucho mejor que la grabada años antes.

Interpretación: 7,5 • Sonido: 7 • Estilo: 7,5





Orquesta Nacional Escocesa
Alexander Gibson
EMI (1966)

 
Alexander Gibson otorga a El bardo una entidad especial, muy pesimista y desoladora, intranquila y desasosegada, acercándola más que otras grabaciones al mundo de la Cuarta Sinfonía. Su enfoque en efecto es muy sinfónico, de sonoridades amplias e intensas
(a destacar el increíble color otoñal de las violas), con una sección central especialmente apasionada al tiempo que próxima al patetismo, todo ello sin exageraciones. Una gran versión, a la que sólo se puede reprochar, siendo muy exigentes, precisamente ese 
sinfonismo frente al camerismo que demanda la partitura (en el que el arpa no tiene el necesario protagonismo, aunque por otra parte cuenta con una buena solista); además del metro lento, que no añade nada al significado de la pieza.

Interpretación: 7,5 • Sonido: 6 ,5 • Estilo: 7




Orquesta Sinfónica de Gotemburgo
Neeme Järvi
- BIS (1988)
-
DEUTSCHE GRAMMOPHON (2000)

Neeme Järvi ha grabado ésta - como muchas otras piezas orquestales - dos veces, la primera para Bis dentro del primer proyecto de música completa de Sibelius, y la segunda para una serie de discos de Deutsche Grammophon muy interesantes. En la versión de Bis ahonda en el misterio de la pieza, contiene su lirismo para darle un aspecto vacilante y seductor, aunque se recrea con acierto en el sonido. Quizá el arpa solista, Masayo Matsuo, sea muy plano para el buen conjunto de la interpretación. Mejor sonido que la siguiente versión, pero de interpretación no tan destacada, es la que realizó para la Deutsche Grammophon: esta segunda versión se recrea en el preciosismo del sonido, pero la dirección de Järvi, un tanto distante, no aporta ninguna profundidad ni sentido de unidad a la pieza, que más que misteriosa camina errabunda.


- Bis } Interpretación: 7 • Sonido: 6,5 • Estilo:6,5
- Deutsche Grammophon } Interpretación: 6 • Sonido: 8 • Estilo:6



Orquesta Filarmónica de Helsinki
John Storgårds
ONDINE (2010)
 


Storgårds da una visión liviana y otoñal de la pieza, impresionista desde luego, y con cierto aire místico, cuidando el contraste de los timbres pero dejando a su arpa en primerísimo plano. En el clímax se opta por potenciar el contraste, acelerando bastante el  tempo, lo cual no es correcto ni funciona realmente. Una versión correcta, pero nada más. El resto del disco (que incluye una grabación de La ninfa del bosque) es más interesante.

Interpretación: 6,5 • Sonido: 8 • Estilo: 7




Orquesta Sinfónica de Londres
Colin Davis
Grabación de 2000 (directo)
RCA (2003) 


Como Kamu, Colin Davis apuesta por dar a la pieza un carácter melancólico y taciturno, si bien no posee la magia del director finés. Empastando en exceso los timbres, el músico británico no aprovecha la originalidad de la orquestación, aunque la sabe relacionar bien con su propia concepción de la Cuarta Sinfonía. Una interpretación muy interesante, sin embargo, a pesar de que el enfoque no sea el mejor posible, Davis sin duda ama la obra de Sibelius y aquí lo demuestra de nuevo.


Interpretación: 6 • Sonido: 7,5 • Estilo: 6




Orquesta Filarmónica de Moscú
Vassily Sinaisky
- (1991) pub. BRILLIANT (2010)


 Aunque el director ruso no es un gran sibeliano - correcto en todo caso - aquí logra una de sus mejores lecturas en su integral de poemas sinfónico. El bardo de Sinaisky es una evocación, un sueño a medio olvidar. Lento y taciturno, apagado pero melancólico,  muy melancólico. En el clímax central se agita casi salvaje, lleno de pasión, con bellas entonaciones de los violines, con una buena transición de vuelta a los motivos principales. Destacada, aunque quizá por sólo esta agradable sorpresa no merezca tanto la pena 
adquirir el estucho entero.

Interpretación: 6 • Sonido: 6 • Estilo: 6,5

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Nuestro próximo post girará en torno a una pieza inacabada de la que ya hemos dado unos cuantos datos, los "Fragmentos de una suite para orquesta / Predecesor de Las Oceánidas".

[Ampliado: 1 de julio de 2015]

miércoles, 11 de febrero de 2009

El bardo opus 64: (1) Historia

Dedicaremos dos posts a presentar una de las obras más misteriosas y evocadoras de Jean Sibelius, "El bardo", un pequeño poema sinfónico con arpa solista, compuesto dentro del periodo "oscuro" del compositor (1908-1915), una época de exploración y vanguardia, donde su música se vuelve más esencialista que nunca.

En invierno de 1913, nuestro autor concibe diversos planes compositivos, sobre todo piezas breves para orquesta. Tras terminar la segunda Serenata para violín y orquesta opus 69b, Sibelius piensa en una "pieza de carácter para pequeña orquesta" llamada "El caballero y el elfo". Al tiempo comienza un nuevo poema sinfónico, Barden (El bardo) opus 64, que ya presenta ese título desde su primera referencia en su diario, el 21 de febrero.

La composición debió de ser muy rápida, puesto que el 27 de marzo el propio Sibelius dirigió el estreno en el Teatro Nacional de Helsinki. La obra fue bien recibida, llegándose a bisar, y las críticas fueron buenas, a pesar de sus similitudes con la incomprendida Cuarta Sinfonía. Otto Kotilainen afirmó en el Helsingin Samomat "este nuevo trabajo es en verdad un obra maestra de valor que añadir a los grandes trabajos de Sibelius".

"El bardo" (c.1817"), de John Martin (1789-1854)
 
Pero el editor Breitkopf puso algunos peros a la singular pieza: "contemplamos su composición como una atractiva música atmosférica, pero no nos podemos librar de la impresión de que es sólo la introducción a un trabajo de proporciones más grandes, quizás una suite. ¿No sería aconsejable reunir la suite primero?"

Lo cierto es que Sibelius sí que debió sentir que la idoneidad de ese planteamiento, y concibe un nuevo proyecto, que remitirá en seguida a Breitkopf: un plan para unas "Scènes historiques III" (la suite nº1 opus 25, de 1911, había partido de tres números de la "Música para la celebración de la Prensa" JS.137, y la suite nº2 opus 66 era de nueva composición, escrita en 1912). Esta nueva suite según el autor sería más extensa y comprometida que las anteriores - lo que exigía mayor remuneración, dicho sea de paso -, y consistiría, como las anteriores, en tres pequeños poemas sinfónicos:

- I. El Bardo
- II. El caballero y el elfo
- III. Rondó (danza de ronda)


Durante los siguientes meses la idea parece cuajar, y en su diario describe a El bardo como una "intrada" a la que seguiría un allegro, y poco después a la suite entera claramente como un tríptico. Antes de completar los otros dos movimientos, Sibelius envía a Breitkopf su "intrada" para su publicación.

Pero entonces sucede un cambio en el proyecto. Sibelius escribe al editor: "he cometido un terrible error - al no examinar el asunto - al haberte enviado la pieza inmediatamente, y dejándome influenciar por las consideraciones sobre su forma. El bardo no es un díptico o un tríptico, sino como era originalmente. Ahora el final debe estar en la tónica, no en la dominante".

Lo cierto que no sería hasta el año siguiente hasta cuando revisaría la pieza. Por desgracia no podemos conocer hasta qué punto llegaron los cambios, ya que, aparte de ese final en la tónica del que hablaba el propio autor, la partitura de la versión original se ha perdido. Sibelius ha decidido en todo caso que la pieza es más que suficiente por sí sola: a pesar de su brevedad (entre los 6 y los 8 minutos), su poder evocador y su originalidad no dejan ninguna duda de que el compositor tomó una buena decisión.

Mucho más intrigante es el destino del resto de la proyectada suite. Los planes parecían muy definidos, ¿ha quedado algún rastro de ella? Es posible. Pero aquí la trama se complicaría más, ya que se uniría en este momento a la historia del poema sinfónico que compondría al año siguiente para su viaje hacia Estados Unidos, Las oceánidas opus 73.

Los estudiosos han visto un candidato meridianamente claro. Entre los manuscritos aparecidos tras la muerte del autor nos encontramos con unas páginas de partitura a las que Sibelius puso, en sus últimos años, el título de "Fragmentos de una Suite para Orquesta 1914 / Predecesor de Las Oceánidas". Tras el título vemos dos movimientos con una orquestación parcialmente incompleta paginados a partir de una página 23. El primer fragmento lleva un "II" en números romanos (Sibelius siempre indicaba con este tipo de numeración los movimientos de sus obras) entre la página 26 y 38 y la indicación "tempo moderato"; y el segundo entre las páginas 39 y 70, señalado por un "III" y tempo "allegro".

¿Pueden ser estos los fragmentos del proyecto de suite? La fecha que indica el propio autor no tiene por qué ser totalmente correcta, ya que no siempre Sibelius estaba acertaba a la hora de fechar obras antiguas. En segundo lugar, el movimiento II tiene un tema muy similar al de una pequeña pieza para piano titulada "Till trånaden" ("A la melancolía") JS.202, que se publicó en una revista musical llamada "Lucifer" - nombre debido al nombre latino del lucero vespertino, no por el mítico "ángel caído"- a finales de noviembre de 1913. Es muy difícil que el Sibelius de esa época hubiera reutilizado un tema anterior de una pieza publicada y además pasarla del piano a su medio favorito, la orquesta.

Otras pistas nos la proporcionan el contenido programático. Aunque el propio autor negó que El bardo tuviera un programa concreto (como la mayoría de los poemas sinfónicos de Sibelius por otra parte), muchos estudiosos, entre ellos Erik T. Tawaststjerna, han postulado la relación con un poema de Runeberg titulado precisamente "Barden". Pues bien, en el volumen 1 de la obra completa del poeta (que poseía sin duda el compositor) muy poco después de este poema nos encontramos con otro titulado precisamente "Till trånaden". El último tiempo de la suite es un "allegro", lo que se correspondería al proyectado "Intrada y allegro". Además la orquesta y su uso casi camerístico es muy similar.

Es bastante probable pues que estos datos acerquen a la pieza a la suite de la que El bardo sería la intrada, justamente cuando el primer movimiento de estos "Fragmentos" falta. No hay pruebas concretas de que esto sea cierto, si bien todo apunta a esta posibilidad.

Tras acabar nuestro díptico particular sobre el poema sinfónico, le dedicaremos un breve post a comentar la suite incompleta, de gran belleza a pesar de su estado, y conectada no sólo con El bardo, sino también con Las Oceánidas.

Dejando atrás el asunto de la suite, tendemos que volver a Barden opus 64. Como ya hemos enunciado, no nos ha llegado la versión original, así que no es posible la comparación con la versión final. Ésta debió completarse en algún momento de 1914, pero no tenemos más datos. El estreno definitivo tuvo que esperar hasta el 9 de enero de 1916, compartiendo protagonismo con la versión original de la Quinta Sinfonía (que se había estrenado con éxito un mes antes), en un concierto dirigido por el propio compositor a la Orquesta de la Sociedad Filarmónica (futura Filarmónica de Helsinki).

Nuestro próximo post completará el presente con un análisis de la obra y su discografía.

sábado, 7 de febrero de 2009

El bardo opus 64 en Santiago de Compostela y en Oviedo

Dentro de la programación de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA), según he tenido noticia gracias al blog de Pablo Álvarez dentro de dos semanas, los que tengan la suerte de poder estar en Santiago de Compostela u Oviedo, podrán disfrutar de un interesante programa que incluye una breve pero magnífica obra de Jean Sibelius, El bardo opus 64. El programa completo, que incluye una importante sinfonía de otro músico finés, Rautavaara, es el siguiente:

• J. Sibelius, El bardo, op. 64
• J. Brahms, Concierto para piano núm. 2 en Si bemol mayor op. 83
• E. Rautavaara, Sinfonía núm. 7 “Ángel de la luz”

Kirill Gerstein, piano
OSPA
Max Valdés, director


El concierto tendrá lugar en el Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela el jueves 19 a las 21 horas, y se repetirá en el Auditorio Príncipe Felipe de la capital asturiana al día siguiente, viernes 20 de febrero, a las 20 horas.

Página de la orquesta

Aprovechando la contingencia, la semana que viene dedicaremos un par de post hasta hermosísima y melancólica obra, un breve poema sinfónico fruto del "periodo oscuro" (1908-1915) de nuestro músico, a mitad de camino entre el pesimismo esencialista de la Cuarta Sinfonía y el lirismo mágico de Las Oceánidas opus 73. Hablaremos de su intrigante historia, haremos un pequeño análisis de sus elementos musicales, un tanto minimalistas si me permiten la comparación, de su estreno y de las versiones discográficas.

jueves, 5 de febrero de 2009

Repertorio básico recomendado de Jean Sibelius

Recientemente conversaba con un compañero bloguero, José Manuel Brea Feijoo, sobre la triste relación de Sibelius con el repertorio standard, esto es, las obras de nuestro autor que comúnmente se interpretan muchas veces no son las mejores, en especial en aquellos ambientes musicales donde el conocimiento del compositor es muy escaso. Sibelius ha sido reducido en ocasiones a las dos primeras sinfonías, las más "europeas" pero al tiempo las menos personales, el Concierto para violín, Finlandia, la suite Karelia, El cisne de Tuonela, el Vals Triste, y unas poquitas más. La música coral completamente desconocida. Las canciones, la música de cámara y la de piano apenas nos han dejado un par de ejemplos habituales, y además, quizá con la excepción de las Sonatinas para piano opus 67 y el Cuarteto "Voces Intimae".

¿Se imaginan a Beethoven reducido a sus dos primeras sinfonías, al "Para Elisa", el "Claro de Luna", el Septimino, la Sonata "Primavera" el Concierto para violín y la Obertura Coroliano? Nadie duda de que son grandes obras, algunas geniales, incluso una bagatela (nunca mejor dicho) como "Para Elisa". ¿Pero qué visión tendríamos entonces del genio de Bonn?


Todas obras extraordinarias, pero a juicio de quien les escribe éstas son una muestra demasiado pobre del compositor. De las sinfonías se ha sobredimensionado esas dos en lugar de otras de gigantesca trascendencia como son la Quinta y la Séptima. La brillantez de Finlandia ha sepultado la magia de El Bardo, incluso de obras algo más interpretadas y sin discusión como son La hija de Pohjola, Luonnotar y Tapiola. El cisne de Tuonela es sólo una pieza de un ciclo de cuatro poemas sinfónicos, Lemminkäinen opus 22, donde la genialidad transcurre de la primera nota a la última. La suite Karelia y el Vals triste son una representación escasa de su música incidental y de la escénica, dejando aparte "Rey Christian II", "Pelleas y Melisande", "La tempestad", las dos suites de Escenas Históricas... Sólo el Concierto para violín ocupa un lugar privilegiado gran en gran parte a su brillantez virtuosística, que ha permitido el interés de los violinistas, abriendo así la obra al mundo.
Pero ustedes, que están interesados en la música de Jean Sibelius, sin duda saben que hay más. Muchísimo más. Por ello en este blog nos hemos decidido a elaborar un extenso listado con las obras que consideramos más importantes del autor, las que lo definen, las más importantes a lo largo de su vida compositiva, las obras más características, las obras maestras, aquellas que reflejan verdaderamente toda su genialidad. La lista intenta ser lo más objetiva posible, contando siempre con la visión de los estudiosos que conocen profundamente la vida y la obra de nuestro compositor.

Por supuesto dejamos fuera muchísimas obras de gran calidad, pero si nos proponemos hacer una selección es inevitable ser un poco injustos. Para cualquier que vaya profundizando en el catálogo del autor no le supondrá un inconveniente conocer las otras obras.


MÚSICA ESCÉNICA
 
(De las músicas escénicas completas Sibelius solía extraer suites o números aislados para su interpretación en concierto. Por lo general, las versiones originales son más recomendables)

- Música escénica para un festival y lotería en ayuda de la eduación en la provincia de Viipuri ["Karelia"] JS. 115 , también los números extraídos como Obertura Karelia opus 10 y la
Suite "Karelia" opus 11 (incluye "Alla marcia")
- "Kung Kristian II" ("Rey Christian II") opus 27 (1898), también suite opus 27
- Música (cuadros históricos) para las Celebraciones de la Prensa (1899) JS. 137, [ver Escenas históricas opus 25 y Finlandia opus 26]
- "Kuolema" ("Muerte") JS.113 (1903), dos extractos:
Valse triste opus 44 nº1 , "Kurkikohtaus" ("Escena con grullas") opus 44 nº2
- "Kuolema" ("Muerte") (nueva producción, 1911): Canzonetta opus 62a
- "Pelléas och Mélisande" JS.147 (1904–5), también
suite opus 46
- "Belsazars gästabud" ("El festín de Baltasar") JS. 48 (1906), también
suite opus 51
- "Svanevit" ("Cisne blanco") JS. 189 (1908), también suite opus 54
- "Trettondagsafton" ("Noche de reyes"): "Kom nu hit, död" ("Aléjate, Muerte") opus 60 nº1, en especial la versión con acompañamiento orquestado
- "Stormen" ("La tormenta") opus 109 (1925, 1927), también preludio y dos suites


ORQUESTA

Sinfonías

(Todas, pero especialmente a partir de la Tercera.)

- Sinfonía nº1 en mi menor opus 39 (1899, 1900)
- Sinfonía nº2 en Re Mayor opus 42(1902)
- Sinfonía nº3 en Do Mayor opus 52 (1904-07)
- Sinfonía nº4 en la menor opus 63 (1909-11)
- Sinfonía nº5 en Mib Mayor opus 82 (1915, 1916, 1919), muy interesante escuchar además la versión original
- Sinfonía nº6 en re menor opus 104 (1923)
- Sinfonía nº7 en Do Mayor opus 105 (1923-1924)

Sibelius denominó "sinfonía" a la siguiente y singular obra:
- "Kullervo" opus 7, para soprano, barítono, coro masculino y orquesta (1891-92) (ver
de aquí en adelante)

Música para violín y orquesta
- Concierto en re menor opus 47 (1903-04, 1905), muy interesante la versión original
- Dos serenatas opus 69 (1912 y 1913)
- Dos piezas serias opus 77 (Cantique & Devotion) (1914 & 1915) (arreglos igualmente interesantes con cello solista y violín / cello y piano)
- Dos humoresques opus 87 (1917)
- Cuatro humoresques opus 89 (1917 y 1918)

Poemas sinfónicos
- En saga (Una saga) opus 9 (1892, 1902), muy interesante la versión original
- Skogsrået (La ninfa del bosque) opus 15 (1894-95) [ver melodramas]
- Lemminkäinen opus 22 (1896, 1897, 1900, 1939): Lemminkäinen y las doncellas de la isla, El cisne de Tuonela, Lemminkäinen en Tuonela, El regreso a casa de Lemminkäinen

 - Pohjolan tytär (La hija de Pohjola) opus 49 (1905-06)
- Öinen ratsastus ja auringonnousu (Cabalgata nocturna y amanecer) opus 55 (1908)
- Dryaden (La dríada) opus 45 nº1 (1910)
- "Luonnotar" ("La hija de la naturaleza") opus 70, para soprano y orquesta (1913)
- Barden (El bardo) opus 64 (1913, 1914), [versión original perdida]
- Aallottaret (Las oceánidas) opus 73 (1914)
- Tapiola (El hogar de Tapio) opus 112 (1926)

Otros
- Impromptu para cuerda [ver opus 5] (1894)
- Scherzo para cuerda [ver opus 4] (1894)
- Vårsång (Canción de primavera) opus 16 (1894, 1895, 1902), versión original perdida, ambas revisiones interesantes
- Finlandia opus 26 (1899, 1900), también interesantes los arreglos de la parte hímnica para coro masculino (1940), y los dos para coro mixto (1948)
- Tanssi-intermezzo (Intermedio de danza) opus 45 nº2 (1904, 1907)
- Scènes historiques I opus 25 (1899, 1911)
- In memoriam opus 59, marcha fúnebre (1909, 1910), ambas versiones interesantes
- Rakastava (El amante) para cuerda opus 14 (1911-12)
- Scènes historiques II opus 66 (1912)
- Promootiomarssi (Marcha académica) JS.155 (1919)
- Valse lyrique opus 96a (1920)
- Andante festivo para cuerda JS. 34b (original cuarteto JS.34a - 1922 -, 1938)
- Morceau romantique sur un motif de M. Jacob de Julin JS.135a (1925)


MÚSICA CORAL

Coro y orquesta (coro mixto y orquesta si no se indica)
- "Laulu Lemminkäiselle" ("Una canción para Lemminkäinen") opus 31 nº1 (1896)
- "Atenarnes sång" ("Canción de los atenienses") opus 31º3, para coro masculino y de niños al unísono, viento, contrabajo y percusión (1899), varios arreglos, todos ellos interesantes
- "Snöfrid" opus 29, para recitador, coro y orquesta (1900)
- "Impromptu" opus 19, para coro femenino (1902, 1910), ambas versiones interesantes
- "Tulen synty" ("El origen del fuego") opus 32, para barítono y coro masculino (1902, 1910)
- "Har du mod?" ("¿Tienes coraje?") opus 31 nº3, para coro masculino (1904, 1911, 1912, 1914?), cuatro versiones
"Vapautettu kuningatar" ("La reina cautiva") opus 48 (1906)
- "Jääkärien marssi" ("Marcha de los Jäger") opus 91a (1917), varios arreglos, todos ellos interesantes
- "Oma maa" ("La tierra propia") opus 92 (1918)
- "Jordens sång" ("Canción de la tierra") opus 93 (1919)
- "Maan virsi" ("Cántico de la tierra") opus 95 (1920)
- "Väinön virsi" ("Cántico de Väino") opus 110 (1926)
- "Processional" opus 113 nº6 (1938) (arreglo del opus 113, 1927)

A capella (coro masculino si no se indica)
- "Venemakta" ("El viaje en barca") opus 18 nº3 (1893), también para coro mixto (1914)
- "Soitapas sorea neito" ("Juega, hermosa doncella") JS. 176 (1893-94) , para tenor y coro mixto
- "Rakastava" ("El amante") JS.160a (1894), tenor y coro masculino, varios arreglos, a destacar el de soprano, barítono y coro mixto JS.160c (1898)
- "Saarella palaa" ("Fuego en la isla") opus 18 nº4 (1895), también para coro mixto (1898)
- " Aamusumussa" ("Bruma matutina") JS.9a (1898), para coro mixto
- "Sydämeni laulu" ("Canción de mi corazón"), opus 18 nº6 (1898), también para coro mixto (1904)
- " Kuutamolla" ("Bajo la luz de la luna") JS.114 (1898)
- "Sortunut ääni" ("La voz rota") opus 18 nº1 (1898) , también para coro mixto
- " Min rastas raataa" ("Ocupado como un tordo") JS.129 (1898), para coro mixto
- "Metsämiehen laulu" ("Canción del hombre del bosque"), opus 18 nº5 (1899)
- "Isänmaalle" ("A mi patria") JS.98 (1899), arreglos para coro mixto (1900), y una segunda versión para coro masculino (1908)
- "Terve kuu" ("Salve, luna") opus 18 nº2 (1901)
- Dos coros mixtos opus 65 (1911 y 1912), en especial el nº2 "Kellosävel Kallion kirkossa" ("Las campanas de la Iglesia Kallio"), también su arreglo para piano solo
- " Uusmaalaisten laulu" ("Canción de la gente de Uusimaa") JS.214 (1912) , versiones para coro mixto y coro masculino
- Cinco coros opus 84 (1914-17), en especial el nº5"Till havs" ("Al mar", 1917)
- Dos coros opus 108 (1924-25), en especial el nº1 "Humoreski" ("Humoresque" )
- " Koulutie" ("Camino a la escuela") JS.112 (1924), para coro mixto
- "Musique religieuse" o "Música masónica" opus 113, tenor, coro masculino y harmonio (1927, 1946)


CANCIONES (para voz y piano si no se indica)

- Siete canciones de Runeberg opus 13, en especial la nº1 "Under strandens granar" ("Bajo los pinos, 1892), la nº4 "Våren flyktar hastigt" ("La primavera huye"), 1891, también con acompañamiento de orquesta), la nº5 "Drömmen" ("Sueño", 1891), "Till Frigga" ("A Fricka", 1892;) y "Jägargossen" ("El joven cazador", 1891)
- "Se'n har jag ej frågat mera" ("Entonces yo no pregunté más") opus 17 nº1 (1891–2), también con acompañamiento de orquesta
- Cinco canciones de Navidad opus 1 (ver 1897, 1901, 1909 y 1913)
-
"Det mörknar ute" ("Fuera oscurece") opus 1 nº3 (1897)
- "Koskenlaskijan morsiamet" ("Las novias del jinete de los rápidos") opus 33 (1897), para barítono o mezzosoprano y orquesta
- "Illalle" ("A la tarde") opus 17 nº6 (1898)
- "Souda, souda sinisorsa" ("Rema, rema, mi patito") JS. 180 (1899)
- Seis canciones opus 36 (1899-1900), en especial la nº1 "Svarta rosor" ("Rosas negras"), la nº4 " Säv, säv, susa" ("Sopla, sopla, susurro"), la nº5 " Marssnön" ("Nieve de marzo" y la nº6 "Demanten på marssnön" ("El diamante sobre la nieve de marzo"), esta última también con acompañamiento orquestal
- Cinco canciones opus 37 (1900-02), en especial la nº1 "Den första kyssen" ("El primer beso"), la nº3 "Soluppgång" ("La salida del sol"), la nº4 "Var det en dröm?" ("¿Fué un sueño?"), y la nº5 "Flickan kom ifrån sin älsklings möte" ("La chica retornó del encuentro con su amante")
-
"On hanget korkeat" ("La nieve está cayendo") opus 1 nº5 (1901), varios arreglos corales interesantes
- Cinco canciones opus 38 (1903-04), en especial la nº1 "Höstkväll" ("Tarde de otoño", también con acompañamiento orquestal en dos versiones distintas), la nº2 "På verandan vid havet" ("En un balcón al mar", también con acompañamiento orquestal), y la nº3 "I natten" ("En la noche", también con acompañamiento orquestal)
- "Hundra vägar" ("De cien caminos") opus 72 nº6 (1907)
- Dos canciones opus 35 (1907–8): Jubal, Teodora
- Ocho canciones de Josephson opus 57 (1909), todo el ciclo es interesante, pero sobresalen la nº6 "Hertig Magnus" ("El conde Magnus") y la nº7 "Vänskapens blomma" ("La flor de la amistad")
-
"Giv mig ej glans, ej guld, ej prakt" ("No me des esplendor, oro ni pompa") opus 1 nº4 (1909), varios arreglos corales interesantes
-
"Nu står jul vid snöig port" ("La Navidad está en el nevado porche") opus 1 nº1 (1913)
-
"Nu så kommer julen" ("La Navidad ha venido") opus 1 nº2 (1913)
- "Kaiutar" ("La ninfa Eco") opus 72 nº4 (1915)
- " Längtan heter min arvedel" ("Anhelante es mi herencia") opus 86 nº2 (1916)
- Cinco canciones opus 86 ("Las flores") (1917)
- "Norden" ("El norte") opus 90 nº1 (1917)


MELODRAMAS

- "Skogsrået" ("La ninfa del bosque") opus 15 (1894-95), para recitador, piano, dos trompas y cuerda [ver poemas sinfónicos]
- "Grevinnans konterfej" ("El retrato de la condesa), para recitador y cuerda JS.88 (1906)
- "Ett ensamt skidspår" ("Una solitaria pista de esquí"), para recitador, arpa y cuerda JS.77b (1948) (original con acompañamiento de piano, 1925)


CÁMARA
- Malinconia, para violoncello y piano opus 20 (1900)
- Cuarteto de cuerda " Voces intimae" en re menor opus 56 (1909)
- Sonatina en Mi Mayor para violín y piano opus 80 (1915)
- Romanza para violín o violoncello y piano opus 78 nº2 (1915)
- Religioso para violín o violoncello y piano opus 78 nº4 (1917)
- Idilio-Danza para violín y piano opus 79 nº4 (1917)
- Cinco danzas campestres para violín y piano opus 106 (1924)
- Cuatro piezas para violín y piano opus 115 (1929)
- Tres piezas para violín y piano opus 116 (1929)
- Surusoitto (Música fúnebre) para órgano opus 111 nº1 (1931)
 
Son especialmente destacadas las obras del periodo kalevaliano (1892-1898), y las del periodo oscuro (1908-1914), donde el piano se convierte en el medio adecuado para la desnudez de la música de ese momento.

- Seis impromptus opus 5 (1893)
- Sonata en Fa Mayor opus 12 (1893)
- Impromptu opus 24 nº1 (1895)
- Capricho opus 24 nº3 (1898)
- Andantino opus 24 nº7 (1899)
- Nocturno opus 24 nº8 (1900)
- Romanza en Reb Mayor opus 24 nº9 (1901)
- Suomalaisia kansanlauluja (Seis canciones populares finesas) JS.81 (1902-03)
- Kyllikki opus 41 (1904)
- Diez piezas opus 58 (1909)
- Tres sonatinas opus 67 (1912)
- Dos rondinos opus 68 (1912)
- Rêverie opus 34 nº6 (1913)
- Cuatro piezas líricas opus 74 (1914)
- Cinco piezas (Los árboles) opus 75 (1914)
- Petite sérénade opus 40 nº9 (1915)
- Iris opus 85 nº3 (1917)
- Linnaea opus 76 nº11 (1918)
- Sonnet opus 94 nº3 (1919)
- Humoresque opus 97 nº1 (1920)
- Petite marche opus 99 nº8 (1922)
- Cinco piezas románticas opus 101 (1924)
- Cinco impresiones características opus 103 (1924)
- Cinco esbozos opus 114 (1929)
- Suite para violín y piano en re menor JS.187 (1887-88)
- Trío para piano, violín, viola y viloncello "Loviisa" en Do Mayor JS.208 (1888)
- Suite para violín y piano en Mi Mayor JS.188 (1888)
- "Skogsrået" ("La ninfa del bosque"), canción para voz y piano JS.171 (1888-89)
- Florestan para piano JS.82 (1889)
- Cuarteto cuerda en la menor JS. 183 (1889)
-
Sonata para violín y piano en Fa Mayor JS.178 (1889)
- Cuarteto en un movimiento para dos violines, cello y piano JS.156 (1891)
- Adagio para cuarteto de cuerda en re menor JS.12 (1890)
- Quinteto para piano y cuerda en sol menor JS.159 (1890)
- Cuarteto en Sib Mayor opus 4 (1890)